En la segunda corrida en que alternó Luis Miguel Dominguín en México, en la plaza de toros de Orizaba, no había en el callejón burladeros y un mismo toro de La Punta saltó once veces por donde el maestro Alameda estaba, en una de ellas, tuvo que tirarle el micrófono al testuz y se hice el quite, con su propio instrumento de trabajo.
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