Joaquín Rodríguez Cagancho, en uno de los peores momentos de su carrera quiso ausentarse de una corrida en Ciudad Real, el 7 de julio de 1942. Presentó el parte facultativo. El diestro alega encontrarse indispuesto pero su trampa es descubierta ya que, ese mismo día y lejos de esconderse, Rodríguez acude al campo del Betis a presenciar un partido de fútbol. Sancionado con una multa económica, no se le permitió torear en ninguna plaza manchega en los siguientes tres años.
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