Estebán García Barrera fué un prometedor novillero mexicano cogido en la corrida nocturna del día de muertos, en Morelia Michoacán, el 2 de noviembre de 1929 con toros de la dehesa de Queréndaro. Alternaba ese día con David Liceaga, quien no llegó por un accidente automovilístico.
Esteban aceptó despachar la novillada entera a pesar de no haber cuadrillas profesionales, y de sólo contar con la ayuda de Antonio Conde, pero estando éste enfermo de tuberculosis, después de la accidentada lidia de los 2 primeros novillos, por el esfuerzo, sufrió una hemorragia, echando sangre por la boca. En este infortunio, Esteban se quedó solo con los improvisados subalternos, que no eran más que aficionados que apenas habían echado capa por ahí. Salió el tercero y a decir de Ignacio Solares y Jaime Rojas Palacios, " el animal era muy corpulento y aterrorizó a los peones de ocasión..." y aquella se convirtió en "la cuadrilla de, anda tú, sal tú, no mejor tú..." de tal suerte que el valeroso Esteban se quedó solo con el burel, de nombre "Aleve" y después de unos lances, al buscar refugio en el burladero y al no tener el respaldo de una cuadrillas presta al quite, fue alcanzado al momento de entrar por la tronera del burladero, quedando a merced del novillo, aquél que le pegó una cornada en el vientre, entre otras. Y si no hubo quien le hiciera el quite con el toro, tampoco hubo médico que lo atendiera bien de la cornada en los intestinos falleciendo el siguiente 5 de noviembre de 1929.
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