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miércoles, 10 de abril de 2013

SUSTO EN LA MALAGUETA
El 9 de agosto de 1950 se coló un novillo en el tendido y sembró el pánico entre el público. Hubo tres heridos graves y cinco leves. El juez ordenó la detención de dos porteros de la plaza El mano a mano entre los novilleros Aparicio y Litri abría la feria taurina de aquel año Los toreros Paco Madrid y los Dominguín, de paisanos, quisieron llevarse el bicho al ruedo.El animal apareció por la puerta del tendido y sorprendió a todos.
Toreaban un mano a mano el primer día de feria en La Malagueta los novilleros Julio Aparicio y Litri, que formaban la pareja de moda en aquel tiempo en los ruedos españoles. El día anterior, 8 de agosto de 1950, cortaron cuatro orejas y dos rabos y, al día siguiente, hicieron el paseíllo en Málaga para matar un encierro de Arturo Sánchez, de Salamanca. La novillada transcurría con normalidad. Aparicio cortó una oreja en su primero y Litri realizó un faenón al segundo de la tarde, al que le cortó las dos orejas y el rabo. El madrileño estuvo valeroso y alegre en el tercero, pero no consiguió caldear el ambiente.
Salió por chiqueros el cuarto de la tarde, que correspondía al diestro nacido en Gandía (Valencia) y onubense de adopción. 'Corchero' se llamaba. Negro y pequeño, en cuanto salió a la plaza intentó saltar la barrera y a la segunda vez lo consiguió. Recorrió el callejón y encontró abierta o mal cerrada la puerta que está bajo el palco presidencial. Se introdujo en los pasillos interiores y anduvo por allí durante un cuarto de hora. «Hubo inquietud y alarma entre el público y, mientras tanto, todos los toreros se esforzaron en atraer al animal hacia el redondel», narró Iturmendi en su crónica en EL DIARIO SUR.
También echaron una mano el matador de toros malagueño Paco Madrid, que se hallaba como espectador y que «con gran valentía quiso estoquearlo», y Pepe y Luis Miguel Dominguín, que toreaban al día siguiente en La Malagueta. Primero con sus americanas y luego con capotillos, los hermanos Dominguín intentaron asimismo llevarse el bicho al redondel sin éxito alguno.
De repente 'Corchero' apareció por la puerta del tendido siete ante la sorpresa de todos. Sembró el pánico y la confusión entre el público. «Unos fueron atropellados por los que huían y algún otro por el novillo, que pudo ocasionar muchas más víctimas. Quizá hubiera sido un día de luto para Málaga si no se hubiera dado el caso de que el propio animal estaba confuso ante aquella barahúnda de gritos y de carreras», recogió en el periódico. El novillo cayó al callejón precisamente por el mismo sitio por el que antes había saltado. Los heridos
El cirujano Horacio Oliva Marras-López atendió en la enfermería de la plaza a los siguientes heridos: María José Arias, de 22 años, natural de La Coruña; Elena Santaolalla de Lucena, de Málaga, de 52 años, domiciliada en la calle Cárcer, 5, con síntomas de conmoción cerebral de pronóstico grave; Prudencio Villalba Jiménez, banderillero de Litri, de 38 años, natural de Sevilla; José Arroyo, mozo de estoques de Litri, de 41 años, natural de Huelva, de pronóstico menos grave; Juan Gómez Cerezo, carpintero de la plaza; y Ramón Serralvo Choquet, de 24 años, con domicilio en la calle Pedro de Molina, con pronóstico reservado. En el cercano Hospital Noble fueron asistidos Carmen Gómez-Raggio, leve, y Francisco Gómez Mercado, domiciliado en Miramar, 5, de pronóstico menos grave. La tarde acabó con otras muchas personas heridas leves que no necesitaron asistencia médica.
El juez de instrucción de guardia ordenó que quedasen detenidos los porteros Juan Gómez Cerezo y Miguel Zaragoza Poy, «por si sobre ellos recayese alguna responsabilidad, ya que la puerta por donde escapó el novillo estaba abierta y al cuidado de los mismos», publicaba el periódico. Con 'Corchero' en el ruedo, Litri no pudo hacer faena porque la gente estaba comentando lo ocurrido y no atendía a lo que realizaba el torero. Lo despachó de dos pinchazos y numerosos descabellos. Aparicio, en el quinto, pinchó cinco veces y fue pitado, mientras que su compañero de terna fue ovacionado en el último. Los aficionados salieron de la plaza aún con el susto en el cuerpo.

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