Pérez Gómez, Manuel, "Vito" (1882-1963).
Matador de toros español, nacido en Sevilla el 27 de julio de 1882, y muerto en la capital hispalense el 29 de noviembre de 1963.
Comoquiera que abrazó la profesión taurina desde muy temprana edad, cuando contaba dieciocho años ya estaba
facultado para torear al lado de un diestro tan relevante como el pacense Manuel Mejías Rapela ("Bienvenida"), padre de los cinco famosos toreros que después colgarían su mismo apodo en los carteles. Corría, por aquel entonces, el año 1900, fecha en la que "Manuel Bienvenida" aún no había ascendido al escalafón de matadores de toros. Emulando su ejemplo, Manuel Pérez Gómez ("Vito") decidió probar suerte en la lidia y muerte de novillos, por lo que hizo su primer paseíllo en Granada el día 30 de marzo de 1902.
facultado para torear al lado de un diestro tan relevante como el pacense Manuel Mejías Rapela ("Bienvenida"), padre de los cinco famosos toreros que después colgarían su mismo apodo en los carteles. Corría, por aquel entonces, el año 1900, fecha en la que "Manuel Bienvenida" aún no había ascendido al escalafón de matadores de toros. Emulando su ejemplo, Manuel Pérez Gómez ("Vito") decidió probar suerte en la lidia y muerte de novillos, por lo que hizo su primer paseíllo en Granada el día 30 de marzo de 1902.
Sin haberse doctorado aún en España, en 1904 recibió la alternativa en tierras hispanoamericanas. Tuvo lugar este evento en las arenas mejicanas de León de los Aldamas, donde el valiente "Vito" fue apadrinado por el coletudo sevillano Joaquín Hernández Castro ("Parrao"). Posteriormente, y a pesar de que confirmó en la capital azteca su inclusión en el gremio de los matadores de reses bravas (ahora, bajo el padrinazgo del también sevillano Antonio Fuentes y Zurita), regresó a España y renunció a dicha alternativa, deseoso de hacer méritos ante sus compatriotas para demostrar que era acreedor al título de doctor en tauromaquia.
No obstante, a raíz de una desastrosa actuación que protagonizó en las arenas madrileñas en la temporada de 1906, optó por mudar el oro del terno de los espadas por la plata que engalana el traje de los subalternos. Emprendió entonces una brillante carrera como banderillero que se prolongó hasta la campaña de 1937, en la que se apartó definitivamente de los ruedos, después de haber pisado en último lugar la arena de la plaza de Cádiz. Retirado a su Sevilla natal, murió allí el 29 de noviembre de 1963.
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