Matador de toros español, nacido en Madrid el 14 de febrero de 1962. Es hijo de otro torero, el sevillano Jaime Malaver García, cuyo ejemplo le animó a probar suerte en el difícil Arte de Cúchares. Sin embargo, la condición de torero modesto que siempre acompañó la carrera paterna no le brindó demasiadas oportunidades para darse a conocer cuando era joven, por lo que tuvo que foguearse, en sus primeros capotazos, por diversos festejos menores verificados en la Andalucía natal de su padre.
Finalmente, consiguió un hueco en los carteles de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en donde se presentó por vez primera el día 24 de mayo de 1981. Le acompañaron en los carteles los novilleros Antonio Ramón Jiménez y Roberto Bermejo, para hacer frente, entre los tres, a un encierro que había pastado en las dehesas de Celestino Cuadri.
Comoquiera que dicha comparecencia en el ruedo hispalense se saldó con un balance muy positivo a su favor, el joven Jaime Malaver Peláez completó una satisfactoria temporada que le permitió presentarse, al año siguiente, en las arenas de la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid). Esta presentación ante sus paisanos tuvo lugar el día 23 de mayo de 1982, fecha en la que Malaver acometió la lidia y muerte de un encierro marcado con el hierro de Vasconcelos, en compañía de los novilleros Vicente Yesteras y Luis Miguel Campano. El triunfo volvió a presidir esta importante comparecencia ante la primera afición del mundo, que premió con una oreja la faena enjaretada al primer novillo de su lote.
Cada vez más consolidado como uno de los novilleros con más futuro entre los de su tiempo, el día 16 de mayo de 1984, en el transcurso de la Feria de San Isidro, volvió a hacer el paseíllo a través de las arenas madrileñas, inscrito en un cartel de lujo que completaban los entonces novilleros punteros Lucio Sandín Sayago y Julián Maestro.
Después de haber estoqueado a su primer enemigo, perteneciente al hierro de Torrestrella, Jaime Malaver Peláez dio dos vueltas al ruedo, aclamado por unas ovaciones que se redoblaron cuando mató al segundo de su lote, otro torrestrella al que cortó una oreja. Este triunfo le confirmó en los puestos cimeros del escalafón novilleril, y le animó para afrontar el grave compromiso de tomar la alternativa.
Así pues, dispuesto a ganar de una vez por todas el título que le acreditara como doctor en tauromaquia, volvió a comparecer ante la selecta afición de la Villa y Corte el día 29 de mayo de 1985. Venía, a la sazón, apadrinado por el espada ecijano José Antonio Rodríguez Pérez ("José Antonio Campuzano"), quien, en presencia del malogrado diestro madrileño -aunque nacido en Burdeos (Francia)- José Cubero Sánchez ("Yiyo"), le cedió los trastos con los que había de dar lidia y muerte a estoque a un toro perteneciente a la ganadería de don José Matías Bernardos. Aquella tarde, Jaime Malaver Peláez no tuvo la fortuna que le había acompañado en otras ocasiones, lo que tampoco es motivo bastante para justificar su inmediata retirada del toreo, anunciada tras aquella toma de alternativa.
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