El Morenito murió llevando desde mucho antes en el corazón el presentimiento de su fin. Desde que vio morir en México a su compañero y amigo el Saleri, del que recogió sus últimos alientos, sentía con tristezas interiores la muerte, y decía a sus compañeros cuando del toreo hablaba:
—Yo, si Dios quiere, no he de morir en una plaza de toros, porque en cuanto pueda me retiraré a mi casa a vivir tranquilamente.
No ha pudo cumplir sus deseos. Esta, era la última temporada que pensaba salir a la plaza y la cogida que sufrió el sábado de Gloria en la plaza de Lorca le causó la muerte después de largos días de sufrimientos. Antonio García el Morenito, era sevillano, nacido en el barrio de San Bernardo, en 1856, en una casa a espaldas del cuartel de caballería, por lo cual se le conocía con el apodo de El niño detrás el cuartel. Era un gran peón, incansable, de brega seria y elegante, y de grandes, excelencias para banderillas. Toreó primeramente con el Gordito, después con el Gallo, y desde el arlo 1890 formaba parte de la cuadrilla del Espartero. El 12 de Abril del ario 1885 toreaba en la plaza de Madrid con el Gallo. Al poner un par de banderillas de fuego, le cogió el toro denominado Trapero, metiéndole el cuerno por el muslo .y llegándole hasta el vientre. De resultas de esta cogida estuvo gravísimo, y las vísceras abdominales quedaron en tal estado, que el célebre cirujano D. Federico Rubio hubo de prescribirle que cuando toreara se pusiera una plancha de plomo en el vientre. Después estuvo en México y trabajaba con Saleri la tarde que este banderillero fue muerto por un toro.
El toro que lo cogió en Lorca el día 1 de Abril de 1893, era de la ganadería de López Plata, bien puesto, castaño claro y con trazas y hechos de buey. El Morenito, al poner un par de banderillas, después de haber hecho dos salidas en falso, fue enganchado por el muslo, cayendo al suelo. El banderillero “Noteveas”, hermano de Minuto, lo cogió en brazos y lo metió entre barreras. El Espartero, que a causa de la lesión sufrida en dicha tarde, se vio obligado a regresar a esta ciudad, telegrafió tan luego como tuvo noticias de tan funesta desgracia, disponiendo se facilitasen cuantos gastos fueran necesarios. La afición sevillana, siempre demostró vivas simpatías por el malogrado diestro, quedo consternada por un sentimiento profundo hacia la familia del finado, conservando un recuerdo cariñoso del que en vida fue modelo de valiente banderillero y de hombre honrado, cualidad especial que le abonaba en vida y que fue el mejor galardón que ostentaba en su corona de repetidos triunfos.
El espada Manuel García “El Espartero”, dando muestra de sus sentimientos caritativos, acordó entregar a la viuda el sueldo íntegro que le correspondería a “Morenito” en todas las corridas en las que participó Espartero aquel año, la suma ascendió a 35.000 reales.
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