José María Recondo Rementeria nació en San Sebastián el 25 de febrero de 1931. Como quiera que su padre le llevara de pequeño a algunas corridas, Recondo puso todo su afán en aprender el oficio de torero. Se vistió de luces por primera vez en Vergara el 17 de mayo de 1948, obteniendo un gran éxito lo que le valió para prodigarse en plazas de su provincia natal como Eibar, Azpeitia, Cestona, Tolosa y otras, pero fue en Zaragoza donde tuvo mejor cartel y en el coso aragonés fue donde debutó con caballos. Su debut en Madrid se produjo en una novillada el 5 de julio de 1953 con Mario Carrión y Manolo Cascales y novillos de Moreno Yagüe. Fue una presentación brillante que se acompañó del corte de una oreja. En la Maestranza de Sevilla debutó el 19 de septiembre de 1954 con Manolo Segura y Juanito Gálvez. Fue la suya una carrera novilleril larga, como entonces era la norma.
En la temporada de 1955 torea tres novilladas, una de ellas en San Sebastián y allí recibe una cornada grave. Tomó la alternativa en la plaza de triunfos: Zaragoza. Antonio Bienvenida, en presencia de Chicuelo II, le cedió el toro Canadillo, de Atanasio Fernández el día 19 de mayo del citado año 1955. Hasta el 16 de septiembre de 1956 no confirmó este doctorado en Madrid. En esta ocasión de padrino Juan Bienvenida y de testigo Alfonso Merino, los toros fueron de Flores Albarrán. Fue una corrida con historia, debido que el padrino también confirmó su alternativa de manos del citado Merino. Su carrera como matador de toros fue corta. Apenas toreó una corrida en 1957, siete en 1958 con un triunfo en Las Ventas y tres en 1959 que fue la última de su carrera. Ese año participó en La Malagueta en una corrida a plaza partida, alternando con Carlos Corpas y Manolo Segura, mientras que en la otra mitad de la plaza, actuaban los novilleros Pepe Ortiz, Luis Rodríguez y Pepe Cisneros.
Siguió en el mundillo taurino como apoderado cuando ya tenía su residencia en Torremolinos. Se inició con Baldomero Martín 'Terremoto' y luego hizo figuras del toreo a Miguel Márquez y a Antonio José Galán. También dirigió las carreras de Rafael de Paula, Pepín Jiménez, Curro Cruz y otros muchos espadas. En su etapa más reciente fue apoderado del malagueño Juan José Trujillo. Recondo era un torero de gran sensibilidad. Lo más célebre de su tauromaquia fue la media verónica que instrumentaba con un arte especial que recordaba a las de Belmonte, hasta el punto de que fue considerado por algunos como el Belmonte vasco. Además de su afición, era un hombre de gran cultura y fino sentido del humor. Decía que era «millonario en anécdotas». Solía comentar que cuando empezaba a torear alguien contactó con Juan Belmonte y abordó al legendario trianero para decirle: «Maestro hay un chaval vasco que torea igualito que usted. La misma compostura, el mismo aire... quiero que lo vea». Tanto insistió, que Belmonte accedió a verlo. Apoyó su mentón en el burladero y contempló a Recondo. Al poco tiempo se volvió y dijo: «Pero ¿tan mal toreo yo?». Fallecio el 25 de Diciembre de 2006.
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