Estos pastores no tienen nada de simbólico ni el titulito cae dentro del reinado de la metáfora. No me refiero a los que pudiendo hacer de conductores del numeroso rebaño tauromáquico hayan procurado llevar a éste por el redil, sino a otra clase de pastores.
Vamos a escribir estos con una mayúscula inicial y en seguida estaremos al cabo de la calle. Quiero hablar de los pastores que ha habido en el toreo, mejor dicho, de los lidiadores que han llevado el apellido Pastor, que son algunos.
Al mencionarlos por orden cronológico, el primero que acude a la cita es Juan Pastor, apodado el Barbero, matador de toros nacido en Alcalá de Guadaira (Sevilla),
alumno de la Escuela de Tauromaquia que fundara Fernando VII, el cual recibió la alternativa en Madrid de manos de Juan León en el año 1839. Murió en 1854. Fue el prototipo de los toreros de rumbo y su vida está llena de curiosas anécdotas y episodios llenos de gracia. Viene después Antonio Pastor, torero de a caballo, picador de mediados del pasado siglo que no adquirió celebridad, pues no salió del montón anónimo. Actuó por vez primera en Madrid como tal varilarguero en Octubre de 1844. Más notables que los anteriores fue Ángel Pastor y Gómez, banderillero de Cayetano Sanz y Frascuelo y después matador de toros, a quien Lagartijo el Grande le dio la alternativa en octubre de 1876. Era de Ocaña, disfrutó de grandes simpatías y se distinguió por su toreo elegante, con el que suplía sus deficiencias de estoqueador. Se retiró en 1893 y dejó de existir en 1900. Hubo otro Juan Pastor, natural de Alicante, matador de novillos, que se presentó en Madrid el 9 de Enero de 1881 y dos días después murió trágicamente en una taberna de la calle de Tetuán de la Corte. Clemente Pastor fue un lidiador madrileño que solía matar novillos hace treinta y tantos años en fiestas de poca importancia, y dada su escasa significación, la historia no ha podido recoger ninguna hazaña su-ya digna de mencionarse. Vicente Pastor y Duran, en cambio, adquirió justa celebridad y en la memoria de todos están las grandes campañas que realizó dicho espada madrileño hasta que en 1918 se retiró del toreo. Es el más famoso de los lidiadores de tal apellido. Ernesto Pastor fue el matador de toros nacido en la isla de Puerto Rico que murió el 12 de junio de 1921 en Madrid a consecuencia de la herida que un toro de Villagodio le produjo toreando en la misma plaza el día 5 del expresado mes. Hubo un Julián Pastor, novillero mexicano, y un José Pastor, valenciano, también matador de novillos, residente en Barcelona.
Víctimas del toreo: Picadores - Fiestabrava
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