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viernes, 10 de abril de 2015

PEDRO ORTEGA Y MOLERO “EL RONCO”




Nació el 19 de  Octubre de 1850, en San y Pablo, provincia de Toledo, punto muy  conocido y frecuentado por la afición por estar muy próximo al sitio llamado El Molinillo, en donde el famoso ganadero Sr. Duque de Veragua acostumbraba a hacer sus nombradas tientas. Tal vez por este motivo Pedro, que ya por curiosidad de  chico acudiera a presenciar estas faenas de campo, o quizá  por vocación inconsciente, arraigo en su cerebro la idea de dedicarse a hacer lo  que a los tentadores que iban al referido tentadero veía ejecutar con los erales  veragüeños, y se vino a Madrid a codearse ,con los que  para él fueron más tarde sus verdaderos maestros y protectores, los eminentes picadores Manuel Martínez (Agujetas) y José Bayard (Badila). Como todos los que empiezan tuvo que aguantar la serie desgraciada de picar toros con malos caballos  y peores toros, y así y todo, como náufrago que se agarra para salvar su vida a un frágil y flotante tablón, se asió a su vergüenza torera y logró sacar a salvo su reputación de una manera tan brillante que el 15 de Septiembre de 1884 en una corrida de abono tomó la alternativa, toreando los espadas Currito, Valentín Martín y Mazzantini toros del marqués viudo de Salas. El célebre picador el Sastre se la concedió. Después formo parte en las cuadrillas de Rafael Molina (Lagartijo), Salvador Sánchez (Frascuelo), Juan Ruiz (Lagartija), Ángel Pastor y otros. Por los años del 83 y 84 el popular espada Luis  Mazzantini lo protegió, incluyéndole entre la gente que en unión suya fue contratada para torear un buen número de corridas en América, como la Habana en los años 1886 al 87, y en Montevideo en los del 1889 al 1890. En su carrera tiene el hecho memorable como triste de que tomó parte en la novillada que se verificó en esta corte e 15 de Agosto del 80, en que un toro de D. Donato Palomino mató al joven banderillero Nicolás Fuertes (el Pollo). Tuvo una cogida toreando con el novillero Tomás Parrondo (Manchao) en Ávila, que consistió en un puntazo en el pie derecho. El brazo izquierdo roto de resultas de una caída toreando como espadas Paco de Oro y Quilez y un puntazo grave que le dio un toro de Lizaso picando a las órdenes de Mazzantini en la plaza de Logroño. Retirado casi a la fuerza por los escasos contratos, vivió a costa de un modesto sueldo que ganaba como otros de su profesión en la temporada de matanzas de ganado de cerda  en el Matadero destinado a esta clase de faena y a las pocas corridas que en el verano solía torear. Como particular, a pesar de que no pudo recibir gran instrucción, era considerado como hombre correcto.



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