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jueves, 8 de octubre de 2015

IGNACIO LUENGO "JARETE"


En uno de los varios tiempos que esta capital dio al arte de los toros un buen contingente de toreros madrileños, y si no precisamente hijos de la capital de España, por lo menos naturales de diferentes pueblos más o menos cercanos a ésta, apareció como aficionado a, querer picar toros nuestro biografiado, no azuzado por la carencia de recursos, en cuanto siempre vivió desahogadamente, lo mismo al lado de su honrado padre y tío carnal, conocidos entre todos los tratantes de caballos por los Monjes, que cuando desgraciadamente dejó de existir, si no por gusto, porque le resultó simpática la profesión de picador de toros. Así es que, apenas dejó de ser niño y entró en la era de los hombrecitos, empezó por presentarse en becerradas, novilladas y fiestas en que hubiera necesidad de que figurasen los del castoreño. y siempre tuvo la buena suerte de sobresalir de entre sus compañeros en aspiraciones.
Pasados pocos años, el popular espada Gonzalo Mora, viendo que en esta población había un buen « racimo» de aficionados que reunían excelentes condiciones para poder ser aventajados toreros, tuvo la, plausible idea de reunirlos y formó la tan nombrada cuadrilla de niños madrileños. Bajo la dirección del expresado matador trabajaron, alcanzando verdaderos éxitos en muchas plazas de provincias, y en la de esta corte los hoy aplaudidos diestros Mateito, Joseito, Santos López (Pulga), Marquina, Toni y otros pocos que en estos momentos no los retenemos en la memoria. Jarete trabajó en unión de todos los mencionados, y en breve espacio de tiempo supo hacerse un hueco envidiable y logró que todos los aficionados se ocuparan de él de un modo satisfactorio, y que los picadores de toros de aquella temporada, observando que a más de ser un buen jinete, conocía a la perfección cuantos precisos detalles hacen falta para dominar la suerte de picar, no pusieron inconveniente alguno en cuanto lo vieron picar corridas serias al lado de varilargueros de indiscutible reputación para darle la alternativa; al contrario, no pocos se molestaron porque no figuraron sus nombres al pie de la instancia que al gobernador de la provincia hay que dirigir siempre que un picador desea tomar tan codiciada investidura. En la corrida 15° de abono celebrada el 13 de Septiembre de 1885, tomó la alternativa,habiéndosela concedido el notable picador Manuel Salguero.
Tomaron parte en dicha corrida los matadores de toros Hermosilla, Gallo y Valentín Martín, y se lidiaron seis toros de primera de la antigua y renombrada ganadería de Aleas, y tanto satisfizo su trabajo, que en todos los círculos taurinos y en la prensa no se ocuparon de otra cosa que de las buenas cualidades que reunía para ser un gran picador de toros, porque, no sólo marcó muy bien la suerte de detener, sino que hizo ver que, a más de brazo derecho, poseía una mano izquierda agilidosa en extremo y no poco valor. En esta corrida picaron Calderón (A .), Bastón, Fuentes y Calesero. Después vino toreando en la cuadrilla del malogrado espada Felipe García; a poco tiempo de tomar la alternativa el buen banderillero y peón de brega ValentIn Martín, ingresó en la que formó este diestro. El año 87, cuando ya había adquirido un gran cartel Ignacio, por no poder atender al negocio del trato que les legó su padre y a la tarea de picar a la vez, abandonó el castoreño y se dedicó de lleno, en unión de su hermano mayor Tomás, a la contrata de caballos para corridas de toros. Entre las cogidas que tuvo figura en su carrera una muy aparatosa que tuvo en Tolosa el año 86, el día 24 de Junio, festividad de San Juan, picando un toro de D. Jorge Díaz, y que por fortuna no tuvo más consecuencias que un gran susto, y una paliza mayúscula para el torero objeto de estas líneas. Tomás e Ignacio desempeñaron el cargo de contratistas de caballos y no cesaron de salir de su academia buenos picadores como Telillas, Calesero, Largo, Molina, Pajarero, Campillo, Chano, Soria, Montalvo, Moreno, Formalito, Melones y un sin fin de ellos. En una palabra, gracias a los Luengos Madrid dio picadores.

Aunque Luengo se Apellida
o lo que es lo mismo largo
sin embargo
es de talla reducida
Lo que no debe influir
para que obtenga buen fallo
si a caballo
quiere en la plaza cumplir

1 comentario:

  1. Quería agradecer este artículo era mi bisabuelo, pero mi abuela su hija que x desgracia se me fue hace un año siempre me ha hablado de el y me ha hecho muchísima ilusión poder leerlo seguro que ella habría estado super orgullosa de verlo. Gracias.

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