José Feijóo había nacido en Madrid el año 1855, y cuando apenas tenía quince años , ya figuraba como banderillero de novillos, siendo compañero de los Ojitos, Joseíto, Regaterín y otros que tanto bueno hicieron entonces y después. A los diecisiete años se hizo matador de novillos, y tales cosas hizo, que nadie dudaba que llegaría a ser un buen matador de toros. Esas eran las esperanzas de sus muchos parciales; pero todas quedaron truncadas con el prematuro fallecimiento, ocurrido el 21 de Diciembre de 1873, a consecuencia de la epidemia variolosa. De no haber sido segada su vida en flor por la traidora enfermedad, es seguro que las esperanzas de los admiradores de José Feijóo se hubiesen realizado. Todos los escritores taurinos de aquel tiempo prodigan las frases encomiásticas al juzgar su trabajo, y en las pocas líneas que le dedica Sánchez de Neira en su Diccionario taurómaco, dice: "Era una esperanza para el toreo, que se acabó muy pronto. Joven y apuesto, pareaba con gracia y desenvoltura, y le hemos visto matar regularmente, sin atolondramiento, algún toro de novillada." Téngase en cuenta que esto se refiere a una edad en que pocos aficionados a la íidia de reses bravas logran hacerse notar, pues como queda dicho, Feijóo murió a los dieciocho años y ya era popular y ya tenía considerable número de partidarios que confiaban en verle pronto convertido en torero de primera fila.
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