Manuel Rodríguez Suárez, «Pepete», hijo de aquel otro «Pepete» —José Rodríguez Davies—, muerto por un toro de Zalduendo en la Plaza de Fitero, se apodó «Pepete Chico» para distinguirse de su hermano Juan José, que usó el mismo alias de su padre cuando actuaba de novillero. Había nacido en San Fernando el 24 de junio de 1897. Sólo tenía dos años cuando murió su padre, y desde pequeño sintió la afición a los toros por respirar el ambiente taurino en todos los rincones de su casa. En mayo de 1914 mató por primera vez un novillo de Salas en su patria chica. La prueba fue satisfactoria y "Pepete Chico" continuó actuando en festejos durante los años 1915 y 16, siendo en Chiclana donde viste por primera vez el traje de luces, alternando con «Chanito II» y «Monda de Chiclana» en la lidia de reses de Castrillón. En 1917 se marchó a América y actuó de novillero en varios Estados, consiguiendo un gran cartel en Colombia, donde le llamaban «Pepete el huevero».
En 1922 le da la alternativa en la Plaza de Mérida, de Yucatán, el matador de toros español Manuel Navarro, de Brenes, obteniendo un gran triunfo. El 22 de septiembre del mismo año torea la corrida de Covadonga, alternando con Manuel Navarro, Mamiel Muñoz, «Andaluz» y Joaquín Casañes en la lidia de ocho toros de don José Vinadé; «Pepete» tumbó a sus enemigos de sendas estocadas y fue sacado en hombros. El cartel conseguido en Colombia le abrió las puertas de la Plaza de toros de la capital de México, donde actuó en varias corridas, alternando con las figuras aztecas y las españolas que cruzaban el «charco». Merece citársela destacada actuación que tuvo en México en 1925, alternando con «Chicuelo» y Juan Espinosa, «Armillita», en la corrida celebrada en beneficio de «Chicuelo» Hay que tener en cuenta que «Pepete» sufrió un grave percance al arrojarse a tierra desde un barco porque no le permitían desembarcar; esto ocurría en 1920, y quedó visiblemente cojo, por lo que su carrera artística tiene doble mérito. La vida de «Pepete» fue muy poco ordenada, por lo que se vio varias veces arruinado. Una de ellas regresó a España, y en San Fernando se organizó una corrida en su beneficio, el 12 de junio de 1927; en ella tomaron parte Leopoldo Blanco, Juanito Ezpeleta y José Jiménez, «Rebujina», con novillos don Francisco Chica.
El beneficiado, con visible cojera, mató un novillo con buen estilo, pero el resultado económico fué lamentable. Al poco tiempo desaparece «Pepete» de España y reaparece en Mérida, de Yucatán, obteniendo un señalado triunfo al consumar un volapié con un pañuelo a un toro de don Chuchú Pérez, la tarde que «Chanito» le dio la alternativa al novillero colombiano Octavió Chavarriaga, «Varita», el 4 de marzo de 1928. Vuelve a torear en Barranquilla el 15 de abril de 1928 en una corrida e su beneficio, alternando con Belmonte de Málaga y Padilla y obteniendo por unanimidad la medalla de oro que se otorgaba al espada que tuviese mejor actuación. Tuvo varios percances en su vida taurina, siendo el más grave el que sufrió toreando con José Paradas en Mérida en 1922. Recibió dos cornadas, una en el muslo y otra en el pecho, de tal gravedad, que el juez ordenó la suspensión del espectáculo por encontrarse el diestro en estado agónico.
Chicuelo.Pepete y Armillita |
La última vez que se vistió de torero fue el 21 de abril de 1939, en Bogotá, alternando con Juan Silveti y «Morenito de Zaragoza», en la lidia de reses de Mondoñedo. Por su temeraria forma de torear con el capote era considerado por la crítica de Colombia como el sucesor de Belmonte, hasta el punto de que a sus verónicas le llamaban «belmontinas». Con la muleta fue un torero sobrio y con el estoque rayó a gran altura. Dedicó sus actividades a empresario con poca fortuna, y agotado física y económicamente, regresó a España, colocándose de guarda nocturno en el Hotel Continental, de Cádiz. A causa de su desordenada vida tuvo cuatro enfermedades, que las sobrellevaba sin hacer cama, hasta que, vencido por completo, ingresó en un hospital, donde falleció dos días después, el 28 de diciembre de 1949.