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miércoles, 10 de mayo de 2017

JOAQUÍN CALERO VERDEJO “CALERITO”



Matador de toros nacido en Zaragoza el 19 de julio de 1876. Aficionado a los toros desde pequeño, acudió a las capeas temprano, y a los catorce años actuó corno banderillero en su ciudad natal en una corrida a beneficio de Juan Ruiz (Lagartija). Siguió banderilleando durante algún tiempo sin cuadrilla fija, y en 1895, por aspirar a más, se hizo novillero. En Zaragoza y provincias pronto logró hacerse popular. El 25 de julio de 1898 demostró en la plaza zaragozana su gran valentía e inteligencia estoqueando una vaca de la ganadería de Gota, llamada Matea por haber dado muerte en la dehesa a un pastor del mismo nombre en masculino; la tal fiera había sido placeada por innumerables capeas; no dejaba pantalón sano y habla herido a muchos aficionados y muerto a varios. Joaquín acabó con la vaca filosofa de usos cuantos estoconazos, y los espectadores le silbaron, más por haberles privado del gracioso y brutal espectáculo de ver a los aspirantes a toreros volar sin alas y con vaca, lanzados por los maliciosos cuernos de la .halen, que por la ruda manera de acabarla. 

El 13 de agosto de 1899 hizo su presentación en Madrid, lidiando novillos de Palha en unión de Campitos, Cantaritos, Suarito, aransaito y García Mariscal. No pudo estoquear el novillo que le correspondía por suspenderse la corrida a consecuencia de la lluvia. En Carabanchel sufrió aquel mismo año una grave cogida. Desde entonces es uno de los novilleros más solicitados por las empresas de las plazas más importantes, toreando alrededor de treinta corridas cada año. El 7 de agosto de 1902 volvió a pisar el ruedo madrileño, estoqueando reses de Palha en unión de Segurita y Mazzantinito. El 14 de marzo de 1903 sufre en el mismo coso una cornada grave de un novillo de don Luis Patricio (de Portugal). Sin decidirse a tomar la alternativa, en tamo que otros que habían comenzado después que él se apresuraban a doctorarse llegó a la temporada de 1908, en que se distinguió en la lidia de miuras, y en Zaragoza sobre todo, donde una tarde resultaron cogidos muchos toreros e él salió ileso y se mostró heroico. Gastado de novillero, se decidió por fin a tomar la alternativa —al parecer en Madridejos hubo una cesión de trastos en 1905 a la que no dio importancia—; el 14 de octubre de 1910 le doctoró en Zaragoza Vicente Pastor. Pecó de retrasado como otros de ligeros. 



Ya se le vela con poco interés y como a torero pasado. Toreó apenas como matador de toros; las empresas y los públicos no lo atendían. Al finalizar la temporada de 1911 marchó a América sufriendo una cornada grave en Caracas (Venezuela) el 25 de noviembre. El 16 de mayo de 1912 un toro de Cándido Díaz le dio un puntazo en el escroto y una cornada en la axila en Tafalla. Torear poco y ser muy cogido es un mal camino. Amenguados a fuerza de cornadas sus arrestos, rico en experiencia y conocimiento de las reses, se empobreció en contratas, y al fin dejó de torear, después de renunciar a la alternativa, volver a novillero para ver si se le solicitaba más y no conseguir verse menos olvidado. Joaquín Calero Verdejo ha sido un matador valiente y aceptable, pero poco afortunado. Hubo pocos toreros iguales a él poniendo banderillas en silla, suerte que ejecutaba con una serenidad, perfección y precisión ejemplares. El 8 de agosto de 1903 puso un soberbio par al quiebro en la plaza de Madrid, que los críticos calificaron de único y formidable, hablándose largo tiempo del caso. En 1932 residía en Zaragoza.

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