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martes, 11 de octubre de 2011

CRONICAS DE VILLALUENGA

UN HECHO ESCANDALOSO
“Parece que enviado por el gobernador de la provincia, se presentó un delegado con objeto de examinar las gestiones del Municipio. A penas llegado al pueblo, el delegado intimó al alcalde, de Villaluenga del Rosario Sr. Aguilar (D. Cristóbal Aguilar Gallegos) á que le entregara el mando , a cuya orden se resistió el alcalde, por no estar aquel competentemente autorizado para llevar a cabo este acto.
La justa negativa del Sr. Aguilar a entregar el mando fue interpretada como desobediencia por el delegado gubernativo, quien se presento en la casa capitular, en ademán agresivo, acompañado de la guardia civil; y habiendo tomado todas las avenidas de dicha casa-ayuntamiento con escopeteros, el delegado intimó al alcalde orden de prisión, fundándose en la precitada desobediencia.
El alcalde reputó arbitraria la orden y declaro que no cedería sino a la fuerza ,pues el delegado no tenia atribuciones más que para formar un expediente, cosa que no resistía, si se llenaban las formalidades legales , y ni aún tampoco a entregar la vara si se le decía de oficio. Entonces comenzó la lucha.
A las ordenes del delegado avanzó la guardia civil, y apuntó con sus carabinas al pecho del alcalde; éste permaneció impávido en su sillón, presentando el bastón de borlas y pidiendo respeto a la ley y a la autoridad que representaba; además dijo que se prestaba a darse preso, siempre que se le pusiera la orden por escrito.
El segundo teniente de alcalde D. Juan Ruiz, quiso mediar, y se atrevió a hacer una tímida protesta; pero ciegote ira el delegado ordeno a la guardia civil que lo echaran a la calle, lo que se verificó a empujones y golpes.
Verificado esto, el delegado, sus acompañantes y los guardias acometieron al alcalde; lo tiraron al suelo, lo patearon, le rompieron el bastón , y desde la mesa de la alcaldía llevaron arrastrando a la primera autoridad del pueblo hasta la puerta del ayuntamiento
El alcalde pedía favor, misericordia, socorro y a sus voces contestaban con golpes, culatazos y denuestos.
En este estado, viendo que el escándalo era grande, el delegado con una pareja fue por una caballería para llevar al alcalde para llevar a la cárcel al señor alcalde, llevando de una posada la de un aceitero; en este acto le dio un accidente a la victima y gracias a las malas condiciones de la cárcel fue trasladado a una casa inmediata, donde ayer continuaba bastante grave.
Púsose inmediatamente oficio al juez de primera instancia, el cual se constituyó en aquella villa a las dos de la madrugada, dando principio las diligencias y dejando en libertad al alcalde”
“La Nueva Era de Cádiz” reproducido en “La época de Madrid” 18 de Noviembre de 1883.Hemeroteca de la Biblioteca Nacional (Madrid)
El delegado del gobernador de Cádiz que en Villaluenga atropelló al alcalde se encuentra a disposición de los tribunales de Jerez. “El Día” 25 de Noviembre de 1883
EL ALCALDE DE VILLALUENGA
Nuestros lectores recordaran los sucesos ocurridos en el citado pueblo de la provincia de Cádiz, sucesos que algunos colegas trataron más tarde , si no de disculpar, de privarles al menos de parte de su gravedad. La autoridad victima de la agresión, nos remite con este motivo el siguiente comunicado: “Sr. Director del periódico El Día. Cádiz 30 de Noviembre de 1883 Muy señor mío: Habiéndome V. ocupado en el periódico que tan dignamente dirige de los sucesos de Villaluenga, ruego a V. que con arreglo a la vigente ley de imprenta se sirva insertar en el mismo el siguiente remitido que con esta fecha dirijo a “La Correspondencia de España” , por lo que le anticipa las gracias su afectísimo seguro servidor Q.B.S.M.
Cristóbal Aguilar Gallegos. Sr. Director de “La Correspondencia de España” Cádiz 30 de Noviembre de 1883 Muy señor mío: He leído en el periódico que tan dignamente dirige que “La Nueva Era”, periódico que se publica en esta capital, ha exagerado los sucesos que en 10 del actual se realizaron en Villaluenga del Rosario, donde soy alcalde.
Convaleciente aún y contra la prescripción facultativa, he venido a esta capital a rogar a mi superior jerárquico nueva delegación, pero ilustrada , imparcial y justa que examine la administración municipal del ayuntamiento que presido, puesto que mientras esto no se realice, yo no puedo volver decorosamente a un puesto en que se ha herido mi dignidad de la manera mas inusitada.
Habla V. Sr. Director, de datos oficiales que no deben ser exactos; si V. se quiere tomar la molestia de acercarse a los ministerios de Gobernación y Gracia y Justicia, allí encontrará los expedientes con datos bastantes a transportarle, con su lectura a una kábila del imperio marroquí.
Ruego a V. suspenda su juicio con respecto a la administración de Villaluenga hasta que la nueva delegación no depure los hechos, y que con arreglo a la ley de imprenta vigente se sirva dar cabida en su periódico a las presentes líneas, anticipándole por ello las gracias su afectísimo seguro servidor Q.B.S.M.
Cristóbal Aguilar Gallegos, “ “El Día” 05 de Diciembre de 1883

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