Curro Vázquez. se anunció en Tijuana (México) el 18 de julio de 1977. No pudo redondear el triunfo con su lote, por lo que se decidió a regalar el sobrero, al que cuajó a la perfección. Resultó herido en el muslo, y a pesar de ello, se mantuvo en el ruedo para redondear su obra maestra, lo que provocó el clamor en los tendidos. Tras matar a su enemigo y pasear triunfal con los trofeos entró en la enfermería. Allí se encontró con el cirujano jefe, que portaba en su mano derecha una botella de tequilla y en la izquierda un puro de considerables dimensiones. Lejos de apresurarse a ver el alcance de las heridas comenzó a filosofar de toros con el diestro herido, que no paraba de quejarse. Terminada la charla comenzó a realizar su labor pero el torero seguía quejándose amargamente. El cirujano, sorprendido, le preguntó: ¿Tanto le duele? El maestro, herido y enfadado, le contestó: No es la herida, es que me está usted quemando la pierna con el puro.
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