No el mejor, pero sí el más fino
de los varilargueros del segundo tercio del siglo XIX, fue este notabilísimo
lidiador sevillano. A raíz de su presentación en Madrid escribió un cronista:
"Ha venido con Montes un picador de gran mérito. Trabaja con la fe de
Corchado y "Curro Sevilla", no igualándoles por ser menor su bravura
y fortaleza; por su finura y arte nos hace recordar a Laureano Ortega."
Coinciden con esta apreciación los tratadistas don José Cortés y don José
Sánchez de Neira, los que afirman no haber conocido diestro de a caballo de más
fino estilo. "Su mano izquierda era envidiable, su colocación, y, sobre
todo, su entrada a los toros parados era inmejorable." Antonio Sánchez
Gallego vio la luz en el sevillano barrio de San Roque el año 1806. Hijo de
humildes labradores, trabajó desde la adolescencia en las faenas del campo, y
contrariando la voluntad de los autores de sus días, se dedicó a la profesión
taurina muy joven aun, practicando el toreo a caballo por su costumbre del
manejo del ganado.
Cuando comenzó a picar novillos, en el año 1823, no usaba
apodo alguno, y el origen de éste parece fue el siguiente: Algunos amigos le
reprochaban el que, siendo ya profesional del toreo en el citado año 1823, se
reintegrase en invierno a las faenas agrícolas, a lo que Antonio dijo: —Es que
mi padre necesita le ayude a ganar un "poquito pan). Cayó en gracia la
respuesta, "Poquito-Pan" comenzaron a llamarle: no le disgustó el
apodo y lo adoptó en su arte. Toreó mucho en la región andaluza y corridas de
menor cuantía en los años 1823 y 24, unas novilladas en San Fernando (Cádiz) y
otras en Sevilla el último de los años citados, en las que se distinguió
sobremanera, le abrieron las puertas de la Plaza sevillana para corridas de
toros, tomando parte en la corrida de la Maestranza del 29 de abril de 1825, en
la que formó tanda con José Pinto. Llamó la atención el nuevo piquero por su
juventud y excelente estilo, y su labor no desmereció al lado de sus
acreditados compañeros Pinto, Francisco García y Hormigo.
Volvió a torear en
aquella Plaza los años siguientes, y en 1830 don Rafael Pérez de Guzmán le
eligió para que, en unión de José Fabré, dirigiese a los distinguidos
aficionados que picaron en su corrida del 23 de agosto, en la cual fue único
espada. Contratado Antonio Sánchez para las siete fiestas de la Maestranza en
1832, fue, con Bernardo Botella, quien más se distinguió por lo que éstos
picaron solos, en amistosa competencia, la corrida del 23 de junio, en la que ambos
escucharon continuas ovaciones. Al reorganizar Francisco Montes su cuadrilla en
1833 incluyo, en la misma un picador —primer caso en la historia del toreo—,
designando para ello a Antonio Sánchez, quien, acompañando a su primer jefe,
hizo su presentación en Madrid en la primera corrida de dicho año —15 de abril—
picando en tanda con Manuel González, los seis toros de Hidalgo Barquero, Vera
y Delgado y Martínez Ruiz, lidiador en la tarde. Este año tomó, parte en
catorce corridas picando en tanda, figurando en las restantes como reserva.
También tomó parte en las de fiestas reales, sobresaliendo de sus compañeros
por la magna labor desarrollada en la fiesta de la mañana del 23 de junio, en la
que públicamente fue felicitado por el primer espada Juan León. Continuó en la
cuadrilla de "Paquiro" la temporada de 1834, se ajustó por su cuenta
con las Empresas en 1835 y volvió nuevamente
a la Corte con el mismo espada en 1836, tomando parte en dieciséis de
las veintidós corridas,, compartiendo con "Curro Sevilla" las
ovaciones tributadas.
Estos diestros formaban una tanda ideal, pues al arrojo y
empuje de Francisco Sevilla se unía la finura de Sánchez. Siguió viniendo con
el espada de Chiclana las temporadas de 1837 y 38, siendo con Sevilla con quien
más constantemente formó tanda, no porque "Curro" figurase a las
órdenes de Montes, como jamás dependió de espada alguno, sino porque el público
reclamaba trabajasen unidos los dos más famosos picadores de aquel tiempo.
Francisco Sevilla y Antonio Sánchez percibían los más elevados honorarios de
los varilargueros de la época, 1.500 reales por corrida, si bien el primero
salía más beneficiado, pues recibía una gratificación de 200 reales por motivo
de fuertes contusiones sufridas en una caída en la corrida madrileña del 21 de
abril de 1841; estuvo enfermo y no pudo volver a la profesión hasta el 23 de
agosto, en la que el público le recibió con una cariñosa ovación. Separado de
Montes, no viene a Madrid hasta el año 1844 contratado por la Empresa para las
corridas de primavera, en las que cobra el máximo de picadores: 1.500 reales.
Según nuestras notas, la última corrida en que picó en tanda fue la del 12 de
mayo —octava de la temporada—, en la que alternó con Juan Gallardo, picando los
seis toros de Muñoz, Fuentes y Suárez, que estoquearon Juan León,
"Cúchares" y "El Chiclanero". Figuró como reserva en las
corridas novena y décima, y anunciado en tanda para la décimo primera no pudo
trabajar por hallarse enfermo; por este motivo rescindió su contrato con la
Empresa, retirándose a su residencia de Sevilla. Desde esta fecha es irregular
su vida en el arte, goza de poca salud y pasa a veces temporadas completas sin
vestir la ropa de torear: por el año 1859 se retira definitivamente del toreo.
En el año 1861 sufre una gran recaída en sus dolencias; algo repuesto viene a
Madrid en la primavera, y aquí le sorprendió la muerte, a las ocho de la noche
del día 31 de julio de dicho año 1861, certificando los facultativos que su
muerte fue debida a una tisis laríngea.
El entierro del popular picador de
toros se verificó al siguiente día, 1 de agosto, siendo presidido por su amigo
y protector don Pedro Colón, duque de Veragua, quien, en unión de otros dos
íntimos del finado, costeó un solemne funeral en la parroquia de San Sebastián.
Antonio Sánchez Gallego, "Poquito-Pan", era soltero y contaba al
morir cincuenta y cuatro años de edad. Los tratadistas del toreo no dedican en
sus libros el espacio que merece diestro de tal renombre. También son inexactos
algunos de los datos aportados en sus breves apuntes biográficos. Señalan como
fecha de presentación en Sevilla el año 1831, cuando lo cierto es que fue seis
años antes, procediendo el error de que en el cartel de 1821 le equivocaron el
nombre, apareciendo con el de Manuel —era el de su padre—, y los historiadores
suponen se trata de dos picadores del mismo apodo, cuando sólo fue uno.
También
afirman que Antonio figuró en la cuadrilla del "Sombrerero" antes de
ingresar en la de Montes, lo que es inexacto, pues ese espada no llevo nunca
picadores en su cuadrilla. Todas las temporadas que Antonio Ruiz hizo en
Madrid, desde su presentación en 1816 hasta la última en que aquí toreó, 1832,
vino acompañado única mente de banderilleros. Antonio Sánchez no tuvo más jefe
de cuadrilla que Montes; las temporadas que no fue con éste se ajustaban
directamente con las Empresas. Algunos de estos tratadistas señalan el año 1846
como el último en que trabajó Antonio Sánchez
en la Plaza madrileña. Están en un erro; ese año los picadores de este apellido
que sirvieron las corridas de la Corte fueron Manuel no Antonio .Y Una hazaña
de este notabilísimo garrochista fue la de lograr llevar un toro hasta Tablada ensotado
en el acebuchal de un cortijo sevillano.
Poca Pena murió el 31 de julio de 1861. lo digo porque no ponen fecha de muerte, tengo la fuente pero no se como ponerla aqui. la fecha de nacimiento tengo la de 1907. Estoy a su disposición, @julianhibanez twiter
ResponderEliminarDisculpen, no lei la parte de la muerte, como siempre muy bien documentados..Un saludo y disculpen.
ResponderEliminarsi se fijan, lo pone arriba murió como bien dice Julian el 31 de Julio de 1861 de una "Tisis Laringea" muchas gracias a los dos.
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