Fue natural de una de las vecinas poblaciones marítimas, en las cuales vivió algunos años, e hijo de un conocidísimo tratante en caballerías, y a más empresario de ellas en las antiguas plazas de esta capital. La afición extremada que Veintiundit demostró a los caballos desde su juventud,le hizo tomar a su cargo la conducción de diligencias entre esta y Castellón de la Plana. Su mayor placer consistía en domar los cerriles que más tarde paseaban con gallardía a su señor y dueño. Su entusiasmo por nuestra fiesta nacional hizo que, en broma, pero nacido de muy hondo, se ofreciera en alguna ocasión a picar una corrida si faltaba algún reserva. Esto era por el ario 70.
Su apostura, buen tipo y sus antecedentes, hicieron que el ofrecimiento llegara a vías de hecho y Paco Veintiundit se presentara ante el público de Valencia, llevando como jefes de cuadrilla a los inolvidables Gonzalo Mora y Bocanegra. Su debut lo constituyeron dos tardes consecutivas, lidiándose ocho toros en cada una de ellas. Perteneció a las cuadrillas de los infortunados Punteret y Julio Aparici, Fabrilo; toreando además en las de los matadores más afamados de su época. Tomó la alternativa de picador de toros en Madrid el año 1883, toreando los maestros Lagartijo, Currito y Gallo reses del difunto ganadero D. Félix Gómez. Los aficionados estoy seguro que no habrán olvidado a aquel apuesto jinete que dominaba al caballo por bravo que fuera, con aquella mano izquierda, apretándose con los toros y haciéndoles mucho daño, pero mucho.
La verdad es que ellos también ce lo hicieron a él en algunas ocasiones, recordando entre las cogidas más graves que sufrió, una en la plaza de Villena, donde un toro le atravesó el muslo izquierdo; además, le ocurrieron accidentes menos importantes en Barcelona, Valencia, Castellón y otras plazas. Una enfermedad común le arrebató la vida el día 28 de Noviembre de 1896, a los cincuenta y dos arios de edad y cuando vivía ya cinco años retirado de la agitada vida de torero.
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