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viernes, 4 de diciembre de 2015

LORENZO SACRISTAN "PESETA"


No es  el primero que llevó el apodo de Peseta, pues hace ya más de un siglo, allá por el año 1818, que en Sevilla se dio a conocer con el mismo alias otro varilarguero, llamado Manuel López. A Lorenzo Sacristán se lo dicen porque, siendo un muchacho, tenía un cuñado suyo, que estaba en Vicálvaro al servicio de la Duquesa de Sevillano, una mula con un lunar blanco a la que nuestro biografiado dio en llamar "la mula Peseta", y tanto lo dijo y tanto lo repitió que acabaron por designarle con el sobrenombre de la moneda de nuestra unidad. Nacido en dicho pueblo de Vicálvaro (Madrid) en 6 de abril de 1889, se crió en la corte con el tiempo, fue dedicado a la humilde ocupación de conducir un carro de los que reparten carne y. frutas a varios establecimientos. "El Mellao", que así apodaban a la persona a cuyo servicio estaba Lorenzo, era también dueño del tiro de mulas que hacían el arrastre en la plaza de toros, y por ahí empezó la afición al toreo que había de hacer cambiar de rumbo la vida del modesto carretero. Se inició el mismo cuando Peseta entró a servir con Isidoro Aguado (el Loro), contratista de caballos en la plaza de Tetuán, en la que, como picador de reserva, se presentó Lorenzo Sacristán y Alago el 10 de mayo de 1914, en una novillada con reses de Cúllar que fueron estoqueadas por el Aragonés, Pascual Bueno y Currillo. Picó en tal plaza dos veces más y luego lo hizo con largos paréntesis, hasta el 27 de julio de 1916, que actuó por vez primera en Madrid en una novillada nocturna en la que se presentaron como novilleros en el circo cortesano Nacional y Emilio Méndez. En la plaza madrileña continuó picando Peseta como reserva aquel año y los siguientes, hasta que en 1921 formó en la cuadrilla de Fausto Barajas, cuando éste era todavía novillero, y a sus órdenes estuvo toreando por espacio de seis años consecutivos. Durante los años 1927, 28 y 29 fue subalterno de José Pastor. 

"Peseta es buena persona, 
su mérito' el arte abona, 
tiene amor propio y aprieta,
y a veces, más que peseta, 
parece una "pelucona".


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