Nació en Almansa ciudad de la manchega tierra albaceteña ,
el día 22 de abril de 1871.
Cursados los primeros estudios escolares, pretendieron
sus padres dedicarle al comercio, en el que
parece inició sus actividades; pero surgida en él la
vocación taurina, realizó examen de aptitudes en
los pueblos de la región levantina, y con deseo de
ampliar sus conocimientos, se trasladó a Sevilla, la
meca del arte par a todo el que sueña con emular
las hazañas de Curro Guillén y Rafael Guerra .
Unido allí a los aspirantes regionales, no escasos
en ninguna época , frecuentó cerrados, asistió a tentaderos,
actuó en capeas, soportó caminatas, hambre
y toda la gama de privaciones y trabajos del
aprendiz carente de parentela profesional y acreditada
que facilite su carrera
Antes de reintegrarse a su tierra, tuvo ocasión
de torear algunas novilladas de menor cuantía en
cosos andaluces, figurando como peón y banderillera
Retornó luego a la patria chica y comenzó
nejar el estoque con suerte varia ; logró algunas tardes de buen éxito , «metió algún ruido» y esto facilitó su acceso a la Plaza madrileña a la que vino el 24 de junio de 1903, lidiando, en unión de José Villegas, «Potoco» , y Fermín Muñoz, «Corchaito», toros de Pacheco y Moreno Santamaría.; no obstante, su nombre volvió
a los carteles de la Corte, ya con alguna mejor fortuna Bueno es hacer constar,que el ganado de desecho de tienta y cerrado, base de aquellas novilladas, distaba mucho de ser cómodo , sencillo y manejable.Pascual González vio en América mayores posibilidades de triunfo, y par a allá embarcó , recorriendo varios países del Sur , en los que mató novillos
y toros, alternando con diestros españoles y del país
y contratando corridas en las que figuraba de único espada
En el año 1909, y en una de sus correrlas por
México , Antonio Boto, «Regaterin» , le dio la alternativa
el día 19 de diciembre, en la Plaza de Puebla de los Ángeles.
En España siguió el novillero hasta el 3 de septiembre
del siguiente año , que en Villarrobledo le
cedió Mazantinito los trastos y el primer toro, «Mulato
» (colorado), de don José del Amo, doctorado
que no llegó a confirmar en Madrid.
No mejor o su situación esta alternativa; siguió
casi ignorado por las empresas; tuvo una cogida de
grueso calibre que menguaron sus facultades; se retiró
del arte, dedicándose a la industria. Volvió momentáneamente a vestir la ropa de torear, y ya
definitivamente retirado, murió el 8 de febrero
de 1936. Pascual González anduvo siempre más escaso de
arte de valentía , si bien de ésta no estuvo extraordinariamente
dotado. Pudo, no obstante, realizar en su patria algunas mejores campañas, pero
sus continuas ausencias motivaron su olvido por
las empresas.
Fue lidiador de agradable presencia y simpatía
personal.
Pasó por la amargura de ver morir en plena juventud
a sus hijos Juan y Quiliano, matadores de
novillos, a los que él había enseñado a torear.
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