No es este el primer Almendro que ha tenido el Toreo, sino el segundo, aunque hay que advertir que el que le precedió ostentaba el nombre del árbol amigdaláceo (¡ botánicos me somos!) como apellido y el que va a ser objeto de nuestra atención lo exhibe como apodo. El primero, llamado Miguel Almendro, fue un matador de novillos de Carmona (Sevilla) que luego figuró como banderillero en la cuadrilla de Guerrita por espacio de nueve años— hasta 1896—y después en la del Algabeño (padre). Se suicidó en 1899 y fue de los más notables subalternos de su época. Otro Almendro hubo también novillero, muy modesto, llamado Vicente Aznar, que luego fue banderillero y actuando como tal murió trágicamente en Puertollano el 7 de abril de 1918.
El Almendro ,al fin, sevillano, pues en la ciudad de la Giralda vino al mundo Enrique Ortega el 24 de diciembre del año 1892. Su niñez y su primera juventud las pasó Almendro haciendo la vida birlonga. ¡ Qué habia de hacer, señor, si estaba escrito que tendría que ser torero! Claro es que antes de serlo fue "afisionaillo", hasta que el año 1910 le dio su primo Rafael el Gallo el espaldarazo y le dejó que toreara con él seis corridas como banderillero. A la caza de lo que iba saliendo pasó el hombre un par de temporadas, y en 1912, al tomar la alternativa el inconmensurable Joselito, lo incorporó a su cuadrilla, en la que permaneció hasta el final de 1918. En marzo de 1919 toma la borla de doctor Ignacio Sánchez Mejías y a la cuadrilla de éste pertenece desde aquel momento Enrique. Al hacer Sánchez Mejías su primera retirada en 1922, el Almendro se buscó nuevo acomodo, que fue la cuadrilla de Manuel García (Maera), en la que estuvo durante las temporadas de 1923 y 24, o sea hasta que dicho espada falleció. Toreó luego con distintos espadas, uno de ellos su primo Rafael, al regresar éste de uno de sus viajes a América en 1926, y este mismo año militó en las huestes de Pepe el Algabeño, ingresando finalmente, en 1927, en la plantilla del ínclito Joaquín Rodríguez (Gagancho).
Primo hermano del padre de Manolo Caracol, gran cantaor quedando su buen arte reflejado en las populares coplas que empiezan diciendo: "Cuando El Almendro torea / la plaza se bambolea..."; Como cantaor de reunión, creó un fandango con aires de soleá, sumamente original, que fue seguido por su pariente Manolo Caracol, quien lo popularizó. También era un excelente solearero, por lo que el poeta Juan Pedro Domecq le dedicó su Romance de la soleá.
era más un cantaor de fiestas que de teatros, pero gozó de gran prestigio entre los propios artistas y estuvo bastante considerado entre los aficionados. Retirado de los toros, por su obesidad, se dedicó al trato de ganado y a la representación de vinos jerezanos. Murió en Sevilla en 1959. Su sobrino Manolo Caracol copió de él su fandango, un estilo de mucha flamenquería que Manuel Ortega Juárez llevó a la cumbre, haciéndolo suyo
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