Qué
lejos
estamos,
del 23 de Abril de 1887, de
aquellos
tiempos
en
que
salían
a
la
plaza
toros
como
el
de
la
ganadería
del
cura
Solis,
antes
del
marqués
viudo Salas,
que
hizo
famoso
su
nombre
de
Jaquetón La
raza
de
toros
de
lidia
ha
venido
tan a
menos,
que
parece
cuento o
leyenda
el
relato
de lo
que
Jaquetón
hizo
en
el
coso
madrileño.
Los
que
sólo
hayan
visto
toros
de
pocos
años a
esta
parte,
no
se
explicarán
que
en
otro
tiempo
los
haya
habido
tan
bravos
como
éste
de
que
hoy
vamos
a
hablar.
Para
él
salieron
los
cabestros
al
ruedo,
pero no
como
salen
ahora
un
día
sí
y
otro
también,
sino
para
todo
lo
contrario,
para
sacarlo
vivo
en
premio a
su
bravura.
Jaquetón
era
cárdeno,
chorreado,
apretado
de
cuerna,
codicioso,
noble
y
de
extraordinario
poder.
Se
lidió
en
cuarto
lugar
en
aquella corrida,
en
la
cual
actuaron
de
matadores
Currito,
Frascuelo
y
Ángel
Pastor.
Ya
estaba el
público
entusiasmado
con
la
buena
presentación
y
con
las
faenas
de
las
tres
primeras
reses,
cuando
se
dio
suelta a
Jaquetón.
Sus
hermanos
lidiados
antes
que
él
fueron
:
Caballero,
que
tomó
ocho
varas
y
mató
tres
caballos;
Mirandillo,
que
recibió
ocho
puyazos y
dejó
muertos
dos
pencos,
y
Cabezudo,
que
resistió
diez
lanzazos
y
dejó
cuatro
cabalgaduras
para
el
arrastre.Tomó
Jaquetón
nueve
varas,
echándose
los
caballos a
la
cabeza
seis
veces
y
dejando
siete
de
éstos
muertos.
Empezó
destrozando,
apenas
salió
del
chiquero,
el
caballo
del
Sastre
y
el
de
Paco
Fuentes,
que
eran
los
picadores
de
tanda,
y,
cuando
terminaba
el
primer
tercio,
después
de
una
faena
estupenda,
persiguió a
un
caballo
desde
los
medios
hasta
las
tablas.No
había
descansado
ni
un
momento,
y
de
pronto
se
le
vio
hundir
la
cabeza
entre
las
manos
y
empezar a
moverse
presa
de
una
convulsión
espantosa.Tocaron
los
clarines a
banderillas,
y
Ángel
Pastor
se
dispuso a
parear,
pero
el
público,
entusiasmado
con
la
bravura
del
toro,
pidió
que
no
le
banderillearan.
Esto
no
obstante,
uno
de
los
rehileteros
de
Currito,
apodado
Corito,
puso
un
par,
siendo
objeto
de
iracundas
protestas
del
público.El
presidente,
accediendo a
lo
que
el
público
pedía,
ordenó
por
fin
la
salida
de
los
cabestros;
pero
Jaquetón
ni
los
veía
ni
podía
andar.
Estaba
cada
vez
más
convulso
y
con
el
hocico
clavado
en
el
suelo.Por
fin,
salió
Currito,
y
dio
fin
de
la
extraordinaria
res
con
un
descabello,
después de tres intentos.Cuando
fue
arrastrado
el
toro,
la
plaza
entera
aplaudió
entusiasmada Reconocido
Jaquetón
en
el
desolladero
por el
profesor
veterinario
D.
Simón
Sánchez,
resultó
tener
roto
un
pulmón
a
consecuencia
de
los
esfuerzos
que
hizo
en
su
faena
de varas. Jaquetón,
en
opinión
unánime,
es
uno
de
los
mejores
toros
que
se
han
lidiado
en
la
plaza
de
Madrid.Los
veterinarios
quisieron
desecharlo
en
el
apartado
por
chico,
feo
y
mal
encornado.
En
Madrid,
no
hace
muchos
días,
fueron
admitidas
como
buenas
reses
que
después
di
muertas
se
vio
que
no
tenían
la
edad.
¡Lo
que
va
de
ayer a
hoy!
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