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jueves, 27 de junio de 2013

LLAPISERA

El año 1914, en una becerrada benéfica que se celebraba en Valencia, un muchacho alto y delgado había do lidiar un torete. El improvisado torero sintió rubor al comparar su gran estatura con la pequeñez del astado enemigo, y ante él simuló los diversos lances de la lidia, aguantando impávido las acometidas del animal, burlándolo tan sólo con cambios, esguinces y recortes ejecutarlos con un rígido automatismo digno del más flemático inglés. El público rió a mandíbula batiente la original excentricidad, y unos artistas de cinematógrafo que asistían a la becerrada felicitaron al muchacho y le animaron a repetir sus graciosas acrobacias, sus locas piruetas. 

Así apareció en las plazas el toreo cómico, y así inició sus triunfos y su popularidad aquel muchacho valenciano que se llamaba Rafael Dutrús e hizo famoso el mote de Llapisera. El toreo de Llapisera, en su modalidad muy personal e inimitable, tenia categoría de verdadero arte. Lo cómico es un elemento de emoción, en el fondo y en la forma, tan importante como lo dramático. 

La sátira no tiene que envidiar a la tragedia, come, al lado de lo sublime va en grotesco contraste lo ridículo. Llapisera vio lo que de farsa hay en la realidad taurina; su temperamento de humorista encontró el matiz estrambótico de ese albur dramático en que los hombres se juegan la vida; acertó a poner la risa donde el grito de angustia, a dislocar las poses de los lidiadores y caricaturizar el gesto del lidiador ante el inminente peligro. 

Creador, inventor y protagonista del toreo bufo, no tuvo ni ha tenido rival, pese a los centenares de imitadores. 

Rafael Dutrús Zamora, nace en Cheste el 6 de abril de 1892. Admirador de “Bomba”, “Fuentes” y“Machaquito”, comenzó lidiando un becerro en un festival humorístico organizado por el semanario “La Traca” en el que como traje torero utilizó un frac y por montera una chistera que fue muy celebrado por el público asistente. Posteriormente actuó como novillero y como banderillero. Su apodo deriva de su aspecto muy alto y muy delgado como un lapidero que en la traducción a valenciano es "llapisera". Y "Llapisera" se convirtió en el torero bufo, actuante en charlotadas, más importante de todos los tiempos. Fue el creador de la “chicuelina” que con posterioridad perfeccionó, tras incorporarla a su repertorio, Manuel Jiménez “Chicuelo”. El par de banderillas “al violín” que posteriormente han perfeccionado Juan José Padilla, “El Fandi” y Manuel Escribano. La “manoletina” que primero utilizó Victoriano de la Serna y denominó “lasernina”, para posteriormente hacerla suya “Manolete”. Suertes todas ellas superfluas a pesar de que muchos matadores de toros las utilizan como fundamentales en detrimento de las verónicas rematadas con la media verónica, del par de banderillas cuadrando en la cara, sacándolas desde abajo y saliendo con gallardía, y los naturales rematados con el obligaso de pecho. “Llapisera” toreaba muy bien como lo demostró en la colosal faena que realizó a un novillo que estoqueó en el Festival a beneficio de la familia de Emilio Moreno “Morenito de Valencia”. Un desprendimiento de retina y una grave cogida por parte de un novillo de Miura, le apartaron de los ruedos. Siguió como empresario y creó los espectáculos “El Embrujo musical” y “Carrusel”


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