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miércoles, 28 de agosto de 2013

Potoco ( pó toco )



palabras:, afición, voluntad y modestia. Nació José Villegas Perea en Cádiz en Mayo de 1868,  sus padres llevaron los nombres de Inés Perea y Sebastián Villegas"Chano", el cual fué banderillero del celebre espada Chicorro y su hermano el también matador Juan Jose Villegas "El Loco". Los comienzos de su vida son casi exactos á los de todos los que deciden á abrazar la peligrosa carrera taurina. Los padres de José por un lado decididos á cumplir sus deberes. Proporcionando al muchacho la debida instrucción, y haciendo todo lo que humanamente pueden Por dar a su hijo un porvenir basado en el estudio, el chico, por su parte, mostrándose obediente en apariencia y apenas la ocasión se presentaba, allá v a n los libros al demontre, sustituyéndolos por el capotillo de brega que entre sus vuelos tiene escondidas tantas ovaciones. Y así un día y otro día. Estudiando a ratos y toreando á todas horas las reses bravas que pernoctaban en los corrales de extramuros, destinadas al consumo público. 

La situación era violentísima y no tardó en plantearse formalmente el problema. Sorprendido in fraganti, Potoco canto de plano, y á unos y a otros confeso que el toreo era su ilusión y que á él de lleno se entregaba. Poco más de dieciséis años contaba Potoco cuando, harto de andar toreando por pueblos y villorrios decidió salir nada menos que en la gran plaza de la ciudad que le vio nacer, pensar en que  voluntariamente le sacaran, era una necedad Hacían falta  grandísimas recomendaciones , y  Potoco ó no las tenía ó no quería molestarse en buscarlas. Su imaginación le dio resuelto el problema, después de meditar un rato como vamos á ver. Era allá por el año 1886;Los carteles anunciaban una gran corrida en la que se estoquearían seis reses de acreditada procedencia los espadas  Manuel Hermosilla y Juan Ruiz, Lagartija con sus cuadrillas. Potoco apareció  Dios sabe cómo ni por dónde, vestido de luces entre los citados diestros, que no tardaron en notar su intrusión. Interrogado por los  espadas respecto á su salida, contesto con aplomo: --salgo por la empresa. .Antes había sido también  preguntado por el empresario y con mayor aplomo dijóle que salía por favor de los espadas. Júzguese de la sorpresa de todos cuando el muchacho cogió las banderillas, con l a s q u e pareó un toro superiormente, tan superiormente que la concurrencia estalló en estruendosos aplausos, cubriéndose el redondel de sombreros y cigarros. Pero aquí de los lances cómicos. La conferencia entre empresa y espadas dio de sí las dos siguientes contestaciones; — ¡Yo no le he sacado — |Ni nosotros tampoco!.
Cuadrilla en America de Potoco: 1 Lillo,2 Mohoso 3 Aguila,4 Rubio, 5 Saleri,6 Chele.

 De tal suceso arranca la vida torera para Potoco. Vistas sus buenas condiciones, toreó en Cádiz con todos cuantos espadas se presentaron, y tales fueron sus progresos, que en 1888 ingresó en la cuadrilla de su paisano Marinero, con quien permaneció hasta 1890, que lo tomó bajo sus órdenes Hermosilla. Todo el año 1891 toreó con gran aplauso en infinitas plazas, y en 1892 salió de su ciudad con rumbo á América, con ganas de adquirir fama y medios suficientes a proporcionar atenciones á su familia. No le fue ingrata la suerte, pues en poco tiempo y alternando en la Habana, Guatemala y Caracas, toreó más de 25; corridas, que fueron otros tantos triunfos. A su regreso a la madre patria se dedico por entero a estoquear, y aceptó todo género de contratos, probando así que lo que él quería era torear mucho, tanto para perfeccionase, cuanto para realizar su constante pensamiento de buen hijo y buen hermano. Alternó con los diestros novilleros de fama (hoy matadores algunos), Litri, Faico, Gorete, Quinito, Bombita, Rebujina, Villita, Carrillo y otros varios, en la mayoría de las plazas de España, añadiendo a la lista  Sevilla y Madrid donde debuto cobrando quince duros matando cuatro toros alternando con Maera y Bebe chico. Tomó la alternativa en Cádiz el 29 de julio de 1900, alternando con Mazzantini y Montes, no llegando a confirmarla en Madrid.



SU MOTE

"Nosotros teníamos una criada gallega—decía Potoco —y me bautizo con el de Potoco; esto de pó-toco, como usted verá, tiene cierta originalidad; a mí me gustaba de niño tocar el pito, y daba las grandes murgas, por lo que me regañaba la gallega, diciéndome que no tocara, y como yo era niño, y además el hijo del amo, le contestaba: "No me da la gana; po-loco y po-toco' y así fui bautizado en mi niñez, hasta que fui mayor, siendo Potoco, y asi moriré." (La Lidia Julio 1927)
Potoco ya retirado del toreo se dedico a vender carne en un puesto que tenia en el mercado hasta su muerte acaecida el 29 de Noviembre de 1927.

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