palabras:, afición, voluntad y modestia.
Nació José Villegas Perea en Cádiz en Mayo de 1868, sus padres llevaron los nombres de Inés Perea y Sebastián
Villegas"Chano", el cual fué banderillero del celebre
espada Chicorro y su hermano el también matador Juan Jose Villegas "El Loco".
Los comienzos de su vida son
casi exactos á los de todos los que deciden á abrazar la peligrosa
carrera taurina. Los padres de José por un lado
decididos á cumplir sus deberes.
Proporcionando al muchacho la
debida instrucción, y haciendo todo lo que humanamente pueden
Por dar a su hijo un porvenir basado en el estudio, el chico, por su parte, mostrándose
obediente en apariencia y
apenas la ocasión se presentaba,
allá v a n los libros al demontre, sustituyéndolos por el capotillo
de brega que entre sus vuelos tiene escondidas tantas ovaciones.
Y así un día y otro día. Estudiando a ratos y toreando á todas
horas las reses bravas que pernoctaban en los corrales de extramuros, destinadas al consumo público.
La situación era violentísima y
no tardó en plantearse formalmente el problema. Sorprendido in
fraganti, Potoco canto
de plano, y á unos y a otros
confeso que el toreo era su ilusión y que á él de lleno se entregaba. Poco más de dieciséis años contaba Potoco cuando, harto de
andar toreando por pueblos y villorrios decidió salir nada menos que en la gran plaza de la ciudad que le vio nacer,
pensar en que voluntariamente le sacaran, era una necedad Hacían falta grandísimas recomendaciones , y Potoco ó no las tenía ó no quería molestarse en buscarlas.
Su imaginación le dio resuelto el problema, después de meditar un rato como vamos á ver. Era allá por el año 1886;Los carteles anunciaban una gran corrida en la que se estoquearían seis reses de acreditada procedencia los espadas Manuel Hermosilla y Juan Ruiz, Lagartija con sus cuadrillas. Potoco apareció Dios sabe cómo ni por dónde, vestido de luces entre los citados diestros, que no tardaron en notar su intrusión.
Interrogado por los espadas respecto á su salida,
contesto con aplomo: --salgo por la empresa. .Antes había sido también preguntado por el empresario y con mayor aplomo dijóle que salía por
favor de los espadas. Júzguese de la sorpresa de todos cuando el muchacho cogió las banderillas, con l a s q u e pareó un
toro superiormente, tan superiormente que la concurrencia estalló en estruendosos aplausos, cubriéndose
el redondel de sombreros y cigarros.
Pero aquí de los lances cómicos. La conferencia
entre empresa y espadas dio de sí las dos siguientes
contestaciones;
— ¡Yo no le he sacado
— |Ni nosotros tampoco!.
De tal suceso arranca la vida torera para Potoco.
Vistas sus buenas condiciones, toreó en Cádiz con
todos cuantos espadas se presentaron, y tales fueron
sus progresos, que en 1888 ingresó en la cuadrilla de su paisano
Marinero, con quien permaneció
hasta 1890, que lo tomó bajo
sus órdenes Hermosilla.
Todo el año 1891 toreó con gran
aplauso en infinitas plazas, y en
1892 salió de su ciudad con rumbo
á América, con ganas de adquirir fama
y medios suficientes a proporcionar
atenciones á su familia. No le fue ingrata la suerte, pues
en poco tiempo y alternando en la
Habana, Guatemala y Caracas, toreó
más de 25; corridas, que fueron
otros tantos triunfos.
A su regreso a la madre patria
se dedico por entero a estoquear, y
aceptó todo género de contratos,
probando así que lo que él quería
era torear mucho, tanto para perfeccionase, cuanto para realizar
su constante pensamiento de buen
hijo y buen hermano.
Alternó con los diestros novilleros
de fama (hoy matadores algunos),
Litri, Faico, Gorete, Quinito,
Bombita, Rebujina, Villita, Carrillo
y otros varios, en la mayoría
de las plazas de España, añadiendo
a la lista Sevilla
y Madrid donde debuto cobrando quince duros matando cuatro toros alternando con Maera y Bebe chico. Tomó la alternativa en Cádiz el 29 de julio de 1900, alternando con Mazzantini y Montes, no llegando a confirmarla en Madrid.
SU MOTE
"Nosotros teníamos una criada gallega—decía Potoco —y me bautizo con el de
Potoco; esto de pó-toco, como usted verá, tiene
cierta originalidad; a mí me gustaba de niño tocar
el pito, y daba las grandes murgas, por lo que
me regañaba la gallega, diciéndome que no tocara,
y como yo era niño, y además el hijo del amo, le
contestaba: "No me da la gana; po-loco y po-toco' y así fui bautizado en mi niñez, hasta que
fui mayor, siendo Potoco, y asi moriré." (La Lidia Julio 1927)
Potoco ya retirado del toreo se dedico a vender carne en un puesto que tenia en el mercado hasta su muerte acaecida el 29 de Noviembre de 1927.
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