Desde muy niño Joaquín se traslada con su familia desde la provincia de Alicante a Barcelona. Comienza su contribución a la vida como aprendicillo en una modesta ebanistería. Más tarde se hace repartidor de telegramas .Pronto se distingue como el más avispado y servicial de los repartidores. Las felices disposiciones atraen la simpatía de sus superiores; pero cuando el celador le anima a escalar mejor porvenir en el Cuerpo, Joaquín responde con sencillez: —Es que yo quiero ser torero. El otro, le mira con asombro y compasión, y le deja en paz, juzgándolo alucinado por un deseo pasajero. Pero el pequeño ciclista de Telégrafos tiene la fortaleza de los humildes y no ceja en sus propósitos. Y las propinas van a parar a los bolsillos del Tortero, propietario de una escuela práctica de tauromaquia. Por entonces surgen Armengol y Pagés como organizadores de las primeras charlotadas. Joaquín ye en el toreo bufo un portillo abierto a sus aspiraciones. Y. con tal de ponerse delante de un astado, el joven Manzanares actúa de lo que sea. Tan pronto es el Hombre de Hierba, como Tancredo, cabeza abajo, o el Botones de cualquier troupe charlotesca; o el más, decidido de los caballitos de mimbre en las variadas pantomimas creadas por el fecundo ingenio de Pagés.
En Alcañiz, haciendo la bufonada del "médica y el enfermo", la vaca se empeña en dejarlo enfermo de verdad; tal es la paliza que le administra. Empieza utilizando en apodo de Mellaito por aquello de que los cornúpetas se hablan encargado de mellarle la dentadura; pero los empresarios juzgan impropio el diminutivo en un zagalón fuerte y robusto, y un día lo achican en los carteles para dejarlo en Mella. Harto un día de que lo hayan encasillado como torero bufo a perpetuidad, tiene un rasgo de rebeldía. En la puerta de cuadrillas se arranca el inseparable bigote "chaplinesco” arroja el hongo y el bastón, trocándolos por un capote. Y llegada la hora de banderillear, aparentando ignorar la cólera del duelo Armengol-Pagés, coloca al becerro cuatro pares de las cortas con formidable estilo y decisión. Brinda al empresario y muletea y mata lo más seriamente posible. Al recoger la montera, con avidez .la tarjeta, que dice: "Vale, por una novillada formal como banderillero. Como matador, nada." Y hete aquí metido al Mella de pleno en normal. Torean la novillada Joselito Martin, Pacorro y un cierto muchacho apellidado Navarro.
Le dejan banderillear a dos de los seis Trespalacios, mereciendo su trabajo encendidas ovaciones. Ya la ruta está trazada para el nuevo banderillero, que desde entonces ha de ser el camino optimista de su vicia profesional. Pedro Pouly se encargó de presentarlo en Madrid, enrolado en su cuadrilla. Torean toros de Esteban Hernández con Jumillano y Nacional II, un 20 de agosto de 1920. Si la actuación de los matadores no pasa a las antologías, sí la del subalterno. Por su cometido en la brega y en el segunda tercio tiene que salir a saludar entre una lluvia de puros y monedas de plata. Pero entre su despido de Telégrafos y este resonante espaldarazo, Mella cuenta con un período preñado de amarguras sin cuento. Ser torerillo de capeas nunca fue lucrativa profesión y como las disponibilidades no llegan para el billete de ferrocarril, se soslaya el conflicto contando lo que hoy llamaríamos de estraperlo. Pero los revisores no cejan en su persecución, y en un viaje de Manresa a Barcelona Joaquín es atrapado y encauzado por delito de estafa a la Compañía por el Importe de... tres pesetas con cuarenta céntimos. Agrava la pena el que el encartado no se presente el día del juicio. Procesado en rebeldía es llevado en conducción ordinaria por carretera y flanqueado por una pareja de guardias a caballo desde Manresa a Barcelona, Permanece cuarenta días encarcelado; pero lejos de amilanarle, sale del encierro más decidido que nunca. Los éxitos con las banderillas le animan a ensayar mayores empresas. En Madrid le facilita Retana un puesto para despachar dos novillos.
En el primer muletazo se cruza con el bicho resultando con una grave cogida. Todavía se anima; al curar, a repetir el intento. Y lo anuncian con Correa Montes y Rafaelillo. Por cogida del primero, mata dos novillos, y no tres. Pues, a su segundo lo ve regresar vivo al corral. El desastre, rebaja sus sueños y pretensiones, y algún tiempo después se coloca con Villalta. Cuando al baturro alcanza la alternativa de matador de toros, alcanza Mella la de banderillero de manos de Posadero. Aquel día estrenó Joaquín un deslumbrante vestido canario y plata, que quitaba el sentido y atraía la envidia de sus compañeros. No calienta Mucho el puesto en la cuadrilla de Nicanor; atraído por mejores ofertas, sirve sucesivamente a Fortuna, y a Juan Luis de la Rosa. Por esta causa, Mella toreaba en Madrid el infausto día 7 de Mayo de 1922, en que Granero .sufrió mortal cogida. Mella, que habla salido enfermo de ictericia, anduvo apenado toda la tarde. Compadecido Granero del lamentable estado físico del banderillero, le dijo en una pausa de la lidia: —No, seas tonto, Joaquín, y quédate en cama unos días, si no quieres que te asesine un toro.
A poco en ocasión de estar Mella eh la enfermería atendiendo a su matador, que habla entrado a cambiarse un vendaje, entre un estruendo de voces, maldiciones y lamentos, trajeron el cuerpo inanimado del fino artista valenciano. En un viaje de Sevilla a Madrid traba conocimiento con el Niño de la Palma entonces novillero de los de postín. Para matar el tedio, sacan una baraja, Mella le ganan cuarenta duros. - —Te los devolveré el día de mi alternativa—dice, enigmático, Cayetano. Y no con cuarenta, sino con, sesenta lo contrata al llegar el momento prometido. Durante tres años va con el de Ronda. A continuación sirve a Vicente Barrera, Cagancho y a La Serna. En 1937 consigue pasar la frontera. Torea en Marsella dos becerros, y le abonan lo suficiente para volver a la Patria por Irún. En le zona nacional escasean los buenos banderilleros, y al Mella lo asedian con contratos desconocidos hasta entonces. Acepta, al fin, la oferta que le trace Pepe Luis Márquez, y durante dos años figura como su peón de confianza. Formo Joaquín Manzanares, pareja Magritas-Mella cosechando grandes éxitos. Se retiró cuando sus fuerzas físicas le negaron la colaboración, aunque no se despegó del mundo taurino, pues tiempo después fue asesor de la plaza de toros de Las Ventas ,murió en 1971 de un ataque cerebral.