martes, 12 de noviembre de 2024

ANTONIO CAÑERO BAENA

 


«En su clase de toreo, no he visto otro más valiente, lo mismo para el caballo que para el toro, que Cañero». 
Machaquito 

Antonio Cañero Baena nació en Córdoba el 1 de enero de 1885, según su biógrafo Paco Laguna, en el número 31 de la calle Puerta Osario, y que fue bautizado en la misma pila en la que después recibiría las aguas purificadoras el mismísimo Manolete. Fue hijo de un comandante del Cuerpo de Equitación Militar Manuel Cañero Velázquez, el mismo entró en el cuerpo de especialistas del ejército, era profesor de equitación así fue cómo empezó a conquistar el mundo del caballo. La figura del rocín sería el eje central de su vida: su hermano menor, sin ir más lejos, murió tras recibir una coz en el corazón. Cañero, hombre corneado en varias ocasiones, fue militar de profesión, (ejerció como profesor de equitación y alcanzó el grado de capitán), participó en distintos concursos hípicos y toreó en varios festivales a pie antes de dedicarse oficialmente a ello. Fue el 14 de octubre de 1921 el día que debutó con público como rejoneador, y lo hizo en una corrida patriótica organizada a beneficio de los heridos de la guerra de Marruecos. 

Ahí actuó con Juan Belmonte, Rafael el Gallo, Ignacio Sánchez Mejías, Manuel Granero, Chicuelo, y Juan Luis de la Rosa. “Los toreros rivalizan en faenas —escribió en la revista El Ruedo el periodista F. Mendo—, a cual más lúcidas; pero la nota apasionante la da el rejoneador cordobés con su lucidísima actuación. Dieciocho mil espectadores ovacionan, asombrados, la lección de toreo a caballo, inédita para la inmensa mayoría. Una concepción nueva del toreo a la jineta acaba de surgir en España”. “Presionado por las empresas y por los públicos”, según Mendo, el 2 de septiembre de 1922 decidió hacerse profesional en la plaza de San Sebastián. 

Toreó mucho en los años siguientes, con la característica fundamental de que los toros que lidiaba, a los que hacía una lidia completa, ya totalmente moderna, estaban en puntas. También era corriente que echase pie a tierra y, después de torear con la muleta, los matase a espada. Además de en España, también toreó en Portugal, México y en otros países americanos. En 1924, pese a sufrir dos cogidas, llega a participar en 60 corridas de toros, y en 1925 es presentado en París, donde obtiene gran éxito. En 1926 se presenta en Portugal y al año siguiente lo hace en varios países de Latinoamérica como Venezuela, Perú o México. 

En 1929 participa en 10 corridas en España y tras otras tantas en Venezuela y Perú, dejó de torear con asiduidad, retirándose oficialmente de los ruedos en el año 1936, En mayo de 1939 participó en Madrid en su última corrida. Cañero supo introducir el estilo andaluz, aquel que se hacía con el traje campero. Además, implantó los tres tercios de lidia del toro a pie en el rejoneo y la forma de matar al animal desde el caballo. Al respecto, Cañero llegó a decir un día a la rejoneadora Conchita Cintrón: "Los portugueses, caballeros, y los rejoneadores españoles, toreros", en referencia a los dos estilos predominantes en la época, el de lucir el caballo ante el toro y el de Cañero, "el de torear al toro desde el caballo". Cañero, con su experiencia a campo abierto, y su gran afición a los toros, pensó que algo nuevo podría llevar él a las plazas de toros. Aquellas lujosas jacas con sillas regias, sueltan todos aquellos arreos y toma la silla vaquera, ya tenemos en la fiesta algo variado de lo que venía siendo, como Cañero lo que quiere es torear, no hay toros para el rejoneador y toros para los espadas de a pie, sale a la plaza vestido de traje de campo andaluz, y al mismo estilo y propósito corresponde el aparejo de su jaca y la especie de su doma. Mataba el toro a pie y con estoque si no lograba matarlo con el rejón de muerte. Orientó su arte en dirección singularísima, lo que le separa del rejoneo portugués. Concibe su actuación como una lidia completa del toreo a caballo, comienza a herir al toro con rejones de castigo, sigue banderilleándole y acaba usando el rejón de muerte. Cañero era un matador más, y por ello sorteaba con los matadores. 

Creó la costumbre, hoy habitual, de formar su propia cuadra de caballos toreros; en definitiva, fue el primero que concibe el toreo a caballo como la lidia completa que hoy es la norma. La Real Academia de la Historia le considera el primer rejoneador moderno. Tuvo su complemento en la jaca llamada Bordó, “el pedestal de Cañero”, en palabras de don Gregorio Corrochano. Conviene detallar el encuentro entre ambos: estando Cañero en su casa vio pasar una jaca que dirigía una parada de cabestros, que conducían reses al matadero cordobés; fijándose don Antonio en ella, se la compró al mayoral por 3.000 pesetas. La enseñó a torear y a los dos días se la llevó a Francia, concretamente a Burdeos, donde la hizo debutar. El triunfo fue tal que se le rindió un homenaje esa misma noche en una bodega de esa ciudad tan vinícola, bautizando con ese excelente vino a la jaca con el nombre de “La Burdeos”, término que degeneró en “La Bordó”, nombre con la que se inmortalizó. Esta anécdota la transcribió el doctor Jordano, ya que el ganado que conducía la futura Bordó era propiedad de su padre. De estos primeros años, es la anécdota que se refiere a continuación y que nos da una idea de este personaje: En un concurso hípico celebrado en San Sebastián y dotado con importante premio económico, Cañero sufrió una caída que le provocó la fractura de una pierna; al día siguiente, ante la sorpresa general, salió con la pierna escayolada, sin usar estribo y ganó la prueba. Creó escuela en grandes figuras, como Joao Nuncio o Simao de Vega, José García Carranza (el tristemente célebre Pepe El Algabeño) y el mismísimo Juan Belmonte. 

Salvo que casó con María Morales Vida, poco se ha escrito de la faceta personal de Cañero. Una dolencia cardiaca acabó con su vida el 21 de febrero de 1952. Tras una misa en San Lorenzo, cuatro caballos enjaezados trasladaron su cuerpo al cementerio de San Rafael, en un cortejo tan fúnebre como solitario. Según don Rafael Castejón, «nadie antes que él supo unir la gracia majestuosa de la jineta con la valerosa gallardía del lance taurino». Su vida daría para llenar páginas y páginas, y relatar sus comienzos en concursos y festivales, sus triunfos, sus cogidas, su participación como actor en diferentes películas, su presentación en Paris, Venezuela, Perú y México. 


Fue el primer Hermano Mayor y fundador de la Hermandad del Rocío de Córdoba y a finales de los cuarenta donó su finca de La Viñuela al obispo Fray Albino para la construcción de casas para familias humildes de Córdoba, las que constituyen hoy el barrio que lleva su nombre, Cañero. Durante la Guerra Civil tomó parte en corridas patrióticas y algunos historiadores apuntan su participación represiva en la llamada Columna Cañero. Alcanzó el grado de teniente coronel de Caballería. En la posguerra fue concejal del Ayuntamiento.

jueves, 17 de octubre de 2024

EL REJONEO: EVOLUCIÓN DE UNA TRADICIÓN TAURINA

 



A lo largo de la historia, el arte de rejonear ha sido una expresión viva de la nobleza y la gallardía. Durante siglos, en la Europa medieval, la monta y doma de caballos fueron prerrogativas de caballeros y cruzados, simbolizando el poder y la destreza de quienes pertenecían a la cúspide del orden social. Estas habilidades ecuestres, exclusivas de la nobleza, no tardaron en trasladarse a los espectáculos de las fiestas reales en España, donde los hidalgos mostraban su valor enfrentándose a toros en la plaza. En esta época, el rejoneo se convirtió en un verdadero alarde de destreza, protagonizado por caballeros que preferían la lanza al libro, y el caballo a la pluma. 

Figuras como Carlos V, Felipe IV y Don Sebastián de Portugal fueron grandes exponentes de esta práctica, cuyo origen se remonta a la tradición de alancear toros. Sin embargo, el arte del rejoneo fue decayendo con el tiempo, en parte debido a las prohibiciones eclesiásticas, como la de Pío V en 1567, y al final de las guerras que redujo la necesidad de entrenar caballeros para el combate. Para 1725, la práctica casi había desaparecido en España, aunque en Portugal el rejoneo continuó evolucionando, ganando sofisticación y refinamiento. 

No obstante, el siglo XIX trajo consigo un resurgimiento del rejoneo. Un momento clave en su revitalización ocurrió en 1889, cuando el mexicano Ponciano Díaz, junto a sus picadores Oropeza y González, revolucionaron las plazas españolas al introducir suertes novedosas, como la colocación de banderillas a dos manos desde el caballo. Este espectáculo sorprendió al público español, que quedó maravillado ante la habilidad y valentía de estos toreros ecuestres, quienes lograban un control absoluto sobre sus caballos mientras enfrentaban al toro. 

La Importancia del Ganado en el Rejoneo 

En cuanto al ganado, la evolución en su selección ha sido fundamental para el desarrollo del rejoneo moderno. Históricamente, los encastes utilizados variaban, pero hoy en día, los toros de origen Murube han pasado a ocupar un lugar preeminente en las corridas de rejones. Este tipo de ganado, conocido por su trote ágil y su disposición a seguir el ritmo de los caballos, ha sido clave para la estética del rejoneo contemporáneo, ya que permite un mayor control del jinete y una sincronía perfecta entre el caballo y el toro. Sin embargo, algunos críticos consideran que el uso constante de este tipo de encaste ha llevado a una cierta monotonía en los comportamientos del toro, restando emoción al espectáculo. 


Diego Ventura, uno de los máximos exponentes del rejoneo actual, ha sido un defensor de la diversificación del ganado en esta disciplina. En una entrevista, expresó su deseo de cambiar el tipo de toro que se utiliza en las corridas de rejones, buscando ejemplares más exigentes y que ofrezcan mayores retos a los rejoneadores. Ventura ha lidiado con toros de ganaderías más complicadas, como Miura y Partido de Resina, con el objetivo de reintroducir la emoción y el peligro que caracterizaban al rejoneo en épocas pasadas. 

El encaste Murube, que predomina hoy en día, se caracteriza por su nobleza y facilidad para ser templado en cortos terrenos, pero a lo largo de los años se ha dado preferencia a este tipo de toro sobre otros encastes, como los Santa Coloma, Núñez y Miura, los cuales se han dejado de lado debido a las complicaciones que presentan para el jinete. Aunque toros como los de procedencia Núñez pueden ser desafiantes, su capacidad para adelantarse al caballo y complicar la faena ha llevado a los rejoneadores a optar por ejemplares más manejables. 

Los Caballos en el Rejoneo Actual 

El caballo, que ha sido el protagonista indiscutible del toreo a caballo, también ha evolucionado considerablemente. Tradicionalmente, se preferían caballos españoles, árabes e ingleses, cada uno aportando características específicas como la belleza, la velocidad, la resistencia y la flexibilidad. Sin embargo, en las últimas décadas ha habido un cambio hacia la funcionalidad, predominando la doma y el control sobre la mera espectacularidad. Esta evolución ha llevado a que los caballos utilizados hoy en día estén mejor preparados que nunca, alcanzando niveles de adiestramiento que permiten a los rejoneadores enfrentarse a toros en terrenos muy ajustados, donde antes hubiera sido impensable maniobrar. 



Portugal ha sido pionero en la selección de caballos para el rejoneo, y ganaderías como la Veiga se han convertido en auténticos viveros de caballos toreros. Muchos rejoneadores españoles, como Pablo Hermoso de Mendoza, han tenido que acudir a este tipo de ganaderías para conseguir animales capaces de competir al más alto nivel. Hermoso de Mendoza, por ejemplo, ha criado caballos que han dado lugar a una cuadra excepcional, con ejemplares como Cagancho y Chicuelo, que han marcado un hito en la historia del rejoneo moderno. 


El Futuro del Rejoneo 

El rejoneo actual ha alcanzado un equilibrio entre tradición y modernidad, donde tanto el caballo como el toro juegan un papel crucial en la consecución del éxito en el ruedo. Mientras que en el pasado se recurría a reses defectuosas o desechadas de las corridas a pie, hoy en día la selección de los toros de lidia para rejones se ha vuelto tan rigurosa como en el toreo de a pie. El éxito del rejoneo depende de la armonía perfecta entre el jinete, su caballo y el toro, y es en esa sutil danza de control y riesgo donde reside la magia de este arte centenario. 

El debate sobre la diversidad del ganado en las corridas de rejones sigue abierto, con figuras como Diego Ventura abogando por la inclusión de toros más desafiantes y de mayor raza, mientras que otros continúan apostando por el encaste Murube, que garantiza un espectáculo estéticamente impecable pero quizá menos emocionante. Lo que es innegable es que el rejoneo sigue evolucionando, y tanto caballos como toros se han adaptado a los nuevos tiempos, ofreciendo a los aficionados un espectáculo único, donde la elegancia y el peligro conviven en perfecta armonía.

lunes, 16 de septiembre de 2024

EMILIO RAMON SALVADOR “BOLTAÑÉS”

 


Emilio Ramón Salvador Boltañés, como es conocido en el mundo taurino, fue un hombre cuyo espíritu aventurero lo llevó a explorar una vida repleta de hazañas y retos en el ámbito taurino y más allá. Emilio Ramón Salvador nació el 28 de marzo de 1889 en Boltaña, Huesca, en el seno de una familia vinculada a la Guardia Civil. Su padre, jefe de la línea en la casa cuartel de Boltaña, fue trasladado a Teruel cuando Emilio era aún joven, un cambio que marcaría el inicio de una vida llena de mudanzas y desafíos. 

Desde temprana edad, Emilio demostró una predisposición al servicio y la valentía, ingresando en la Guardia Civil con solo 14 años. Durante seis años, prestó sus servicios en el cuerpo, pero fue en un servicio de escolta, mientras acompañaba al correo de Zaragoza a Mora la Nueva, donde su destino comenzó a tomar forma. Allí, al cruzarse con la cuadrilla del torero "Cocherito de Bilbao", Emilio se vio cautivado por la vida de los toreros. En una conversación con el banderillero "Pinturas", Emilio preguntó qué se necesitaba para ser torero. La respuesta fue simple: valor. Esa palabra quedó grabada en su mente y lo motivó a tomar una decisión que cambiaría el rumbo de su vida. Con la firme determinación de convertirse en torero, Emilio renunció a su puesto en la Guardia Civil y comenzó a buscar oportunidades en el mundo taurino. Su primer intento fue con Zaldívar, empresario de caballos de la Plaza de Zaragoza, pero las condiciones no fueron favorables. 



Sin embargo, el destino lo llevó a conocer a "Cortijano", quien le ofreció la oportunidad de demostrar su valía. En mayo de 1908, Emilio se unió a la cuadrilla de Ernesto Bernida para torear en Villarreal, donde enfrentó su primer toro. A pesar de la trágica muerte de un compañero durante el apartado, Emilio se lanzó al ruedo con determinación y colocó la vara en las péndolas, ganándose los aplausos del público. Con este éxito inicial, Emilio, ahora conocido como "Boltañés", se estableció como picador en Valencia, donde continuó impresionando a los aficionados. El 2 de febrero de 1912, causó sensación en Madrid al picar seis toros de don José Bueno, y al año siguiente se unió a la cuadrilla de Ricardo Torres "Bombita", con quienes toreo hasta 1913, fecha en la que el maestro se retiró. En Valencia, Boltañés se ganó una oreja por su actuación, un hecho insólito para un picador. La vida de Boltañés no se limitó a la tauromaquia. En busca de nuevos horizontes, decidió probar suerte como rejoneador, compitiendo con figuras como Basilio Barajas. 

Un día, fue contratado de urgencia para sustituir a Cañero en Castellón. Sin sus caballos disponibles, salió al ruedo montando un jamelgo de picador y, contra todas las expectativas, logró derribar a los toros con precisión, convirtiendo las risas iniciales del público en una ovación de pañuelos. Boltañés fue un hombre de mil oficios. Además de sus habilidades como picador y rejoneador, se aventuró en el mundo empresarial, invirtiendo medio millón en la Plaza de Valencia. Sin embargo, la vida de empresario taurino no fue fácil, y para distraerse, decidió unirse a una expedición taurina en Italia y Hungría, donde tuvo éxito como rejoneador. En 1927, hizo su última aparición como rejoneador en Córdoba. Tras su retirada, Boltañés no dejó de buscar nuevas oportunidades. Participó en la construcción del barrio de Usera en Madrid, colaborando con Marcelo Usera, y fue elegido primer alcalde de la zona por los residentes agradecidos. Sin embargo, su inquietud lo llevó de nuevo a América, donde ya había estado como picador en 1920 y 1927. 



Esta vez, asumió la gestión de la plaza de Lima durante tres años, fundó la ganadería La Viña y colaboró en la ganadería de Cartagena de Indias en Colombia. A pesar de los éxitos iniciales, la fortuna de Boltañés comenzó a decaer, perdiendo tanto capital como amigos. Regresó a España con la esperanza de retomar su carrera, pero las circunstancias no fueron favorables. De vuelta en Lima, ya con un déficit considerable, se vio obligado a buscar trabajo fuera del ámbito taurino. Publicó un anuncio ofreciendo sus servicios como cocinero español y encontró empleo en un hotel, donde se ganó el aprecio de los huéspedes con sus menús caseros. Finalmente, en 1938, Boltañés regresó a España y retomó brevemente su carrera como picador, trabajando bajo las órdenes de Manolo Martín Vázquez en Algeciras. A lo largo de su vida, tuvo maestros como "Morenito de Talavera", "Gallito" y "Angelete". Pero su espíritu nómada lo llevó una vez más a América, donde se involucró en negocios ganaderos y descubrió nuevos talentos en el mundo taurino. 

Boltañés fue un hombre que no dejó que la vida lo pasara por alto. A pesar de las dificultades, siempre encontró la manera de reinventarse. Sus hijos, quienes aprovecharon los esfuerzos y sacrificios de su padre, alcanzaron puestos destacados: su primogénito se convirtió en ingeniero, y su hija mayor, María Teresa Ramón Blanes, conocida como Elenita Salvador, brilló en las mejores compañías teatrales. Así, Boltañés, con su vida de constantes idas y venidas, dejó una huella indeleble en el mundo taurino y más allá, demostrando que la perseverancia y el valor son clave para no pasar inadvertido en la vida.

lunes, 13 de mayo de 2024

EL CAMINO DE PEPE LUIS

 





En cierta ocasión le comentaron al maestro de San Bernardo que había aficionados que le acusaban de no haber peleado con «Manolete». Pepe Luis contestó sin inmutarse: —No había necesidad. Yo elegí mi camino. «Manolete» se fue al suyo, a mí no me importó ganar el dinero más despacio. «Manolete» se metió sólito en ese callejón sin salida de pretender hacer faena a todos los toros. No cabe duda de que eso da mucho dinero, pero lleva consigo también, infinidad de disgustos. Para empezar, el público, aunque se crea lo contrario, no lo agradece. Encima le exigen a uno más cada día, te hacen la vida imposible y te aceleran, porque el buen toreo no se puede hacer todas las tardes, con lo que, además, hay que sacrificar también en muchas ocasiones el estilo. «Manolete» fue un torero de una extraordinaria personalidad y un colosal estoqueador, pero los dos teníamos concesiones del toreo completamente distintas. De verdad que no cabía la pelea. Son contados los toros que se dejan torear como se debe torear...

lunes, 6 de mayo de 2024

LA MULA

 




Comentando Gorete con Don Felipe de Pablo Romero que tenía que comprar una mula para labrar la tierra en la huerta, D. Felipe le dijo no la compre que en el cortijo hay varias y te mandaré una. A D. Felipe se le olvidaría y la mula no la recibió. Estando toreando en la Maestranza de Sevilla el 15 de agosto de 1902, cuando se estaba preparando para matar dio una voz Don Felipe: “Manuel mátalo recibiendo” y Gorete, mirando hacia la barrera le gritó: “A quién recibo Don Felipe al toro o a la mula”.

miércoles, 24 de abril de 2024

UN VIAJE MÚ LARGO



  

                                                                                                                  
Pocos días antes de morir" Lagartijo" y estando postrado en ya en el lecho, entro su sobrino político, el matador de toros apodado "Torerito", a verle, preguntándole: --- ¿Cómo te encuentras Rafael? --- Estoy arreglando la maleta pá un viaje mú largo, mú largo. Ilustraciones: Rafael Molina Sánchez "Lagartijo" y Rafael Bejarano Carrasco "Torerito".

lunes, 8 de mayo de 2023

JACINTO PADILLA "EL MERI"

 





Jacinto padilla "El Meri" "El negro Meri" o "El mulato Meri" afroperuano en unas versiones hispanocubano en otras, que en 1881 llega a España afincandose al parecer en Algeciras , novillero y posteriormente banderillero, aficionado al flamenco, incluso bailaba, fue protagonista de la primera pelicula de un cuadro flamenco hecha por los hermanos Lumiere,llamada "Danse espagnole de La Feria Sevillanos". 




No hay muchos datos de él , Muy castigado al parecer por los toros, de el decia "Dulzuras" en su obra "Toros y toreros" de 1908: "Yo que vi realizar heroicidades al "Mulato Meri" hasta el extremo de ser sacado de la plaza de Madrid en hombros de los espectadores,para mas tarde andar hecho una lastima por el mundo taurino...", el 15/05/1882 el novillo "Asesino" de Menasalvas le propina una fuerte cornada en el muslo al ir a ponerle un par en Talavera de la Reina un año despues recibe otra seria cornada en Palma de Mallorca el 20/08/1883. El 7 de enero de 1883 le devuelven vivo al corral por no poderlo matar al novillo "Lechuguino"El 21 de julio de 1895 en Murcia entra a matar la friolera de 9 veces y descabella una vez.Poco más se sabe de su vida y de su muerte..

jueves, 23 de febrero de 2023

¡QUE GRANDE FUE RAFAEL!

 


Bilbao, el 21 de agosto de 1911, en la segunda corrida de feria; alternó Rafael con Cocherito y Regaterín y se lidiaron toros de Murube. En cuarto lugar salió del "chiquero el llamado Guerrita, número 41, negro, y apenas pisó el ruedo, y después de una corta carrera que dio detrás del primer capote que un peón le tiró, se entableró debajo del tendido 4 y no hubo poder humano que le hiciera salir de allí ni moverlo de un limitadísimo espacio. Espadas y peones, con una mano y con las dos, recurriendo a todos los procedimientos—incluso el de situarse dentro del foso e intentar correrlo por las tablas—fracasaron en sus repetidos intentos y sudaron la gota gorda. 

El toro parecía un bloque de cemento. No hubo manera de ponerlo en suerte para que recibiera los puyazos reglamentarios, y si le pusieron tres fue porque los picadores, entrando sesgados, en dirección a las tablas, le echaron los caballos encima. Ni antes ni después he presenciado una cosa igual. En los tres puyazos derribó a los del castoreño, y, además, mató dos caballos, pero no abandonaba aquel terreno de ninguna manera. 

El famoso y ya entonces veterano Blanquito y el Pollo Posturas se vieron y se desearon para clavarle cuatro pares de banderillas, superiores los dos del primero y todos de mucho mérito porque ambos rehileteros tuvieron que meterse en sitio muy peligroso, tanto más cuanto que los dos caballos muertos constituían otros tantos obstáculos. Y el toro, sin moverse; avanzaba un pasito o dos, tiraba el hachazo y se apencaba a las tablas. Cuando el Gallo requirió los avíos, se mascaba la espanta. Quien más, quien menos, le veía perder aquellos en un desarme y agarrarse a la barrera para tirarse de cabeza al callejón. Y cuando despachó a la gente y pidió, imperativo, que le dejaran solo, nos miramos asombrados los espectadores. ¿Se habría vuelto loco el calvo? Aquello movía a risa. ¿A risa, eh? ¡Si, sí ¡ Lo visto luego dejó a todos absortos. 

Rafael, con sólo enseñarle al toro la muleta a una distancia conveniente, consiguió lo que por espacio de mucho rato no se había logrado con los capotes, las puyas y las banderillas. Pero lo asombroso fue que el diestro mostró el engaño clavándose de rodillas, y que en cuanto lo hizo, se arrancó el toro hacia él, sesgado, hacia el tercio, como una exhalación, librando Rafael la embestida con un soberano pase ayudado por bajo en la mencionada actitud. Y a renglón seguido, allí, en el tercio, fuera ya de las tablas, realizó el célebre artista una faena piramidal, estrechándose y consintiendo de tal manera al enemigo, que cada pase arrancaba jubilosos gritos de entusiasmo. Le pinchó tres veces cuarteando y terminó descabellando con la puntilla. Pero el toro no volvió a la querencia que tan aferrado mantuvo desde que dejó el toril. ¿Cómo pudo adivinar Rafael que saldría de ella en cuanto le enseñara la muleta? Por qué el hecho de ordenar que lo dejaran sólo y ponerse de rodillas sin proceder pase alguno de tanteo y citarlo desde lejos, da motivo a suponer que el Gallo confiaba en que se le arrancaría el toro. ¿En qué fundaba tal confianza? 

Su hermano. Fernando, inteligentísimo, como pocos, y digno sucesor de su padre en este aspecto, dijo después de terminada la corrida: —Es la primera vez que me ha equivocado Rafael y que me ha equivocado un toro. Aquel suceso tan raro fue objeto de toda clase de comentarios mientras duró la feria. La inteligencia del Gallo en las achaques de su profesión, quedó sentada aquel día en Bilbao como una verdad sin dudas. ¡Qué grande fue Rafael!

ISIDRO SANTIAGO, “Barragán”

 


Nació en Madrid el 23 de Febrero de 1811. Figuró por espacio de muchos años en varias cuadrillas como peón de los más célebres espadas de su época, no obstante lo cual adelantó muy poco. Después de llevar diez o doce años de banderillero, sus amigos de la corte lo decidieron a que tomara la alternativa, en su afán de sacar un espada madrileño; pero estas esperanzas de sus paisanos fueron defraudadas, pues el desgraciado Santiago carecía de lo que puede llamarse sangre torera, siendo además de carácter apático. En 1840 tomó la alternativa. 
Como espada tenía una excelente cualidad: celoso en las operaciones arriesgadas era cuidadoso con los picadores, y su muleta no carecía de importancia, pero le faltaba decisión en el momento de arrancarse a matar. A pesar de estas circunstancias alterno como espada con los más distinguido diestros de su tiempo, entre ellos Montes, Guillen, Redondo y otros. Después de haber recorrido las principales plazas de España como matador de toros, descendió en categoría y concluyó por trabajar en novilladas. En una de estas corridas fue donde este infortunado lidiador encontró la muerte, el 4 de Abril de 1851, de resultas de una cornada recibida en un muslo que se le infectó, el 7 de Abril de dicho año fue conducido su cadáver desde Hospital General al cementerio de la sacramental de San Luis y San Ginés, y enterrado en la sepultura número 24, galería primera izquierda. 




De él decía Sánchez Neira: “Hasta el año de 1840 no tomó la alternativa como espada, a pesar de llevar lidiando como peón más de una docena de años; lo cual prueba, o que Santiago se distinguía poco, o que le faltaba protección. No era sin embargo, un vulgar mata toros; compuestito, airoso y buena figura, hacia algunas suertes de capa con lucimiento, y no manejaba mal la muleta; pero todo esto con toros claros, porque le faltaban conocimientos para otra cosa. Si en vez de nacer en Madrid nace en Sevilla, donde tanto bombo se da a los toreros que allí empiezan, su fama hubiera sido más alta; pero en la corte no se ensalza nunca a sus hijos, tal vez porque en ella hay siempre mucho menor número de estos que de forasteros”.

viernes, 19 de agosto de 2022

MIGUEL CASIELLES

 


Un 19 de agosto de 1934 El torero de plata Miguel Casielles Puerta sufre grave cornada en Tetuán de las Victorias., Madrid. Un novillo de María Montalvo le hiere en la ingle diestra llegando el pitón hasta el abdomen y perforando el intestino, por lo que fallece el día 23 del mismo mes. Miguel Casielles, novillero y banderillero fue hermano menor del matador de toros Bernardo Casielles y habia nacido en Oviedo. 


Miguel Casielles, al ir a recoger el novillos para colocarlo en suerte, fue cogido aparatosamente frente al burladero del tendido 10 y lanzado al aire, cayendo sobre las tablas. Torón acudió prestamente al quite, llevándose al toro. Casielles fue trasladado por las asistencias a la enfermería, quedando en e] público la impresión de una grave cogida. Aquel dia alternaban el mexicano Zepeda,Rafael de la Serna y Saturio Torón con quien iba Miguel Casielles. El parte facultativo decía así: "Durante la lidia del tercer toro ha ingresado en esta enfermería el diestro Miguel Casielles, que presenta una herida por asta de toro en la región inguinocrural, dejando al descubierto la artería y vena femoral, contusionando estos vasos. 


Perfora el Intestino delgado en dos puntos así como Ja cara lateral de la vejiga de la orina. Pronóstico gravísimo". Loa doctores Ramírez y Almiñaque, se dieron en seguida cuenta de la gravedad que revestían las heridas del infeliz Casielles, y tras aplicarle el cloroformo procedieron a hacerle una delicada operación. Esta duró cerca de dos horas y, cuando los efectos del cloroformo hubieron pasado en una ambulancia, fue llevado Casielles al Hospital de Beneficencia. 

Como se le notó bastante debilidad en di corazón, se le aplicó el tratamiento tónico cardiaco. 


El novillo que hirió a Casielles era negro bragado; bien puesto de cuerna, tenia grabado el numero 27 y pesó en canal 190,8 Kg.

miércoles, 17 de agosto de 2022

VINCENT CHARLES HITCHCOCK "EL INGLES"

 




Vincent Charles Hitchcock. Nació en West Ham, Londres un 10 de diciembre de 1927. era hijo de un joyero. Había dejado la facultad de Medicina de Liverpool para enrolarse en la marina mercante. Pero fue en La Línea de la Concepción donde trazó su rumbo, después de las corridas que vio mientras convalecía en Gibraltar de apendicitis. Desmovilizado en el 47, el año que murió Manolete, volvió a Londres para trabajar con su padre en el comercio de diamantes. Sin apendicitis pero con fiebre taurina. Y cuando la bailaora Carmen Amaya le dijo en un garito de Londres que tenía cara de torero, hizo el petate y se vino para España. Vicente Charles ‘El Inglés’ debutó en Cádiz brindando el toro al vice cónsul de su patria. 

Y se despidió en Barcelona en una corrida dedicada a la flota británica, atracada entonces en la condal. Hitchcock nunca se doctoró. Pero fue un profesional con fama, cuyo eco atrajo a otros aventureros. Escribió un interesante libro biográfico titulado "Traje de luces". Fue un actor conocido, entre sus obras destacan St. Ives (1955), Vanity Fair (1956) y El teatro del sábado noche de la BBC (1950). Falleció el 27 de julio de 1976 en Chipstead, Kent, Inglaterra. 

La foto de abajo es de 1949, a Vincent Charles y lo acompañaba su maestro, el novillero nacido en la línea Alfonso Jordán "El Pajarero".