martes, 27 de septiembre de 2011

"PEOR QUE CAGANCHO EN ALMAGRO"

Cuando se quiere señalar que una persona ha quedado en pésimo lugar, debido a una lamentable actuación, es habitual que se diga: «Peor que Cagancho en Almagro». Desde pequeño sabía quién era Cagancho y que pasó en Almagro.
Cagancho era una de las figuras del toreo en los años veinte y treinta del pasado siglo y, en 1927, protagonizó en Almagro uno de los mayores escándalos vividos en el mundo taurino. Después de una mala faena a su primer toro, se negó a matar el segundo en medio de una bronca pareja a las expectativas despertadas por su presencia en la bella localidad manchega. Cuentan las crónicas que en la reventa se habían pagado precios fabulosos por una entrada, que el tren procedente de Ciudad Real iba lleno hasta los estribos y que algunos aficionados habían empeñado el colchón para poder sacar la entrada. Con tales antecedentes, la actitud del diestro desencadenó un monumental escándalo, la gente se tiró ruedo, alguno llegó a agredir físicamente al torero a quien lo más suave que le gritaban era cobarde. En su furor, algunos desaprensivos prendieron fuego al coso y ardieron los palcos que eran de madera. Quedó tan mal que se acuñó la expresión: «Peor que Cagancho en Almagro».
En aquella España de los años veinte las pasiones que hoy despierta el fútbol se desataban ante la rivalidad de dos colosos del toreo. En los casinos, en las tabernas o en el trabajo no se hablaba del Real Madrid o de F.C. Barcelona, sino de la rivalidad entre José Gómez Ortega, «Joselito» y Juan Belmonte. Dicen que este último, al tener conocimiento de que Joselito había muerto como consecuencia de la grave cogida sufrida en la plaza de Talavera de la Reina, exclamó: «¡Me ha ganado la partida!».
¿No es atractiva esta anécdota que refleja la actitud vital del torero? Entre las anécdotas que se cuentan del cordobés Rafael Guerra Bejarano, más conocido como «Guerrita», mi preferida es la que ocurrió con ocasión de ser presentado al filósofo, don José Ortega y Gasset. El diestro le preguntó: «Usted, don José ¿a qué se dedica?». «A pensar», respondió Ortega. Cuentan que «Guerrita» lo miró sorprendido y, volviéndose a los que estaban alrededor, exclamó: «¡Hay qué ver! ¡Desde luego, hay gente pa tó». Utilizo, con frecuencia, la expresión de otro torero sentencioso que se atribuye a Juan Belmonte. El diestro se encontraba en Lima, en lo que en el riquísimo argot taurino se denomina «hacer las américas». Alguien le comentó lo lejos que quedaba su Sevilla natal. Belmonte, sin vacilar, le respondió: «Sevilla está donde tiene que estar, lo que está lejos es esto». Eso lo pienso y lo digo en muchas ocasiones

TOREROS GITANOS-3 CURRO PUYA

Nacido el 23 de diciembre de 1904 en Sevilla (no confundir con su hermano Rafael, del mismo apodo, que estuvo en la terna de la trágica tarde de la muerte de Manolete); murió el 14 de agosto de 1931, como consecuencia de una terrible cogida que sufriera en la Plaza de Madrid el 31 de mayo anterior del toro "Fandanguero" de Graciliano Pérez Tabernero, suceso que presenció Ernest Hemingway quedando profundamente afectado. Gitanillo tomó la alternativa en el Puerto de Santa María el 28 de agosto de 1927 de manos de Rafael Gómez "el Gallo", y recibió la confirmación de Juan Belmonte poco después. Ya en 1928 se situó en el segundo puesto del escalafón, y obtuvo en México la preciada Oreja de Oro, continuando su carrera triunfal hasta la aciaga tarde del 31 de mayo de 1931.
Nadie sabe hasta donde hubiera podido llegar este torero gitano querido de la afición, preciosista en los lances de capa, y elegante con la muleta, torero de arte, sentimiento y valor. En la revista “Fiesta Brava” se describió la infausta tragedia que ocasionó “Fandanguero”. El día 31 de mayo de 1931, se presentó Francisco Vega de los Reyes (Gitanillo de Triana o Curro Puya) en la Plaza de Madrid compartiendo cartel con “Chicuelo” y Marcial Lalanda. Al dar un pase de muleta alto a “Fandanguero”, negro y con presencia del ganadero charro Graciliano Pérez Tabernero y corrido en tercer lugar, fue enganchado, derribado y corneado terriblemente. La celeridad con que Marcial Lalanda acudió al quite no fue suficiente para impedir que el toro le infligiera varias gravísimas cornadas: "Las heridas principales que sufrió el pobre torero de Triana fueron: una en cada muslo y otra cerca de la cadera; ésta última, con rotura de la arteria glútea, penetró rompiendo el borde del sacro en la pelvis, arrancando el nervio ciático en sus orígenes de inserción. Esta herida era gravísima por sí y por las posibles complicaciones, por lo que fue trasladado al sanatorio del Doctor Crespo, cercano al coso. En efecto, al poco tiempo se presentó una abundante eliminación del jugo encefalorraquídeo y síntomas meníngeos, todo lo cual pudo en parte controlarse, pero no así la intensa bronconeumonía. Todo se complicó: lesiones nerviosas, retención de orina, derrames, fiebre constante, alteraciones de las constantes sanguíneas, entre ella la albúmina, complicaciones de las funciones renal y hepática, entrando “Gitanillo de Triana” en una larga agonía, sin perder el conocimiento, dejando de existir el 14 de agosto de 1931, a las siete y media de la mañana, cuando no cumplía 28 años" (Fuente: Crónica de d. Juan José Zaldívar Ortega de su obra “Víctimas del Toreo”.)
El erudito taurino, Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere del inolvidable artista sevillano, que << le llamaban Curro Puya, pero no era ese el sobrenombre con que siempre figuró en los carteles Francisco Vega de los Reyes (Gitanillo de Triana). Torero genial, su manera de manejar el capote, muy recogido, esta presente en el recuerdo de los viejos aficionados. El 31 de mayo de 1931 hace el paseíllo en el ruedo madrileño entre “Chicuelo” y Marcial Lalanda, para estoquear astados de Graciliano Pérez Tabernero. El corrido en tercer lugar, “Fandanguero” le empitonó en el último tercio, infiriéndole tres cornadas: una en el muslo derecho, otra en el izquierdo y la restante en la región sacrocoxígea, penetrante ésta en la cavidad pelviana. Trasladado al sanatorio del doctor Crespo, cercano al coso, sufrió allí un largo y doloroso proceso postoperatorio en el que, consumidas sus no muy sobradas facultades físicas, expiró en la mañana del siguiente 14 de agosto de 1931, a los dos meses y medio de la tarde de su percance. El toreo de capa quedaba así sin su mejor intérprete. "
"Don Víctor", el cronista coetáneo, consigna en su leído Blog Taurino "A los Toros", que el 31 de mayo de 1931 se celebró en Madrid la octava corrida de abono en la que se lidiaron seis toros de Graciliano Pérez Tabernero para los diestros Manuel Jiménez "Chicuelo", Marcial Lalanda y Francisco Vega de los Reyes "Curro Puya". El tercero de la tarde, "Fandanguero", cogió a Francisco cuando comenzaba la faena de muleta muy cercano en tablas, le infirió dos cornadas gravísimas en el muslo y otra en la cadera. Después de ser asistido en la enfermería de la plaza fue trasladado al sanatorio Crespo. A los cuatro días se le presentó síntomas de meningitis, que pudieron vencer; más tarde le sobrevino una bronconeumonía, dos roturas de la femoral y una lesión en el riñón, que hicieron que su estado se agravase en extremo. El doctor Segovia intentó vencer todas las complicaciones, pero al final todo resultó inútil. Se le presentaron tres hemorragias por la herida de la cadera y tuvo derrames de líquido raquídeo. Tras una penosa agonía dejó de existir el día 14 de agosto, a las siete y media de la mañana. Había nacido en el barrio sevillano de Triana el 23 de diciembre de 1904, hasta los veinte años estuvo trabajando como herrero en el taller de su padre. En Madrid se presentó como novillero el 30 de julio de 1926 estoqueando reses de Coquilla y de Tovar, con Francisco Royo "Lagartito" y Julio Mendoza. El 28 de agosto de 1927 tomó la alternativa en el Puerto de Santa María de manos de Rafael El Gallo que le cedió el toro "Vigilante", de Concha y Sierra, Juan Belmonte actuó de segundo espada. La confirmó en Madrid el 6 de octubre del mismo año, con idénticos diestros. El año de su mortal cogida llevaba toreadas 16 corridas

lunes, 26 de septiembre de 2011

DESCANSE EN PAZ....

Los focos se han apagado, los almohadilleros han recogido los cojines que trufaban las gradas ya vacías, y los guardias de seguridad han invitado a los rezagados a abandonar la plaza, en una última tarde para el recuerdo que, un siglo después de la inauguración de La Monumental y a la espera de ver en qué acaban los recursos contra la prohibición, ha puesto el punto y final a la historia del toreo en Catalunya.
el Archivo General de la Corona de Aragón señala 1387, bajo el reinado de Joan I, como el primer año de espectáculos de toros en Cataluña y, concretamente en Barcelona. Acaban, por tanto, 624 años de festejos taurinos, aunque la historia de la tauromaquia continuará. "Nos iremos a Valencia, a Zaragoza, a Francia", se consuela el director de la Escuela Taurina de Cataluña. Sus 11 alumnos, que martes y jueves aprenden en un descampado de L'Hospitalet, en condiciones precarias, ya están acostumbrados a emigrar. "La pena para un torero de la tierra es no actuar en la Monumental, pero prácticas no les faltan". Como antaño los toreros franceses emigraban a España, hoy es al revés: estos 11 chavales se desplazan con frecuencia al sur de Francia, a plazas bien conocidas por lo aficionados, como Arlés...
La familia catalana Balañá también se ha quedado sin plazas. Hace medio siglo gestionaba la mitad de las españolas. Suele afirmarse que las pasiones no se prohíben, simplemente se pierden. En algunos casos, unas circunstancias negativas las suelen acrecentar e impulsar, contra todo pronóstico. En otras ocasiones, sencillamente, van desapareciendo y muriendo por faltarles los mínimos impulsos y alientos.
Este es el caso que se vislumbra en Cataluña, donde paradójicamente, y tras la decisión del Parlament de Cataluña, los toros no serán espectáculo de las plazas de toros, sino en las calles de muchas localidades que subvencionan estas costumbres en sus fiestas locales: los correbous, los embolats...
Salvo que el Tribunal Constitucional o una decisión del Gobierno digan lo contrario, las corridas ya son historia en Cataluña. La plaza Monumental de Barcelona, el único coso que permanece abierto en Cataluña, vivió este domingo la corrida que cerraba las fiestas de la Mercè, el último cartel programado antes de que a partir del 1 de enero de 2012 entre en vigor la ley aprobada por el Parlament de Cataluña que prohíbe los espectáculos donde se da muerte al animal,Barcelona pone fin a 624 años de tradición taurina.
José Tomás, Juan Mora y Serafín Marín fueron los encargados de bajar el telón a seis siglos de fiesta de la tauromaquia en Cataluña y a casi 100 años de toros en la plaza Monumental. Aunque en los últimos tiempos el público catalán había dado la espalda a la Fiesta y el ruedo barcelonés difícilmente registraba media entrada, la corrida despertó una expectación inusitada (lleno hasta la bandera y precios en la reventa de 1.500 euros la entrada) y sirvió como acto reivindicativo tanto para los defensores de que la fiesta se mantenga como para los partidarios de la abolición. Los exteriores de la plaza volvieron a reproducir los enfrentamientos dialécticos que se vivieron en el entorno del Parlament cuando la Cámara catalana debatía la prohibición.

domingo, 18 de septiembre de 2011

EL CABALLO CARTUJANO

Es una familia dentro del PRE que tiene su origen en la cartuja de Jerez de la Frontera, cuando el año 1484 los monjes acuerdan hacer una ganadería a partir de “yeguas de raza andaluza de la zona”; es decir, cronológicamente, la “Estirpe Cartujana” es la continuidad del “Caballo de raza andaluza”, con unos 9000 años de antigüedad, descendiente de los caballos del Noroeste, o caballo salvaje de Mongolia, precursores del caballos Przewalski (equus ferus pallas), llamado así por Jacob, en 1981, en honor al explorador ruso Nikolai Michailowistch Przewalski (1839-1888). Pero la estirpe cartujana tiene además la cualidad de ser la única yeguada que ha permanecido en unas solas manos (desde 1484 hasta 1810, tres siglos y medio), las de los monjes cartujos, 326 años ininterrumpidos de selección y mejora, dándola a conocer y haciéndola famosa en el mundo entero, y con el valor añadido de haber encontrado desde 1810 hasta nuestros días una serie de personas inteligentes, amantes y conocedoras del caballo, que han sabido valorarle y mantenerle libre de influencias externas.
Entre los motivos fundamentales que llevaron a los Cartujos a formar la yeguada, queremos destacar dos:
1. Su tradición ganadera, demostrada durante 84 años en Sevilla (Cartuja de Sevilla, 16-1-1400) 2. La disminución alarmante de las yeguas en Andalucía, debido fundamentalmente a la producción mulatera y a la venta de yeguas andaluzas a otras regiones y países; motivo éste que llevó al ayuntamiento de Jerez el 15-5-1460 (24 años antes de formarse la yeguada) a publicar una orden prohibiendo vender yeguas o caballos fuera de la zona sin permiso del Corregidor, y con posterioridad, otra orden que prohibía cubrir yeguas con asnos, sin informe favorable de una comisión nombrada al efecto.
Afortunadamente, D. Pedro José Zapata Caro, amigo del prior de la Cartuja, por su condición de presbítero, y prestigioso agricultor y ganadero de la zona, adquiere una punta de yeguas y sementales, a propuesta de los monjes, unos días antes de que llegaran las tropas francesas el 30 de enero de 1810; hecho que evitó la desaparición de la yeguada cartujana.

HASTA LA COLA,TODO ES TORO.

El toro bravo, uno de los animales más singulares, además de su destino para la lidia, aporta numerosas utilidades al hombre. Del toro se aprovechan muchas partes en distintos sectores, como gastronomía, artesanía, textil, zapatería, cordelería y hasta taxidermia.
¿Qué aprovechamiento se hace del toro una vez arrastrado las mulillas? Nos lo desvelan dos personas ligadas a ello: el carnicero sevillano José Muñoz Hermoso, encargado de la carne lidiada en la Maestranza, y María Victoria Aguirre, representante de Ganaderos de Lidia Unidos.
José Muñoz Hermoso es el carnicero que se encarga de recoger las reses en la Maestranza, cuando el tiro de mulillas saca al toro del redondel y lo lleva al patio del desolladero. Nos pegamos a este hombre, mayorista en Mercasevilla, que dirige este singular negocio desde hace 30 años. José Muñoz, de 70 años y memoria prodigiosa, explica: "Comencé en esto cuando tenía uso de razón. El negocio lo llevaba mi tío. Luego me hice cargo hace 30 años y hasta hoy. Ninguno de mis hijos -uno abogado y otro bombero- se van a dedicar a ello. Quizás un sobrino mío, quién sabe…". Muñoz nos dice que, tras la enfermedad de las vacas locas, el sistema de recogida ha cambiado: "Hasta hace 7 años, cuando llegaron las medidas por esa enfermedad, las reses se despiezaban aquí mismo. Ahora, las cargamos de dos en dos, directamente en el camión frigorífico -la carne, según la normativa europea, debe trasladarse a una temperatura entre 0 y 4 grados centígrados- y las enviamos al matadero, a Mercasevilla -se cuenta con un plazo máximo de 5 horas para su traslado y tratamiento en el desuello y evisceración-. Allí -continúa contando el proceso José Muñoz- se trata al toro como a cualquier otra res. Entra en la cadena donde se cuelga, se ducha, se pesa y se lo trata de manera igual que a los animales que se venden a los minoristas".
Las distintas normativas cuando saltó el mal de las vacas locas han incidido de manera decisiva en la economía del toro de lidia. Según el veterano carnicero sevillano, "ha sido la ruina para todos. Ahora más, porque valen mucho los becerros. Se están arruinando muchos ganaderos. Yo tenía en un cebadero unas 500 reses (suizas, charolesas, retintas…) y lo dejé hace unos 10 años. Me adelanté a lo de las vacas locas porque el negocio ha ido a pique. Hace 50 años se pagaba por un kilo de ternera unas 500 pesetas y hoy en día entre 500 y 600. Esto no tiene explicación".
La empresaria y ganadera María Victoria Aguirre refiere que "en la comunidad de Madrid, salvo en Las Ventas y alguna otra plaza más de nueva construcción, que tienen instalaciones adecuadas a las últimas exigencias de la normativa, se obliga al empleo de dos transportes, uno en el que se traslada la res muerta y otro en el que se llevan por separado los MER -piezas que no se dejan comercializar y que son cráneo, encéfalo, amígdalas, ojos, columna vertebral y paquete intestinal-. Todo este tipo de exigencias ha encarecido el transporte y el negocio apenas es rentable. En su momento, mi padre, como organizador taurino, podía montar espectáculos en plazas hasta portátiles y defender el negocio con lo que ganaba con la venta de las carnes. Hoy en día eso es impensable y han desaparecido debido a ello muchos festejos de promoción. Las exigencias han llegado a convertirse en un contrasentido porque aquí llega carne picada de México que se vende en establecimientos y a la que no se le aplican las mismas medidas. Es una pena, porque la carne de lidia es ahora de las más apreciadas en Europa. En Francia alcanza un alto precio. Con la medida por el mal de las vacas locas el canal tradicional destinado a la carne ha variado y para los MER se utiliza la incineración. Ahora han surgido otro tipo de empresas que viven de ello, como incineradoras. El resultado es que para nosotros el negocio ha disminuido".
José Muñoz también destaca el alto valor de calidad de una carne similar a la de buey: "La carne de lidia es la más ecológica del mercado. No sólo la cola, por la que la gente se pega. Hay que tener en cuenta que el toro se cría de manera natural en la dehesa y es una carne totalmente ecológica, como la del ciervo o la del jabalí. De un toro vivo de unos 450 kilos se pierde actualmente más del 50% debido a que se pierden muchas piezas por los MER. Pero del toro se consume prácticamente todo, incluido el hígado y el menudo". En cuanto al precio, Muñoz indica que "oscila. En las primeras corridas de la temporada, la carne de lidia está a un precio más alto. Aproximadamente, la venta al minorista está entre 2,10 a 2,20 el kilo". Y está destinada "para varios lugares, fundamentalmente para almacenes de Madrid y Valencia y a varios señores de Sevilla, que la venden a grandes áreas".
Pero además de su carne, del toro se aprovechan otras partes de su anatomía, como los cuernos y la piel. José Muñoz señala: "Actualmente, el 90% se emplean en los carretones. Yo se los regalo a las Escuelas Taurinas, para que se entrenen los chavales. Es una forma de sembrar. Luego, el resto, se destina a cosas de artesanía. Hasta hace un tiempo también daba pitones a los presos, que hacían cosas preciosas: barcos, cucharas grandes, tenedores, peces..., en fin, piezas de artesanía. En cuanto a la piel también se aprovecha en textil, aunque su precio no es alto. Se lleva a varias fábricas de Barcelona. También se emplea en suelas de zapatos y en correas grandes para poleas". La cola, además de su destino para la gastronomía, ha tenido usos específicos muy curiosos, como "el de hacer pelucas, algo que se desechó cuando llegó la fibra sintética, se hacían petacas para el tabaco. También, cuando se secaban bien, se hacían vergajos y adornos e incluso bastones". María Victoria Aguirre nos desvela otros dos destinos: "Se comercializan llaveros hechos con lo pitones y en Madrid se va a comercializar en breve chalecos de diseño con piel de toro".
Una de las utilidades más curiosas es la de las criadillas o testículos, un plato con gran éxito hace siglos y que antaño fue considerado como un manjar afrodisíaco para nobles, que se lo hacían servir incluso durante la celebración de espectáculos taurinos.
Los toros, sin duda, han sido y son aprovechados desde el ruedo a la mesa, pasando por multitud de utilidades. Y es que hasta la cola, todo es toro.

EL ESTRES DE UN TORERO AL TOREAR TRIPLICA AL DE UN PILOTO DE CARRERAS

El momento que los toreros viven con mayor tensión se produce instantes antes de matar al segundo toro, según un estudio realizado por el profesor Illera, director del Departamento de Fisiología Animal de la Facultad Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, con el objetivo de medir el estrés de los toreros y compararlo con el de un piloto de carreras.
El doctor Illera midió el nivel de estrés de Jesuli de Torrecera durante la tarde del pasado 29 de marzo, a través del nivel de cortisol, una hormona conocida también como la del estrés, segregada en momentos en los que una persona realiza una actividad o sufre una presión mayor de lo habitual como es el caso de la corrida de toros. Illera verificó una prueba similar a un piloto en carreras.
Para medir el nivel de esta hormona, que puede hacerse a través de la sangre o de la saliva, los expertos utilizaron una cápsula que le introdujeron en la boca. Así, los mayores niveles de cortisol alcanzados por Torrecera se produjeron antes matar el segundo bóvido, alcanzando un nivel de 80. El segundo momento de más tensión lo vivió con un nivel de 60, tras matar el primer toro, y en tercer lugar en el tercio de banderillas, donde alcanzó cerca de 50. Los momentos más relajados del torero fueron vistiéndose, con 7.
Los niveles más estresantes alcanzados por un piloto de carreras se produjeron después de la carrera, alcanzando un nivel de cortisol de 25, mientras que el torero alcanza 35 tras acabar la corrida. La diferencia de cortisol entre un torero y un piloto de carreras es de 60. El lidiador alcanza una media de 90 y el piloto de 30. (Fuente: Diario de Jerez)

TOREROS GITANOS-2 JOSELITO

"Rendidos por el ajetreo del día nos retiramos pronto a descansar. Hay luna creciente. Abrimos el balcón y contemplamos, un momento, el parque que rodea el hotel. Está solo. Todo el suelo es de plata. Así lo hizo la luna. En el fondo hay unas palmeras y unos cipreses. El viento y el mar enmudecieron esta noche. Todo es silencio en el jardín… ¿De quién será esta hora? Yo, sin saber por qué, evoco en ella el recuerdo de Joselito..."
Ignacio Sánchez Mejías: “La hora de Belmonte y Gallito (La Unión, 16 de abril de 1925)”, en Sobre tauromaquia. Obra periodística, conferencias y entrevistas. Edición e introducción de Juan Carlos Gil González. Berenice, 2010.
José Gómez Ortega, Joselito "El Gallo", fue sin duda alguna el matador de toros más grande de todos los tiempos, un torero de época, que hizo grande este arte por el que fue encumbrado a la categoría de leyenda.
Vio la luz en la pequeña localidad de Gelves (Sevilla) el 8 de mayo de 1895. Hijo menor del gran torero Fernando Gómez "Gallo" y de Gabriela Ortega. Al morir su padre tienen que abandonar la huerta y la familia conoce momentos de penuria económica, trasladándose a Sevilla a la calle Relator.
Viendo torear a su hermano Rafael sintió la llamada del toreo, en una tarde donde Rafael triunfa en Cádiz, y José empieza a faltar a la escuela, comenzando a practicar este arte en la Alameda de Hércules, donde en la huerta del doctor Sánchez Mejías simulan capotazos con la ayuda de vacas mansas. Comienza a frecuentar tentaderos, ganándose la admiración de los ganaderos, y acude a Enrique Vargas "Minuto" para que le dé las primeras lecciones prácticas en el cortijo El Quintillo. En 1908, sin haber cumplido 13 años, se viste por primera vez de luces en Jerez, seis becerros de Cayetano Riva para un cartel que completan "Pepete" y José Gárate "Limeño" brindando el primer becerro al señor Domecq, que le devolvió la montera con cinco duros. En 1909 forma la cuadrilla de niños sevillanos, junto a "Limeño", y se va a las plazas de Portugal. Joselito se ha convertido en una clara esperanza de los aficionados y en Sevilla, a finales de la temporada de 1911 demuestra su gran clase con un toro de 4 años llamado "Avellanito".
Toma la alternativa el 28 de septiembre de 1912 en Sevilla, con toros de Moreno Santamaría, siendo padrino su hermano Rafael. En Madrid le reclaman y confirma la alternativa con el toro "Ciervo". Torea 14 corridas y a pesar de su juventud se le veía con madurez e intuición, pero aun no era el maestro que dominaba todas las suertes y ya empezaba a vislumbrarse la extraordinaria capacidad que atesoraba para el toreo que tenía.
La rivalidad existente entre "Bombita" y su hermano Rafael, casi siempre con ventaja para "Bombita", encontró en Joselito la figura de su hermano vengador, quien veía en "Bombita" al culpable de que su hermano no hubiera toreado más y llevado más ganancias cuando la familia lo necesitó, viviendo en el barrio de la Alameda. La maestría de Joselito fuerza la retirada de "Bombita" el 15 de octubre de 1913. Cuando también se retira "Machaquito", se queda solo Joselito. Pero el 16 de octubre toma la alternativa Juan Belmonte, iniciándose en 1915 la rivalidad de Joselito y Belmonte, abriéndose la época fecunda y esplendorosa del toreo en toda su historia. Son dos estilos contrapuestos: Belmonte practicaba un toreo dramático, temerario, trágico; José, dominador, seguro en las suertes. Durante los años 15, 16 y 17 alcanza su máximo esplendor. Así en 1915, le hace a un toro de Gamero Cívico llamado "Napoleón", la faena que supone la más alta cima alcanzada por José, acostumbrado a brillar a gran altura. En las siguientes temporadas torea en solitario corridas en Salamanca y Bilbao, dominando su presencia en todos los carteles de la época.
En 1919 sufre un duro golpe con la muerte de su madre, y así llega el trágico 1920. Fracasa el 15 de mayo en Madrid, donde los gritos del público y las almohadillas que le arrojan son un presagio de la corrida del día siguiente en Talavera de la Reina (Toledo), en la que el toro "Bailaor" le abre el vientre, entrando ya muerto en la enfermería.
Joselito fue el más grande torero de todos los tiempos, amó con locura esta profesión, se sintió torero siempre, dominó todas las suertes, murió a los veinticinco años en plena gloria, sin conocer el fracaso, sin advertir el menor síntoma de decadencia.

sábado, 17 de septiembre de 2011

TOREROS GITANOS- 1 CAGANCHO

Qué raro" le decía un ratoncito a otro, entre los barrotes de una celda vacía; "las nueve y Cagancho sin venir". El chiste de Xaudaró, publicado en un Blanco y Negro de la década de los años 30, hizo fortuna y aún se repite en nuestros días. Pretendía definir al genial torero gitano, que muchas tardes salía de la plaza escoltado por la Guardia Civil, y la autoridad le imponía prisión preventiva, para que se fuera enterando de lo que le vale a uno que le echen los toros al corral.Pero la fama no le venía a Cagancho por sus tardes aciagas, en realidad mucho más numerosas que las triunfales, sino por el sentimiento de su toreo inimitable, que con el capote alcanzaba calidades estéticas sorprendentes. Los mejores momentos de Cagancho, en los que consiguió un equilibrio entre la innata exhuberancia de su arte y el conocimiento de los cánones de la tauromaquia, se produjeron cuando finalizaban los años 20, y de ahí en adelante fue un torero en continua decadencia, cuya genialidad se producía muy de tarde en tarde. Y, sin embargo, ese brote era de tal brillantez, que de nuevo resurgía como figura cumbre y exclusiva. Tenía rebasado el medio siglo cuando, inesperadamente, un domingo fuera de feria lo anunciaron en Las Ventas. La plaza registró una excelente entrada porque había curiosidad por ver a este torero de leyenda, y viejos aficionados, a punto de echar el bofe, se apresuraban a ocupar sus localidades con tiempo suficiente para no perderse el paseíllo. "Sólo con verle hacer el paseíllo me conformo", decían, tras recuperar el resuello y obsequiar a la afición con un surtido recital de toses bien ensayadas y contundentes.
En efecto, la estampa de Cagancho desfilando al frente de las cuadrillas, era enormemente sugestiva. Tenía esa elegancia peculiar que es patrimonio de los toreros gitanos, y aún no de todos. Pero luego vendría la sorpresa. Ocurrió en el cuarto toro, cuando se abrió de capa y dibujó unos majestuosos lances a la verónica, que alborotaron el tendido, hicieron llorar a los abueletes, asombraron a las jóvenes promociones, y dieron tema de conversación a los aficionados de cualquier edad para toda la temporada adelante y muchas más.
La maravilla de aquellos lances recordó a los más ancianos los que cuajó el día de su presentación en la misma plaza, el 5 de agosto de 1925, que le supusieron la consagración. Desde esa fecha histórica, el torero, su ajetreada vida social y su curioso apodo -que le venía de familia, los Caganchos-, se hicieron popularísimos. Las ocurrencias, las pintorescas situaciones y hasta los amoríos de Cagancho verdaderos los menos, inventados los más menudeaban en las tertulias, y en los cosos se producían, inexplicables e inconexas, las dos contradictorias facetas del diestro, que protagonizaba como nadie las más estrafalarias actuaciones pero cuyo arte ninguno podía alcanzar, ni en los momentos de mayor plenitud.
La fama de Cagancho se extendió a México, donde ha sido ídolo desde su debú en 1928.
Joaquín Rodríguez Cagancho nació el 17 de febrero de. 1903 en el barrio de Triana, de Sevilla. Su abuelo era cantaor de flamenco y herrero su padre. Toreó la primera vaquilla cuando tenía quince años, debutó de luces en San Fernando, cuando tenía veinte, y un año después se presentaba en la Mestranza de Sevilla, en una novillada nocturna. El Gallo -otro capricho de la torería- le dio la alternativa en Murcia, el año 1927, y durante la misma temporada Valencia II se la confirmaba en Madrid.
Alternó Cagancho con todas las figuras de las distintas épocas taurinas que se sucedieron durante su dilatada vida profesional, aunque no contrataba gran número de festejos. Fue, en definitiva, coetáneo de Belmonte, y casi treinta años más tarde de Aparicio y Litri, a quienes dio la alternativa. Estilos muy distintos, incluso contrapuestos, marcaron modas fulgurantes a lo largo de su permanencia en activo.

DE HOMBRES,CABALLOS Y TOROS...: FRASES PARA MEDITAR

DE HOMBRES,CABALLOS Y TOROS...: FRASES PARA MEDITAR

FRASES PARA MEDITAR

B S O La vida es bella
Aparentar lo que no eres es como querer ser Dios, simplemente jamas lo lograrás.
La fuerza de tu envidia es la rapidez de mi progreso.
La gente cree que el destino es como un río que fluye en una sola dirección. Pero yo le he visto la cara al tiempo y es como un océano en la tormenta.
El hombre enamorado es el único esclavo que no anhela su libertad.
La mejor admiración es la sabiduría que nos permite construir los espejos donde algún día deseamos vernos reflejados.
El que no quiere razonar es un fanático, el que no sabe, es un tonto y el que no puede, es un esclavo.
Un libro abierto es un cerebro que habla, cerrado un amigo que espera, olvidado un alma que perdona, destruido un corazón que llora.
La soberbia es tal vez una de las formas de expresión más refinadas que tiene la estupidez.
No hay triunfo sin renuncia, victoria sin sufrimiento, libertad sin sacrificio.
La mentira es un fantasma que nunca te dejará en paz, mientras sólo tú sepas la verdad... y esto no significa que haya que decir la verdad sino hacer las cosas con honestidad.
La vida es como el punto G, aprende dónde tocar y tendrás a alguien a tus pies.
Los hombres que no tienen nada importante que decir, hablan a gritos.
A los niños les gusta jugar con soldaditos, y a las niñas, con muñecas. Cuando son mayores es al revés.
Sin ti, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las emociones pasadas.
La vida no es mas que un interminable ensayo de una obra que jamás se estrenará.
La suposición es la madre de todas las cagadas.
Conquista tus miedos y te prometo que conquistarás la muerte.
Sin una gran decepción, no se aprecian las victorias.
No seas el eslogan de nadie porque tú eres poesía.
Se habrán dicho muchas cosas, se habrán escrito muchos libros, pero mientras tu corazón no sienta nada, sabrás del amor verdadero.
Cuando el cuerpo no tiene modo de expresión para algo sublime llora, cuando conoce las lagrimas está listo para saber que es la alegría.
Que la manta cálida de la libertad arrope tu corazón y no dejes que nadie te deje ser quien realmente eres; TU.
La felicidad no es un lugar a dónde llegar, la felicidad es una forma de ir.
En algo tan pequeño como una lagrima, cabe algo tan grande como un sentimiento.
Si amas a dios q murió por tanta gente ¿por que no me amas a mi que muero por ti solamente?
No existe la madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre.
Es el amor, no la razón, que es más fuerte que la muerte
Cuando sientes cientos de puñales clavándose uno a uno en lo más profundo de tu alma, cuando el aire ya no llega a tu garganta y las palabran sean supiros que se escapan, entonces sentirás el verdadero dolor. Cuando des todo y ya nada sea igual, cuando tus ojos se pierdan y las lágrimas den todo, todo por un amor, entonces, sólo entonces sabrás lo que es dolor.
La belleza del cuerpo es un viajero que pasa, pero la del alma es un amigo que se queda.
La autenticidad tiene sus privilegios, no salga sin ella.

DOMINGO ORTEGA

Domingo López Ortega nació en Borox el 25 de Febrero de 1906. Sus padres eran unos modestos labradores a los que Domingo ayudó desde niño en la dura faena. En las épocas de descanso de la tierra, el muchacho iba de pueblo en pueblo por la provincia vendiendo ajos. "Le estoy agradecido a la vida. He conocido a los hombres más importantes de mi generación y, al mismo tiempo, a los más humildes". El día 16 de agosto de 1928 acudió, por la relación de amistad que tenía con un sastre del pueblo, a la novillada de Almorox (Toledo), ocurrió que el novillero anunciado tenía que matar dos novillos, pero fue cogido en su segundo, quedando el novillo en el ruedo sin saber nadie qué hacer; entonces, desde un carro desde donde presenciaba el festejo, saltó un chaval al ruedo y, acercándose al mozo de espadas del novillero herido, le pidió muleta y espada y con absoluta determinación se dirigió al novillo; le dio varios pases con soltura y sapiencia, lo cuadró y lo mató. Ese chaval no era otro que DOMINGO ORTEGA. El entusiasmo de los vecinos y la dificultad para sustituir al novillero herido le dieron una oportunidad impensada y decidieron el destino del improvisado maletilla y así, el día siguiente, 17 de agosto de 1928 se vestía de luces por primera vez. En la plaza del pueblo se encontraba ese día Salvador García, ex-matador de toros y amigo de Domingo González "Dominguín", empresario de la plaza de Tetuán de las Victorias, el cual, por mediación de Salvador, se convirtió en el gran protector del muchacho. Sólo había actuado en seis novilladas cuando le prepararon la alternativa. Fue en la Plaza de toros de Barcelona, el 8 de Marzo de 1931, con reses de Juliana Calvo (antes Albaserrada), y la recibió de manos de "Gitanillo de Triana", siendo testigo Vicente Barrera. El toro de la alternativa se llamaba "Valenciano". José María de Cossío, uno de sus grandes amigos y admiradores, narró así la faena de aquella tarde: "Al toro de la alternativa lo toreó con un dominio admirable y le mató de un soberbio estoconazo, cortando la oreja. La faena del segundo fue aún superior en lucimiento, por prestarse mejor a él las condiciones del toro, si bien no fue tan afortunado al herir. La impresión de todos fue la de encontrarse ante un torero excepcional". El 16 de Junio del mismo año confirma la alternativa en Madrid, con toros de Julián Fernández, siendo su padrino Nicanor Villalta. En su confirmación estuvo poco afortunado, al decir de su crítico amigo, y escuchó protestas. Salvo esta falta de fortuna en Madrid, la temporada fue verdaderamente triunfal; contrató más de cien corridas, desde Joselito y Belmonte no se había visto nada igual. La temporada de 1932 contrata 116 corridas, maratón interrumpido en Úbeda, dónde un toro le hiere gravemente en una pierna. "La culpa de una cogida la tiene siempre el torero. Mis cogidas fueron errores míos", refiere en más de una ocasión. Hasta su primera retirada, en 1950, es primero del escalafón en las temporadas: 1931 93 corridas 1932 91 corridas 1933 68 corridas 1934 79 corridas 1936 45 corridas 1937 35 corridas Reaparece el 30 de julio de 1953 en Valencia. Triunfando esa temporada en Almería, Linares, Murcia, Carabanchel y, de nuevo, en Valencia. Se retira definitivamente el 14 de Octubre en Zaragoza, después de haber toreado esa temporada 12 tardes. Con el dinero que ganó en su primera temporada de matador de toros, la de 1931, le compró al Duque de Veragua parte de una dehesa llamada de Valjuanete (conocida en Borox por la tierra de los toros). Dehesa que fue en tiempos del Real Patrimonio, al que perteneció también la vacada que luego pasó a poder del ducado de Veragua, y que pastaba en los prados de Valjuanete. Falleció en su domicilio de Madrid el 8 de Mayo de 1988. MÁXIMAS ORTEGUIANAS Cargar la suerte. «Parar, templar y mandar. A mi modo de ver. estos términos debieron completarse de esta forma: parar. templar. cargar y mandar. Sin cargar no se puede mandar». Reducción del toreo. «Se ha reducido el toreo a la mitad; se le ha quitado la parte más bella. la de delante, aquélla en que el torero se enfrenta con el toro echándole el capote o la muleta adelante». Toreros actuales. «Quieren sostener lo insostenible, conformándose con decir que se torea mejor que nunca. pero conociendo en el fondo la monotonía».