viernes, 29 de diciembre de 2017

ANTONIA Y EMILIO


El día 12 de octubre de 1963 -en la que habría de convertirse en una de las tardes más tristes de su vida-, en las arenas de la capital española, esta vez apadrinado por el desventurado matador colombiano José Eslava Cáceres ("Pepe Cáceres"); el cual, bajo la atenta mirada del lidiador vizcaíno Rafael Echevarría Gutiérrez Chacartegui ("Rafael Chacarte"), cedió al espada chiclanero los trastos con los que había de muletear y estoquear a un burel perteneciente a la ganadería de Flores Albarrán. Transcurrió, sin pena ni gloria, la lidia de este toro de la confirmación, y, a la hora de enfrentarse al segundo enemigo de su lote, el tan valiente como infortunado Emilio Oliva hubo de vérselas con un sobrero marcado con el hierro de El Jaral de la Mira, que atendía a la voz de Desteñido. En una lance aciago, el morlaco despreció el engaño del diestro chiclanero para embestir sañudamente contra él y asestarle una tremenda cornada que le produjo una de las heridas más terribles de cuantas ha tenido que atender el equipo facultativo de Las Ventas. El asta de Desteñido penetró violentamente en la cavidad peritoneal de Emilio Oliva y le causó tales destrozos que los galenos temieron verse impotentes para salvar su vida.


Visto el alcance de sus lesiones, y con la certeza de no llegar al día siguiente, el moribundo contrajo nupcias in articulo mortis durante aquella misma noche. Pero la asombrosa pericia del equipo sanitario de Las Ventas, con los beneméritos doctores Jiménez Guinea y García de la Torre a la cabeza, logró mantener las constantes vitales de quien ya anunciaba su entierro para el día siguiente al de su boda. Así, tras una penosa convalecencia que se prolongó durante casi dos meses (estuvo postrado en el lecho hasta el día 2 de diciembre de aquel fatídico año de 1963), la fortaleza natural de Emilio Oliva y, sobre todo, su firme deseo de convertirse en figura del Arte de Cúchares le empujaron a volver a entrenarse en faenas camperas con vistas a reanudar su carrera al comienzo de la temporada siguiente. Sólo el valor inaudito que ya había acreditado con creces el espada chiclanero puede explicar esta determinación de volverse a poner ante las astas de los toros, después de haber conocido tan recientemente la agonía provocada por uno de ellos.
En la foto: Antonia y Emilio cortan la tarta nupcial, tarta que les regaló Radio Juventud, en el picacho dos figuritas; ella vestida de novia el de luces, D. Livinio Stuyck (la empresa de Madrid) les regalo un televisor y dos contratos para San Isidro, Antonia sorie (al fin) pensando en el futuro.

martes, 12 de diciembre de 2017

CANDIDO LOPEZ CHAVES GALACHE



Rejoneador nacido en Salamanca el 15 de Enero de 1935, residente en Segovia desde 1950, tuvo su época de esplendor entre los años sesenta y setenta, dirigido por su padre CÁNDIDO LÓPEZ-CHAVES VICENT. Tuvo sus grandes éxitos rejoneando en las mejores ferias como la de Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao, Valencia, etc., y actuando con rejoneadores tan consagrados como Ángel y Rafael Peralta, Domecq, Vidrié, Moura, Buendía... años después formo pareja con su hermana LOLITA LÓPEZ-CHAVES durante dos años, sumando gran número de festejos y éxitos en las plazas más importantes, en esa época ambos lideraron el escalafón de rejoneadores. Cándido alcanzó la cifra de 73 corridas rejoneadas en un sólo año. Se retiró poco a poco desde 1977 hasta 1988, en el que fue homenajeado por parte de sus compañeros de profesión Javier Buendía, Manuel Vidrié, Alvaro Domecq, Curro Bedoya, Joáo Moura. El festival se celebró en la localidad segoviana de Ortigosa del Monte, en el cual, todos desarrollaron extraordinarias actuaciones y en especial Cándido López-Chaves. Ya definitivamente retirado, dedicó su tiempo a su otra gran afición —los caballos—, ya que era un gran jinete en la plaza y fuera de ella, maestro en el campo de la equitación desarrolló todos los conocimientos que le había enseñado su padre, creando una escuela ecuestre de alto nivel junto a sus hijos Tito y Carmen. Cándido, el que era conocido como “Popi” por sus más allegados murió el día 26 de diciembre de 2008 en Segovia a los 73 años de edad.