jueves, 28 de noviembre de 2024

ESPECTACULOS TAURINOS: IMPACTO EN EL PIB

 




Relación entre el PIB y los Festejos Taurinos 
 
1. Impacto Económico de la Tauromaquia: En 2017, se celebraron 19,882 festejos taurinos en España, generando un impacto económico de aproximadamente 4,500 millones de euros, lo que representó el 0.36% del PIB nacional. Este impacto es significativo, especialmente en regiones como Castilla y León, donde alcanzó hasta el 1.5% del PIB regional. 

2. Correlación Histórica: Estudios han sugerido que existe una correlación positiva entre el crecimiento del PIB y el número de festejos taurinos. Por ejemplo, durante períodos de crecimiento económico, como el que siguió al Plan de Estabilización de 1959, se observó un aumento en la celebración de corridas de toros. Sin embargo, esta relación no es lineal y puede verse afectada por otros factores como la política cultural y las tendencias sociales. 

3. Efecto de Crisis Económicas: La crisis económica que comenzó en 2008 tuvo un impacto negativo en la celebración de festejos taurinos, con una caída significativa en su número debido a la reducción del gasto en entretenimiento y la disminución del turismo. En contraste, durante años de bonanza económica previos a la crisis, el número de festejos tendía a aumentar. 

4. Festejos Populares vs. Corridas Tradicionales: Aunque las corridas tradicionales han disminuido en número, los festejos populares han visto un aumento, lo que sugiere un cambio en las preferencias culturales y económicas dentro del sector taurino. Estos eventos suelen ser menos costosos para los asistentes y pueden estar más relacionados con la cultura local que con el turismo. 

5. Estudios Académicos: Investigaciones realizadas por universidades han encontrado coeficientes de correlación altos entre el PIB per cápita y el número de festejos taurinos, indicando que a medida que mejora la situación económica, también tiende a aumentar la participación en estos eventos. 

Conclusión En resumen, existe una relación compleja entre el crecimiento del PIB y el número de festejos taurinos en España. Si bien hay evidencia que sugiere una correlación positiva durante períodos de crecimiento económico, factores como crisis económicas y cambios culturales también juegan un papel crucial en la dinámica de estos eventos. La evolución reciente indica una diversificación hacia festejos populares, lo cual podría estar influenciado por cambios en las preferencias del público y las condiciones económicas locales. 

Impacto Económico de los Festejos Populares 

Generación de Ingresos: Los festejos populares, especialmente aquellos relacionados con la tauromaquia, han demostrado ser una fuente importante de ingresos. En 2017, se celebraron 18,357 festejos populares, lo que representó aproximadamente el 92.3% del total de eventos taurinos en España. Estos eventos generaron un impacto económico estimado de 4,500 millones de euros, contribuyendo al 0.36% del PIB nacional. 

Creación de Empleo: La tauromaquia y sus festividades asociadas generan empleos directos e indirectos en sectores como la hostelería, el transporte y el comercio. Por ejemplo, se estima que los festejos taurinos generaron cerca de 200,000 empleos en 2015. 

En la Comunidad Valenciana, los eventos como los "Bous al Carrer" contribuyeron con 3,000 empleos directos, representando un impacto del 0.16% del empleo regional. Turismo y Afluencia de Visitantes: Los festejos populares atraen a turistas tanto nacionales como internacionales, lo que beneficia a la industria hotelera y al sector servicios. Eventos como la feria taurina de Sevilla han demostrado ser un imán para turistas, contribuyendo a la ocupación hotelera y a la economía local. 

Diversificación Económica: A medida que las corridas tradicionales han disminuido en popularidad, los festejos populares han crecido en número y relevancia. Esto ha permitido a muchas localidades diversificar su oferta cultural y recreativa, atrayendo a diferentes públicos y fomentando la economía local4. Beneficios Indirectos: Los festejos populares también benefician a otros sectores económicos, como el textil (por vestimenta típica), la construcción (por infraestructura temporal), y servicios médicos (por seguridad durante los eventos). 

Se estima que cada euro ingresado directamente en la tauromaquia genera aproximadamente 2.8 euros en el conjunto del sistema económico1. Conclusiones Los festejos populares desempeñan un papel crucial en el crecimiento económico de España al generar ingresos significativos, crear empleo y fomentar el turismo. Su capacidad para adaptarse a las cambiantes dinámicas sociales y económicas les permite seguir siendo relevantes y contribuir al desarrollo económico regional. 

La creciente popularidad de estos eventos refleja una transformación en las preferencias culturales y económicas del país, asegurando su lugar como motor económico dentro del sector turístico y cultural español. 
 Fuentes: 

 [1] https://elpais.com/cultura/2018/10/20/actualidad/1540013947_677500.html 
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Tauromaquia_y_econom%C3%ADa 
[3] http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/acabello2.pdf 
[4] https://institucional.us.es/revistas/taurinos/34/opinion_1.pdf 
[5] https://zaguan.unizar.es/record/146393/files/TAZ-TFG-2024-3686.pdf?version=1 
[6] https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/fiesta-brava-una-industria-que-influye-en-la-economia-y-la-tradicion-9240738.html 
[7]https://repositorio.comillas.edu/jspui/bitstream/11531/18694/1/TFG-Sastre%20Esteban,%20Ignacio.pdf 
[8] https://uvado Impacto Económico de la Tauromaquia Contribución al PIB

martes, 12 de noviembre de 2024

ANTONIO CAÑERO BAENA

 


«En su clase de toreo, no he visto otro más valiente, lo mismo para el caballo que para el toro, que Cañero». 
Machaquito 

Antonio Cañero Baena nació en Córdoba el 1 de enero de 1885, según su biógrafo Paco Laguna, en el número 31 de la calle Puerta Osario, y que fue bautizado en la misma pila en la que después recibiría las aguas purificadoras el mismísimo Manolete. Fue hijo de un comandante del Cuerpo de Equitación Militar Manuel Cañero Velázquez, el mismo entró en el cuerpo de especialistas del ejército, era profesor de equitación así fue cómo empezó a conquistar el mundo del caballo. La figura del rocín sería el eje central de su vida: su hermano menor, sin ir más lejos, murió tras recibir una coz en el corazón. Cañero, hombre corneado en varias ocasiones, fue militar de profesión, (ejerció como profesor de equitación y alcanzó el grado de capitán), participó en distintos concursos hípicos y toreó en varios festivales a pie antes de dedicarse oficialmente a ello. Fue el 14 de octubre de 1921 el día que debutó con público como rejoneador, y lo hizo en una corrida patriótica organizada a beneficio de los heridos de la guerra de Marruecos. 

Ahí actuó con Juan Belmonte, Rafael el Gallo, Ignacio Sánchez Mejías, Manuel Granero, Chicuelo, y Juan Luis de la Rosa. “Los toreros rivalizan en faenas —escribió en la revista El Ruedo el periodista F. Mendo—, a cual más lúcidas; pero la nota apasionante la da el rejoneador cordobés con su lucidísima actuación. Dieciocho mil espectadores ovacionan, asombrados, la lección de toreo a caballo, inédita para la inmensa mayoría. Una concepción nueva del toreo a la jineta acaba de surgir en España”. “Presionado por las empresas y por los públicos”, según Mendo, el 2 de septiembre de 1922 decidió hacerse profesional en la plaza de San Sebastián. 

Toreó mucho en los años siguientes, con la característica fundamental de que los toros que lidiaba, a los que hacía una lidia completa, ya totalmente moderna, estaban en puntas. También era corriente que echase pie a tierra y, después de torear con la muleta, los matase a espada. Además de en España, también toreó en Portugal, México y en otros países americanos. En 1924, pese a sufrir dos cogidas, llega a participar en 60 corridas de toros, y en 1925 es presentado en París, donde obtiene gran éxito. En 1926 se presenta en Portugal y al año siguiente lo hace en varios países de Latinoamérica como Venezuela, Perú o México. 

En 1929 participa en 10 corridas en España y tras otras tantas en Venezuela y Perú, dejó de torear con asiduidad, retirándose oficialmente de los ruedos en el año 1936, En mayo de 1939 participó en Madrid en su última corrida. Cañero supo introducir el estilo andaluz, aquel que se hacía con el traje campero. Además, implantó los tres tercios de lidia del toro a pie en el rejoneo y la forma de matar al animal desde el caballo. Al respecto, Cañero llegó a decir un día a la rejoneadora Conchita Cintrón: "Los portugueses, caballeros, y los rejoneadores españoles, toreros", en referencia a los dos estilos predominantes en la época, el de lucir el caballo ante el toro y el de Cañero, "el de torear al toro desde el caballo". Cañero, con su experiencia a campo abierto, y su gran afición a los toros, pensó que algo nuevo podría llevar él a las plazas de toros. Aquellas lujosas jacas con sillas regias, sueltan todos aquellos arreos y toma la silla vaquera, ya tenemos en la fiesta algo variado de lo que venía siendo, como Cañero lo que quiere es torear, no hay toros para el rejoneador y toros para los espadas de a pie, sale a la plaza vestido de traje de campo andaluz, y al mismo estilo y propósito corresponde el aparejo de su jaca y la especie de su doma. Mataba el toro a pie y con estoque si no lograba matarlo con el rejón de muerte. Orientó su arte en dirección singularísima, lo que le separa del rejoneo portugués. Concibe su actuación como una lidia completa del toreo a caballo, comienza a herir al toro con rejones de castigo, sigue banderilleándole y acaba usando el rejón de muerte. Cañero era un matador más, y por ello sorteaba con los matadores. 

Creó la costumbre, hoy habitual, de formar su propia cuadra de caballos toreros; en definitiva, fue el primero que concibe el toreo a caballo como la lidia completa que hoy es la norma. La Real Academia de la Historia le considera el primer rejoneador moderno. Tuvo su complemento en la jaca llamada Bordó, “el pedestal de Cañero”, en palabras de don Gregorio Corrochano. Conviene detallar el encuentro entre ambos: estando Cañero en su casa vio pasar una jaca que dirigía una parada de cabestros, que conducían reses al matadero cordobés; fijándose don Antonio en ella, se la compró al mayoral por 3.000 pesetas. La enseñó a torear y a los dos días se la llevó a Francia, concretamente a Burdeos, donde la hizo debutar. El triunfo fue tal que se le rindió un homenaje esa misma noche en una bodega de esa ciudad tan vinícola, bautizando con ese excelente vino a la jaca con el nombre de “La Burdeos”, término que degeneró en “La Bordó”, nombre con la que se inmortalizó. Esta anécdota la transcribió el doctor Jordano, ya que el ganado que conducía la futura Bordó era propiedad de su padre. De estos primeros años, es la anécdota que se refiere a continuación y que nos da una idea de este personaje: En un concurso hípico celebrado en San Sebastián y dotado con importante premio económico, Cañero sufrió una caída que le provocó la fractura de una pierna; al día siguiente, ante la sorpresa general, salió con la pierna escayolada, sin usar estribo y ganó la prueba. Creó escuela en grandes figuras, como Joao Nuncio o Simao de Vega, José García Carranza (el tristemente célebre Pepe El Algabeño) y el mismísimo Juan Belmonte. 

Salvo que casó con María Morales Vida, poco se ha escrito de la faceta personal de Cañero. Una dolencia cardiaca acabó con su vida el 21 de febrero de 1952. Tras una misa en San Lorenzo, cuatro caballos enjaezados trasladaron su cuerpo al cementerio de San Rafael, en un cortejo tan fúnebre como solitario. Según don Rafael Castejón, «nadie antes que él supo unir la gracia majestuosa de la jineta con la valerosa gallardía del lance taurino». Su vida daría para llenar páginas y páginas, y relatar sus comienzos en concursos y festivales, sus triunfos, sus cogidas, su participación como actor en diferentes películas, su presentación en Paris, Venezuela, Perú y México. 


Fue el primer Hermano Mayor y fundador de la Hermandad del Rocío de Córdoba y a finales de los cuarenta donó su finca de La Viñuela al obispo Fray Albino para la construcción de casas para familias humildes de Córdoba, las que constituyen hoy el barrio que lleva su nombre, Cañero. Durante la Guerra Civil tomó parte en corridas patrióticas y algunos historiadores apuntan su participación represiva en la llamada Columna Cañero. Alcanzó el grado de teniente coronel de Caballería. En la posguerra fue concejal del Ayuntamiento.