viernes, 30 de mayo de 2025

ALVARO DOMECQ ROMERO

 



 

Cuando Álvaro Domecq Romero optó por adentrarse en el rejoneo, se encontró con numerosas ventajas, a los ojos de muchos, pero también con un importante desafío: mantener el prestigio del apellido Domecq en el ámbito del toreo a caballo, una meta que alcanzó gracias a sus propios méritos. Originario de Jerez de la Frontera, al igual que su progenitor, Álvaro Domecq y Díez, desde su más temprana infancia estuvo inmerso en el mundo del toro y el caballo debido a las circunstancias familiares bien conocidas.

Su primera incursión en el ámbito público tuvo lugar cuando apenas contaba con 16 años pues había nacido el 8 de abril de 1940, participando en un festival benéfico en Tarifa el 26 de febrero de 1956. Cuatro meses después, debutó en la plaza de Jerez, en otro festival, y actuó como profesional por primera vez el 3 de septiembre del mismo año en la Real Maestranza de Ronda (Málaga). Su primera temporada completa como profesional fue en 1960, en la que obtuvo importantes triunfos como los logrados en Barcelona o El Puerto de Santa María. Dos años más tarde, el 7 de junio de 1962, hizo su debut en la plaza de Las Ventas de Madrid, en la tradicional Corrida de la Beneficencia, y después de acumular 49 contratos en 1963, viajó a América para participar en el festejo conmemorativo del quinto aniversario de la Monumental Plaza México.

Tras varias temporadas en las que redujo voluntariamente sus apariciones, anunció su retirada en Zaragoza el 14 de octubre de 1967, aunque esta no resultó definitiva. En 1968, actuó únicamente en la Corrida del Montepío de Toreros celebrada en Fuengirola el 22 de mayo, pero un lucrativo contrato lo llevó a realizar una campaña en Colombia y Venezuela la temporada siguiente. Con renovadas energías, reapareció en España en 1970, alcanzando las 111 corridas en la temporada de 1971.

El gran acontecimiento de ese año tuvo lugar en la plaza de su ciudad natal, donde se encerró en solitario con siete toros, logrando cortar siete orejas y dos rabos. El mismo nivel, tanto en cantidad como en calidad, se mantuvo a lo largo de toda la década de los 70 y se prolongó hasta principios de los 80. Sus actuaciones le valieron un buen número de trofeos, como el Trofeo Antonio Cañero de la Casa de Córdoba de Madrid, que le fue otorgado por su destacada labor durante la Feria de San Isidro de 1983.

Dos años después, anunció nuevamente su retirada, despidiéndose del público portugués en Lisboa el 19 de septiembre y del público español en Jerez el 12 de octubre, en un festejo en el que también participó su padre. Luego, tras una breve reaparición en 1988, volvió a los ruedos para otorgar la alternativa a su sobrino Antonio en Jerez el 21 de mayo de 1992, y para confirmarla a él y a Luis en Madrid la tarde del 30 de mayo.



Desde entonces, solo ha participado en algunos festivales benéficos, dedicando su refinado estilo a caballo al servicio de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.

Además de sus logros como jinete, también acumuló numerosos premios en diversas disciplinas ecuestres, como doma vaquera, doma clásica y acoso y derribo, y recibió la distinción del Caballo de Oro. Como ganadero, hizo famoso su hierro Torrestrella, criado en la finca Los Alburejos hasta 2020.

En 1973, fundó la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez, un auténtico referente de la cultura del caballo andaluz en todo el mundo. El origen de esta institución se remonta a la concesión del Caballo de Oro, para la cual Domecq organizó un espectáculo llamado ‘Cómo bailan los caballos andaluces’. Este espectáculo, de gran éxito, se llevó a cabo durante ocho años en una carpa del Depósito de Sementales, hasta que se convirtió en la actual Real Escuela de Arte Ecuestre. Álvaro Domecq negoció junto al entonces Ministerio de Turismo la compra del antiguo Palacio del Duque de Abrantes como sede de la institución, que dirigió durante dos décadas y media.

A lo largo de su vida, Álvaro Domecq ha acumulado numerosos premios y reconocimientos, incluyendo la Medalla de Oro de la Asociación de Escuelas Taurinas de Andalucía, el Premio del Clúster Turístico #DestinoJerez (2018), el Premio Augusto Ferrer-Dalmau de la Academia de la Diplomacia y el Premio en el Salón Internacional del Caballo (2019). Fue nombrado Embajador de la Provincia de Cádiz en 2016, es Hermano Mayor Honorífico de la Real Hermandad del Rocío de Jerez de la Frontera y Hijo Predilecto de Jerez desde 2022.En su faceta como empresario, es dueño de la bodega que lleva su nombre y ha impulsado numerosos proyectos en el ámbito turístico, como el paquete ‘Jerez, frontera del sueño’, que combina el mundo ecuestre, la gastronomía y el flamenco. En su finca El Carrascal se presenta el espectáculo ecuestre ‘A campo abierto’. El 15 de octubre de 2022 fue nombrado hijo predilecto de su ciudad natal, Jerez de la Frontera. Esta casado con Maria Isabel Domecq Ybarra.

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