El 27 de marzo de 1880, Viernes Santo, en la noche ocurrió en la Alameda de la Villa (Granada) un suceso bastante desagradable y que pudo tener fatales consecuencias. Estando en la calle la procesión de la Soledad con las imágenes de la Santísima Virgen, San Juan y la Verónica, y siendo como las doce de la noche, metieron por el mismo tránsito de la procesión los toros que se habrán lidiado en la inauguración de la Plaza de Granada, a cuyo punto se dirigían. El desorden y la tribulación que en aquellos momentos so produjo en la concurrencia que de tal manera se vio sorprendida, fue incalculable. No hubo desgracias en el tumulto ocasionado al dispersarse más de tres mil personas, entre mujeres y hombres, que formaban el cortejo y paraban en las avenidas, pero si muchas contusiones y sobresaltos. Las imágenes fueron abandonadas, y al caer al suelo se destrozaron en parte, especial mente las de San Juan y la Verónica.
Fuente "El Enano" Abril 1990
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