Heliodoro Cordente “Dorito”, vino al mundo el 20 de Diciembre de 1948 porque su madre era maestra de unas peculiares escuelas, y en Fuentes, ingresó a los 11 años en el Seminario de Uclés”. Lució el traje de luces por vez primera el 8 de mayo de 1966 en Huesca, con tanto éxito, que toreó varias novilladas sin picadores por Aragón y Navarra. El 28 de agosto de ese año obtuvo la Oreja de Plata que la Peña Taurina Conquense concedió al triunfador de la novillada de la Feria conquense. Fue su presentación en la tierra que le vio nacer, alternando con el rejoneador Francisco Mancebo y los novilleros Juan Antonio de la Cruz, Gitanillo de Cuenca y Juan Antonio Aguado. Los festejos se fueron sucediendo y el 1 de junio de 1967, fiesta de la Virgen de la Luz, se estrenó el pasodoble que le compuso Rufino Martínez Ramírez durante la novillada en la que actuaron José Pérez “Pelucho”, Antonio de la Cruz, Gitanillo de Cuenca, Dorito y Miguel García “Miguelín II” (el primer torero cojo de la historia). Esta es la letra del pasodoble que le dedicó Rufino Martínez:
En tierras de gran Castila,
cuna noble del artista,
es “Dorito” el gran maestro
torero con garbo en toda la lidia.
Son sus lances colosales,
de temple y corazón de hidalguía,
conquense por suerte y valiente,
“as” de la torería.
Su última actuación en Cuenca fue el 19 de agosto de 1973 lidiando un novillo de Francisco Andreu en la desencajonada, alternando con Joselito de Jaén que lidió otro. Su última actuación de luces fue en El Herrumblar. Durante su etapa como novillero sin caballos, desde 1966 hasta 1973, en la que alternó con El Curi, Curro Fuentes, El Estudiante, Gitanillo de Cuenca, y hasta con Manolo Montoliú (Manuel Bonichón) toreó más de cuarenta festejos, dedicándose durante muchos años a actuar como director de lidia en numerosos festejos en la provincia, dando sus últimos pases en Altarejos en 2008. Pudo debutar con picadores, pero la llamada al Servicio Militar truncó su carrera novilleril. Fue uno de los fundadores de la Escuela Taurina de Cuenca y le apasionó compartir con aspirantes y maletillas tantas tardes en plazas de carros y talanqueras.
Heliodoro Cordente Martínez fue bibliotecario en el Colegio Universitario “Cardenal Gil de Albornoz” en el que además hizo la Licenciatura de Humanidades especialidad de Geografía e Historia. Heliodoro, que buscó la gloria por los alberos en su juventud, realizó sus mejores faenas en los ruedos literarios, donde se dedicó a investigar desde su burladero de la biblioteca del Patronato Universitario Gil de Albornoz, temas históricos relacionados con Cuenca y su provincia, así como la toponimia de sus pueblos. Su amor y pasión por la historia de Cuenca le llevaron a publicar una quincena de libros entre los que destacan “La Cuenca marginada del Siglo XVI”, “Toponimia Conquense” y el gran Volumen de 580 páginas sobre Historia de La Tauromaquia Conquense. Todo un compendio taurino conquense desde 1500 a 2000, que editó la Diputación Provincial de Cuenca. Estos son algunos de los títulos de sus libros, que demuestran su pasión por la historia conquense. Falleció tras una larga y penosa enfermedad en Cuenca, el 23 de julio de 2013.
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