El 24 de Febrero de 1993.- Fallece en el Distrito Federal el torero toledano Francisco Sánchez “Frasquito”.
Tras la muerte de Manolete, el público deseaba tener un ídolo. Frasquito, triunfó en Sevilla en un festival el 9 de Diciembre de 1947 y en novillada con picadores el 4 de Abril de 1948. Se depositaron en él demasiadas esperanzas. Después su mega estrella declinó. En Madrid toreó el 7 de mayo de 1947 y no gustó a la cátedra. No tomó la alternativa en España. Lo hizo en México, en Autlán de la Grana, el 5 de Octubre de 1955, lidiando mano a mano con Alfredo Leal un encierro de Chofres (Los Toros; Cossio. Tomo II).1995. Edición reducida de dos tomos).
Se le nombra siempre como el caso mas famoso en la historia del toreo de un gran éxito nunca repetido.Dos cornadas seguidas, en Bilbao y Córdoba, desinflaron el gran globo del calificado como “la sombra de Manolete” o “el torero que había empezado de maestro”.
Se presentó en Madrid el 7 de mayo de 1950 y el comentario más definitivo es el que apareció en “El Ruedo”: “Frasquito salvó su precioso terno a costa del menguado prestigio que tenía”. Se fue a México en 1952, le dio la alternativa Alfredo Leal en 1955 y se quedó a vivir por aquellas tierras. Allí murió el 24 de febrero de 1993 y la noticia de su muerte vino en ABC en una pequeña esquela que puso su hermana el 13 de marzo de ese mismo año y que anunciaba un funeral en la iglesia de San Juan Crisóstomo.
Ya en México, Lorenzo Garza, Cagancho, Frasquito y Jesus Cordoba |
"Era Manolete resucitado,era un genio"
Corría el mes de abril de 1948. Apenas habían transcurrido
ocho meses de la muerte de Manolete en Linares. Y un muchacho nacido en
Toledo,el 10 de marzo de 1927 pero criado en Madrid, barman del popular café
Fuyma de la Gran Vía, a la vera del Palacio de la Prensa, se presenta en la
Real Maestranza de Sevilla. Ya en el paseíllo, el público se asombra del
extraordinario parecido de Frasquito, en lo que a planta se refiere, a Manuel
Rodríguez «Manolete». En su primer novillo, en cuanto se para, figura erguida,
mano baja, muy marcado el contraste entre la horizontalidad del toro y la
verticalidad del torero. Sevilla se estremece. ¡Ha resucitado! ¡Ha
resucitado...! La sombra de Manolete rueda por todas las mentes, trepa por los
graderíos. Impone la quietud, el aplomo, resulta un calco más que una imitación
del Monstruo recientemente abatido por el miureño «Islero». Al día siguiente en
España no se habla más que de Frasquito. Ha resucitado, ha resucitado... Corren
infinidad de fotografías del suceso sevillano. Pronto en Bilbao un toro le
destroza un muslo. Apenas si sale de la cornada, Raimundo Blanco lo lleva a
Córdoba. Abarrota el coso de Los Tejares.
Los cordobeses se apiñan para volver a ver a su ídolo. En el
paseíllo, otra vez, como en Sevilla, surge el estremecimiento. Camina
majestuoso, la misma figura, el gesto triste, cabizbajo... Pero en cuanto
pretende imponer la verticalidad, cuando salen los primeros oles a borbotones
de las gargantas de los cordobeses, surge la cogida. Otro cornalón. El año 50
lo traen a Madrid. Se pagan las entradas de reventa. Alterna con Calerito y Alfonso Galera. Le
apodera el sastre de toreros Luis Álvarez, conocido por «el marqués de los
bocadillos». Frasquito viste de grana y oro,pero
ya no era la «sombra de Manolete» ni nada. Un gran fracaso.
Acusa los destrozos de sus carnes. Mata su lote como puede. Frasquito era en aquel entonces tan popular, o más, que cualquier matador de toros de tronío. Todavía se habla en Sevilla, más de medio siglo después, de la faena de Frasquito. Frasquito tenía un restaurante en México y le iban muy bien las cosas. La última vez que volvió a España fue el día que Juanita Bienvenida mató un toro en Cercedilla para celebrar los sesenta años de edad, que acababa de cumplir. Había venido de turista. Todavía firmaba autógrafos. La faena de Frasquito ha quedado grabada en la mente de los sevillanos. Se la han contado padres a hijos. Toda Sevilla «ha visto» la faena de Frasquito. Murió de un cáncer de páncreas, lejos de su patria, a los sesenta y dos años de edad en Febrero de 1993. Fue figura por un día y famoso por muchos años. A Manolete, en la tierra, ya no le queda ni su sombra, aunque el Califa se encuentre en la Historia entre los mejores. Si sería importante que hizo famoso a quien se le pareció una tarde, una sola tarde...
Bilbao,abril 1948 |
Acusa los destrozos de sus carnes. Mata su lote como puede. Frasquito era en aquel entonces tan popular, o más, que cualquier matador de toros de tronío. Todavía se habla en Sevilla, más de medio siglo después, de la faena de Frasquito. Frasquito tenía un restaurante en México y le iban muy bien las cosas. La última vez que volvió a España fue el día que Juanita Bienvenida mató un toro en Cercedilla para celebrar los sesenta años de edad, que acababa de cumplir. Había venido de turista. Todavía firmaba autógrafos. La faena de Frasquito ha quedado grabada en la mente de los sevillanos. Se la han contado padres a hijos. Toda Sevilla «ha visto» la faena de Frasquito. Murió de un cáncer de páncreas, lejos de su patria, a los sesenta y dos años de edad en Febrero de 1993. Fue figura por un día y famoso por muchos años. A Manolete, en la tierra, ya no le queda ni su sombra, aunque el Califa se encuentre en la Historia entre los mejores. Si sería importante que hizo famoso a quien se le pareció una tarde, una sola tarde...
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