Hijo del matador "Perico Noteveas", y, como él, nacido en Sevilla
en fecha que se ignora.
Se tienen referencias de que fue discípulo de
su padre, quien le dio a conocer en algunas Plazas andaluzas por los años 1849 a 1851.
La primera noticia concreta que tenemos de su
actuación el el ruedo se refiere a Madrid, y no la facilita el cronista de la corrida de toros del 27 de junio de 1853, estoqueada por Cayetano Sanz;
Manuel Trigo y José Rodríguez, «Pepete».
El revistero va anotando el curso de la fiesta y con relación al toro tercero, «Corchete» (negro) de Benjumea, escribe: «Recibió dos varas del «tío
Lorenzo», tres de «Chola» y cuatro de Sevilla. El Hijo de «Perico Noteveas» le colgó luego dos pares y
Mota, dos y medio, y lo despachó «Pepete» de una baja »
Así se presentó en Madrid Juan Sánchez, sin antes haber pasado por la aduana novilleril, lo cual era habitual y corriente en aquel tiempo, tanto en lo que concierne a los hijos de esta tierra como
a los forasteros.
Volvemos a saber de su trabajo en los dos año siguientes, en que acompaña a Gonzalo Mora en
unas corridas de Valencia; a Domingo Mendívil, el otras de Zamora, y a Gregorio López Calderón en Talavera y Levante.
Las referencias de este tiempo presentan al segundo «Noteveas» como peón inteligente y trabajador , habilidoso rehiletero,pero escaso de valentía y nada entusiasta del oficio elegido. Dicen los que le conocieron que en su vida particular era hombre serio, de gran bondad, mucha simpatía y buen administrador de sus intereses. No gustó el someterse a la disciplina de matador determinado; trabajó con todo el que le hizo ofrecimientos ventajosos, y como era seguro en el ruedo, cumplía en las faenas y no eran mucho sus pretensiones, sus campañas, si no brillantes le resultaban muy provechosas.
La temporada de 1858 fue quizá la de más óptimos frutos. Toreo constantemente con matadores de toros y novillos, desde «Cúchares» al «Relojero» siendo por todos muy apreciado. Torea nuevamente en Madrid el año 1859; reaparece en 1862, y sin interrupción, trabaja hasta 1868. «Cúchares», muy
amigo de su padre le proporciona frecuentes ajustes.
Acompañando a Gregorio López Colderon. fue el 5 de junio de 1870 a Palencia, presenció la tragedia del pobre Agustín Perera, y presa de indescriptible pánico, se negó a salir al ruedo tras ayudar al matador. Este es el punto negro de su vida profesional. No fue muy castigado por los toros. Cansado de rodar por los circos, y en posesión de algunos ahorros, se retiró de la profesión en 1879, disfrutando plácidamente de la vida hasta su muerte, ocurrida por el año 1885.
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