La historia de este infortunado diestro se reduce casi a la escena de su trágico fin. El llevó su nombre
a las páginas de la historia taurina, escribiendo una de luto. ¡No era ésta, seguramente, la fama
a que aspiraba el pobre muchacho!
Cándido Carmona nació en Sevilla el 9 de Abril de 1869. Fue operario de la fábrica de loza denominada
La Cartuja, de aquella capital, y como tantos otros, al desarrollarse en él la afición al toreo y estimular
sus ambiciones, abandonó el oficio para emprender la accidentada vida que con ligeras variantes han padecido al comenzar la mayoría de los.toreros.
Perteneció a la cuadrilla del matador de novillos Manuel Nieto (Gorete) y trabajo con otros toreros
de más fama, entre ellos con Cara-Ancha. Tenía «cosas» de buen banderillero, y quién sabe si hubiera
llegado adonde se proponía.
Con el citado Gorete toreaba en Madrid el 29 de Julio de 1894, y le correspondió banderillear un toro de
la ganadería de Udaeta, llamado Piamonte. - .
EI Cartujano hizo una salida en falso, y citó nuevamente, logrando poner medio par. Luego, en su
turno, intentó poner otro al relance, aprovechando la salida de su compañero; pero el toro se le arranco rápidamente,sin darle tiempo a huir.Creyéndose cogido, Carmona se tiro al suelo con la esperanza de que la res, en virtud del impulso adquirido, pasara por encima de el, pero no calculó ni el tiempo ni la distancia y el toro en vez de rebrincar se fijo en el bulto, hizo por el, lo engancho arrastrándole unos cuantos metros, lo suspendió, lo volteo, lo volvió a recoger y lo dejo por ultimo con una tremenda cornada en el hipocondrio izquierdo y numerosas contusiones en el rostro y en otras partes del cuerpo. El asta había penetrado en la cavidad toracica produciendo grandes destrozos.
El Cartujano fue conducido a su casa en estado gravisimo, y aunque desde el primer instante se encargó de su asistencia con la mayor solicitud el Dr. Castillo, y a pesar de los cuidados de todos, el infeliz torero dejo de existir el domingo 26 de agosto, a los veintinueve días de su cogida.
Sus compañeros Parrao, Torerito, Boto y
Gallito de Madrid vistieron y velaron el cadáver, acompañados
de otros diestros y de
varios aficionados, y
el jefe de la cuadrilla
y otras personas dedicaron
al pobre Cartujano
coronas mortuorias.
Hicieron oportunos
y generosos ofrecimientos
en favor de
la familia los espadas
Emilio Torres, Lagartija
y Ángel Pastor, y
el empresario D. Jacinto
Jimeno.
El entierro se veri
ficó a las diez de la
mañana del martes 28 y fue presenciado por
innumerable gentío.
Llevaron el cadáver
en los hombros picadores
Crespo, Cigarrón
y Fortuna y el banderillero
Fáqueta. y en
la comitiva figuraron
todos los toreros que
se encontraban en
Madrid, distinguidos
aficionados y numerosos
periodistas.
Los restos de Cándido
Carmona recibieron sepultura en la señalada
con el número
110 de la calle de
San Mateo, en el Cementerio de la Almudena, que el vulgo denomina Cementerio del Este.
A lo dicho se reduce la biografía del Cartujano. Ni él ni nadie pudo pensar que terminara tan tempranamente
su carrera. Su triste fin fue una lección que debe ser tenida en cuenta por cuantos aspiran
a emular la gloria de Frascuelo, Lagartijo, Guerrita y otros pocos diestros que lograron terminar voluntariamente
el ejercicio de la profesión taurina
La lidia de teses bravas requiere condiciones excepcionales que es muy difícil reunir. Aun teniéndolas,
aun sabiendo torear, no hay medio de librarse de los cogidas, que, por regla general, ocurre
precisamente cuando menos lo espera la víctima. Así son éstas tan numerosas, y así hay años, como el presente, en que parece que va a acabarse la fiesta nacional por falta de toreros.
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