Esta es la historia de Manuel Esteban el inventor del rodeo español contada por él mismo.
"A los quince años senté plaza voluntariamente,
como trompeta en el regimiento de Húsares
de Pavía. Allí se despertaron mis aficiones
al toro. Me picó el "gusanillo" de la afición. Yo
quería vivir exponiendo la vida..."Cumplidos mis deberes militares, empezó mi
calvario, de "capea" en "capea", hasta que conseguí
vestir, por vez primera, el traje de luces en
la plaza de Vista Alegre (Carabanchel), anunciado
como banderillero, y con el apodo de "Estebita.",
segui toreando hasla que...
EL "TEMERARIO" NO FUE A MADRIDEJOS
En este pueblo, cercano a Madrid, tenía que
actuar como matador de novillos Antonio Villa,
"Hablapoco". Yo pertenecía a su cuadrilla. El empresario,
atento a su negocio, había anunciado
que el "Temerario" rejonearía un toro, y
"montaría" otro... pero, llegada la hora de ía
corrida, el tal "Temerario" no parecía por
ninguna parte. El empresario estaba aturdido
y disgustado por el engaño de que había sido
víctima; el público ocupaba la mayoría de
las localidades de la plaza, ávido de presenciar
las faenas de "Temerario", y este sin
llegar.
Al hablar de suspender la corrida para evitar
un conflicto de orden público, fué cuando, por no
perjudicar a mi amigo y matador "Hablapoco, y
para salvar al empresario, me ofrecí a sustituir
y suplantar al "Temerario". Y, efectivamente, yo,
el banderillero "Estebiíta'", actué por primera vez
corno rejoneador y montador de toros. Salve a la
empresa, y obtuve un éxito formidable,
éxito que me hizo dedicarme de
lleno a "montar toros", hasta el extremo
de que, D, Arturo
Millot, mi apoderado,
escribió a las empresas, y empecé mi
nuevo y peligroso oficio.
Trabajé ocho corridas
seguidas en Barcelona,
contratado por el
entonces empresario D. Luis Castillo, que
me pagaba cincuenta
duros por cada actuación...
He montado toros
en la mayoría de las
plazas españolas. He
brindado mi experimento
en Lisboa, al Rey
Don Carlos de Portugal,
que me felicító y regaló
una preciosa petaca,
y me presenté en Madrid,
el día del debut
como novillero de Juan
Cecilio, "Punteret",
montando un toro de
Adalid, grande y cornalón.
Mi presentación
fué un éxito y Pedro
Niembro, que era el empresario,
me firmó, y
actué en dos corridas más, no siguiendo toreando por cesar en el negocio
el Sr. Niembro, al ser sustituido por el señor
Mosquera.
G.ANANCIAS Y PERCANCES:
En Portugal, las veces que trabajé, que fueron
muchas, ganaba mil pesetas. En España, toreaba
más barato: 750 pesetas. De esta caniidad
pagaba los gastos de viaje y fonda, y el "sueldo"
de mi ayudante Manuel Pérez "Parsifal". que fué
matador de toros en Méjico... Pero entonces se
podía vivir a gusto con aquellos ingresos, que en
la actualidad, representarían el triple tuve varios percances; pero uno gravisímo. En Cádiz, un
toro de Villalba, al derribarme, "me metió la cabeza"
y me calo a placer. Un cornalón en el muslo
derecho, que me interesó la, femoral y me tuvo
en cama dos meses, a pesar de las concienzudas y
desinteresadas curas que me hizo el fallecido doctor
Mascaren... Después, la lesión, grave también,
que sufrí en el brazo izquierdo, toreando
como "picador", a las órdenes de Joselito, el
"Gallo"... Cansado de partirme las piernas
sujetándome a los morrillos de los toros, y por recomendación
de mi gran, y llorado, amigo, el inolvidable
D. Ángel Caamaño, el "Barquero", toreé
en Madrid agregado a la cuadrilla del infortunado
Agustín García Malla, en calidad de "picador".
Metí cuatro puyazos, y me tocaron cuatro ovaciones...
Me felicitaron, y seguí picando a las órdenes
de Rafael el "Gallo", Vicente Pastor, Josclito,
Malla, "Punteret", "Ostioncito", "Pastoret"...;
hasta que, cansado de rodar por las arenas, con
varios huesos rotos, y cada día más castigado, y
con menos afición, toreé en esta plaza la ultima
corrida de picador, a las órdenes de José Amuedo...
Y ahora, con cincuenta años "en el lomo",
trabajo en esta casa muy contento, desde hace tres años y medio, y, por no perder la costumbre,
sigo "montándome" en las mesas de billar....para limpiarlas"
al abandonar la profesion taurina Manuel Esteban fué camarero (mesero)
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