La última vez que la muerte se asomó de lleno a la plaza de toros de Murcia (La Condomina) no fue en el ruedo, sino en los corrales de la plaza. Muchos recordarán, por lo relativamente reciente, la noticia de la muerte de Angelín, el corralero de la plaza, la mañana del sábado 20 de septiembre de 1997. José María Galiana, de manera sobrecogedora en la edición de 'La Verdad' del día siguiente, lo contaba así: «Eran las 12.55 horas. Tras el sorteo de las reses, se estaba procediendo al apartado. El primer novillo de Las Ramblas, herrado con el número 26, había entrado en chiqueros y el resto de la corrida se encontraba agrupada. Angelín salió de uno de los burladeros próximos al campo de fútbol, restalló la fusta en el aire para disgregarlos, pero 'Malospelos', un novillo negro de 493 kilogramos, que mostraba en sus ijares el número 3, se vino de largo hacia Angelín y, a pesar de las voces del mayoral recomendándole que se cubriera, quedó paralizado y sufrió un primer empellón que lo estrelló contra el burladero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario