Miguel Gutierrez,su padre contempla el cuerpo sin vida de su hijo en la enfermeria de vista alegre,México, el 17 de Marzo de 1935
Plaza de Vista Hermosa, Tlalpan, México DF. Una ventisca le pegó el capote al cuerpo y fue arrollado por el novillo, que le empitonó justo en el corazón...
La negra leyenda de este coso taurino que se erigió en la calzada de San Antonio Abad, y que operó de 1933 a 1937 se cincela con sangre de los toreros que cayeron ahí, y que provocaron pesadumbre en la fiesta brava. Pero ninguna se recuerda con tanto dolor como la cornada y muerte del joven jalisciense Miguel Gutiérrez. Fue verdaderamente excitante, abrupta por el instante y la manera en que se produjo el suceso. Miguel Gutiérrez, que nació en Guadalajara en 1909, se presentó en El Toreo en 1929, con 20 calendarios cumplidos. Era torpón y no poseía una técnica depurada que le ayudara a defenderse de los astados, sobre todo en esos descomunales encierros que se lidiaba en Vista Alegre. En la infausta tarde del 17 de marzo de 1935, Miguel Gutiérrez actuó junto con Antonio Rangel y Manuel Molina, con seis torazos de Zacatepec. En segundo turno apareció en el ruedo del fatídico coso, "Bandolero". Con todo su poder embistió de salida y el valeroso Miguel le salió a recibirlo de rodillas y torear por faroles. El tapatío no era un ducho en la materia pero reunía valor hasta cierto grado inconsciente. Lo aguantó de hinojos, el de Zacatepec lo prendió de lleno, lo levantó muy alto y cuando caía, para su mala fortuna, el bovino tiró un derrote, seco, definitivo y certero, le dio en el pecho y ¡le partió en dos el corazón! Antonio Rangel había cumplido ante el problemático primero. El dizque novillo "Bandolero", en la suerte de varas, dio tres estrepitosos tumbos a un picador de renombre, Francisco Olvera “Berrinches”. El burel tlaxcalteca tenía edad, peso, fortaleza, y bravura. No era fácil, la bravura siempre será un obstáculo, más cuando no se tiene mucho rodaje, ni mucho oficio y se carece de una técnica definida. Eso se llama falto de sitio. La ciencia médica, a cargo del doctor José Morales Ortiz, pese a su oportuna intervención, fue impotente ante ese cuadro que se le presentó. El no menos certero golpe de la guadaña de la parca fue letal. El valeroso Miguel murió instantáneamente. La noticia de su fallecimiento empezó a correr cuando Manuel Molina lidiaba al tercer novillo de la fatídica tarde. El mismo Rangel dio muerte a "Bandolero", pasando muchos "tragos amargos" para despacharlo. Tras la lidia del tercero, el público hizo que se suspendiera el festejo por esa terrible tragedia que había presenciado en esa plaza de maleficio permanente, de mala suerte y mal fario. Al domingo siguiente, se dio otro festejo a beneficio de los deudos del infortunado Miguel Gutiérrez, su esposa y una hijita de año y medio de edad. Actuaron José Victoria, Manuel Molina, Arturo Álvarez “El Vizcaíno” y Gabino Aguilar, padre, con 6 toros de Piedras Negras y 2 de Zacatepec, de los que se habían quedado del festejo anterior. Uno de estos ejemplares fue el que envió al callejón con todo y cabalgadura, al picador Luis Martínez.
En la foto: Miguel Gutierrez,su padre contempla el cuerpo sin vida de su hijo en la enfermeria de vista alegre,México, el 17 de Marzo de 1935
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