martes, 30 de noviembre de 2021

EL CAITO

 

Litografía de la Lidia

Francisco Cazalla Moreno, el “Caíto”, al que generalmente se le anunciaba con el nombre de José. Lo sacó el Gordito con frecuencia como agregado por la tierra baja. Nació en Cádiz en 7 de Junio de 1841, No toreó en Madrid, fue picador ocasional, su oficio el de tratante de bestias (mulas, burros y caballos), “…que la mona era prestada, según consta en documentos fehacientes que aún existen, igualmente que el sombrero, la pescaraya, la banda, y todo cuanto el arreo compone de un picador; por lo cual, yo me sospecho que al tauromáquico oficio le sacaba poco medro quizás por tenerle asco, tal vez por presentimiento “ (“La revolución de Setiembre”, PEDRO IBÁÑEZ PACHECO “Cuentos Gaditanos” 1876).
En Cádiz, el 30 de Junio de 1869, le dio una caída el toro Enamorado, de D. Cándido Castrillón, Ganadero de la localidad gaditana de Vejer) y haciendo por él en el suelo, lo alcanzó en un derrote en la cabeza, arrancándole y arrollándole el cuero cabelludo de la región occipital. Declarada la gangrena, falleció en el Hospital de Cádiz el 14 de Julio de 1869.
La cogida que causó la muerte a este lidiador fue sumamente extraordinaria. Al poner una vara fue derribado del caballo, y al citar el matador a la res para hacer el quite, tiró ésta un derrote y enganchó por bu base la coleta del picador, ocasionándole una herida por arrancamiento en la región occipital, cuyo colgajo fue completamente separado de la cabeza y lanzado por el toro a algunas varas de distancia. Conducido al hospital fue curado por el doctor Cordón, quien, de manos de un mozo de plaza tomó el colgajo, lo lavó con agua tibia para quitarle la arena adherida a la superficie cruenta, cortó la coleta y lo reaplicó, fijándolo con varios puntos. Al cabo de algunos días el colgajo estaba adherido y el estado de Cazalla era satisfactorio, pero fue invadido por el tétano y terminó su existencia en la mañana del citado día.
Como complemento reproducimos íntegramente La revolución de Septiembre, de los cuentos gaditanos de Pedro Ibáñez Pacheco de 1876 :
LA REVOLUCIÓN DE SETIEMBRE
Era el señor de Caíto 
un simpático torero, 
según unos, de esperanza, 
según otros, de camelo; 
pues decían estos últimos, 
que nunca midió más suelos 
en sus suertes arriesgadas 
tan incomparable diestro, 
que el redondel de esta plaza,
 y alguna vez el del Puerto; 
y eso, a fuerza de mil súplicas, 
de compromisos y empeños, 
pues todo el mundo sabía 
que era un diestro de recelo, 
es decir, de los llamados 
de camama o de paseo; 
más claro, de los que salen 
sólo en los casos extremos 
por estar los de la tarde 
bizmados o medio muertos.

 Y que aseguran lo fijo 
los que tal dicen, es cierto;
 pues en los muchos carteles
 que al escribir este cuento,
 como datos, a la vista 
en este momento tengo,
 no se encuentra que Caíto 
saliese a lucir el cuerpo
 en más plazas que las dichas;
 y además sé por extenso,
 que en tiempo de la parada
 por ganarse el sustento,
 era corredor de bestias,
 olvidando lo torero;
que la mona era prestada, 
según consta en documentos
 fehacientes que aún existen,
 igualmente que el sombrero, 
la pescaraya, la banda,
 y todo cuanto el arreo
 compone de un picador;
 por lo cual, yo me sospecho
 que al tauromáquico oficio
 le sacaba poco medro 
quizás por tenerle asco,
 tal vez por presentimiento;
 si fue así, tuvo razón, 
que el pobre murió de cuernos.

 Pero dejando esto a un lado
 para asunto de otro cuento, 
bástenos, por hoy, decir
 que este apreciable mancebo
 honor de la gente crúa, 
y regocijo del templo
 que llaman mulabardó, 
vulgarmente matadero,
 a fin de que me comprendan
 los que en el arte son legos,
 cuando el señor de Topete 
y sus bellos compañeros 
confeccionaron la honra 
que nos trajo
a Carlos sétimo ,
 los cantoncitos dichosos
 y lo demás que sabemos, 
y entró aquella madrugada 
de aquel Setiembre,
 tan bueno y fecundo en peripecias,
 al son del himno de Riego
 en la gran ciudad de Cádiz, 
para armar aquel jaleo 
de abrir cárceles
 y echar por las calles a los presos,
 y todas las demás cosas
 que en la memoria tendremos 
mientras aliente la vida
 nuestros miserables cuerpos;
 el intrépido Caíto
 liberal de pelo en pecho, 
tomó parte muy activa
 en tan glorioso suceso; 
recorriendo alborozado 
los más peligrosos puestos,
 como son la Sacristía
 y la tienda de Modesto, 
el Siglo, el Candil, la Parra
 y otros sitios como estos, 
consagrados al dios Baco 
en Cádiz, desde ab aeterno. 
Iba nuestro buen Caíto
 en un jaco caballero,
 dando destemplados
 vivas y esgrimiendo 
un sable viejo, 
seguido de grande golpe 
del entusiasmado pueblo,
 que libre de sus cadenas
 vociferaba contento, 
las toscas barbaridades
 de aquel borracho aplaudiendo.

En esta forma, llegó, 
según autores muy serios
 que este episodio relatan,
 mil plácemes recibiendo,
 de los ilustres patriotas 
que formaban su cortejo,
 a la tienda del Castillo,
 taberna que, 
a lo que entiendo, 
está, si no me equivoco,
 en la calle del Fideo, 
esquina a la del Marzal, 
cansado ya y sin aliento;
 y queriendo refrescar,
 ató a la ventana el penco, 
y seguido de sus próceres, 
se coló nuestro hombre,
 dentro: pero es el caso maldito, 
(¡quién había de creerlo!) 
que un grupo de liberales 
y honradísimos sujetos, 
de los muchos que aquel día
 realzaban el suceso,
 pasando por aquel sitio 
y observando aquel jamelgo
 sin jinete, calculando sin duda
 que era mostrenco,
 por derecho de conquista,
 se lo llevaron corriendo: 
«No lo busque usté ya más,
 que hace poco lo cogieron
 unos cuanto, y de seguía 
se fueron con él corriendo;
 y asegun lo que najaban 
en la Isla están lo menos».
 Convencido por lo dicho
 nuestro infelice torero,
 que el robo de su caballo 
no tenía ya remedio,
 siendo excusado negocio 
el empeñarse en ponérselo, 
marchose para su casa 
mil ideas revolviendo, 
y exclamando entre suspiros
 con honores de regüeldos: 
«Esto no es revolución ni puede ni podrá serlo».

miércoles, 7 de julio de 2021

EL PRIMER "MAERA"



Francisco Soriano “Maera” tiene el honor de ser el primer torero en llevar dicho apodo que según algunos antiguos escritos venia de aquello de que “maera es la maera ” de los buenos toreros, poco se sabe de la fecha de su nacimiento que sin lugar a dudas tuvo lugar en Sevilla bien pasada la mitad del siglo XIX, tuvo cierto cartel como novillero entre 1894 y 1899, debutó con éxito en Madrid, tomó varias alternativas, sin valor alguno, la última en Cádiz el 29 de julio de 1900 con toros de Peñalver y de manos de Mazzantini, realizo frecuentes viajes a América, donde tenía más cartel y trabajo que en España, se sabe que toreo en México, Montevideo y Acho, ya en decadencia, allá por 1903 se estableció unos años en México donde fue banderillero, novillero, matador, sobresaliente y hasta empresario, de ello da fe el siguiente recorte periodístico del año 1915, en esa época hacia bastante tiempo que “maera” no tenía actividad en el mundo del toro y poca credibilidad por aquel entonces, y que textualmente dice lo siguiente:
“Resumen de las novilladas verificadas en 1915 Primera 14 de febrero -Para el domingo de Carnaval, el diestro Francisco Soriano “Maera”, actuando de empresario y matador, organizó este espectáculo. Salieron de banderilleros un extorero y un picador, y dos pelados. Se lidiaron cuatro novillos de la hacienda de Basilea, los que resultaron bravucones maera despachó los cuatro bichos regularmente. Parte de la cuadrilla fue conducida a la cárcel al terminar la corrida, por abundancia de jindama (MIEDO)”. Soriano fue un torerito muy valiente al que no le acompañaba la suerte:
“Entre la grey novillera
que surge continuamente
toreó en la primavera
dando muestras de valiente
el madera o el maera.
No estuvo el chico acertado,
por lo que un aficionado
de los que a todo maldicen,
gritó entre guasón y aireado:
¡Maera….que te barnicen¡

 

Pero muy popular por sus ocurrencias y como muestra van estas anécdotas: A la vuelta de una larga campaña en México, casi toda hecha en Veracruz, se encontró maera con un amigo, vago de profesión, sablista recalcitrante y vividor eterno a costa de toda la humanidad con el que tuvo esta conversación:

 — ¿Qué tá ta dio, Maerita? 
 — Asia, asía. Por lo rigulá ná má. 
 — Güeno. Pos yo tengo un negosillo empantanao por farta de lú, y quisiera que tú me emprestaras...
 — Ni una perra! 
 —¡Pero habiendo ganao la má, que lo sé ye.!... 
 —Sí que he ganao muncho; pero da la casolidá de que me enteré de que era un negosio superió er comprá casas, y... 
 —¿Y qué? 
 —Na. ¡Que tóo lo he gastao en eso! ¡Que las he mercao toas!
 —Eso es una chufla tuya. 
—¿Conque chufla? Pos allégate a Veracrú, tú pregunta a tóo er mundo, y verá cómo tóos te contestan que allí toas las casas son de maera. 

Otra: 

Se encontró una vez en Barcelona con su paisano y compañero Alejandro Alvarado, “Alvaradito”, matador de novillos también. y al observar éste que el primero llevaba un pegadizo de tafetán en el pescuezo, le preguntó: 

— ¿Qué tienes ahí “Maera”? 
—No sé; un grano, seguramente. 
-Eso debe ser la guasa - añadió “Alvaradito” 
-¿La guasa, malage? –replicó maera---. 
Si la guasa saliera fuera, tú necesitarías una capa para tapártela.
 
Caricatura de Antonio Soria "Maera"

Con el tiempo se perdió su pista y no se oyó hablar de el hasta que el 29 de noviembre de 1927 apareció en la prensa la noticia de su muerte en Sevilla, su ciudad natal. 

Maera tuvo un hermano, Antonio Soriano “Maera Chico “novillero, de poco éxito y banderillero de fortuna que murió en México el 30 de diciembre de 1910 a consecuencia de un disparo involuntario, otras crónicas (El imparcial de México, ABC) afirman que fue voluntario, por el picador Antonio Viño “Inglés chico”, sobre el asunto escribió e ilustró el insigne grabador, ilustrador y caricaturista mexicano José Guadalupe Posada Aguilar (Aguascalientes, 2 de febrero de 1852 - Ciudad de México, 20 de enero de 1913) “Corrido del diestro Banderillero Antonio Soriano (a) Maera Chico (Balada del torero diestro Antonio Soriano, también conocido como Maera Chico)”. 





“Qué triste fin de año tuvo 
El pobre Antonio Soriano, 
Que sin querer lo matara 
Su amigo, casi su hermano…. 


He contabilizado doce toreros, de más o menos categoría, que ostentaron el apodo Maera, a saber: Antonio, José y Juan Orenes de Murcia, matadores y banderilleros , Antonio Albaladejo, que actuaba años 30 del siglo pasado. Vicente Cárdenas, novillero mexicano que estaba en activo en el tercer decenio del siglo pasado. Angel Forcén, modesto banderillero aragonés. Manuel García López, matador de toros,y el más famoso, fallecido en el año 1924. José García López, hermano del anterior y también matador de toros. Manuel Rubida, novillero pueblerino que toreaba hace cuarenta años. Manuel Rubio Casero, manchego, matador de novillos y luego banderillero, que no sabemos por qué nos parece que es el mismo que el anterior. Antonio Soriano notable banderillero. Y el hermano de éste, novillero sevillano de bastante reputación desde 1894 a 1899 y el primero en haber ostentado el referido apodo

martes, 1 de junio de 2021

SE DESPIDE "LAGARTIJO"

 


Hace 128 años ,en Madrid, una tarde que amenazaba lluvia y con una corrida del Duque de Veragua que no sirvió, se despedía del público un 1 de junio de 1893, tenía 52 años de edad, un anciano para una época en la que la esperanza de vida para los hombres en España era de 32 años (entonces el decano de los toreros) Rafael Molina “Lagartijo”, primer califa del toreo, 28 años después de tomar la alternativa. El último toro que estoqueo, después de abreviar la faena, en su vida profesional se llamaba “Pandereto”, negro bragado que se arrimó seis veces, derribo dos y mato a dos caballos. Con anterioridad se había despedido de la afición en Zaragoza, Bilbao, Barcelona y Valencia, los días 7,11,21 y 28 de mayo sin mucha suerte y con unas entradas a precio “abusivo” según la prensa de la época.



A lo largo de su carrera participo en 1632 corridas de toros, 404 de ellas en Madrid y estoqueó 4687 toros, alternativó a “Jaqueta”, Hermosilla “Cara ancha” Caballero,Pastor, Molina, Mazzantini, Paco “Frascuelo”, “Guerrita”, “Torerito” y “Minuto”. “Lagartijo” junto con Salvador “Frascuelo” (con el que mantuvo rivalidad en los ruedos y amistad fuera de ellos), que se retiró poco antes que él, marcó toda una época del toreo, tuvo estilo propio, como en su tiempo lo tuvieron Cúchares y El Gordito, toreo alegre, de movimiento efectista, original e intransmisible según Sánchez Neyra. "Lagartijo" falleció siete años después en su Córdoba natal victima del cáncer. 

Fotos. Aquel 1 de junio de 1893, su hermana le corta la coleta, hay que recordar que entonces, este tipo de ceremonias eran un acto intimo donde solo participaban familiares y los más allegados al torero. Rafael Molina en su madurez.

lunes, 22 de febrero de 2021

ANTONIO AGUADO DE CASTRO

 


Antonio Aguado  Rodado, “Antonio Aguado de Castro” nació el 1 de diciembre de 1922 en Alcaraz, Albacete. Provenía de una familia humilde y numerosa,(siete hijos) el oficio de su padre era el de carnicero. De joven se aficiono por un tío suyo que quiso ser torero  y andaba de capea en capea y por las fincas buscando tientas, con la desgracia de fallecer en una de ellas.

Su carrera se desarrolla en los pueblos de su comarca, en 1957 en busca de una mejor vida emigra a Francia (Burdeos) allí aprende la profesión de pintor con el fin de ayudarse en la época invernal, trás muchas vicisitudes fija su residencia en Arles donde formó una familia ,su hija Sylvia es quien nos da el apunte biográfico.

Su carrera de 45 años de duración culmino como novillero con picadores, como tal entre otros lugares actuó en Alcaraz. Boicarente. Hellin.. Minagam. Lorca. Pamplona. Logroño. Villarobledo. Pontouc sur Adour. Riscle. Fos sur mer. Orange. Fontvieille. Mont de Marsan. Mauguio y Frejus. Como dato curioso comentaremos que en una novillada en Vichy donde se cortaron 7 orejas, los picadores estaban en huelga, a falta de los del castoreño, Antonio aquel día actuó como único picador, fue apoderado por José Luis Marca, al que le unía una gran amistad con posterioridad se pasó a las filas de los de plata.

En su larga trayectoria sufrió 10 cornadas en Hellín 1949 ,Villarobledo 1953, Lorca 1951, Sanguesa 1952 y  Albacete 1978 y en Francia en Tarascón 1954, Frejus 1956, Fos sur mer 1954 ,Marsella 1954 y Mont de Marsan 1955. 

Se retiró con 65 años amante de la naturaleza “Sus pasiones eran los perros galgos, los canarios a quien les ponía la Cintas de Isabel Pantoja Para que cantaran mejor, los palomos, la caza con los hurones, la pesca, cortar leña y el Campo de tiro” “En el mundo de los toros lo llamaban El huracán Albaceteňo” “Tenía un coche americano chevrolet impala cuando llegaba a Alcaraz sonaban las campanas... Llego el toreo y la gente se juntaba en la plaza mayor para verlo y charlar” cuenta su hija Sylvia.



Falleció en Arlés el 15 de mayo del año 2001, fue Íntimo amigo de Dámaso González y de Luis Montero.

Fotos cedidas por Sylvia Aguado Guerrero.






 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 6 de febrero de 2021

PAJARITOS

 


Ahora que hace unos días se cumplió años del vuelo de “Pajarito” (de la ganadería de cuatro caminos) en la México, permítanme contarles una historia.

Jacinto Caballero Daza nació en Sevilla un 30 de mayo de 1866, en su empeño por ser torero Y tras una carrera muy irregular se estrenó en Sevilla como matador de novillos el 21 de julio de 1889. Su deambular por los pueblos de Sevilla y Cádiz nunca le dio la fama ni la experiencia necesaria para presentarse en la capital del reino. 

El 13 de septiembre de 1891 se celebraba en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira una novillada con reses de la ganadería López Conde del Viso del Alcor (Sevilla), se lidiaba el novillo “Pajarito” que salió manso y con peligro que acabó por coger al novillero de turno. 

El Alfarero, que así se anunciaba Jacinto Caballero, estaba en el tendido de espectador. Pidió permiso a la presidencia para finiquitar a este “pajarito” echándose al redondel. En una vuelta fue alcanzado por el cornúpeta y golpeado contra la pared pues en esta plaza de toros no había barreras, con tan mala fortuna que sufrió fractura en dos partes de la columna vertebral. El Alfarero falleció en aquella población dos días después de resultas de sus heridas.

Foto Antigua de la plaza de toros de Alcalá de Guadaira.