sábado, 31 de mayo de 2014

VICENTE MENDEZ "EL PESCADERO"


Vio la luz en el seno de una modesta familia y en un hogar de la clase media algo acomodada, el 3 de noviembre de 1845. Cursó las primeras letras y, terminada la inicial enseñanza, se colocó de dependiente en el puesto de pescado de un próximo pariente, industria en la que en aquellos tiempos se trabajaba bastante, obteniendo saneados beneficios. En esta industria trabajó Vicente unos seis años; pero al sentirse con suficiente valor para cultivar la profesión taurina, lo confesó abiertamente a sus padres, y tras una ,lucha nada suave, logró le dejasen hacer su voluntad, y libremente comenzó el aprendizaje, cómo todos los muchachos principiantes de su tiempo, saliendo de comparsa en las novilladas con mojiganga ,y acudiendo a las capeas que durante la canícula y el otoño se celebraban en los pueblos cercanos a la Corte, especialmente a las de la ribera del Tajuña. Todos los toreros que en Madrid se formaban en aquella época iniciaban la carrera como peones y banderilleros, y así In realizó Vicente; pero sus afanes eran los de llegar a matador de loros, y para probar sus aptitudes en el manejo de la muleta y el estoque se encargó de, dar muerte, en algunos pueblos cercanos a la Corte, del toro que en las capeas se destinaba al sacrificio en el ruedo. Según se cuenta, realizó con éxito este cometido en varios lugares Y. animado Por las palmas escuchadas, se ofreció a. la Empresa arrendataria de las novilladas invernales madrileñas la que aceptó sus servicios y, por tanto, pudo ver su nombre en los carteles del circo taurómaco de su pueblo para la novillada del 25 de febrero de 1866. En la que habla de alternar con el granadino Salvador Sánchez, "Frascuelo", en la lidia y muerte de dos novillos portugueses de don .José Ruqueti y otros dos navarros, uno del criador de Funes, don Raimundo Bermejo, y otro del de Corella, don Miguel Poyatos. Se anunció la corrida como de competencia entre los dos jóvenes matadores, lo que, unido al gran aliciente de una tarde primaveral hizo que la Plaza se viese llena de aficionados y que no pudiesen hallar localidades unos dos mil según referencias de los periódicos. Vicente Méndez que había escuchado los gratos aplausos de la gente al torear por verónicas y navarras a su primer toro, "Vencejo" (retinto, lamipardo), de Bermejo, tornó los trastos y empleó una faena bastante deslucida, notándosele deficiencias propias del lidiador novel. Con el estoque, su mejor elogio es el decir no estuvo pesado. Con su segundo novillo, "Cartuchero" (negro), de Roqueti, ya realizó mejor trabajo, sin duda por haberse librado, en parte, de la preocupación que produce la vez primera que se torea en Plaza de tanta responsabilidad en lodo tiempo. A este toro lo trasteó valiente, y con solo tres pares, dos naturales y uno por alto, entró recto a herir, y en la suerte de arrancar dio una buena estocada. Antes había banderilleado bien al toro tercero, que estoqueó "Frascuelo", y en justa correspondencia y prueba de buena amistad, éste banderilleó el segundo de los toros del nuevo compañero. La crítica aplazó para más tarde el juicio sobre el espada madrileño, al que recomendó se perfeccionase con el capote y la muleta. Era Vicente Méndez buen mozo, esbelto y de agradable aspecto el conjunto de su figura, fino y simpático rostro y vestía con gusto la ropa de torear; todo lo cual causó 'excelente impresión en el público. Se anunció otra corrida con el mismo cartel para el 4 de marzo, por haber quedado en el fiel de la balanza el trabajo de los matadores; pero las continuadas lluvias impidieron se celebrase cuantas veces fue anunciada, por lo que se dejó sin efecto, ya que estaba encima la corrida inaugural de la temporada de toros. Continuó toreando como espada novillero y actuó en provincias de media espada con matadores de cartel, y sin duda, no hallándose en condiciones de llegar como matador al logro de su ideal, decidió aplicarse más e los rehiletes. Por este tiempo —1869—, "el Gordito", cuya cuadrilla de peones la componían Francisco Torres, "Cherin", madrileño; José Lara, "Chicorro", gaditano, y José Cinco, "Cirineo", sevillano, quiso reforzarla con miras a las próxima alternativas de los dos últimos citados, y agradándole da valentía y buen estilo del joven Méndez, le hizo proposiciones de ingreso entre su personal, lo que fue aceptado, a condición de que había de actuar también de sobresaliente a media espada, para continuar entrenándose como matador, pues aún no estaba del todo decidido a quedarse en forma definitiva como rehiletero. Así se lo prometió el maestro Carmona; y ya ese mismo año vemos al "Pescadero" de sobresaliente en las fiestas de San Fermín, de Pamplona, día 9 de julio. El cronista de esta corrida escribió respecto al madrileño lo que sigue: "El novel matador tiene valor excesivo y más serenidad de lo que creíamos encontrar en él; pero carece de conocimientos y se mete en la suerte de un modo imprudente y sin ninguna apresión." Continuó en su puesto de banderillero, sin perjuicio de matar en novilladas y trabajar con su jefe de media espada. Se presentó en la Plaza sevillana para alternar con los novilleros Hipólito y "Añillo", el 2 de agosto de 1874: gustó su labor, y para el 30 del mismo mes se organizó en dicha Plaza una corrida concurso en la que se entregaría un premio de quinientos reales sil matador que más se distinguiese.

Actuaron dos novilleros "el Pescadero", Fernando Gómez, "Gallito"; Manuel Lagares, Manuel Aguilar, "el Macareno", Lavi" y "Crispín". Las reses lidiadas fueron de don Anastasio Martín, y el jurado, con, puesto por los matadores de toros Manuel Domínguez, José Carmona y Antonio Carmona, "el Gordito", otorgó .el premio e nuestro biografiado. La corrida fue de larga duración, anocheciendo sin poderse lidiar el último novillo, que había de 'estoquear "Crispín", y en vista de ello, Vicente Méndez tuvo la delicadeza de no admitir el premio, rogando a los organizadores lo destinasen a dos pobres del hospital, rasgo del diestro madrileño que fue muy elogiado. Otro rasgo, éste acreditativo de su valor, lo dio en Alcalá de Guadaira, en donde con el estoque de su bastón mató un toro que había saltado al tendido, evitando con su, Intervención una catástrofe. De la cuadrilla del "Gordito" pasó a. la del sanluqueño Manuel Hermosilla, y con este jefe vino A tomar parte en las fiestas reales de 1878, formando terna con sus colegas Mariano Torneros y "el Toledano”. Se hizo un buen cartel en el vecino reino lusitano, donde trabajó con provechoso resultado. Allí residió algún tiempo y fundó una escuela, donde enseñaba la práctica del arte a los muchachos aficionados. Su última corrida de Madrid fue una novillada dada en fría y desapacible tarde del 7 de diciembre de 1884; alternó con José Ruiz, "Joseito", en la muerte de Unos moruchos de diferentes vacadas, y el último que mató "Lunares" (colorado, girón), de Surga. Aún continuó algún tiempo como banderillero de toros; se hizo viejo, engruesó y su nombre se esfumó de los carteles.. En el año de 1889, un periódico taurino publicó' su retrato y una semblanza en dos redondilla que decían: "Torero de buena planta, - con hechuras de gigante, - que poniéndose delante - de cualquier toro, le espanta se le vio, con Interés en Madrid ,mucho tiempo hace, y hoy en Oporto complace - al público portugués." Vicente Méndez, “el Pescadero" fue popularísimo en Madrid, donde por sus excelentes prendas personales logró reunir buen número de admiradores y amigos.


No había corrida de importancia en la que no participara el caballero español, y es por esto que para una fiesta que se celebró en la Plaza de Cintra, el rejoneador portugués, Don Fernando D’Oliveira, el 15 de septiembre de 1892, llevó como utilísimo auxiliar a Vicente Méndez. La corrida fue, como la generalidad de las corridas que se celebran en Portugal. Fueron varios toros, unos para ser rejoneadores, y otros en los que los diestros de a pie ponían banderillas. “El Pescadero” salió a banderillear a uno de ellos, y ya cuando estaba preparado el toro, fija la vista en el torero, éste, dando la espalda a la puerta de chiqueros, avanzó con los palos hacia el cornúpeta, que a su vez, arrancó hacia el banderillero. En aquel preciso instante, un griterío general resonó en la plaza; el diestro se dio cuenta de las exclamaciones, pero no supuso la causa, y atento únicamente al éxito de su empresa, pensó que la intensa emoción de los espectadores tenía por causa la proximidad del momento en el que iba a clavar un gran par de banderillas “al encuentro” y siguió su viaje llegando hasta la cara del toro, clavó el par, y salió por el lado derecho con suma tranquilidad. No bien había salido, cuando se explicó el motivo de las aterradoras voces de aquella multitud: es que en el momento en el que Vicente había iniciado el viaje, OTRO TORO de los encerrados en los chiqueros, rompió súbitamente la puerta de su encierro, se presentó en el ruedo y ARRANCO TRAS EL DIESTRO, que era lo que más cerca tenía, sin que nadie pudiera evitarlo. La emoción de los espectadores fue enorme, pues consideraron, y con razón, que el banderillero quedaría aplastado entre las dos cabezas de aquellas fieras en el impetuoso arranque, y la terrible ansiedad se trocó en satisfacción, cuando vieron que el lidiador salía intacto de aquel peligroso trance, y casi al mismo tiempo, CHOCABAN LOS DOS TESTUCES PRODUCIENDO UN FUERTE CHASQUIDO, y en los dos toros, el impacto produjo algo parecido a una fuerte conmoción cerebral. Aterrorizado al pensar lo que hubiera podido ocurrirle, recibió una enorme ovación con que premiaron los testigos de la fiesta, su milagrosa suerte. Indudablemente lo salvó la ignorancia del peligro, que ha sido lo que ha producido la mayor parte de los héroes.

viernes, 30 de mayo de 2014

ANGEL FERNANDEZ PEREZ "VALDEMORO"


Tomó la alternativa de matador de toros el 13 de Octubre de 1872 . Nació en la villa de Valdemoro, partido de Getafe, junto a Madrid, el día te de Marzo de 1840. Sus padres, Juan Anacleto Fernández y Antonia Severa Pérez, labradores en dicha villa, dedicaron a su hijo al oficio de carpintero; pero desde la edad de dieciséis años ya empezó éste a correr novillos en cuantos pueblos inmediatos podía, y a los veintiuno abandonó completamente el martillo y el escoplo por el capote y las banderillas. Desde el principio se advirtió en él mejor disposición para matador que para banderillero, porque con el trapo en las manos paraba mucho; así que después de unos cuantos años, en el de 1871, marchó en clase de matador al Perú, toreando veinte corridas en Lima con gran aplauso, y al volver a España tomó la alternativa en Madrid el 13 de Octubre de 1872, que le dieron Cayetano Sanz y Salvador Sánchez.

Desde entonces su suerte fue variada, sufriendo muchas cornadas, sin que su valor menguase, y alternando en plazas de primer nombre, en el puesto que por su categoría le correspondía, con todos los espadas conocidos en su época; pero donde ha obtuvo ovaciones, que a cualquier artista satisfacen, fue en la Habana, en cuya, plaza el año 1873 fue obsequiado con un beneficio, alhajas y dádivas de valor; y antes, en 1871, en Lima le premiaron con la medalla de oro, creada en aquella ciudad para recompensar el mérito y los conocimientos en el arte, que demostró especialmente en la corrida de 20 de Agosto.


La afición de "Valdemoro" no se extinguió cuando el voluntarioso diestro madrileño se retiró de los ruedos, ya que entonces fundó una escuela de tauromaquia en Carabanchel Bajo, en donde enseñó los fundamentos del Arte de Cúchares a los jóvenes maletillas que, como él, no contaban con grandes apoyos en los restringidos círculos taurinos.Falleció en el Hospital de Incurables de la capital de España, el día 2 de marzo de 1915.

ANTONIO LOBO ESCOBAR (LOBITO CHICO)


El pobre Antonio Lobo fue un lidiador precoz y malogrado. Comenzó a torear a los quince años, y aún no tenía veintitrés cuando perdió la vida entre los cuernos de una res brava. Lobito Chico, hermano de Fernando Lobo, nació en Sevilla el 2 de Octubre de 1870.Le dieron sus padres la instrucción elemental necesaria y le dedicaron luego al oficio de pintor, pero el ejemplo de su hermano despertó en él las aficiones al toreo y comenzó a tomar parte en capeas y becerradas hasta que resueltamente decidido, cambió los pinceles por el capote de brega y embarcó con su hermano para México el año 1886, formando cuadrilla con Bonarillo, Manuel Morales y Vaquerito. Ingresó en la del primero cuando Bonal tomó la alternativa, y con él se presentó en Madrid el 27 de Agosto de 1891. 

El domingo 16 de Julio de 1893 se lidiaba en la isla de San Fernando (Cádiz) una corrida de D. Eduardo Ibarra, y estaban encargados de estoquear las seis reses Minuto y Bonarillo, en substitución de Pepete este último. Nada de particular ocurrió durante la lidia de los tres primeros bichos. El cuarto era un excelente animal; se llamaba Rosadito, tenía el pelo castaño y era corniabierto. Tomó diez puyazos y mato un caballo Cambiado el tercio, Lobito Chico, que vestía temo azul y plata, puso el primer par de banderillas y Manuel Morales el segundo. Fue a repetir Antonio y la res le alcanzó, ocasionándole una de las cogidas más aparatosas que se pueden imaginar.

El toro le enganchó, le volteó, le arrojó al suelo, le recogió dos o tres veces más, corneándole furiosamente. Por fin se le llevaron, Antonio Lobo yacía en el suelo, ensangrentado. Intentó incorporarse, pero volvió a caer pesadamente, mientras de sus heridas manaban raudales de sangre. Recogido y trasladado a la enfermería, vieron los facultativos, horrorizados, que tenía una tremenda herida penetrante en la ingle izquierda; otra, de seis centímetros, en la misma región; otra, de cinco, en la ilíaca, que penetraba en el vientre, y. por último, un varetazo formidable en el pecho. Todas las heridas eran gravísimas, tanto, que a los pocos minutos dejaba de existir el infortunado diestro. 
"La Lidia" representación de la mortal cogida.

La corrida continuó...Se explicó la cogida como un efecto de pundonor del torero. El primer par de banderillas que puso a Rosadito fue al cuarteo, y quedó bastante mal, motivando manifestaciones de protesta del público. Quiso Lobito "sacarse la espina" y trató de clavar de modo que se le aplaudiera por el valor demostrado. Así halló la muerte. Era un torero entusiasta, que a no haber sido truncada su carrera tan prematuramente, hubiera alcanzado la fama y el provecho que merecía. Era modelo de hijos, hermano respetuoso y amigo leal. Durante su vida torera tuvo dos percances de escasa importancia, uno en San Sebastián y otro en Villamanrique. Como dice un biógrafo, el horrible suceso de San Fernando "vino a cerrar su sencilla historia, condensándola en los límites del prólogo de una biografía".

ESTEBAN ARGUELLES PEREZ (ARMILLA ó ARMILLITA)


Empezó a jugar con becerros en la plaza de los Campos Elíseos, y después en las novilladas de la plaza grande. Se aplicó mucho, y por sus buenas disposiciones fue considerado como uno de los mejores banderilleros, porque cuadraba como pocos en la misma cabeza, y porque se le veía que sabía por donde andaba. Tenía de compañero a Pablito (Pablo Herráiz), del que aprendió mucho. ¡Lástima que con la capa en la mano valiera menos que con los palos¡ Era natural de Madrid, donde nació en 19 de Febrero de 1845, siendo hijo de Antonio Baldomero Argüelles y de María Pérez. Sus adelantos en el toreo se marcaron rápidamente desde que en 1867 entró a formar parte de la cuadrilla del maestro Cayetano Sanz; habiendo continuado después en la de Salvador Sánchez, a la que perteneció. Falleció en Madrid a consecuencia de una dolencia crónica el día 1 de Septiembre de 1879, y su muerte fue sentida por todos. los verdaderos aficionados. Su cadáver fue acompañado en la tarde de dicho día, desde la casa mortuoria, calle de la Gorguera, al cementerio de la Patriarcal, presidiendo el duelo el espada Gonzalo Mora, el banquero D. Andrés Villodas y el matador Felipe García, con varios toreros y aficionados. Fue enterrado en la sepultura núm. 22 del `patio, del Corazón de María.
Saturnino Frutos “el Ojitos”, le encontró parecido físico a Fermin Espinosa Orozco, padre de los "Armillitas" con el peón español Esteban Argüelles a quien apodaban “Armilla ó Armillita”, haciendo alusión a la armilla o o anillo que adorna las columnas, como si se tratase de la columna vertebral del toreo.De esta forma nació el apodo que han llevado sus descendientes. 

jueves, 29 de mayo de 2014

TOMAS PARRONDO (MANCHAO)



Banderillero atrevido y matador de toros sin alternativa por incuria suya. Nació en Madrid en 21 de Septiembre de 1857. Sus padres, bien acomodados, le hicieron estudiar segunda enseñanza y luego le dedicaron al oficio de pintor y dorador. Su aprendizaje como torero le hizo en la plaza de los Campos Elíseos de Madrid y en otras de los pueblos de la provincia, hasta el año de 1878 que se presentó en la principal, formando parte de las cuadrillas de Felipe García, Antonio Pérez y Gabriel López. Simpático y modesto, muchos aficionados que fundaban en él sus esperanzas, las perdieron al marchar este a America , allí hace años estaba colocado por los aficionados inteligentes al frente de los matadores sin alternativa, que pudo tomar mucho antes, seguir trabajando en España, conquistarse un puesto en el toreo, ya que valía mucho sabiendo y ejecutando. Se abandonó, no oyó consejos, volvió sin entusiasmos y retraído lo que produjo su fracaso .Volvió a Madrid idiotizado y casi impedido del habla por la enfermedad, y muy aturdido se le ve presenciar las corridas de toros en Madrid, pedir tabaco torpemente, y mirarlo todo con los ojos inexpresivos y turbio, donde falleció de la mente ido hacia el año de 1900. Muchos escritores sostienen que este extraño comportamiento corresponde a una persona que pudo haber sufrido de un tumor cerebral por lesiones mal atendidas en el desarrollo de su arriesgado oficio.Había nacido con un enorme lunar en la cara, por eso le llamaban Manchao. Aunque era quisquilloso, el apodo no le ofendía --El apodo es cosas del oficio, pensaba, cada torero tiene el suyo, y cuanto más feo, más mérito en hacerlo respetar.

JOSE FERNANDEZ "EL BARBI"


Natural de la provincia de Sevilla, en uno de cuyos pueblos nació el año 1849. No fue conocido hasta el año 1871, en el que ingresó en la cuadrilla de José Machío, trabajando como banderillero en Madrid el ,4 de Junio del mismo año. Pasó más tarde, por sus merecimientos, a la de Cara-ancha, y por último, en 1884 ingresó en la de Mazzantini, siendo en ella el banderillero de confianza del espada referido. El Barbi falleció en la Habana, a donde fue con Luis Mazzantini a torear en 1887, el 20 de Febrero, a consecuencia de un cólico miserere (apendicitis); al siguiente día se verificó su entierro con gran pompa. Mazzantini se hizo cargo de todos los gastos.


JOSE RUIZ “JOSEITO”


Nació en Madrid el 9 de enero de 1855. Asistiendo a la escuela se hallaba cuando ocurrió la muerte del padre, y así continuó aún unos años, pues el maestro, compadecido del infortunio de la familia, amplió el tiempo en que el huerfanito pudiese recibir la instrucción. Parece que los deseos del padre se habían alguna vez manifestado indicando ser el de tipógrafo el oficio en que pretendía que su hijo aprendiese, pero el muchacho atendió a la voz de la sangre, manifestando a su madre y allegados que su vocación era el toreo, y esta profesión era la que seguiría. Algunos amigos y compañeros de su padre se erigieron en mentores, y "Joseíto", que este apodo tomó por ser el íntimo y familiar aplicado desde niño a su persona, ensayó sus aptitudes en la plaza vieja y en la pequeña, llamada de los Campo; Elíseos.
En la novillada de la citada Plaza vieja —la de la Puerta de Alcalá—, del 16 de noviembre de 1873, toreó, con mucho garbo, los moruchos embolados, dando luego muerte al de la mojiganga de dos pinchazos en hueso y una soberbia estocada, llamando la atención la juventud del novel lidiador y el buen estilo que apuntaba. Tiene nuevas actuaciones en aquella Plaza, trabajó en la nueva como banderillero, sobresaliente y matador de las novilladas, y para que se vea con el cariño que le aconsejan los cronistas, transcribimos la apreciación aparecida corno final de la reseña: corrida del 1 de enero de 1875: "José Ruiz debe jugar bien el brazo para dar salida a los toros en los pases, pues se le queda como muerto y el bicho entra en su terreno. Dicho espada es bravo y parado, y aun cuando le faltan facultades físicas, pues es pequeño de cuerpo, puede ser matador corrigiendo los defectos que le decimos." En el año de 1876, y sin perjuicio da sus actuaciones novilleriles, banderillea toros el 18 de junio, agregado a la gente de "Cara-ancha", y el 2 de junio siguiente sale con "Chicorra" y coloca al toro "Judío" (jabonero), de Veragua, dos pares de banderillas, al sesgo y cuarteo, que fueron estupendas, calificadas como lo mejor de la corrida, valiendo al muchacho palmas, tabacos, sombreros, una petaca y hasta un duro, que le regaló un entusiasta no fumador.
"Joselto" se portó como un hombre", decía el cronista. Tomo parte en las fiestas reales de 1878, a las órdenes de "Regatero". Siguió matando novillos, y en provincias, toros, alternando con espadas de cartel: trabajó en Madrid de media espada, en 1881 fue a América con Felipe García y Lagartija.: no quiso recibir la alternativa, y toreó cuanto quiso come banderillero de toros, y creemos recordar fue la de Domingo del Campo la última cuadrilla en que figuró. Nos refería el admirado amigo y maestro don Ángel Lazcano que todo el que trataba a "Joseito" quedaba admirado de su claro juicio, y añadía que este diestro, con Ángel Pastor y Santos López,” Pulguita", habían logrado captar la simpatía del todo Madrid aficionado a la Fiesta. Por su parte, el historiador señor Sánchez de Neira decía de "Joseito" en 1896: "Adviértanse en él rasgos de inteligencia en el arte a que se dedica, rasgos que envidiarían muchos más altos: es fino, hasta elegante en ocasiones, pero ignora completamente el modo saltar, recortar y hacer piruetas, que han elevado a otros de menos méritos. Fortuna te dé Dios, hijo..." Esta fue, rápidamente trazada, la vida .en ce: arte de .109é Ruiz, "Joseíto", diestro en quien dio el mismo caso que en Pedro Romero, los que en cerca de treinta años de actuación en las plazas, no tuvieron "que visitar una enfermería' "Joseíto" reunía condiciones para llegar a buena altura en su arte, pero no llegó por ser Madrileño, esto es, por ser modesto, sencillo y odiar la adulación.

JUAN MOTA Y BOSQUE



Juan Mota y Bosque, que vio la luz en el clásico barrio madrileño de Lavapiés el 9 de agosto de 1830. Amigo su padre del diestro Isidro Santiago, del trato con éste se despertó en el muchacho la afición al toreo, al que prestaba mayor atención que al oficio de ebanista, a que le inclinó el autor de sus días. No había cumplido el muchacho los catorce años, cuando el día de Santiago Apóstol de 1844 hizo, con otros muchachos del barrio, una escapatoria a, Carabanchel Alto, donde se celebraba una capea. Salió al ruedo, y uno de los moruchos le dio tal paliza, que le dejó medio muerto, hasta el punto de serle administrada la extremaunción. Supuso el padre que no le quedarían deseos de seguir en sus afanes taurinos, pera se equivocó, pues el chico manifestó completar su aprendizaje de la ebanistería para abrazar luego decididamente la carrera del toreo, como la realizó, cumplidos los dieciocho años. 

En el año 1848 acompañó a Isidro Santiago a Peñaranda, donde le vio torear Julián Casas, agradándole su trabajo, por lo que en 1849 le llevó a varias corridas agregado a su gente. En 1850 y 51 banderilleó los moruchos de puntas en las novilladas madrileñas, asignándole la entonces bonita suma de cien reales por corrida. En 1853, Manuel Arjona amplió su cuadrilla para torear seis corridas en Almendralejo y Zafra los días 26 a 31 de agosto, y sobre la elección de Mota para acompañar al hermano de Cúchares, decía un cronista: "El espada ha hecha una buena adquisición, pues el chico, a más de trabajador, es simpático." 

Dicen los tratadistas que Mota ingresó, en 1859, en la cuadrilla de "Cúchares", donde tuvo por compañeros a Pablo Herraiz y "Perico Notoreas”. No, por Dios, señores historiadores, Pablo Herraiz trabajó ese año con Cayetano Sainz, "Perico Notoreas" —matador de toros—; se había retirado muchos años antes, y en cuanto a las peones que ese año llevó Francisco Arjona fueron: Antonio Vela, Manuel Ortega "Lillo", y Manuel Bustamante, "la Pulga", héroe de nuestra historia toreó con "Cúchares", pero en otro tiempo el Juan Mota tiene .en su haber taurómaco hecho de haber protegido al gran "Frascuelo, cuando éste comenzaba en las novilladas, protección a que correspondió Salvador incluyen, dale en su cuadrilla al recibir la alternativa En ella estuvo Mota hasta el 30 de .octubre de 1870, en que con el "Armilla" pareó el toro "Piñano" (castaño), de don Vicente Martínez retirándose del toreo. Puso un despacho de pescado en de San Ildefonso, y con sus productos vivió sin apuros. Volvió al ruedo para acompañar a Salvador en su despedida el 12 de mayo de 1890. Después se avecindó en Colmenar de Oreja, donde murió el 11 de febrero de 1900 Juan Mota fue un banderillero de primera fila de peón incansable y disciplinado, de gran finura y de los que siempre estaban bien colocados en el ruedo.

MATIAS MUÑIZ CANO


Nació en Ciudad Real, el 24 de febrero de 1822. Muy joven trasladó a Madrid su residencia, en donde comenzó a trabajar como aprendiz de sastre. Se aficionó al toreo, concurriendo a las novilladas invernales, en las que salió agregado a las cuadrillas de aficionados que lidiaban los dos primeros moruchos embolados. Se dio cuenta que sin algún apoyo no progresaría en el arte de sus anhelos, pues habiendo solicitado con insistencia figurar entre los banderilleros de los novillos de puntas, siempre con negativo resultado, se reintegró exclusivamente a su Oficio, abandonando, de momento, sus aficiones. Dio la casualidad que, por asuntos del taller de sastrería conociese al notabilísimo banderillero "Capita", con el que hizo amistad y al que enteró de sus aficiones, recibiendo alientos del gran lidiador, quien le prometió su valiosa ayuda. 

Efectivamente, en 1843, y recomendado por Learte, torea Matías Muñiz bastantes corridas en provincial con los novilleros Párraga y Antonio del Río, y en 1844 Juan Martín, "la Santera" le admiten en su cuadrilla, con el que torea en Madrid, ganando la suma de 300 reales en las primeras corridas y 350 en las últimas en que tomó parte. Al reorganizar José Redondo, "el Chiclanero" su cuadrilla en 1845, "Capita" recomienda a su protegido, y Matías forma parte de la gente del diestro de .Chiclana, en la que figura hasta 1849 con honorarios de 400 reales por corrida, cantidad habitual de los banderilleros. Dice un moderno historiador del breo, refiriéndose a Matías Muñiz: "Trabajó con las mejores cuadrillas de su tiempo. En Madrid lo hace, en 1848, con la de "el Chiclanero." Lo que sería conveniente es que hubiese señalado en qué corridas lo hizo, porque es el caso que ese año no pisó el ruedo de nuestra Plaza José Redondo. Las temporadas de 1850 y 1851 las hizo con Julián Casas y Francisco Arjona; después fue con Antonio Sánchez "el Tato”, y contratándose suelto con las Empresas, o eventual con varios matadores trabajó sin interrupción muchos años.


La cogida 'más grave sufrida en su vida profesional fue la de Córdoba, del 29 de mayo de 1860, por un toro de don Rafael José Barbero. Dice el cronista de esta corrida: "Tercero. "Lucifer" llamara yo a este toro, sardo, bien puesto, de condición boyante y duro: el toro de la corrida. Matías Muñiz, el torero por excelencia, el muchacho más pundonoroso que pudo dedicarse al arte de la tauromaquia, quiso dar el cambio, hace el toro por él, y le coge; parece tiene quebrada la clavícula del hombro izquierdo y una cornada de mucha importancia en el muslo del mismo lado." El herido quedó bien instalado en el hospital, y durante la gravedad 'de su estado fue asistido por su esposa y su íntimo amigo Juan Mota, que también toreaba ese día. Continuó toreando hasta el año 1871, en que fue contratado por la Empresa de Madrid en la suma de 600 reales, cantidad no adjudicada a ningún banderillero de la época. Al finalizar dicho año enfermó, falleciendo de hidropesía a las cinco de la tarde del 22 de abril de 1872, dejando en la más triste necesidad a su viuda y tres hijas. Salvador Sánchez "Frascuelo", inició una suscripción para socorrerlas, abriéndola con 500 reales, suscripción que produjo 2.670 reales. Una semblanza hecha en 1856 decía de Matías Muñiz: "Menudito, pero airoso, tiene bien puesto su pabellón como entendido banderillero. Ha llega-do donde se puede llegar."

miércoles, 28 de mayo de 2014

FRANCISCO FUENTES



Picador fue su padre, Juan de Fuentes, y picadores fueron sus hermanos, José y Juan. A Francisco le apadrinó y enseñó su arte el famoso Antonio Pinto, el año 1875 ingresó en la Cuadrilla del Gordito; el 77, en la de Bocanegra; en 1881 pasó a la del señor Fernando el Gallo, y por fin se hizo subalterno de Guerrita, antes de que éste tomara la alternativa, a cuyas órdenes perteneció hasta que dejó de picar. Fue Paco Fuentes—que así se le llamaba—mozo .recio y fuerte de brazo; tuvo muchos percances, aunque éstos nunca entibiaron su valentía; y puede considerársele como un picador notable y completo del tiempo viejo. Ahí va una de sus más notables hazañas: El 24 de junio de 1880 se lidiaron en Barcelona seis toros de Carriquiri, que fueron estoqueados por Bocanegra y el Gallo, y uno de Cipriano Ferrer, al que dio muerte el banderillero José Jiménez (el Panadero); entre los siete tomaron ¡ciento cinco varas! y de ellas correspondieron nada menos que cuarenta a Paco Fuentes. Ese número de puyazos no se suman hoy en cinco corridas. Paco Fuentes logró un holgado acomodo, y en la tarde del 23 de octubre de 1892 se cortó la coleta su jefe Guerrita, en la plaza de Sevilla, después de picar Francisco el sexto toro Merece historiarse está corrida por, que además del corte de coleta de Paco Fuentes hubo en ella un suceso desgraciado: El Espartero, que alternaba con Guerrita aquella tarde, sufrió una gravísima cornada en el pecho al estoquear el tercer toro, Tesorero, negro, del Duque de Veragua Se retiró Fuentes, y residió en Sevilla, donde entretenía sus ocios, cultivando claveles y pintando búcaros y jarrones para los mismos con exquisito gusto artístico. Paco Fuentes falleció a los setenta y cuatro años de edad, (1926) nació, en el Puerto de Santa María, en 26 de abril de 1852.

MATEO LOPEZ VAZQUEZ




El banderillero de toros Mateo López Vázquez, padre del que fue matador de toros Gabriel López (Mateíto) y del banderillero, luego empresario en México, Ramón López; decía en una semblanza el periódico Boletín de Loterías y de Toros, allá por el año 1856. "Catedrático en la calle, no lo es en la plaza; tal vez no lo deje por falta (le voluntad; pero no es sitio para repararse en pelillos. Sabe dónde se ponen los pares y cómo se debe correr un toro; pero si no se le da bien a las primeras, se descompone y sale por donde puede, sin ver por dónde va ni de dónde viene." Llamaba catedrático en la calle Carmona y Jiménez, con su pintoresco estilo, a Mateo López, porque éste era dicharachero, bullía mucho fuera de la plaza, lo mismo discurseando que corriendo juergas y echándoselas de mozo rumboso, y claro está que estas cualidades hicieron de él uno de los toreros pintorescos de antaño. Era de Madrid, donde nació el 21 de septiembre de 1825, y a los diez y nueve años, el 12 de febrero de 1844, salió a banderillear por vez primera en la plaza de dicha capital. Entonces, y hasta dos años después, se le conocía por el apodo de Chiriniba, pero luego se quedó en Mateo López, a secas, cuando le anunciaban en los carteles, y en Mateo mondo y lirondo cuando los aficionados y sus compañeros lo designaban, y tan antonomásticamente cuajo la designación que por esto a su hijo, el matador de toros, a pesar de llamarse Gabriel le colgaron el apodo de Mateíto, es decir, por ser el hijo de Mateo.


Como banderillero en corridas de tabla, se presentó Mateo López en Madrid el día 30 de Abril de 1849. en ocasión de actuar los diestros el Lavi, Salamanquino y Cayetano Sanz, y a partir de entonces figuró como tal rehiletero y peón en varias cuadrillas, siendo el citado Salamanquino, Pepete I y el Tato los espadas que más frecuentemente utilizaron sus servicios. El día 4 de agosto del año 1867 se celebró en Vitoria una corrida con seis toros de la ganadería navarra de Carriquirri y los espadas Cayetano Sanz y Paco Frascuelo, figurando como agregado a la cuadrilla del primero de dichos matadores. En quinto lugar salió el toro Cuartelero, colorado, ojo de perdiz, el cual después de la suerte de varas y al ser recortado por Mateo, volteó y derribó a éste, le volvió o coger cuando se incorporaba, y de aquella doble cogida sacó una cornada en la parte superior lateral derecha del cuello, la fractura del brazo del mismo lado y contusiones en la cara y en el pecho. Lo llevaron al hospital, y después de algunos días de permanencia en dicho benéfico establecimiento llegó a estar fuera de peligro, hasta el punto de ordenar los médicos que se levantase y tomara alimento; pero se excedió en la comida, sufrió una fiebre alta, se arrancó los vendajes en el delirio, y sobrevino a consecuencia de esto tan grande hemorragia, que el día 23 del expresado mes de agosto tomó el infortunado Mareo el camino de la eternidad. Y el antiguo Chirimba, después Mateo López, a secas, y, finalmente, antonomástico Mateo, dejó de ser bullidor, rumboso, juerguista y pinturero.

martes, 27 de mayo de 2014

MARIANO ANTÓN


Mariano Antón nació en el Real Sitio de San Ildefonso, el día 5 de Octubre de 1828. Sus padres, don Ignacio y doña Juana Núñez, le dedicaron a la industria de la fabricación de vidrio y cristalería, que por aquel entonces constituían una de las mayores riquezas de la Granja, y en ella trabajó hasta los dieciocho años. De esa edad vino a Madrid a orillar ciertos asuntos relacionados con el sorteo de quintos, y una vez declarado libre quiso fijar su residencia en la corte, para lograr lo cual parece ser que emprendió el oficio de zapatero.
Poco entusiasmado por el arte que más que por vocación por el convencimiento había emprendido, no tardó un incidente en marcarle el derrotero porque estaba llamado a marchar. Había por aquel entonces en el vecino pueblo de Carabanchel una modesta plaza en la que los aficionados de la corte solían correr becerros, a las veces tan adelantados como los que por toros se nos hacen ahora pasar en corridas muy formales, y a una de estas corridas llevo la casualidad al entonces joven Mariano Antón. Estimulado por algunos compañeros y llevado más que nada de una afición de que ya anteriormente había dado muestras logró de los matadores de aquel día “Tragabalas” y Oliva, permiso para echar un capote, y con tan buena maña lo hizo, que el mismo José Redondo y otros toreros que presenciaban la corrida no sólo le colmaron de aplausos, sino que le alentaron con sus consejos a abrazar de lleno el arte del toreo.


No echó el mozo en saco roto tan autorizadas advertencias, y tras algunos nuevos ensayos, logró en 1855 ingresar en la cuadrilla de Antonio Sánchez “Tato “que ya le habla visto torear en algunas novilladas. En ella llenó a conciencia su misión, no desmereciendo en nada su trabajo del de banderilleros de la talla de los que había entonces y hasta en adquirir más alta categoría debió pensar, cuando allá por los años de 1860, 1861, 1863, 1864, 1865 y 1868 empezó no solo a actuar como matador en las corridas de novillos, sino que figuró en temporadas enteras como sobresaliente de espada en Ias de toros, alternando en esta tarea con Pablo Herraiz Esto, no obstante, que no persistió en sus primeros propósitos lo demuestra el que no pensó por un momento en dejar la cuadrilla del “Tato”, en la que siguió hasta la misma tarde del 7 de Junio de 1869, en el que por última vez se vistió de torero el desgraciado y simpático jefe de su cuadrilla.
De allí a poco ingresó en la de Rafael Molina (Lagartijo) en la que su mucha experiencia y razonados conocimientos no tardaron en darle puesto preferente. El capital reunido a fuerza de trabajo y de una intachable conducta sufrió mermas considerables por su empeño, realizado al fin, de dar carrera literaria a sus hijos, y esto le impidió retirarse antes de una profesión para la que ya no contaba con la agilidad necesaria. Sin embargo, una afección nerviosa que le contraía con frecuencia los músculos de las piernas, le obligó a adoptar al cabo aquella resolución, y aunque amargado por dolorosas pérdida de familia, pudo pasar loa últimos de su vida con la modesta comodidad a que siempre aspiró. Mariano Antón fue en su larga carrera uno de los banderilleros que si no ha sobresalieron por la brillantez y adorno de su trabajo, llego a figurar en primera línea por en actividad, su inteligencia y su oportunidad.
Peón de brega, mejor que banderillero, fue siempre uno de los toreros que más a conciencia corrieron lar reses por derecho y abusaron menos de ese afán inmoderado de recortar y quebrar facultades por malas artes a las reses, que de algunos años a esta parte hace intolerable la lidia. Aunque en carácter reservado y una modestia nunca desmentida le vedaron entrometimientos y rasgos de vanidad, sus consejos fueron oídos siempre con respeto hasta por los mismos jefes de su cuadrilla, que tenían la seguridad de que ni su capote estorbaría nunca, ni se propasaría a hacer suerte alguna que no contribuyera a realzar las faenas de cuantos con él pisaban el ruedo. Como hombre, su sencillez, la finura de sus modales y sus virtudes domésticas le granjearon siempre muchos y verdaderos amigos, y sin pensar nunca en otra cosa que en crear un capital para sus hijos, todos sus vicios se limitaron a pasar algunas horas de la noche en aquella mesa del café Suizo.

sábado, 24 de mayo de 2014

JULIAN GARCIA


A principios de la década de los setenta hizo furor entre los toreros noveles Julián García, un diestro que habiendo nacido en Albacete vivía en Valencia; García encabezó el escalafón de novilleros de su tiempo junto a Dámaso González, también albaceteño y que con el tiempo cuajaría como una de las grandes figuras de la época. Julián García tenía también un amplio repertorio de "heterodoxias", entre las que destacaba lo que se denominó el pase del reclinatorio, pues el hombre tenía la humorada de sacar uno de éstos al ruedo y torear arrodillado al mismo. 

Julián García tomó la alternativa en Castellón en 1970 y si bien en los primeros años como matador siguió ocupando posiciones cabeceras en el escalafón, al final la gente se cansó de tanto "espectáculo" y pasó a ocupar un lugar irrelevante entre los toreros de su tiempo, toreando muy pocas corridas al año y desapareciendo de los carteles de las principales ferias. Es padre del tambien matador de toros Cayetano García.

jueves, 22 de mayo de 2014

JOSE GORDON PINO "GORDITO"



Nació este apreciable diestro en Córdoba, el 17 de Octubre de 1868, y fueron sus padres José Gordón y Paula Pino, acomodados vecinos de la referida capital, quienes procuraron darle una educación esmerada, tal y como correspondía a su clase. La afición al espectáculo taurino se desarrolló en el muchacho después de cursar con aprovechamiento el tercer año del bachillerato, tomando parte en algunas de las becerradas que organizaban jóvenes aficionados de la buena sociedad sevillana, y en las que desde luego se distinguió, por el arte que se daba para la ejecución de cuantas suertes intentaba. Los aplausos que en ellas le prodigaba el público, con razón, le decidieron más tarde á dedicarse de lleno a la arriesgada profesión, con ánimo decidido de conquistarse un buen puesto entre sus nuevos compañeros, y muy especialmente entre los matadores, puesto que el último tercio era el que llenaba sus aspiraciones, y era también en el que más se había distinguido en las citadas fiestas. No sin trabajo, consiguió un puesto de la empresa de la plaza de toros de Linares, como matador, en una corrida de competencia, celebrada el 30 de Septiembre de 1889, en la que tomaron parte los matadores Manchan, Ecijano, Meló, Villarillo y Silverio, lidiando reses de la ganadería de López Salas. No le arredró habérselas con toreros ya avezados a entendérselas con reses bravas, y procuró que su trabajo no desmereciera del de ellos, lo que consiguió, haciéndose aplaudir en la muerte del bicho que le correspondió, al que pasó de muleta con soltura, tranquilidad y elegancia, y le quitó de en medio entrando a matar con mucho estilo.El éxito obtenido en esta corrida, primera formal en que trabajara después de las becerradas que le sirvieron de aprendizaje, le prestó nuevos bríos y alientos para seguir la senda que se trazara, y  abrió nuevos horizontes, puesto que le  proporcionó algunos ajustes.  Los progresos del muchacho fueron en" aumento, y en aumento también cada año los contratos que ultimaba. El buen nombre adquirido en tan poco tiempo, hizo que la empresa de la plaza de Madrid contara con su cooperación, y le ajustase para la corrida de novillos que se celebró el día o de Julio de 1891, y en ella puso de manifiesto que era de los muchachos que, andando el tiempo, había de tener porvenir, corroborando estos pronósticos su trabajo en las corridas que toreó después en el mismo año. Pasó algún tiempo sin que volviera a Madrid el muchacho, toreando en este intervalo en gran número de plazas, siempre con buen éxito, y sin sufrir contratiempos de importancia. Volvió de nuevo a torear en la plaza de Madrid el pasado año, y aquel joven que en su debut había hecho concebir esperanzas a los aficionados,  se mostró hecho un torerito, muy completo en la ejecución de todas las suertes, que practicaba con arte y adornándose, como si llevara muchos años ejercitándose en las rudas faenas que son propias al arriesgado ejercicio de burlar las acometidas dé los astados brutos.

En dicha tarde (5 de Agosto) toreó muy regularmente a su primer toro, y le estoqueó, bien demostrando en toda su faena tranquilidad y conciencia de lo que hacía. En su segundo, su labor de muleta fue superior, no por lo vistosa, sino por el arte con que la ejecutó, dejando llegar al bicho en todos los pases, aguantándolo con el trapo, y dándole en regla la salida natural; es decir, que se nos presentó tal y como los aficionados habían previsto el día 5 de Julio de 1891: en disposición de competir, sin desmerecer, con la mayoría de los novilleros que hoy figuran en primera fila. Desde que vistió por primera vez el traje de luces, en la ya mencionada corrida de competencia que se celebré en Linares, hasta la fecha, ha estoqueado, entre otras muchas, en las plazas de Abarán, Baeza, Córdoba, Cartagena, Jaén, Linares, Málaga, Montoro, Pamplona, Priego, Tarazona, Tafalla, Valladolid y Zaragoza, y en todas ellas ha procurado dejar bien puesto su nombre. Y de tal modo lo ha conseguido, que en la mayoría de las plazas citadas ha trabajado varias corridas, en diferentes épocas, buscado por las empresas que le presentaran, ó las empresas que tomaran después los circos, noticiosas del excelente trabajo del Gordito en los mismos. Varias son las cogidas que ha sufrido en el tiempo que lleva toreando; pero la única de gravedad que ha tenido, fue la que le ocasionó en Abarán el 28 de Septiembre último, el último toro de la corrida, al tomar el estribo y no poder saltar, por la gente que había en la barrera, después de meter el capote para evitar que el bicho cogiera a uno de los que se habían echado al redondel. El Gordón resultó tener una herida extensa en la parte interna del muslo izquierdo, que le impidió trabajar en algún tiempo.Ni este ni los otros contratiempos sin importancia que sufrió, hicieron mella en sus aficiones, sirviéndole, mejor dicho, de poderoso estímulo para volver a la pelea con mayor decisión y nuevos alientos, y adiestrarlo para evitar otros percances. 

miércoles, 21 de mayo de 2014

ANGEL SORIA VELASCO



En una novillada celebrada en Valencia, capital del Estado de Carababo (Venezuela), fue cogido por el cuarto astado el novillero español Ángel Soria Velasco. La herida era de tal gravedad que los médicos se apresuraron a amputarle la pierna derecha; pero, a pesar de los esfuerzos de los doctores que le asistían, el infortunado torero dejó de existir a las pocas horas. 

Antes de morir, Ángel Soria dijo a un redactor de. El Universal: “'Quiero que se le informe a mi madre que he muerto como un valiente." En esta novillada, Soria alternaba con el novillero español Vicente Vega, "Gitanillo chico". Ángel Soria nació en Rincón de Olivedo {Logroño) el 25 de marzo de 1918. Muy niño, se traslada con su familia a Zaragoza y Valladolid primero, y a Madrid, después. En Madrid comienza los estudios de Bachillerato, que abandona pronto, para asistir a capeas y encerronas. Se presenta como, becerrista en Segovia el 16 de abril de 1933. El 8 de, septiembre de 1935 torea con picadores en Tetuán de las Victorias, y su actuación es tan completa, que en dicha Plaza torea en 1936 cuatro, novilladas. La guerra interrumpe sus actividades, y terminada la misma se presenta en Madrid el 15 de agosto de 1939. Gusta su trabajo y es contratado para torear las principales Plazas de España.

martes, 20 de mayo de 2014

MARY GOMEZ "LA BOTIJERA"



Nacida en 1916, María Gómez fue una torera cordobesa de los años treinta del siglo XX que tuvo fama en Andalucía por su valor y coraje puesto de manifiesto en las faenas que realizaba a pesar de su breve paso por los ruedos. Su nombre en los carteles siempre apareció como Mary Gómez.
Su despertar taurino lo encontró en su padre al ser carbonero de la Cuesta de Luján cuyo local estabafrente a la imprenta La Comercial cuyo dueño era Pablo Troyano Moraga, lugar de encuentro de reporteros taurinos. Allí fue donde tomó contacto con el mundo de los toros, a la vez que su progenitor ejercía como portero de la Plaza de toros de los Tejares donde la llevaba desde pequeña a presenciar las festejos taurinos. Todo este ambiente le permitió respirar aire torero.


Se presenta en 1933, a los diecisiete años de edad, en Fuente Palmera; estuvo algo más de tres años en los ruedos llegando a tener su última corrida en la Monumental de Madrid en 1936. La Guerra Civil le truncó su carrera taurina, cuando empezaba a despuntar en distintas ferias y corridas. Después de la contienda no actuó más en los ruedos.
Su presentación en Córdoba fue el 23 de junio de 1935, lidiando dos novillos de Francisco Natera alternando con Rafael Adame, "Antoñillo" y "Niño de la Bodega", actuando posteriormente en diversas novillas que entonces organizaba José Flores González "Camará". Su mayor triunfo lo consiguió en San Fernando (Cádiz), el 16 de septiembre de 1934 pues tuvo una tarde memorable al matar cuatro novillos de Francisco Chico, cortando 4 orejas y dos rabos al ser cogida su compañera de lidia Alfonsa Quiñones. Esta actuación le hizo un buen cartel para presentarse en Écija , Almendralejo, Baza y otras plazas andaluzas. No llegó a actuar nunca con picadores.


En su época había otras mujeres toreras, la más sonada era la madrileña Juanita Cruz y las hermanas Palmeño. María no toreó nunca con Juanita, pues el apoderado de ésta no le permitía que torease con mujeres.
Toreó con novilleros de la época como Francisco Casado Carbón y también actuaba en un espectáculo taurino que llevaba “Fatigón”, un torero cómico de Sevilla.

Su indumentaria siempre fue el traje corto chaquetilla y falda; nunca lució del traje de luces, pues no tuvo tiempo para estrenarlo. No ganó a penas dinero como torera. Lo máximo que llegó a cobrar fue 500 pesetas de aquella época, que era dinero, matando un becerro en Posadas.
Los críticos taurinos la trataron bien. No faltando nunca en sus escritos un ligero toque poético alusivo al arte de la joven torera. Se le contabilizaron haber matado cerca de cien cornúpetas y nunca tuvo una cogida. Sólo sufrió volteretas, una de ellas grave al quedar conmocionada durante veinticuatro horas. Su estrategia residía en acercarse al toro lo más posible, lo cual le supuso menos cogidas; así mismo, al ser bajita el toro se fijaba menos en ella.


Se casó con un banderillero cómico, Enrique Sánchez Velarde, que se anunciaba en los carteles con el apodo de "El Caballero Velarde".Continuó con la carbonería de su padre dejardo este negocio para entrar como obrera de la Electromecánicas, (SECEM), posteriormente abrió con su marido un comercio de calzado. Por último regentó un conocido negocio de botijos, macetas, cerámica y floristería en la Calle Cruz Conde, donde estuvo abierto varias décadas hasta su cierre definitivo.

A Mary Gómez:

Tiene Córdoba la bella
en su seno de Sultana
una mujer; una estrella
cuya mirada destella
gracia; valor con la espada.
Tu elegancia, tu finura
es tan dúctil y elegante
que parece tu figura
junto al toro , la escultura
de aquella dlosa del Dante.
En tu mano la muleta
Juega suelta y caprichosa
recortando una silueta;
pues vuela, tu espada inquieta
corno pétalo de rosa.
Córdoba es Concha y es Cuna
de esta perla preciada;
Concha de gracia moruna,
y que al mismo tiempo es Cuna
Cuna tuya Mary brava.
Brindas valor en el ruedo
garbo, Ándalucisrno, brío
con un valor lisonjero,
que en el estoque es cerrero
y en el corazón estío.
Miguel López
Andújar Marzo 1936

TOMÁS BORRALLO


Matador de novillos. Se presenta en Madrid el 27 de mayo de 1934 con ganado de Gabriel González y alternando con “El Niño de la Alhambra” y Chalmeta. Está muy valiente y ello le vale dos novilladas más en Madrid, en las que no desmiente su coraje ante los toros; pero a pesar de ello torea poco, tan poco que el año de 1935 se viste de luces sólo una tarde,en Sevilla. Como tantos otros novilleros, al fallarle los contratos se dedicó a banderillear y bregar con las reses, lo que llevó a cabo tras el término de la guerra civil y durante varios lustros.

domingo, 18 de mayo de 2014

PEPE MANZANARES


José María Dols Cantó nació en Alicante el 25 de enero de 1927. Su figura en la fiesta de los toros de Alicante no acaba con su familia, sino que se extiende en toreros señeros como El Tino, Pacorro o El Caracol, a quienes acompañó como banderillero, así como en el matador de toros Gregorio Tébar «El Inclusero». Sin embargo, cuando su hijo decidió ser torero, volcó toda su sabiduría en él e intentó plasmar su teoría del sentimiento artístico aunado a la técnica y al conocimiento de la profesión. Le acompañó siempre y siempre se sintió torero, como aseguraba en una entrevista a este medio en 2005, donde afirmaba que llevaba en el maletero del coche un capote y una muleta para, cuando el cuerpo se lo pedía, dibujar su toreo al viento. Fue un personaje bohemio y su compañía fue pretendida siempre por muchos toreros, como ocurrió con Morante de la Puebla. Su poliédrica personalidad le llevó incluso a publicar algún libro de poesía, falleció el 5 de Septiembre de 2013 a los 86 años de edad.

ANTONIO FERNANDEZ "ALMENSILLA"


Antonio Fernández Ramos. Era natural de Almensilla (Sevilla) de aquí el motivo de su nombre de guerra. Nació el 14 de octubre de 1931. Los únicos antecedentes taurinos datan de su, tío, Antonio Abad, fugaz matador de toros, que no llegó, a revalidar la alternativa que un día recibiera en Caracas de manos de Juan Belmonte. Su iniciación taurina es hija de un hecho casual, que tuvo al campo por testigo y escenario. Cierta mañana lluviosa, y en ocasión de ir a cumplir un menester propio de su misión de cabrerillo en el cortijo de don. Juan Conradi, fue sorprendido por la repentina embestida de una vaca brava de la dehesa. Instintivamente, tan sólo tuvo tiempo para desprenderse de un saquillo que a modo de impermeable llevaba y con el que consiguió esquivar los derrotes de la res. 

A partir de este momento, perdido ya el respeto a los pitones, fue el cabrerillo el que se dedicó a embestir al ganado. Latente por entonces en Andalucía la fama de Pascual Márquez, el vaquerillo de Nandín hizo su primer viaje a Sevilla para presenciar una corrida en la que aquél intervenía. La tarde triunfal del paisano acabó de calentar la ya febril imaginación del nuevo aspirante a fenómeno. En ocasión de cumplir el servicio militar en Sevilla, el día de la Patrona de Infantería mata un novillo del conde de la Maza, al que le corta las dos orejas. Marroco, empresario de La Pañoleta sevillana, vio en él detalles, y le contrata para matar un toro de la Viuda de Concha y Sierra no sin tener que colocar entre los amigos mil pesetas de entradas; repite la tarde del festival, con idéntico corte de trofeos. Al domingo siguiente, del mes de junio de 1942, reincide en la misma placita, esta vez para despachar dos de la citada ganadería, a trueque de vender durante la semana boletos por un importe de tres mil pesetas. Es la primera vez, que nosotros sepamos que un torero tuviera que hacer de taquillero por los tranvías de Sevilla. Y así, al avispado empresario le toreaban gratis, e incluso se ahorraba tener que abrir las taquillas. Su debut de torero en serió fue el, 4 de julio del 43, en la lidia de seis novillos de Infante da Cámara, alternando con Mario Cabré y Pepe Dominguín. Causó excelente impresión a los sevillanos, sin llegar esta vez as corte de apéndices. Sin haber toreado ninguna otra corrida, al año siguiente el 19 de abril se presenta en la Plaza Monumental de Madrid para torear una corrida de Concha y Sierra, en competencia con Fidel Rosales, “Rosalito" y el peruano Montani. El tercero de la tarde le cogió en la puerta de chiqueros al iniciar un muletazo por bajo; siguió la faena sin arredrarse por el percance, y dio la vuelta al ruedo. En su segundo, de tanto atracarse de toro al entrar a matar, sufrió una grave, cornada en el pecho, que no impidió meter de nuevo la espada a cambio de una gran estocada. El segunda percance viene a principios de la siguiente .temporada toreando una becerrada en el tentadero de los señores de Hidalgo. A los catorce días le quitan 109 puntos de sutura, y por la tarde hace el paseíllo « la Maestranza» sevillana, en unión de. ''Torerito de Triana" y Millet. Con el toro hacen falta todas las facultades, y nada peor que salir a torear con una herida abierta. Almensilla perdió por esta causa una excelente oportunidad de triunfar. A esto se suma una mediana administración, que da al traste con tantas ilusiones. Se coloca en cierta fábrica (11 Sevilla, y alentado por sus jefes y compañeros, el 5 de octubre de 1947 va a torear a Bolaños (Ciudad Real). matando dos novillos de Pacomió Marín, a los que corta cuatro orejas y una pata. Este éxito, conseguido en Plaza sin palcos y a finales de tempo-rada, se traduce en escasos resultados. 

El único el de abandonar su puesto de artesano para dedicarse decididamente por las banderillas. Su hoja de servicios en el nuevo escalafón, pese a su brevedad, está sobrada de méritos, habiendo sido de entre los subalternos que han desfilado por Madrid uno de los más destacados. Comenzó a torear a mediados de la última temporada, sumando, sin embargo, veintiséis actuaciones. Actuó en las cuadrillas de "Cardeño", "Diamante Negro", Chaves Flórez, Alejandro García y José Muñoz, César y Curro Girón, Diego Puerta, Litri, Manolo Vázquez, Chamaco, Jaime Ostos, Curro Romero o Rafael de Paula. Con este último, se retiró en 1974 después de una corrida en La Maestranza. Previamente, en mayo de 1967, había sufrido una importante lesión de columna vertebral, que aceleró la decisión de colgar los trastos. afianzando en cada una un vigoroso estilo de excelente peón. Y como los buenos banderilleros, ha demostrado encontrar toro en todas partes, sin enojosos preparativos ni capotazos abusivos.Falleció el 31 de Octubre de 2011 a los 90 años de edad.

sábado, 17 de mayo de 2014

ANTONIO SANCHEZ "EL NIÑO DE CARAVACA"


Antonio Sánchez nació en la caravaqueña calle de San Jorge el 13 de febrero de 1923, siendo el menor de seis hermanos, aquí se aficionó a los toros visitando a su vecino el novillero Julián Medina para que le enseñará a manejar el capote y la muleta. La prematura muerte de su padre cuando él tan solo contaba 9 años dio un vuelco radical a su vida ya que la familia se trasladó a Murcia para vivir con uno de sus hermanos que regentaba en la calle Floridablanca la alpargatería La Caravaqueña. 

Movido por su incipiente afición taurina acudió un domingo al cine a ver la película “El sabor de la gloria” protagonizada por el matador Ricardo González. La cinta le causó tan honda impresión que decidió ser torero, corría el año 1932. En cuanto pudo comenzó a escaparse a las ganaderías en compañía de sus amigos; en una de ellas fueron sorprendidos por la policía y tuvieron que esconderse subiéndose a un árbol, para ahuyentarlos los agentes de la autoridad hicieron varios disparos al aire, pero estaban precisamente debajo del árbol donde se ocultaban por lo que a punto estuvieron de perder de la vida. Lejos de atemorizarse continuaron con sus andanzas alejándose cada vez más de la capital murciana, hasta que un día conoció en una taberna de Córdoba al banderillero Niño de Dios que le facilitó el acceso a varios tentaderos. 

En el invierno de 1940 decidió darse a conocer como fuera, y aprovechando la celebración de una novillada en Murcia, se lanzó al ruedo como espontáneo, dando una serie de pases que provocaron el entusiasmo del público. Cuentan que el matador, al dar la vuelta al ruedo con las dos orejas que le habían concedido, hizo llamar al joven caravaqueño para que le acompañara en el recorrido llevando una oreja cada uno. A raíz de este inesperado éxito fue llamado por un empresario sevillano que quiso hacerse cargo de su carrera, prometiéndole llevarlo a tentaderos para entrenarse y torear unas 30 novilladas; sin embargo pocos días después todo se vino abajo al ser detenido el referido empresario. Tenía que volver a empezar y visto el resultado de su anterior intento, volvió a tirarse al ruedo de la Condomina, lo que le sirvió para entablar relación con el crítico taurino José Antonio Ganga, quien le puso en contacto con Joaquín Meseguer, quien será el que finalmente conseguirá hacer realidad su sueño proporcionándole algunas novilladas en varias plazas de la provincia, parece ser que la primera de ellas fue en Águilas. En Caravaca se presentó el 31 de agosto de 1941 lidiando 2 reses jienenses de D. Amancio Fernández con las que «demostró sus excelentes cualidades para tan arriesgada profesión, pues en su lote de becerros, de excesivo peso y bien astados, toreó a la verónica, con esa lentitud, temple y mando propio del que sabe lo que se hace, arrancando cerradas ovaciones, a las que el chaval correspondió saludando montera en mano»; triunfó cortándole las dos orejas y el rabo al primero de sus oponentes. Dos semanas después, el día del Pilar, hizo lo propio en Murcia componiendo la parte seria del espectáculo del Bombero Torero, obtuvo un gran éxito, por lo que repitió actuación en la navidad de ese mismo año. También toreó en la novillada de feria de Abarán, «conquistando tantas simpatías» que fue requerido para que actuará como director de lidia en el festival celebrado el 5 de octubre y posteriormente en Molina de Segura el 10 del mismo mes. En 1942 actuó dos veces en Caravaca; la primera el 3 de mayo en la novillada de las fiestas de la Cruz, siendo sobresaliente del cartel formado por «la simpática pareja de chavales» Fuentes y Minuto y la segunda, en la feria, compartiendo terna con los también caravaqueños Alfonso del Toro y Pedrín Moreno. Entre sus actuaciones de este año son dignas de mención las dos que protagonizó en Yecla los días 27 de septiembre y 4 de octubre. El día de Santiago de 1943 toreó en la Plaza de Cehegín, debutando con picadores en la de ciudad natal el 7 de octubre de 1943, un día después del célebre mano a mano entre Pedro Barrera y Manolete, obtuvo un gran triunfo por lo que fue sacado en hombros. 

En 1944 toreó 15 novilladas, destacando las celebradas en Cieza, Abarán, Orihuela, Blanca, Cartagena y La Roda. En Caravaca actuó tanto en la novillada de las fiestas de mayo, en la que estuvo acompañado por Niño del Barrio II y Pedrín Moreno, como en la de feria, compartiendo cartel en esta con Bonifacio García “Yoni” y Pedrín Moreno. También actuó dos veces en Hellín, sobresaliendo la del 28 de mayo en la que, ante su magnífica manera de torear, «el público pedía la oreja antes de entrar a matar». Al año siguiente fue apoderado por Miguel Rubio Maera, antiguo peón de confianza de Pedro Barrera, quien le preparó su presentación en varias plazas de España; destacaron este año sus actuaciones en Murcia, Lorca y Orihuela. En 1946 toreó, entre otras, en Valencia, Alicante, Murcia, Hellín y Albacete, siendo digna de mención la que tuvo lugar el 17 de marzo en Lorca en la que obtuvo los máximos trofeos tras entrar a matar sustituyendo la muleta por un pañuelo. De 1947 tan solo conozco su actuación en la reinauguración de la Plaza de Aguilas el 5 de agosto, formando cartel con Paco Navarro y lidiándose novillos de Dª. Francisca Marín. Por fin, el 13 de junio de 1948, consiguió hacer realidad su aspiración de presentarse en Madrid. Le acompañaron en el paseíllo el sevillano Larita, que fue cogido y contusionado al matar al que abrió plaza, y el colombiano José Pulido, lidiándose reses de D. Tulio e Isaías Vázquez, grandes y broncas, que imposibilitaron el lucimiento de los novilleros. Ovación y silencio fue el triste resultado de aquella tarde tan esperada; su desilusión fue tan grande que antes de tener que volver a «la oscura lucha con las empresas más absurdas en los pueblos perdidos en la más triste geografía taurina» decidió ser subalterno, convirtiéndose en un excelente peón de brega y banderillero. Entre los toreros a los que acompañó en este nuevo cometido se pueden citar a Victoriano Valencia (actuando a sus órdenes recibió una grave cogida en el muslo en la Plaza de Murcia el 23 de marzo de 1958), Manuel Cascales, José Luís Galloso, Alfonso Romero, etc., y así prosiguió hasta 1977, en que se retiró de los ruedos haciendo su último paseíllo en La Condomina el 4 de septiembre formando parte de la cuadrilla de Victoriano Marín. 

En el momento de su retirada afirmó «Quiero terminar con decencia. Me encuentro aún en plena forma y quiero dejar un recuerdo grato a la afición». Posteriormente fue profesor de la Escuela Taurina de Murcia, figurando entre sus alumnos más aventajados Manuel Cascales, Juan Muñoz, Alfonso Romero, Pepe Soler, Gitanillo de Murcia, Luís Sánchez Guerrita y Rafaelillo, quien en el momento de su muerte declaró «fue una fuente importantísima para todos los toreros de Murcia. Él fue mi primer profesor, me enseñó a coger un capote y una muleta. Se ha ido un torero y un banderillero muy importante». En esta faceta de profesor se mantuvo hasta su jubilación en 1999, siendo también asesor taurino de varias Plazas, entre ellas la de Murcia. Durante sus últimos años y antes de que enfermara de alzheimer se entretenía bordando chaquetillas de torero en miniatura, con lo que se sacaba unas perrillas que destinaba, a pesar de lo exiguo de su pensión, a ayudar a los necesitados y a la compra de carne para alimentar a los perros abandonados, lo que indicaba claramente su generosidad y amor a los animales.