jueves, 13 de junio de 2013

                   GAONA Y SU ESPOSA. Granada 1917        

                     

El torero mexicano Rodolfo Gaona y Jiménez vivió en España una escandalosa relación amorosa con la actriz Carmen Ruiz Moragas con la que contrajo matrimonio, siendo esta amante oficial del Rey Alfonso XIII, relación cuyas secuelas le marcaron la vida para siempre.La actriz Carmen Ruiz Moragas, además de bella y hermosa, fue una mujer de una gran cultura. Actriz capaz de interpretar papeles en francés e inglés perfectamente, algo que pocas actrices de la época podían hacer.
Mujer de una gran personalidad que deslumbraba a los hombres, pues reunía en su persona no sólo belleza sino elegancia y talento escénico. Tanto, que pronto llamó la atención del propio Rey Alfonso XIII, que se enamoró de ella perdidamente al primer golpe de vista. Carmen Ruiz fue desde 1916 y durante toda la década de los años veinte el gran amor del Rey Alfonso XIII, que aunque trotaba de lecho en lecho, encontró en el de Carmen Ruiz Moragas la pasión que era incapaz de despertarle la propia reina Victoria Eugenia. Además, la transmisión de la hemofilia que ella trajo al matrimonio fue el pecado que el Rey jamás le perdonó a la Reina.para desgracia de Rodolfo Gaona, este matrimonio fue una farsa, una tapadera para ocultar los amores de la actriz con el Rey. Los padres de ella pensaron que este matrimonio ayudaría a su hija a convertirse en una señora respetable y no una entretenida... Pero la relación entre Gaona y Carmen iba desde el principio de mal en peor, ya que pronto surgieron los primeros roces a causa de haber sido ella amante del Rey y de estar el dicho en la calle. Los públicos en los ruedos ante alguna mala actuación del torero le gritaban sin piedad comentarios crueles y difíciles de sobrellevar para cualquier persona y menos para un torero que era la personificación del “macho” y el “héroe”.
Rodolfo Gaona se caso posteriormente con Josefa Cabrera LLamas con la que tuvo varios hijos ,en la foto Josefa  y sus hijos Rodolfo y Enrique, á bordo del vapor «Majestic», en el que embarcó con rumbo á España, en Mayo de 1925 cuando se retiró del toreo.

Gaona se percató pronto de que había una tercera persona en su relación con Carmen, y que el Rey era el verdadero amor de su mujer y no él. Los celos, más que justificados en este caso, hicieron presa del torero y convirtieron la convivencia de la pareja en un auténtico infierno. Lo que son las cosas, Gaona admirado igual que un héroe como torero, estaba en boca de todo el mundo y era víctima de los comentarios y cuchicheos en aquel Madrid de principios de siglo. Los “cuernos” eran más que evidentes y eso estaba en la calle. El torero no pudo soportar más aquella situación y se separó de la actriz a los dos meses de haber contraído matrimonio con ella. Tras la separación, Gaona se marchó a México con el corazón roto y absolutamente asqueado de España y los españoles, de hecho nunca más volvió a torear en España.

Sobre las cláusulas económicas de aquel divorcio, tan sensacional como el delGallo y Pastora, también se habló mucho; pero pocos lo saben a punto fijo. Lo cierto fue que, además de la pensión concertada, él depositó en un Banco veinte mil duros, que había de cobrar el que superviviese al otro. ¿Quién iba a decirle al hombre que se jugaba la vida a diario que al cabo del tiempo sería él quien recuperase aquella cantidad!
En la foto en los jardines de la Alhambra en 1917,contrajeron matrimonio en Granada el 18.11.1917.

AGUSTIN GARCIA MALLA "MALLITA"


Fué el torero más famoso de Vallecastorero clásico y gran estoqueador nacido en 1885 se dedicó primero a las tareas agrícolas,siemre mostró decidida afición por los toros,lo que hizo que algunos de sus paisanos organizasen una becerrada con reses de Ildefonso Gómez el 09 de Septiemre de 1905 en ella recibió su bautismo de sangre por que uno de los becerros le destrozó la boca,posteriormente estuvo dos años en capeas y becerradas hasta que vistió de nuevo el traje de luces en 1907 saliendo a torear en la plaza de Carabanchel, siendo muy aplaudido or el publico y animado a continuar su carrera.
En 1909 se presentó de nuevo en esa plaza alternando con "Limañana chico" y Eusebio Fuentes,tomando la alternativa en la Plaza de Carabanchel en 1910, de manos de "Lagartijillo Chico"y Joselito Moreno lo que dió lugar a un litigio con el empresario de la otra plaza de Madrid,con el que habia concertado previamente su aternativa,solventandolo "Mallita" con el pago de una indemnizacion
Confirmo la alternativa ,ya sí en esa plaza el 17 de Mayo de 1911 alternando con "Machaquito",Vicente Pastor y Rafael Gómez con toros de Miura. Trás un parentésis en los ruedos españoles Mallita hizo campaña americana a su regreso a España confirmó a "Celita".Hasta 1920 figuró en todos los carteles de abono de Madrid alternando con los mejores diestros de la época,haciendo campañas intensas y productivas en provincias.Al terminar la guerra europea embarcó para Venezuela,tenia siete corridas contratadas en Caracas y Panamá que toreó con "Limeño".

A su regreso toreó con Freg en Madrid cumplió unos compromisos en provincias y salió ara Nimes donde tomó parte en una corrida a beneficio de los invalidos de guerra.En esta corrida se lidiaron seis toros para seis cuadrillas diferentes y fue tal el éxito que obtuvo "Mallita" que fué contratado para torear en otras plazas francesas tales como Lunel,Marsella,Dax,Mont de Marsant y otras.
Tuvo un par de cogidas, hasta que el 4 de julio de 1920 toreando en Francia, en Lunel con "Limeño"una corrida benéfica para recaudar fondos y erigir un monumento a las victimas de la guerra, sufrió una percance fatal. Agustín García estoqueó a su primer toro con una corta y escuchó una ovación. El quinto era negro zaino,del hierro de Lescot, tomó cuatro varas codiciosamente y mató a dos caballos. Llegó reservón al ultimo tercio, brindó Malla y citó de rodillas. No acudió el animal, el diestro se acercó a él arrodillado temerariamente, y de repente, derrotó el bicho sobre el espada, Lo enganchó por el pecho y lo corneó bárbaramente. Expiró un momento después en la enfermería, ya que la cornada situada en el pecho, de abajo hacia arriba, interesaba el corazón. El cadáver fue trasladado a Vallecas, donde recibió sepultura.
MANUEL RODRIGUEZ SANCHEZ "MANOLETE"
                                            
Nace en Córdoba el 27 de septiembre de 1883, procedía de familia de toreros, su padre un modesto banderillero Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete", sobrino del malogrado espada José Dámaso Rodríguez Rodríguez "Pepete", hermano del torero, José Rodríguez Sánchez "Bebé Chico" y sobrino segundo de Rafael Molina Sánchez "Lagartijo" .
Comenzó en 1897 con la edad de trece años sus primeros pasos en el mundo taurino incorporándose en la “Cuadrilla de los Niños Cordobeses”, donde actúa como banderillero acompañando a la pareja de Rafael Molina Martínez "Lagartijo Chico" y Rafael González Madrid "Machaquito".
En 1899 formó pareja con Francisco Molina Martínez "El Frasqui" hijo de Juan Molina Sánchez. Se propusieron emular a la pareja de “Lagartijo Chico” y “Machaquito”, pero sólo llegaron a actuar en Córdoba y Barcelona.
Se presenta el 12 de julio de 1903 en Madrid como novillero con éxito desigual; fue en 1906 cuando remonta vuelos consiguiendo torear cuarenta cinco novilladas con éxito notable, destacando por su buen hacer en las diferentes suerte, aunque no era fino en la suerte suprema. Toma la alternativa 15 de septiembre de 1907 en Madrid, siendo su padrino el paisano Rafael González Madrid "Machaquito" cediénndole el toro “Yegüerizo”cardeno bragado de Esteban Hernández, actuando como testigo “Cocherito de Bilbao”, tan sólo tuvo éxito en su primer astado.

Fue en la temporada de 1910 cuando Manuel Rodríguez alcanza su máximo apogeo llegando a torear cuarenta y una corridas. Va perdiendo contratos paulatinamente hasta 1914, sin estar retirado de los toros, sólo alcanza algunas corridas en su tierra natal. Tuvo parte de esta decadencia la subida pujante de dos toreros que empezaron a revolucionar el arte de Cúchares, se llamaban "Joselito" y "Belmonte", y que,según algunos eruditos , fueron las figuras estelares de "la Edad de Oro del Toreo (1914-1920)".
Su toreo no era como de las grandes figuras, pero tenía elegancia varonil que daba un cierto dramatismo y valentía en las suerte que realizaba.
Hubo un hecho que lo distingue después de su muerte, al ser progenitor con su esposa Doña Angustia Sánchez del maestro de maestros Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete" .
Víctima de una rápida enfermedad falleció en Córdoba el 4 de marzo de 1923. FOTO: Abril 1917
RAFAEL RUBIO "RODALITO"
Rafael Rubio 'Rodalito', fue un torero muy famoso
en su época. Hizo el paseíllo en las plazas más importantes de España y América, y en una ocasión le brindó un toro a Lindbergh, el primer aviador que voló de Nueva York a París sin escalas, lo que aumentó su popularidad.

Era un matador atlético, de una vitalidad poderosa. Solía decir lo que desayunaba el día de la corrida: tortilla, bistec, fruta, café y una copa de coñac. Su primer traje de luces le costó quinientas pesetas y había pertenecido a Vicente Pastor. El matador albaceteño toreó ante cincuenta mil espectadores en cuatro corridas celebradas en el estadio Flaminio de Roma en 1924 a beneficio de los mutilados de guerra. En la Ciudad Eterna contrajo matrimonio con la aristócrata italiana Ana María Tedeschi, a la que conoció en un baile en el Corso Umberto.
figura del toreo en su época, sus éxitos en América -le llamaron el 'Rodolfo Gaona español'- y sobre todo el hecho extraordinario de haber llevado los toros al estadio Flaminio de Roma, su boda con una aristócrata italiana y otros pasajes de su vida. Ahora tenemos la oportunidad de recoger aspectos inéditos de una historia que recuerda su detención y encarcelamiento en Madrid al término de la guerra civil.
R
afael había colaborado con el Frente Popular al quedarse sin dinero tras organizar unas corridas en El Ferrol, y se trasladó a Madrid con el propósito de viajar a Italia con su esposa y sus hijos, aunque no había trenes ni estaban abiertas las fronteras. "Tuve que enrolarse a la fuerza, por no tener qué comer". Es lo que dijo en su declaración ante el juez militar que instruía el expediente de depuración al que se había sometido. Expuso que su participación fue estar al cuidado del Hospital-Asilo situado en el Paseo de Ronda, donde había niñas enfermas, salvando en dos ocasiones a las dieciocho religiosas, con el pretexto de que eran enfermeras, cuando individuos de la FAI exigieron su entrega. Contribuyó a que las monjas fueron trasladadas a Tarragona, mientras el Hospital era convertido en Cuartel de Milicias. Todos los que estaban allí -subrayó ante el juez- fueron incorporados a las filas del gobierno del Frente Popular. En distintas ocasiones le enviaban al frente para luchar, pero alegó la inutilidad de su pierna izquierda y le dejaron al cargo de la oficina de Mayoría. Estando allí le ascendieron a teniente y le mandaron a la 122 División, donde por ser amigo de uno de los jefes le confiaron la Compañía de Depósito siendo al mismo tiempo responsable de las compras, hasta que, cansado de ello, solicitó el ingreso en los batallones de retaguardia, para estar en Madrid. Más tarde enfermó; los doctores que le cuidaban, que eran de Falange, le ponían al corriente de las fases de la guerra, y allí, junto a ellos, esperó a que ésta terminara.
Esta declaración la firmó Rafael Rubio en el chalet de la calle Diego de León donde se instaló provisionalmente el juzgado. Quedó detenido hasta que saliera su juicio, siendo trasladado con otras personas, en camiones escoltados por la Guardia Civil, al Convento de las Trinitarias, transformado en prisión.Eran más de trescientos detenidos. Todos estaban incomunicados con sus familias, aunque Rodalito sobornó a un guardia para que se pusiera en contacto con su mujer y le pidiera una manta y comida, que le llegó días después. Allí comenzaba la peripecia carcelaria del torero.
Durante el tiempo de reclusión, relatado por el torero, queda al descubierto la sagacidad, el temple y el valor de un hombre que tantas veces había desafiado el peligro en las plazas, sorteando las dificultades de la vida. El cambio a la cárcel de Yeserías atenuó su humillante situación, pero la salida resultó traumática. En la puerta estaba su mujer, que había ido a retirar la cesta de la comida y que le vio subir al camión. Allí sufrió la vergüenza de la gente que los miraba y se tapó la cara con la gorra para que nadie lo reconociera. Otra vez, Rafael buscó un cómplice -ahora un italiano- y pudo reanudar el enlace con su casa y recibir comida y mudas. También tuvo una visita de su mujer, Ana María, que le dio la noticia de la muerte de su hermanastro Domingo, que estaba inválido, al derrumbarse su hospital. «Nunca traigas a nuestros hijos al locutorio, habla con el Cónsul y llévatelos a Italia», le pidió. En otra entrevista se enteró de la anulación de los billetes de banco que ellos tenían y que no servían para nada. A Ana María, su esposa, le ayudaron en el Consulado de su país unos días, y algún dinero recibido de Roma se agotó pronto. Entretanto, Rafael fue encargado del reparto de paquetes a los reclusos. Entretanto, había escrito Le había escrito dos cartas a casa y no tenía respuesta. Finalmente supo que estaba cerrada, que la señora se puso enferma y la llevaron a un hospital. Los niños los tenía su hermanastra Luisa; ésta misma lo confirmó en una visita varios días después.
Tras seis meses de cárcel, Rafael fue juzgado y condenado a quince años de prisión, que rebajaron a seis. Quince días después le trasladaron en tren a Segovia y desde allí al castillo de Cuéllar, donde coincidió con Rafael Sánchez Guerra, que fue secretario del presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora y presidente del Real Madrid. Allí le conmutaron la pena y salió en libertad. Era el verano de 1941.
Estas y otras circunstancias, marcaron una vida frenética y apasionante, como la de la puñalada que le asestó el novillero 'Chamorro' en Casablanca, que le ocasionó lesiones irreparables en una pierna apartándole de los ruedos. En Roma residió años después hasta su muerte.Sus restos reposan en el Panteón de los Españoles, en el Cementerio de Verano de la capital romana.
Quienes se acerquen a la necrópolis romana en la que se ubica, construida en tiempos de Napoleón, concretamente en 1812 y donde reposan figuras tan populares como el actor Marcello Mastroiani y el director Roberto Rosellini- y donde tuvo lugar recientemente una subasta de 34 tumbas y mausoleos, entre ellas una capilla de diez metros valorada en 312.000 euros- y tengan oportunidad de visitar el Panteón de los Españoles, podrán conocer la lápida que lleva el nombre de Rafael Rubio Oltra, 'Rodalito', torero que eligió esta tierra para vivir y para morir. Había nacido en la 'Posada del Sol' de La Roda en 1895 y falleció en Roma en junio de 1979.

miércoles, 12 de junio de 2013

GITANILLO DE RICLA
Braulio Lausín López Gitanillo de Ricla nació en Ricla el 20 de enero de 1.898 y falleció a los 69 años, el 4 de noviembre de 1.967.
El sobrenombre de Gitanillo lo adoptó un poco por gratitud a los calés. Porque cuando tenía once años entró al servicio de un tratante, dicen que gitano, y posteriormente, deducida de esa profesión de vender ganado, confraternizó con el mundo calé, donde llegó a tener muchos y muy buenos amigos.
Esta profesión fue también la que le hizo desembocar en la otra, la de torero. Su visita a campos y dehesas le fueron proporcionando, aún sin darse cuenta él inicialmente, una desmesurada afición a los toros. Y, prendida de verdad la vocación, ya no hubo forma de que le abandonara. Así en 1.918, deja lo primero y, decididamente, comienza a torear por campos salmantinos y extremeños, en cuyas tientas y herraderos hizo aprendizaje.

En Villavieja fué donde vistió su primer traje de luces y el 3 de agosto de 1.919 mata un novillo en la plaza de Zaragoza, alcanzando un gran éxito. En seguida cobró fama de valeroso, de hombre con gran pundonor en la plaza. En 1.920 hizo su presentación en Barcelona. Su nombre era cada vez más conocido y su cartel crecía. Debutó en Madrid en 1.921, alternando con Maera y Nacional II. Su gran valentía produjo gran entusiasmo en la afición madrileña. Fue entonces cuando se le comenzó a llamar «El león de Ricla».
El 2 de julio de 1.922 cuajó una gran tarde en la Santander. Este éxito le valió la organización, en la misma ciudad, de la corrida de su alternativa, que tuvo lugar el 10 de agosto de 1.922, de manos de Ignacio Sánchez Mejías, con el toro Tarifeño, de Surga. Completaron el cartel Maera y Marcial Lalanda. El doctorado lo confirmó en Madrid el 24 de
Gitanillo de Ricla era un valiente. Los toros le castigaron mucho y sufrió serios percances. En 1.924, el 16 de mayo, en Madrid, el toro "Rompelanzas", de Santa Coloma, le produjo un herida gravísima en la pierna izquierda.
En 1.927, el 15 de Mayo, en Madrid, el toro "Doradito", negro, de Argimiro Pérez Tabernero, le causó una gravísima cornada, que le obligaría posteriormente a retirarse de los toros, pese a su buena voluntad por seguir en la lucha. El toro lo enganchó por el costado y le infirió una terrible cornada. Fue trasladado a un sanatorio, después de haber sido intervenido, y el 25 de junio fue sometido a otra delicada operación. Luego fue trasladado al sanatorio de Busot (Alicante).

El 22 de Julio de 1.928, después de torear una corrida a su beneficio en Barcelona, se retiró de los ruedos.
El prestigioso crítico taurino "Don Indalecio", escribió de Gitanillo de Ricla lo siguiente:
«Es un torero que ocupa puesto estabilísimo entre las avanzadas de los matadores de toros. Y para ocuparlo no ha precisado se estilista ni esperó que saliera lo que los comodones llaman «su toro» ni cobra para dar cada corrida media docena de verónicas y un pase. Gitanillo ha destacado pronto entre la nube de aspirantes a toreros porque torea con el corazón. ¿Por qué ganan tanto los toreros?, se preguntan muchos. Lo ganan porque se juegan la vida con una fiera «pecho a pecho y cara a cara». Y Braulio Lausín, el torero de Ricla, no quiso desmentir jamás que la Fiesta española es la Fiesta del valor. Gitanillo no ha tenido suerte con los toros. A otros lidiadores les enganchan las reses todas la tardes y nada les ocurre. A Braulio le han cogido siempre para matarle. Una cogida de Gitanillo era un cornalón de caballo para su larga lista de percances. Y tras cada cornada, tras de cada resurrección, surgía un Gitanillo más bravo, que toreaba cada vez más cerca, como diciendo «los toros no pueden conmigo...»

lunes, 10 de junio de 2013



SUERTES OLVIDADAS


La suerte del "cap y pota" 
¡Ojo, eh- Esta denominación puramente catalana va estampada aquí solamente con objeto de que resulte mas gráfica la misma. En realidad no se trata de una suerte más. sino de la del quiebro, y como su ejecución en esta forma carece de nombre, por esto, es decir, por ponerle alguno he adoptado el que arriba se menciona. La suerte de poner las banderillas al quiebro se ha llevado a feliz término de muy diversos modos: teniendo los pies dentro de un aro o de un sombrero, situándose sobre un pañuelo y teniendo echado entre los pies del que clava a otro lidiador, con la cabeza dando frente a la cara del toro. Esto último es lo que ahora reclama nuestra atención y lo que el adjunto grabado representa.

 Lo han verificado muy contados lidiadores, y no durante el tercio correspondiente, sino a la salida del toro de los chiqueros, figurando el gran maestro Lagartijo entre los que lo han llevado a efecto, cuya hazaña fue reproducida con gran exactitud por el lápiz de Daniel Pérez en el antiguo periódico La Lidia-.  El 6 de junio de 1920, la realizó el diestro Rodalito, entonces novillero, en Barcelona en la plaza vieja, con un astado de Medina Garvey; pero el torero de La Roda no esperó al toro a la salida del chiquero, sino que clavó los palos con el hombre entre sus pies durante el tercio de banderillas. .Alternaron aquella tarde con Rodalito en la Barceloneta los diestros Checa y Correa Montes. Quedamos, pues, en que la suerte del cap y pota solo tiene de tal aquello que reclama el quiebro, porque practicando éste es como se clavan los rehiletes. 
SUERTES OLVIDADAS
 

El Cambio de Rodillas

Ciertamente esta suerte puede y debe considerarse como una de las más lucidas y de más efecto que se ejecutaban con el capote. Fué degenerando en la larga cambiada de rodillas, que no es tan lucida, tan vistosa, ni de tanto mérito como la relegada al olvido. En el cambio de rodillas fue un maestro consumadísimo Fernando Gómez y García (el Gallo), hasta el punto de que nadie logró igualarle. También lo practicó con mucho arte e! espada sevillano Francisco González (Faico). Y precisamente, un hijo de aquel Gallo, Rafael, es el que más contribuyó a implantar la larga cambiada, que es una mixtificación de la suerte que tanta fama dio al autor de sus días. 

El cambio de rodillas se practicaba colocándose el diestro en tal posición en rectitud con el toro y cogiendo el capote con ambas manos, revistiendo tanto más mérito la ejecución de la •suerte cuanto más recogido se ofrecía aquel a la res. Se llamaba la atención a ésta señalándole el viaje hacia los terrenos de dentro, y al arrancarse y llegar a jurisdicción se le indicaba la salida por el lado opuesto, es decir, desviándola y echándola hacia su terreno. Para ejecutar esta artística y vistosa suerte habrán de tener los toros muchas facultades y ser nobles y boyantes. El Gallo, padre, la practicaba con teda clase de toros y esto dará idea de! dominio que ejercía en la misma. Por esto constituyó su especialidad y no en balde recurría a ponerla en ejecución para congraciarse con los públicos en aquellas tardes que tenia el santo de espaldas.

sábado, 8 de junio de 2013

DOMINGO GONZALEZ MATEOS "DOMINGUIN"


Las dinastías toreras datan desde los primeros pasos de la fiesta brava, surgen en el mismo momento que se convierte en un espectáculo masivo y da pábulo a que se le llame, en España, la fiesta nacional. El primer patriarca es considerado el rondeño Pablo Romero, que a sus 75 años todavía estoqueaba toros y muchos de sus familiares siguen su huella y forman la primera casa torera, una dinastía de vehemente prosapia dentro de la historia de la tauromaquia. Proliferan, desde esa época, las casas toreras en todas las regiones del suelo de la península, especialmente en Andalucía, al sur del país, en la franja mediterránea, con Sevilla, como punto de referencia. 

En ocasiones, las patriarcas no han alcanzado sitios distinguidos; han sido toreros buenos a secas, pero sus descendientes sí han alcanzado títulos de figuras del toreo, que es el objetivo perseguido, primordial y único de todo aquel que enfundándose en un terno de luces, sale a jugarse la vida frente al toro. Es el caso concreto de Domingo González Mateos, el patriarca de la casa torera de los Dominguín, padre de Luis Miguel, Pepe y Domingo. El primogénito alcanza la cumbre y se consagra en una figura de alta y profunda controversia. Sin embargo, Domingo González sí consigue triunfar dentro de la profesión, pues fue un empresario de alto relieve y un apoderado de reconocido prestigio, descubridor de diestros señorones que logran ascender a lo más alto de la cumbre. Quismondo es su cuna El personaje de esta historia es oriundo de Quismondo, partido judicial de Escalona en la provincia de Toledo. 

Nace el 4 de agosto de 1895. En esa época, todos los jóvenes se inclinaban, sigue esa tendencia, por alcanzar la gloria en la fiesta de toros. Una situación lícita, dado lo que significa alcanzar la meta y Domingo González Dominguín viste por vez primera el terno de luces, al actuar como banderillero en el año de 1916 en Cadalso de los Vidrios. En ese mismo año, el 15 de agosto, mata un novillo en Torrijos. No le acompaña la suerte: resulta cogido, aunque no de gravedad. Un año en que suma 12 actuaciones que para empezar es magnífico. Al año siguiente, en 1917, el 22 de abril, se presenta en Madrid, en el coso de Tetuán de las Victorias. Sin embargo, al presentarse en la plaza de la carretera de Aragón, en la capital hispana, el fracaso no se deja esperar. Lo que hace que Domingo retorne a las capeas para captar en sus profundidades el oficio que es lo que aconseja la lógica para dominar la técnica y lograr el éxito. Y es hasta el 24 de febrero de 1918 cuando retorna a La Corte, ya más cuajado, y a partir de ahí se eslabonan los éxitos, se abren las puertas de las plazas importantes a lo largo y ancho del territorio español y se coloca Domingo en un sitio envidiable como un novillero prometedor.
Dominguin dandole un pase de pecho a "agujito" de contreras el toro de su alternativa el 26 de septiembre de 1918

 Lo anterior se confirma con el hecho de que el 26 de septiembre el figurón José Gómez Joselito le confiere la alternativa en Madrid, en presencia de Manuel Veré Varelito que, como dato curioso, esa misma tarde también adquiere el título de matador. Se lidian dos toros de García Lama y cuatro de Contreras, poco propicios. A fines de la campaña marcha con destino a Lima, Perú. Regresa a la patria en marzo de 1919. No obstante, es hasta el 13 de junio de 1920, la fecha en que alcanza un éxito en Madrid. Pero sin romper. como dicen los toreros. Es evidente que esa actuación le hace sumar 35 paseos en la campaña siguiente. Y antes, se lanza a fines del calendario, de aventura a América. Lógico, México, con sus posibilidades, es su principal objetivo. 
Carteles importantes Domingo González Mateos, Dominguín, se presenta en la plaza de toros "El Toreo" de la Condesa, el 14 de noviembre de 1920, Actúa mano a mano con Luis de la Rosa, con bureles de Atenco, con cierta fortuna, pues le corta la oreja al tercero, Cantinero de nombre. Tiene la mala suerte de que su paisano, Ignacio Sánchez Mejía, debuta en estas tierras y, dicho sin ambages, apabulla al madrileño. Su segunda corrida fue el 28 de noviembre con Rodolfo Gaona, sin que hubiese nada interesante y en la tercera, 12 de diciembre, lo hace con Sánchez Mejía, quien obtiene un éxito clamoroso con astados del hierro de Piedras Negras. Para colmo, a Domingo González Mateos se le anuncia en la cuarta fecha, el 23 de enero de 1921, en el cartel de más trascendencia de la campaña, con Gaona, Sánchez Mejía y Ernesto Pastor con ocho cárdenos de Piedras Negras que fueron estupendos. Rodolfo Gaona, el gran Indio Grande, como el culto Sánchez Mejía y el jibarito Pastor, cortaron rabo. Domingo, por desgracia, sale con las manos vacías. 
Esa misma temporada hace el paseo el 20 de febrero, con Gaona y Sánchez Mejía sin dejar huella, pese a ser un torero de corte clásico. Se va y retorna a México a fines de 1921, reaparece en "El Toreo", el miércoles 2 de noviembre, tarde en que sufre una cornada. Un hecho que acrecentó su mala fortuna en los ruedos acaeció el 20 de noviembre de 1921, cuando su paisano y poeta Sánchez Mejía, se da a la tarea y corta cuatro orejas y dos rabos de soberbios toros de Atenco y es entonces que palidece todo. Su adiós de ruedos mexicanos fue el 2 de marzo de 1922. en corrida en la que alterna con Rodolfo Gaona, Vicente Segura, Belmonte, Juan Silveti y Sánchez Mejía. 
No destaca. A partir de este año viene el descenso, tanto que en 1925 sólo es programado en tres corridas.Sin embargo, triunfa dentro del medio, pues se hace empresario, regentea la plaza de Tetuán de las Victorias y descubre a dos figuras del toreo que apodera: Joaquín Rodríguez Cagancho y Domingo Ortega, dos señorones en el medio y tiene una amistad muy sincera con la casa torera, ésta mexicana, a la que dio brillo el maestro Fermín Espinosa Saucedo Armillita. Domingo González Mateos, Dominguín muere el 21 de agosto de 1958 en La Corte
EL TORERO TIMADOR
Juan Ballesteros Zamorano en su imágen de torero seductor
Juan Ballesteros Zamorano en el momento de su detención,en 1918 tenia 40 años,era natural de Toledo,de profesión carpintero,detective privado,prestamista,tahur,bancario torero de invierno(se lucia para las señoras vestido de torero) fué el autor junto con otro socio de un timo de mas de 3.000.000 de pesetas de la epoca.Separado de su mujer se fue a Barcelona donde trabó amistad con una baronesa austriaca enamoradiza que le regalo un anillo de esmeraldas que empeñó en 3.000 pesetas y que le sirvió de capital inicial para su empresa de timos.Ofrecia 10 pesetas diarias por cada 1.000 de inversión (3.600 pesetas de interes anuales) tan impactante fue el reclamo que se cuenta de un carretero que vendio su carro y su mulo por 1.500 pesetas que invirtió en el negocio pensando en retirarse y no trabajar mas en su vida. El primer mes los pagos de intereses fueron puntuales no así el segundo.En el momento de su detención tenia en varias cuentas bancarias 50.000 pesetas que se le incautarón,declarando posteriormente que eran para invertirlas en el negocio.Prestaba dinero al 60% Se le acusó de 34 delitos y fué condenado a prisión.
Este era el aspecto de hombre de negocio
Peluqueria de la calle Hospital de Barcelona en una de cuyas salas interiores tenia el negocio el torero timador.
JUAN BELMONTE "CHARRO"

 La foto se publicó en 1918 en la revista "Mundo Gráfico" y el pie de foto decia textualmente: "Una interesante fotografía de Juan Belmonte en traje de charro mejicano, obtenida cuando el popular torero estuvo en esta República" todo un detalle por parte del diestro sevillano y una buena campaña de marketing.



SUERTES OLVIDADAS                                                   

                                                   De frente por detrás o a la aragonesa

 

Désde que algunos toreros a quienes enseñó el popular Mariano Armengol y finalmente Gaona en 1910—que es quien más contribuyó a la reimplantación de la suerte—dieron en ejecutar el lance al costado, cayó completamente en desuso la llamada "de frente por detrás o a la aragonesa" que hasta entonces se venía ejecutando con mucha frecuencia. Esta suerte olvidada consiste en echarse el capote atrás al dar una verónica, colocándose de espaldas a la res—en lugar de hacerlo de frente, como hoy se hace para ejecutar la mal llamada gaonera—y en su rectitud dicho engaño a todo vuelo y cogido como para torear de frente. Es decir, que así como media vuelta a la izquierda es igual que otra media vuelta a la derecha, sólo que todo lo contrario,—como decía el famoso instructor,—la suerte de frente por detrás o a la aragonesa es igual que la mal llamada gaonera (para que se entienda mejor) pero practicada de, espaldas. El lidiador que la ejecute debe cuidar mucho de observar en cada viaje del toro la marcha que lleva y las facultades que tenga. El inventor'de tal suerte fué el famoso cuanto infortunado diestro sevillano José Delgado (Pepe-Illo) y el invento se le debió de ocurrir antes de que a Luis XVI le cortaran la cabeza. ¡ Ya ha llovido! Pepe-Illo la bautizó así porque equivale a una verónica de espaldas, o sea "como de frente, pero por detrás"
SUERTES OLVIDADAS

                                                             El salto del trascuerno 


 

Durante los primeros pasos del toro por el redondel es cuando se solían dar todos los saltos que antí- guamente se veían en las plazas de toros, con cuya acción impulsiva y ligera pretendían demos trar los diestros que hacían tales ejercicios lo bien dotados que estaban de facultades físicas. El último torero que dio el salto del trascuerno fué Guerrita, quien de vez en cuando acostumbraba a lucir así el poder que tenía en las piernas. El susodicho salto consistía en pasar el lidiador de un brinco por entre las astas del toro, para lo cual salía a cuerpo limpio o con el capote recogido sobre uno de los brazos, tomaba a la res sesgada y al llegar al centro de la suerte, con la salida tallada, daba el salto esquivando el derrote en el momento de la humillación. Hacía falta, pues, no solamente ligereza sino una cantidad de vista nada despreciable. El torero, en su movimiento de avance, procuraba ir acelerándolo o deteniéndolo, según las facultades del toro, a fin de llegar al centro de la suerte atravesado y tapada la salida. El repetido salto no debía efectuarse con los toros de sentido, con los que se ciñen, ni con 1os burriciegos. Había que darlo con los toros que se prestaban a ello. Que es lo que suele hacerse con todas las suertes del toreo.

jueves, 6 de junio de 2013

CALVACHE, TORERO, ACTOR Y DIRECTOR DE CINE.
Antonio Calvache Gómez de Mercado nació en Córdoba en el año 1896, cuando su padre el fotógrafo almeriense Diego Calvache se instaló durante algún tiempo en esa capital andaluza. Antes de trabajar en Jerez de la Frontera y montar definitivamente su estudio en Madrid, concretamente en el número 16 de la céntrica Carrera de San Jerónimo. Galería que pronto adquirió fama y captó las imágenes de artistas, toreros e incluso intelectuales de la altura de Benito Pérez Galdos y Jacinto Benavente. Los tres hijos de Diego Calvache, siguieron la profesión también con éxito: Diego, José y Antonio. José se independizó y abrió su propia galería en la calle Sevilla, también de Madrid. Y el renombre de los Calvache fue tal que incluso la Casa Real solicitó ser inmortalizada por ellos. Siendo igualmente muy frecuente las fotos de famosos firmadas por Calvache publicadas en revistas de tirada nacional. Antonio sería el más conocido de los Calvache por su espíritu aventurero y bohemio que lo llevó a probar también fortuna en los mundos de los toros y el cine.

Madrid plaza de vista alegre 05 de Mayo de 1918, Antonio Calvache es el novillero de moda.


Torero 
Los hermanos Diego y Antonio Calvache fueron unos grandes aficionados al mundo de los toros. Dedicando Antonio en su temprana juventud, más tiempo a los capotes y muletas, entrenamientos taurinos, que a las cámaras en el estudios fotográfico de su padre. Los esfuerzos e influencias fructificaron, y el 26 de julio de 1914 Antonio Calvache se presentó en la plaza de toros de Carabanchel. Más tuvo la fatalidad de resultar cogido de gravedad en el muslo cuando toreaba de muleta al quinto astado de la corrida. Este temprano percance no lo desanimó, y restablecido pronto, volvió a torear en el mismo ruedo, luego en Jerez de la Frontera, Sevilla, en Barcelona cuatro veces. Y en Zamora alternó en un festival junto a Joselito El Gallo, Limeño y Blanquito. Al morir el novillero Antonio Carpio en la plaza de toros de Astorga, el 27 de agosto de 1916 de trágica cornada. Antonio Calvache aceptó torear los contratos que le quedaban al desgraciado diestro y donó todas las ganancias, menos sus modestos gastos, a la familia del infortunado torero. La prensa elogió el acto de Antonio Calvache, que alternó bastante como pareja del popular matador Antonio Sánchez. El 13 de julio de 1919 falleció de cruel enfermedad su hermano Diego, que hacía de su apoderado y consejero. Y que había realizado los mejores retratos de toreros y artistas del teatro. 

Su prematura muerte dejó desamparado a Antonio, quien después de actuar en la plaza de Madrid cumpliendo con ilusión su presentación: Mostrándose como novillero de categoría, elegante y fino. Dejó de momento el toreo para atender el negocio fotográfico familiar. Antonio Calvache vistió el traje de luces interpretando el papel de Antonio Romero en el cine, en “La España Trágica”, de 1918 y dirigida por Rafael Salvador. Revelándose Calvache como un gran actor con mucha experiencia en el ruedo. En 1925 fue nuevamente requerido para protagonizar la película “Currito de la Cruz”, una adaptación de la novela de Alejandro Pérez Lugin que fue dirigida por Fernando Delgado. En “Currito de la Cruz”, film de 1935 dirigido también por Fernando Delgado, Antonio Calvache se limitó a asesorar al nuevo actor principal, el torero Antonio García Maravillas. Calvache no llegó a tomar la alternativa. Cineasta Como hemos tenido ocasión de conocer, Antonio Calvache se vinculó muy joven con la cinematografía, primero como actor, asesor, director y finalmente realizando documentales. 
Podemos resaltar sus reportajes acerca de la guerra civil española, como los que llevaron por título: “Rutas de fuego” y “Derrumbamiento del ejército rojo”, que a petición del Ministerio de la Guerra de Alemania pasó a formar parte como films de formación en sus academias militares. También intervino en “La Batalla de Teruel”. Dirigió tres películas, una de las primeras llevó por título “La chica del gato”. 
En 1926 realizó “Los vencedores de la muerte”, estrenada en Madrid el 31 de enero de 1927, y la última se denominó “Boy”, producida en 1940 por CIFESA e interpretada entre otros por Luis Peña y Mariemna. En marzo de 1942 el diario melillense “El Telegrama del Rif” informó de que Calvache había partido para Roma, con la finalidad de rodar varias películas de ambiente español.

JOSE FLORES GONZALEZ "CAMARÁ"


Nació el 7 de mayo de 1898 en Córdoba y falleció el 25 de febrero de 1978. Se dio a conocer como torero en el año 1914 en la Escuela Taurina Cordobesa que regentaba Rafael Sánchez Fernández "Bebe" , actuando por primera vez en la plaza de Córdoba el 4 de mayo de 1915, alternando con "Machaquito II" y lidiando ambos novillos de Pablo Torres.
Se presenta en Madrid como novillero el 2 de septiembre de 1917 alternando con "Pacorro" y "Emilio Méndez" con reses de Conteras. Su actuación levantó polémicas entre la afición por su peculiar forma de banderillear.Pues hubo diferentes opiniones, unos decían que había relizado la suerte "a topa carnero", otros que "al quiebro" y los más, que "al cambió". Como torero era frio y desangelado.


Estuvo varias temporadas de novillero, en las que realizó una labor de cierto interés. Tomó rápidamente el doctorado en Madrid el 21 de marzo de 1918 de manos de José Gómez Ortega Gallito, que le cedió el toro Amargoso, negro, de la ganadería de don José María Benjumea,y como testigo actuó Saleri II. Aquella temporada participó en cincuenta y seis corridas. En la temporada de 1919 no fueron tan numerosas las actuaciones, participando sólo en 36 corridas, cada temporada iba reduciendose el número de contratos hasta que 1925 no tuvo ninguno. En el año 1926 a modo de despedida actuó en Osuna y en Córdoba su última corrida el 27 de mayo de 1926 con "Chiculo", "Zurito" y "Niño de la Palma" lidiando toros de Natera. A partir de esta fecha sólo se le vio en festivales benéficos.
Jose Flores "Camara" Agosto 1917
Tras su retirada José González Flores se dedicó en Córdoba a empresario taurino, y otros negocios que no les fueron bien. Incluso por el año 1936 se habló de volver a los ruedos al tomar parte en varios festivales benéficos. Providencialmente le vino a las manos el ser apoderado del mítico Manuel Rodríguez Sánchez Manolete le dio fama mundial y tras su muerte en 1947, se encargó de las carreras, entre otras, de "Litri", Julio Aparicio, Antonio Ordónez, "Chamaco", Diego Puertas, "Curro Romero", "Pedrés","Paquirri" e incluso del rejoneador Álvaro Domeq Romero.
Jose Flores "Camara" dando un pase natural el 13 de Septiembre de 1917 en Madrid.
Estuvo muchos años ausente de la capital que le vió nacer, pero por voluntad propia quiso volver a tu tierra para recibir sepultura en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud.
Camará fue el creador de una nueva figura de apoderado, superando la de meros administradores taurinos vigente antes de su llegada a este campo. En la foto un joven Camara de novillero,con 19 años.Agosto de 1917.

CASIELLES,EL TORERO MASON

                                                       CASIELLES,EL TORERO MASON
                                                    
Toreros asturianos ha habido pocos. Y masones, sólo uno: Bernardo Casielles Puerta. Lo que destaca de este gijonés y le hace singular es que consiguió aunar en su figura el arte de Cúchares, por un lado, y una azarosa vida que le llevó a combatir en la Guerra Civil, participar en una logia masónica y triunfar en ruedos del otro lado del Atlántico.
Nació un 25 de julio de 1895 en Gijón, hijo de un trabajador del Ferrocarril del Norte. Pronto aparecieron sus deseos de ser torero, aunque también tenía dotes de actor, pues llegó a participar en una obra de teatro en su etapa estudiantil. Pese a las buenas aptitudes de quienes le vieron sobre las tablas, su afición era otra. Con la ayuda del aficionado García Santos aprendió las suertes del toreo. Faltaba darse a conocer. La fecha elegida fue el 15 de agosto de 1912, en una corrida mano a mano con Manolete, padre, y Cocherito de Bilbao, con toros de la ganadería del Duque de Veragua. Durante la lidia del quinto toro, jabonero de mucha seriedad, saltó desde el tendido y tras tres pases de rodillas y remate de pie saludó ante una clamorosa ovación.
Perseverante, tenaz, de mucho genio, entre arrogante y presuntuoso, era el carácter de Casielles, lo que explica su afán por conseguir ser figura del toreo. Una vocación donde la suerte, aunque no siempre, marca la hoja de ruta. El azar quiso que actuando de sobresaliente en la plaza de toros de Vista Alegre, en Carabanchel, el diestro titular fuera cogido. El gijonés se quedó solo para estoquear dos novillos de Tovar y otros tantos de Terrones. El destacado triunfo le permitió comenzar a torear por muchas plazas de España, donde consiguió numerosos éxitos hasta tomar la alternativa, el 19 de septiembre de 1920, en Oviedo. Saleri II, como padrino de ceremonia, le cedió al toro «Marqués», de la ganadería, curiosamente, de Veragua, del que obtuvo los máximos trofeos (dos orejas y rabo). En su confirmación (en Madrid) le acompañaron Fortuna y Emilio Méndez, en un encierro del Marqués de Lleu.
Su paso por el continente americano, quizás por una mano negra que le impedía tener éxito en su país, estuvo marcado por los triunfos y por el amor. Toreó en México con Rodolfo Gaona y Juan Belmonte en 1922. Unos años después, según publica «El Noroeste» el 11 de febrero de 1925, fue detenido en ese mismo país tras enamorarse de una joven mexicana, Amparo Fuentes. El padre, millonario, denunció al torero. Ante el amor que ella declaró que los unía, el juez dejó en libertad a Casielles.
Durante sus últimas temporadas fue intercalando los paseíllos con las reuniones de la masonería. Se inició en la logia madrileña hispanoamericana n.º 379 del Gran Oriente español. Tras las pruebas pertinentes para hacer efectivo su ingreso, se inicia en la masonería el 1 de junio de 1921. Con el tiempo va escalando posiciones en los distintos grados que forman la parte jerárquica de la logia. Pasa al grado de compañero el 20 de julio de 1922, mientras que el 16 de junio de 1923 llega a convertirse en maestro masón, año en el que sufre una cornada en Venezuela que le hace bajar su nivel para después retirarse un año más tarde en la plaza de Vistalegre de Madrid.
La vida de Casielles no estuvo exenta de desgracias. Su hermano, Miguel Casielles, quiso seguir sus pasos sin que el matador pudiera impedirlo a sabiendas de la dureza interna del mundillo: en la plaza de toros de Tetuán de las Victorias, un 19 de agosto de 1934, un toro de la divisa de María Montalvo le infirió varias cornadas en el vientre de las que no se pudo recuperar.
Estar inmerso en una logia masónica hizo a Casielles ponerse del lado del bando republicano cuando comenzó la Guerra Civil española. Tras ser herido en el frente, en Guadarrama, fue elevado al rango de capitán. Durante la dictadura franquista fue condenado en 1944 por el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo a doce años y un día de prisión. Se había exiliado a Caracas tras la derrota republicana y en ese país se ocupó de la explotación agrícola de su esposa mexicana. Allá pasó muchos años, hasta 1964, en que decide volver a su país, su tierra, sus calles, pues el torero no perdonó un verano en que no pasease por su Gijón natal hasta su muerte, en 1983, en Colmenar Viejo, siendo posteriormente enterrado en Oviedo, donde tiene una calle a su nombre. Lo que no ocurre en su ciudad natal.

martes, 4 de junio de 2013

MIGUEL MORILLA ESPINAR "EL ATARFEÑO"
"Atarfeño" nació en Atarfe (Granada) el 17 de noviembre de 1909. El año 1926 torea un becerro en su pueblo que es su bautismo taurino, y el 1 de mayo del siguiente año sale en Granada por pri­mera vez vestido de luces con Perete y Joseíto de Granada, y ganado de López Quijano. L poco tiempo debuta con picadores en en Priego, en compañía de Parrita y Parejito. El año 1928 sigue luchando por salir del anó­nimato, cosa que logra en 1929 pre­sentándose en Madrid el 17 de mayo y luego torea 30 novilladas, y fue muy aplaudido en casi todas ellas, pues mata con facilidad y cierto estilo y torea con soltura y gracia En 1930 ya su labor no es tan lucida y menudean menos los aplausos. Son 24 sus actuaciones.
Aún es más deficiente su campaña del 1931 : bajan las corridas a 11 y no oye apenas palmas. Continúa el descenso el 1932 con ocho corridas. Sigue sin salir de su apatía o de su impotencia en 1933, con 11 novilladas. Llega 1934 y Atarfe­ño hace un esfuerzo con miras a la alternativa y aumentan las palmas y, por consecuencia, las corridas. Diecinueve llevaba toreadas cuando le anuncian en Granada para matar seis novillos de Rufino Moreno Santamaría. Esta era la corrida llave de la alternativa que tomaría en octubre y nada menos que de manos de Belmon­te, pero el pobre Atarfeño quedó en el camino. Seis años después de inaugurarse la Nueva Plaza, el día 2 de septiembre de 1934, en la demolida plaza del Triunfo, Atarfeño, deja de ser la esperanza taurina de Granada para convertirse en triste leyenda.
El joven novillero entrega su vida en el ruedo a cambio de la negra gloria del ídolo caído y de la inmortalidad de un toro berrendo en negro, de nombre Estrellito, una inmortalidad inmerecida por su condición de manso, áspero y ‘con sentido’. Atarfeño se despedía como novillero en su tierra y quiso hacerla matando seis novillos-toros. El soñado y ansiado doctorado no iba a tener a sus paisanos como testigos ya que estaba previsto en la plaza del Puerto de Santa María -nada menos que con el maestro Juan Belmonte de padrino- y por eso tal vez Miguel no dudó en encerrarse en su querida Plaza del Triunfo con seis astados grandes y cornalones. Era un gesto de paisanaje que pretendía ser también gesta importante, truncada fatalmente durante la lidia del segundo toro, cuando el citado Estrellito berrendo en negro, gordo, gran­de y manso, que había llegado al último tercio con mucho poder y avisado, le corneó brutalmente en la ingle y le secciono la arteria femoral y la vena safena.
Fue al darle el tercer pase de muleta, falleciendo a poco de entrar en la enfermería. Atarfeño ganaba esa tarde mil duros y estrenó un terno azul y plata. El novillero Epifanio Bulnes, que actuaba de sobresaliente, despachó tres toros, pues al conocer el público la muerte del torero hizo que se suspendie­ra la corrida. Los astados de aquella tarde no eran todos del hierro anunciado de Rufino Moreno Santamaría, de Sevilla. Dos de ellos pertenecían a la ganadería de Julio Garrido de Vílchez, de Jaén. Estos dos Últimos, desecho de tienta y cerrado, como los restantes, llevaban al parecer dos meses en los corrales de la plaza y Atarfeño, que confiaba poco en su juego, ordenó que no salieran al comienzo de la corrida. Quería el torero alcanzar el triunfo desde el primer toque de clarín y tenía más fe en poder hacerla con los novillos de Rufino Moreno. Miguel Morilla, Atarfeño, que viste para la ocasión de azul celeste y plata, sale decidido. Está con enormes ganas y se deja notar en el que abre plaza, a pesar de que no puede hacer faena de orejas. Una vuelta al ruedo es el premio a su meritoria labor.Estrellito, segundo de la tarde, ya está en el ruedo. Manso y peligroso, toma cuatro puyazos y tres pares de banderillas. Miguel advierte las dificultades de su enemigo nada más instrumentarle un pase por bajo, según se relata en IDEAL, periódico que dedicó cinco páginas a la cogida y muerte del espada granadino: “Inicia Atarfeño la faena de muleta con un pase por bajo y huye del toro; dos más después de buscado y cambia la espada con la que estaba haciendo la faena por la de muerte. Otro pase por bajo y al dar el segundo, delante del tendido uno, casi en el centro del redondel, el astado engancha al matador, metiéndole la cabeza entre las piernas. Tira el toro la cornada y el torero sale despedido por los aires; la res lo busca en el suelo y lo pisotea, rompiéndole la taleguilla.
Hay un lío en los peones y, al fin, Jesús Fandila, en un rasgo de valentía, lo saca a rastras de los cuernos del toro. ‘Atarfeño’ se pone de pie y se sacude la taleguilla con ánimo de continuar, pero al verse el muslo manchado de sangre se apoya en el citado banderillero y se dirige hacia el más próximo burladero, desde el cual, en brazos de las asistencias, pasa a la enfermería, dejando un reguero de sangre por el callejón. La cogida ha producido una enorme impresión en el público que, desde el primer momento, se ha percatado de la importancia del percance”. Miguel Morilla también fue consciente desde el primer momento de la gravedad de la cornada. “Cogedme bien que me caigo”, le dice a Fandila y a su hermano José, que le ayudaron a levantarse. “Que me desangro, que me muero,” añade el torero. Un monosabio y el futbolista Pepe Carmona, íntimo amigo suyo, lo llevan hasta la enfermería, donde el doctor Francisco Fernández Cambil le opera inmediatamente en unas condiciones dramáticas.
La enorme pérdida de sangre hacía temer un fatal desenlace y se pretendía de esta forma que no dejara de circular el flujo sanguíneo por el cerebro. “Me derramo por la vegija, me muero “, le comenta angustiado Atarfeño a los médicos, que tratan desesperadamente de reponer la sangre y ligar las arterias y venas. “No hagáis nada, todo es inútil, quiero morirme para no sufrir más”, suplica el torero, que pide a los amigos: “Id por mi hijo corriendo. ¡Hijo mío!”.
El niño estaba con su abuela materna en el hotel San Pedro y no pudo ver a su padre con vida. Atarfeño moría instantes después, a las siete menos veinte de la tarde, rodeado de los médicos, de su ex apoderado, Vicente Benítez, de Joaquín Sabrás, catedrático en Madrid y amigo de Miguel, y del periodista Juan García Canet, Juanito. En una habitación contigua se encontraban los hermanos del torero, su suegro y gran número de amigos y curiosos. También estaba en las dependencias de la enfermería el picador Francisco Embiz, Chófer, lesionado por el tercer novillo y que esperaba, conmovido por el drama, asistencia médica.
El parte facultativo emitido por el doctor Fernández Cambil, jefe médico de la enfermería, define así la cornada: “Una herida en el tercio superior de la cara interna del muslo izquierdo que secciona los músculos aproximadores, arteria femoral, vasos colaterales y vena safena. Pronóstico gravísimo”. El dictamen de la autopsia realizada por los forenses Francisco Sánchez Gerona y Damián Balaguer, con auxilio de los practicantes Molina de Haro y Olóriz, confirma la herida. Dice así: “La herida se encontraba en el tercio superior de la cara anterior del muslo izquierdo con dirección de abajo arriba y de dentro a fuera. Presentaba destrozos de los planos musculares e interesaba el paquete vásculo-nervioso de dicha región. La arteria y venas seccionadas causantes de la hemorragia intensa que originó la muerte aparecían todas ligadas. La herida tenía una longitud de 15 centímetros. Al abrir la caja torácica se aprecian los síntomas propios del colapso originado por la hemorragia”.
la situación en la enfermería se complicó notablemente ante la carencia de suero, que era necesario inyectar en grandes cantidades para suplir la falta de sangre. Los periódicos denunciaron que incluso faltaba la jeringuilla para inyectar el suero y que alguien fue corriendo a traerla a la Casa de Socorro, distante varios kilómetros de la Plaza del Triunfo. ¿Fue mortal de necesidad la herida de Atarfeño? ¿Existieron los medios oportunos para evitarla? ¿Tuvo el torero la asistencia debida? Las interrogantes han quedado despejadas con la prudencia, ambigüedad y reserva que un hecho así aconseja. Lo único que sí está claro es que aquella aciaga tarde del 2 de septiembre de 1934 murió un torero y se desvanecieron muchos sueños de gloria.
ANTONIO CARPIO RIUS
Matador de novillos, que hizo suyo el estilo de Juan Belmonte y que fue juzgado por ello por los críticos como un imitador nacido en Catarroja (Valencia) el 11de enero de 1895, y que falleció el 27 de agosto de 1916, día en que se celebró una novillada en Astorga, cuando contaba 21 años de edad.
El novillo que le produjo la muerte era de la ganadería de don Ángel Rivas –éste presentó sus toros por primera vez en Madrid el 31de octubre de 1917-. "Antonio Carpio –reseñó la revista Sol y Sombra- le había toreado por verónicas, apretándose de verdad, levantando al público de sus asientos por la temeridad y arrojo del diestro. Al rematar tan valiente faena con media verónica, fue alcanzado, siendo herido en la región glútea, negándose a pasar a la enfermería. Muy parado y derrochando valor empezó a muletear, dando cuatro pases buenísimos, para entrar de cerca y señalar buen pinchazo. El novillo estaba muy reservón y se adelantaba del lado derecho, y acercándose Carpio de nuevo obligó con el cuerpo y la franela a que embistiera el adversario. Al cambiar la muleta de mano se le arrancó el criminal, y cogiéndole de lleno le ocasionó la terrible cornada que le produjo la muerte. El infortunado Carpio se levantó, dispuesto, sin duda, y más valiente, a continuar; pero bien pronto cayó en brazos de las asistencias, que lo condujeron a la enfermería.

Los médicos procedieron a hacerle una cura de urgencia, y ordenaron el traslado del herido al hospital. En la Casa de Misericordia se agravó tanto, que, después de recibir los auxilios espirituales, entregó su alma a Dios a la diez y media de la noche." Antonio Carpio pasó fugaz y atropelladamente por las plazas. El ejemplo de Juan Belmonte en pleno éxito le hizo creer, e hizo creer a algunos, que el caso genial del trianero podía repetirse con facilidad. La muerte de Carpio fue ejemplar en ese sentido, y produjo la más viva impresión entre los aficionados.
Estudió la carrera de Magisterio, que comenzó a ejercer en el pueblo de su nacimiento. Presenciaba un día una novillada en Valencia y se sintió atraído irresistiblemente a los toros, decidiéndose a ello sin otra cosa que un valor ilimitado y un entusiasmo muy grande.
El 14 de enero de 1914 se presentó en Barcelona alternando con “Cortijano” y “El Andaluz” en la muerte de reses de Medina Garvey. Al pasar de muleta a su primero resultó cogido, pero tumbó al novillo de un pinchazo y una estocada delantera. Saliendo a cogida por corrida, toreó bastante, ya que se ceñía temerariamente con la capa. Al estoquear entraba directamente, lleno de inconsciencia, al morrillo, sin preocuparse de bajar la mano izquierda ni de esquivar los pitones. En Madrid no cuajó su toreo brutal e ignorante, y ante los públicos que toreaba levantaba el presentimiento de una terrible desgracia. Y la misma llegó: llevaba toreada 26 corridas, tenía cerca de igual número contratadas y pensaba doctorarse en Madrid para la segunda temporada de 1917.

sábado, 1 de junio de 2013

Manuel Dominguez y Campos "Desperdicios"



Manuel Domínguez tuvo fama de ser  un jactancioso matón o baratero nada mas lejos de la realidad,a aclarar este  error—por desgracia muy generalizado— van encaminados estos renglones que al propio tiempo sirven como recuerdo a la memoria del valiente y pundonoroso espada sevillano, tan discutido por los públicos y aun por algunos historiadores del toreo. 

Fué Domínguez un hombre de corazón templado para las luchas do la vida, que jamás sintió lo que so denomina miedo, ni cedió a nadie que pretendiera imponerselo.. Valiente por temperamento, eligió el oficio do torero por convicción propia, cruzó los mares en busca de gloria y en vez de hallar el camino de rosas de sus ensueños, encontró intrincadas sendas cubiertas do abrojos, las que siguió con paso firme, como si para él no existiesen obstáculos. 

Alto, de formas correctas, musculoso, de temperamento sanguíneo, dulce en el decir, con trato do gentes, formal y circunspecto, respetaba y se hacía respetar, poro jamás buscó pendencias ni rehuyó compromisos, y tan pronto se le veía empuñar el látigo y el cuchillo de mayoral de negrada, como el sable de cabecilla de partida en las revueltas políticas, o de capataz en los saladeros de las Pampas Argentinas, y en todo momento fué el ]primero en el cumplimiento del deber y en hacerlo cumplir á los demás a toda costa. 

No pretendo hacer una completa y minuciosa biografía de esto matador de toros; para ello me falta espacio y competencia suficiente; por lo tanto, me limitaré a relatar algunos episodios de su vida, con los que pretendo demostrar que el citado torero fué todo un carácter y que sus hechos son modelos do valor, entereza y gran corazón. 




Había nacido en Gelves (Sevilla) el 27 de Febrero do 1816; huérfano de padre, pasó la infancia al lado de su tío, D. Francisco do Paula Campos, capellán do las religiosas de la Paz, de Sevilla, el cual lo hizo estudiar en el colegio de la Compañía y en el que permaneció hasta la muerte do su pariente y protector; motivo por el mal abandonó los estudios dedicándose al oficio de sombrerero. 
Visitó con frecuencia la escuela de Tauromaquia, escuchando las lecciones teórico-prácticas que el famoso Pedro Romero daba a sus discípulos, y tanto se aficionó a la lidia de reses bravas, que ya en 1834 trabajó como banderillero de Juan León, al año siguiente con Lucas Blanco, y el 26 de  Septiembre de 1836 recibía la alternativa en Zafra, embarcando inmediatamente para América. 
fotografía coloreada por mi

En aquellos países permaneció diez y siete años, y los semi salvajes gauchos lo hicieren pasar malos ratos, hasta el punto de tener que pelear seriamente con uno de los subordinados que pretendió imponérsele, viéndose en la necesidad de darle muerte. 
No obstante no haber provocado el lance y obrar en justa y legítima defensa, lo hubiera pasado muy mal a no ser por la benéfica protección del general Se batió por Frutos Rivero en Montevideo; fué hecho prisionero en la batalla de Casero y logró escapar de noche con algunos más que esperaban ser ajusticiados al siguienlo día, pues fué casi de noche cuando los hicioron prisioneros, y los enemigos no tuvieron tiempo para fusilar o degollar a todos. 
Harto de sufrir infortunios y desdichas en América, regresó á la madre patria en 1853 en situación muy precaria, y con deseo de ganar dinero con los toros, porque se hacía la reflexión siguiente: —«Si consiste en arrimarse, me sobra corazón para colocarme más cerca que el primero.Pero como el toreo no consiste únicamente en estar cerca do los toros, resultó casi un fracaso cuando se presentó en Sevilla para alternar con Antonio Conde. Bien que es necesario tener en cuenta, que había pasado ocho años sin torear, y las reses de Lesaca y Andrade lidiadas aquel día, no llegaron á la muerte en condiciones de estoquearlas recibiendo, suerte favorita de Manuel Domínguez. 

En Madrid se presentó el 10 de Octubre de 1853; alternó con el Salamanquino, Cayetano Sanz y el Lavi, recibiendo los trastos del primero, que lo cedió el toro Balleno (retinto) de Martínez. El público madrileño lo recibió fríamente, pues aunque vio en Domínguez al torero de bravura indomable  guapo y gallardo en la suerte de recibir—para la que no hace falta la agilidad de que en absoluto carecía— comprendió que aquel hombro torpe y pesado no justificaba la fama de que venía procedido y le puso la proa, quizás con más ensañamiento del que se merecía. 
La vida de Manuel Domínguez es una serie no interrumpida de rasgos de serenidad pasmosa. La horrible cogida de 1857 en el Puerto, la soportó con la mayor entereza hasta el punto de permanecer en pié algunos minutos con el ojo vaciado en un pañuelo que él mismo tenía en la mano. En la plaza, jamás admitió advertencias ni consejos de nadie. Toreaba con Don Gil en Cádiz, y observando éste, que Domínguez se disponía para recibir á un toro que estaba humillado, le dijo: —No le cite usted ahí, Sr. Manuel, que se lo come a usted. —Don Gil, cuando á usted le toque, mata sus toros como pueda; á mí me deja usted en paz. Recibió al toro; fué volteado y resultó con una cornada en un muslo que le tuvo tres meses sin torear.


El notabilísimo banderillero Lillo, se permitió decirle en el momento que cuadraba un toro:—¡Ahora, señóManué!—; en el acto se vuelve éste y alargando al banderillero, espada y muleta, le dice:—¡Toma, mátalo tú! En cierta capital de provincia, se corrieron voces de que no quería Domínguez torear si no se ponían en el ruedo burladeros. Le llamó el gobernador para decirle que no so ponían porque afearían el círculo. —Miento quien haya dicho eso... contestó Manuel. Por mí, que suban hasta el cielo la barrera, que para nada la necesito. 

Encontrábase en un colmado de Sevilla acompañado del desgraciado matador de toros Manuel Trigo, cuando penetraron en el establecimiento dos guapos con deseos do armar camorra. Pidieron una docena de cañas; invitaron a beber á Trigo, y éste, por evitar cuestiones, condescendió; enseguida, el más terne tomó otra caña y llegóse a Domínguez diciendo: —Vamos, ahora osté, señó Manué. —No bebo—contestó secamente Domínguez. —;Cá, hombre!.. Esta se la bebe osté. —Y yo, digo que no. —Pues se la vá osté á bebé á la fuerza, porque... No pudo terminar la frase, porque el torero descargó tan tremenda bofetada en el rostro del guapo, que éste rodó por el suelo y con él la mesa, sillas, velón y cañero. Quedó á oscuras la habitación, salieron los otros á la carrera, apostándose en la puerta, y al salir Trigo le confundieron con Domínguez, atravesándolo con un estoque. 

Llegó a la vejez muy apurado de recursos y algunos ganaderos sevillanos pretendieron celebrar una corrida á beneficio suyo; ésta no se llevó a efecto, porque Domínguez dijo que aún no pedía limosna y que si esto sucedía tendría el valor suficiente para salir a la calle y alargar el brazo solicitando un pedazo de pan, porque no quería ser gravoso á nadie. El 6 do Abril do 1886, murió en Sevilla; los que acudieron al saber la noticia, en vista del pobre aspecto de la vivienda, se dispusieron a costear el entierro, poro uno de sus íntimos manifestó que nada hacía falta, porque hacía tiempo que Manuel Domínguez le había entregado mil pesetas para que al llegar este caso no tuvieran que molestárse los amigos. Este era Manuel Domínguez y Campos.