martes, 18 de junio de 2013

LOS HERMANOS MONTES MORA


La corrida de aquel domingo 15 Junio1926 en Vista Alegre tuvo la nota trágica, brutal, sangrienta, de la muerte de un torero. Fiesta de arte y valor, de alegría y de muerte, fue ésta la triunfadora en ese día. Mariano Montes Mora," Mariano Montes" un torero valiente y entusiasta, un hombre bueno, un luchador infatigable que aspiraba a conquistar un lugar en la torería que asegurase el bienestar de él y los suyos, murió destrozado a cornadas. ¡Pobre muchacho!
Fue la mala suerte compañera inseparable de Mariano Montes. Tuvo el pundonoroso torero toledano una gran tarde, una tarde inolvidable en la plaza de Madrid matando él solo una corrida de ocho Palhas, de ahi que le llamasen "mataochos". Fue un triunfo; cortó dos orejas y, entre aclamaciones entusiastas, le llevaron en hombros hasta casi la Puerta del Sol. Empujado por la fama, corrió el nombre de Mariano Montes por todos los ámbitos de España.
Muchos toreros han vivido tan solo del recuerdo de una tarde de gloria; algunos, tan solo de una faena; pero a Mariano, que tuvo en su haber éxito tan resonante, no le sirvió de nada. La mala suerte fue su compañera; sus entusiasmos, su decisión, su deseo de llegar se apagaban ante la indiferencia de las Empresas y de los públicos. Toreó poco; en Madrid, casi nada. El pasado año para poder torear cerca de Madrid, aceptó una corrida en Tetuán; este año vestía por primera vez el traje de luces en Vista Alegre; por primera vez en la temporada, por última vez en su vida. La fatalidad, su compañera inseparable, descargó sobre él su último golpe.
Se lidiaba una corrida de Don Florentino Sotomayor, y el ganado salió grande, con mucha cuerna, duro y con nervio. Corrida fuerte y peligrosa para toreros poco entrenados, que peleó malamente con los caballos y llegó bronca y difícil a la muerte.
El cadáver del infortunado torero Mariano Montes en la enfermería de la plaza
de toros de Vista Alegre, donde fué visitado por numerosísimo público,15 junio 1926.
 
Mariano había toreado con mucho valor a su primero, sufriendo un revolcón al iniciar un pase, y despachado a su enemigo de dos pinchazos y una estocada bien puesta. Una cariñosa ovación premió la labor del bravo torero.
Salió el toro quinto, fuerte y abierto de cuerna, y Montes se fue a él decidido a recogerlo por verónicas; al dar la tercera, por el lado izquierdo, fue empitonado por el costado y arrojado a lo alto; el toro, lo volvió a recoger en el aire; lo zarandeó cogido por el muslo y lo arrojó a la arena. El público, puesto en pie, lanzó un grito de horror.
Montes se puso en pié, pálido, casi sin respiración, con las ropas destrozadas y empapadas en sangre; dio unos pasos y, al fin, se desplomó en brazos de los que acudieron a socorrerle.
La impresión fue horrible. Nadie dudó de que Montes iba muerto. Cuando el toro fue despachado por Sánchez, el público, impulsado por un sentimiento de piedad, pidió y obtuvo de la presidencia que se suspendiera la corrida...

PEDRO MONTES MORA
Matador de novillos, nacido el 10 de mayo de 1905, en la población toledana de Portillo, falleció en 1930, cuando contaba 31 años de edad. Esa temporada había participado en 12 corridas hasta la tarde del día 25 de julio, fecha de su mortal cogida en la Plaza de Toros de Escalona. Un toro de don Ricardo Sáez, de nombre “Español”, le infringió una gravísima cornada al rematar un quite. La herida, mortal de necesidad, tenía más de veinte centímetros de profundidad y estaba situada en la región inguino abdominal derecha, penetrando en el vientre, tras seccionar la arteria femoral y otros vasos importantes. Falleció a los pocos momentos de ingresar en la enfermería. Pedro Montes, al igual que su hermano, el matador Mariano, muerto en la Plaza de Toros madrileña de Carabanchel Bajo, tenía que sucumbir en el ruedo. Valiente hasta no poder más, era éste su único recurso para hacerse aplaudir.


"Si al valor uniera un poco más de arte ya estaría colocado", decían los cronistas de él. La temporada de 1929 fue la mejor de su carrera; se mostró valiente y con grandes deseos de complacer, toreando 36 festejos con picadores, cifra no rebasada por ningún novillero del escalafón aquel año. En la Plaza de Toros madrileña de Tetuán de las Victorias sufrió una grave cogida que le impidió la participación ya contratada en varias otras novilladas. Alentado por los triunfos de su hermano Mariano, se dedicó desde muy joven a torear. En cierta ocasión se celebraba en el pueblo de Gerindote una novillada, los responsables de estoquear los bichos se asustaron ante el tamaño exagerado de los bureles, y entonces Pedro, con una temeridad que fue característica esencial en su vida taurina, estando sentado en un tendido, bajó al redondel y despachó la corrida. Desde entonces tomó parte en muchas novilladas pueblerinas; los buenos éxitos que obtuvo en ellas hicieron eco en Madrid, cuya Empresa le contrató para el 19 de marzo de 1926.
Montes estuvo aquella tarde valiente y escuchó palmas en abundancia, tanto por este motivo como por el efecto sentimental que producía que fuese hermano del valiente diestro que había muerto poco tiempo atrás. Esa temporada de 1926 fue triunfal para él, habiendo actuado en 17 novilladas. La de 1927, aunque siempre se manifestó muy valiente, incluso hasta la temeridad, desmereció un tanto su labor. Trabajó en la Plaza de Toros de Madrid el 13 de marzo de 1927 y en las Plazas de Barcelona y Santander, hasta un total de 20 novilladas. En 1928 bajó el número de festejos toreados.

JERÓNIMO MONTES MORA "MONTES CHICO"


Matador de novillos, hermano de Luis, Mariano y Pedro Montes Mora. Nació en Portillo de Toledo el 30 de septiembre de 1910. Se presentó en Madrid el 14 de agosto de 1935 con ganado de Villaroel y por compañeros el Niño de la Estrella, Madrileño y Eduardo Solórzano. En las cinco corridas que torea ese año da en todas ellas la nota de valentía, así como en sus actuaciones por los pueblos antes de ascender al ruedo madrileño. Es padre del afamado criador de galgos y varias veces Campeón de España, Pedro Montes.

domingo, 16 de junio de 2013

MAZZANTINITO



Tomás Fernández Alarcón "Mazzantinito" fue un matador de toros español, nacido en Madrid el 22 de marzo de 1879 y fallecido en su lugar de origen el 12 de noviembre de 1916. En el planeta de los toros es conocido por su sobrenombre artístico de "Mazzantinito", adoptado en homenaje al genial diestro guipuzcoano Luis Mazzantini y Eguía, cuya peculiar interpretación del toreo había causado honda admiración en Tomás Fernández Alarcón. Nacido en el seno de una familia humilde, desde su temprana juventud se vio obligado a ganarse la vida trabajando de hojalatero, lo que no fue óbice para que, alentado por el ejemplo de su hermano mayor Juan (que había hecho sus pinitos en calidad de novillero) comenzara pronto a curtirse en las asperezas y sinsabores inherentes a los primeros pasos del oficio de torero.
Así, tras haber tomado parte en cuantas capeas y funciones menores se celebraban por los alrededores de su Madrid, consiguió destacar entre el tropel de muchachos de su misma edad que, por aquella época, veían en la profesión taurina un cauce digno para huir de la miseria y, al mismo tiempo, la vía más adecuada para dar rienda suelta al arrojo y las ilusiones juveniles. Estos primeros logros del joven Tomás Fernández no pasaron inadvertidos ante los ojos de los taurinos profesionales, que empezaron a reclamar el concurso del futuro "Mazzantinito" como miembro de diferentes cuadrillas de matadores de toros. Así, en efecto, logró pisar por fin el redondel de la plaza de Madrid el día 2 de mayo de 1899, fecha en la actuó, en calidad de banderillero, a las órdenes del espada Félix Robert. A los diez días de esta presentación de Tomás Fernández ante el severo dictamen de sus paisano, su hermano Juan cayó herido de muerte en el coso madrileño de El Escorial, desgracia que, en lugar de hacer desistir a "Mazzantinito" en su empeño por llegar a vestir el terno de seda y oro, espoleó su deseo de convertirse en el matador de toros que no había podido llegar a ser su desventurado hermano. Pero, ya cumplidos los veinte años de edad, un nuevo impedimento vino a paralizar durante un par de temporadas la materialización de estas aspiraciones: la obligación de alistarse en filas respondiendo al llamamiento del servicio militar.
Una vez licenciado de sus obligaciones militares, su tesón le permitió reanudar su interrumpida andadura taurina, para acabar presentándose en 1901, ya en condición de novillero, en el pequeño coso madrileño de Tetuán de las Victorias. Inscrito, a partir de entonces, en los circuitos novilleriles de la zona centro de la Península, adquirió pronto un merecido renombre que le condujo, el día 19 de enero de 1902, hasta el ruedo de la plaza de toros de Madrid, donde hizo el paseíllo ante la primera afición del mundo acompañado por el joven novillero "El Segoviano". Esta presentación en las arenas capitalinas no tuvo la repercusión esperada por "Mazzantinito", quien, ante la escasez de ofertas, decidió cruzar el Atlántico y probar suerte en los ruedos hispanoamericanos. La fortuna sí le acompañó, en cambio, en esta aventura transoceánica, hasta el punto de que consiguió tomar la alternativa en la capital mexicana, de manos del coletudo sevillano Joaquín Hernández Castro ("Parrao") -que hizo las veces de padrino- y en presencia del lidiador gaditano Manuel Lara Reyes ("Jerezano") -que compareció en calidad de testigo-.
El primer astado que despachó Tomás Fernández de Alarcón en su nueva condición de matador de toros pertenecía a la vacada de Santín. De regreso a la Península Ibérica, el día 23 de abril de 1905 confirmó en la plaza de Madrid la validez de ese título de doctor en Tauromaquia. Fue su padrino en aquella ocasión el diestro cordobés Rafael Molina Martínez ("Lagartijo Chico", sobrino del gran califa del que había tomado el apodo), quien le facultó para que diera lidia y muerte a estoque a una res criada en las dehesas de don Vicente Martínez. A partir de entonces, "Mazzantinito" tuvo unas temporadas de esplendor en el toreo español de los primeros años del siglo XX, tan sólo empañadas por los continuos percances que sufrió ante las astas de los toros.
Tuvo ocasión, empero, de demostrar en los diferentes cosos del planeta de los toros sus buenas maneras en el manejo del capote, su eficacia y poderío a la hora de dejar los rehiletes (con singular habilidad en las suertes de clavar al quiebro y de colocar banderillas cortas), su excelente gusto toreando con la muleta (con notoria finura en el remate de las series) y su arrojo y decisión en el momento de lanzarse a ejecutar la suerte suprema. Las numerosas cornadas que recibió a lo largo de su trayectoria profesional le impidieron alcanzar, en el escalafón superior de los matadores de toros, el auténtico lugar que por valentía y méritos artísticos le correspondía ocupar. Además, su frágil salud se fue deteriorando aceleradamente hasta desembocar en un agudo cuadro tuberculoso que acabó de forma fulminante con su vida a mediados del otoño de 1916, cuando apenas contaba treinta y siete años de edad. Las dos últimas tardes en que se vistió de luces el malogrado "Mazzantinito" fueron la del día 8 de julio de aquel año de 1916 (en la que alternó, en la plaza de Madrid, con Punteret y Torquito para enfrentarse con un encierro procedente de la ganadería de don Félix Gómez) y la del 29 de agosto de dicha temporada (en la que hizo el paseíllo en las taurinas arenas de Colmenar Viejo, para despachar un lote criado en las dehesas de don Manuel Aleas).

sábado, 15 de junio de 2013

MARTI FLORES 

isidoro Martí Ferrando, natural de Altarrasí, Valencia desde el 12 de mayo de 1884. Sus padres emigraron a Francia, lugar en el que estudió comercio antes de dedicarse a los toros. El 6 de febrero de 1900, actúa como banderillero a las ordenes de Anastasio Escobar Juanerito en Valencia y el 12 de octubre de ese año cambia la plata por el oro, para actuar como novillero en la propia Valencia. Madrid le recibe de luces el 15 de julio de 1906 y en ese momento se inicia una carrera ascendente que le llevará a encabezar el escalafón menor hasta el año de 1910, recibiendo el 28 de septiembre la alternativa en Sevilla, de manos de Quinito y llevando como testigo a Rafael El Gallo. 

El toro de la ceremonia fue Obispero, de las dehesas de Don Anastasio Martín. Los años de 1911 y 1912 hace campaña en México y al final de la temporada española de este último calendario, el 15 de septiembre, confirma su alternativa en Madrid, de manos de Rafael El Gallo. Entre 1913 y 1915 actúa poco, pero a partir de 1916 entra en la esfera de protección de Joselito y mejora el número de contratos, que vuelven a descender a la muerte del torero de Gelves. 

El 26 de junio de 1921, actuará en la plaza francesa de Beziers, para lidiar toros de Alipio Pérez Tabernero. Uno de los de su lote, le infiere una cornada penetrante de tórax que le perforó un pulmón. No sana completamente de la herida, pero hace campaña americana, teniendo triunfos en Perú, Colombia y Venezuela, en cuya capital Caracas, muere el 6 de diciembre de ese año, a consecuencia de la cornada de Beziers. 

José María de Cossío emite este juicio: . . . fue un excelente torero y un estoqueador seguro, a quien no se dio la importancia que en realidad tenía. Era valiente y pundonoroso, por lo que jamás hizo un mal papel en la plaza. Modesto y serio por naturaleza, no sabía ponerse en efusivo contacto con los públicos, que atienden fríamente al final a quien no les miente una sonrisa y un valor del que a veces se carece . . .

viernes, 14 de junio de 2013

SUERTES OLVIDADAS

El salto sobre el testuz

Aunque algunos atribuyen la invención de esta suerte a Lorencillo hay quienes aseguran que fué José Cándido el primer diestro que la ejecutó. Quédese la paternidad distribuida entre los dos en la seguridad de que ninguno hará reclamación alguna, pues uno y otro existieron en aquellos tiempos en que las ranas criaban pelo. Hay dos modos de dar este salto: uno consiste en esperar la acometida del bicho a pié firme, y en el momento que humilla poner el lidiador un pie en el nacimiento de las astas y, dejándose impulsar por el derrote, caer de pie por la cola. 

Y el otro se practica corriendo el diestro al encuentro del astado, y en el centro de la suerte (¡ y cuidado que hace falta la misma!) cuando llega al embroque, aprovechar el momento en que humilla el animal para saltar como queda dicho. En el siglo XVIII podrían practicar esta suerte Lorencillo y Cándido con equidad y aseo, pero las raras veces que quisieron imitarles algunos toreros del pasado siglo resultaron cogidos. El último que se obstinó en dar éste salto fué Leandro Sánchez de León (Cacheta) y recibía el pobre cada paliza, de esas que encienden el pelo. Por esto llamaron algunos a tal suerte el salto a la eternidad. El llamado de cabeza a cola que dio por primera vez en España el célebre saltador francés Paul Daverat, era semejante al del testuz que queda descrito y consistía en saltar sin apoyarse en punto alguno de la res, cayendo pasada la cola. ¿Hay algún torero ágil que sienta tentaciones de saltar así? Pues no olvide de que un peón debe meter el capote con oportunidad para que el toro, atraído por él, continúe su viaje, haciendo caso omiso del bulto que ha desaparecido de su vista.
JUAN LUIS DE LA ROSA OÑA
Le esperaba Nacional,
ya está Juan Luis en el cielo,
le esperaba Nacional,
junto a Juanito Gimeno,
Enrique Vera, Juan Leal
y Manolo el Posadero
DE LOS PAÑALES AL FÉRETRO.
Nacido el 31 de mayo de 1926, era hijo de José (funcionario de Aduanas) y Rosalía. Juan Luis era el tercero de los hermanos Alicia y José de la Rosa, compositor popular y profesor de la banda de música de Cruz Roja. Aunque en el 39 se puso delante de una becerra, su debut se produjo en Almeria , anunciado en la parte seria del espectáculo cómico-musical La Giralda. En la Feria de Valdepeñas de 1945 mató su primera novillada con picadores y en junio de 1947, con sólo cinco festejos de los de a caballo, se presentó en Las Ventas de Madrid, con reses de Arauz de Robles, causando una grata ocasión pese a sufrir un varetazo (esto no le valió para llegado su momento confirmar el doctorado).
Juan Luis de la Rosa Oña recibiendo la alternatriva de manos de Octavio Martínez, "Nacional", 18 Enero 1953.

En este escalafón sus paisanos lo aplaudieron el 18 de julio de ese año. Corrida en la que encartelado con Manolo González y Antonio Corona, Juan Luis sufrió la primera cornada seria de su carrera, inferida por "Amapola", de Moreno Santamaría y primero de su lote (el sexto lo mató el sevillano González)
Enrique Vera,Juan Luis de la Rosa y Octavio Martinez "Nacional" 18 de Enero de 1953 

Tomo la alternativa en Almeria el 18 de Enero de 1953 con toros de González Martín, de Madrid, la corrida fue a beneficio de la construcción de la Ermita de Torregarcía, dedicada a a la Virgen del Mar, patrona de Almería, alternando con Octavio Martínez "Nacional", Enrique Vera y Juan Luis de la Rosa, que tomaba la alternativa. A su primero, "Volador", lo recibe con unos lances templados y mandones (¡ay, aquellas manos bajas y la cadera rota en la media verónica! del quite imposible); la faena va a más ante el delirio del paisanaje, pero el fallo a espadas le impide pasear los apéndices en la triunfal vuelta al ruedo.Se resarció en su segundo, con creces. "Rumboso" se llamaba el berrendo en negro, salpicado. De nuevo el capote de seda levantó pasiones. Salió a hombros tras cortar las dos orejas de ese toro.
Juan Luis de la Rosa Oña sale a hombros Almeria 18 de Enero de 1953

Más adelante, como matador, faenó en Vista Alegre y en numerosas ocasiones Almería. Tras su retirada, fue asesor taurino en la Plaza de Toros de Almería era independiente, lo que le costó que lo cesaran como asesor dela Plaza. Participó asiduamente en las tertulias taurinas del Hotel Torreluz de la capital almeriense. En su vida personal cultivó además diversas facetas artísticas, como el flamenco o la pintura. Fallecio en Almeria el 19 de diciembre de 2006, a los 80 años de edad.

JUAN LUIS DE LA ROSA


Torero notabilísimo con capa y muleta, deficiente estoqueador y carente de afición. Esto último y su vida desordenada le impidieron llegar a la primera fila. Juan Luis de la Rosa Garquén o Jarquín (según otros) nació en Jerez de la Frontera el 1º de febrero de 1901; empezó la profesión como becerrista, y al hacerse novillero se presentó en Madrid el 20 de julio de 1919, con Ernesto Pastor y Pedrucho y ganado de Villamarta, en cuya ocasión dio la medida de un torero grande. En aquel mismo año, el 28 de septiembre, tomó la alternativa en la plaza Monumental de Sevilla --de efímera existencia--, concedida por Joselito, con Camará y Varelito de testigo y toros de Guadalest.

El de la cesión, negro bragado, se llamaba Celeste. Y el 24 de mayo de 1920, le confirmó Juan Belmonte dicho doctorado en Madrid, con Varelito de segundo espada y toros de Gamero Cívico. Cayó rápidamente por las razones dichas; realizó excursiones a varias Repúblicas americanas; al regresar de una de ellas en el año 1936, toreó tres corridas en Barcelona, la última el 6 de septiembre, y pocos días después, por motivos ignorados, fue fusilado por los rojos en la mencionada capital catalana. (Fuente: http://.historiadeltorero.com/)
Refieren en el "Diario Plaza Juárez.com", de la airosa Pachuca, Hidalgo, México, en una editorial de "Entre el Callejón y el Tendido", titulada "De Superstición y Tragedia en los Toros", del 14 de febrero de 2010, que " Juan Luis de la Rosa, originario de Jerez y testigo de la alternativa de Manolo Granero, quien también tomó la alternativa en Sevilla, el 28 de septiembre de 1919, un año antes que Granero, murió asesinado de un tiro en el corazón en pleno centro de Barcelona en 1936, en una revuelta callejera durante la guerra civil española."

Anota el historiógrafo don Juan de la Plata, en una brillante editorial publicada en el Diario de Jerez: Al que no pude conocer fue a Juan Luis de la Rosa, del que tanto escuchara hablar a viejos aficionados, que lo solían poner por las nubes, como torero. Pero investigando se consiguen muchas cosas, hasta que descubrí que en Jaén vivía un sobrino suyo, llamado igual que el diestro y éste sería quien me aportase importantes datos, para la biografía de Juan Luis de la Rosa Jarquín, nacido en Jerez en 1900, aunque otras fuentes lo dan como nacido el 2 de febrero de 1901. Todo lo que De la Rosa tenía de buen torero lo tuvo también de juerguista, derrochador y mujeriego. Hasta el punto de dilapidar en múltiples francachelas todo lo que ganaba en los ruedos. Y esa mala vida le llevó a que, con motivo de la guerra civil, fuera detenido en Barcelona, donde vivía, y fuera vilmente asesinado.

Me lo contaba así su sobrino: "A mi tío lo asesinaron los rojos en Barcelona, pues se complicó la vida con una mujer francesa que tenía un amigo que era comisario y su misma madre delató el romance que tenía con el torero. Por celos, el comisario la detuvo a ella y, junto a él, los fusilaron a los dos, en el cementerio de Barcelona." De la Rosa tomó la alternativa, en la antigua plaza Monumental de Sevilla, el 28 de septiembre de 1919. Padrino: Joselito el Gallo y testigos Camará y Varelito, sustituyendo este último a Ignacio Sánchez Mejías, cogido en un festejo anterior, después de estar anunciado en el cartel de dicha ceremonia. "Celeste" se llamaba el toro de la alternativa de De la Rosa, marcado con el hierro de la ganadería de Guadalest. Curiosamente, a esa misma hora, en la Plaza de la Real Maestranza, tomaba también la alternativa, de manos de Juan Belmonte, su gran amigo, Manuel Jiménez "Chicuelo" el que, años después, toreando en Barcelona, al ver a De la Rosa en el tendido, le brindó un toro y el diestro jerezano, al devolverle la montera, le hizo llegar una esquela en la que le decía "Gracias, Manolo; y convídame esta noche a cenar, que estoy a dos velas".

La alternativa se la confirmaría, en Madrid, el 24 de mayo de 1920, el eterno rival de Joselito, Juan Belmonte, que le cedió un toro de la ganadería de Gamero Cívico. En el diario "Ayer" del 1º de agosto de 1946, el crítico "Currito" escribiría que la afición esperaba mucho de este torero, pero que no llegó a triunfar. Pero el crítico se equivocaba al afirmar que "la muerte de Juan Luis de la Rosa fue un final heroico" y que "su muerte fue un bello final de romance a su toreo de filigrana". Nada de eso. Fue una venganza, un asesinato de un rival amoroso que se aprovechó de su cargo de comisario, para hacerle fusilar. Fuente: Don Juan de la Plata/Tres toreros sin fortuna: 'El Jerezano', De la Rosa y Venturita. http://www.diariodejerez.es/article/jerez/894412/tres/toreros/sin/fortunael/jerezano/la/rosa/y/venturita.html
Publica el cronista "Don Víctor", en su visitado Blog taurino en la Internet "A los Toros", un detalle que ilustra el buen entender de los toros que tenía este lidiador, al referir que el 18 de junio de 1922 se celebró en la plaza de toros de Madrid la décima corrida de abono, que presenció desde el palco 103 el director general de Seguridad, Sr. Millán de Priego, y en la que , por obra y gracia, casi exclusivamente de la ineptitud presidencial, se organizó un escándalo de proporciones inusitadas. La terna estaba formada por el madrileño José Roger "Valencia I", el jerezano Juan Luis de la Rosa y el malagueño José Gómez Roca "Joseíto de Málaga". En total se lidiaron reses de cuatro ganaderías distintas. El segundo de la ganadería de Daudarne, pequeño y escurrido de carnes, fue devuelto y sustituido por uno de Albaserrada., grandote y gordo. Juan Luis de la Rosa, a quien correspondía su lidia, alegó que estaba tuerto y por tanto no quería torearlo. Fue obligado por la presidencia y de la Rosa lo hizo de cualquier manera, al toro se le había fogueado.
Fotografía coloreada por mi

En el último toro, de Daudarne, grandote, burriciego, mansurrón, que no había forma de sacarle de las tablas junto a chiqueros, un banderillero clavó desde el callejón un par en los cuartos traseros. Acabada la corrida el presidente impuso a Juan Luis de la Rosa una multa de 500 pesetas por considerar que se había dirigido al público diciéndole que el toro estaba tuerto, y por tanto dio lugar a que éste se manifestase escandalosamente; otra de idéntica cantidad al no imponerse como director de lidia -Valencia había ingresado en la enfermería con un puntazo en el glúteo-, y no obligar a los toreros a que trabajasen con arreglo a lo que dictaba el reglamento. También se sancionó con 100 pesetas a cada uno de los picadores y banderilleros que intervinieron en la lidia de los toros cuarto, quinto y sexto; otra de 500 pesetas al banderillero que clavó el par desde la barrera y de 125 pesetas al resto de los banderilleros de dicho toro. El usía ordenó que fuese reconocida la cabeza del toro por si era cierto que tenía defectos en la vista.
Efectuado el reconocimiento por dos veterinarios, con asistencia del delegado de la Autoridad, el apoderado y el representante de la Empresa, un representante de la Sociedad de Ganaderos, don Horacio Riesgo, y dos espectadores, los dos veterinarios afirmaron que el toro tenía cinco años y no padecía lesión alguna en la vista.
El torero no se conformó con el dictamen y recurrió al director general de Seguridad, quien dispuso que cuatro veterinarios, tres de ellos catedráticos de la Escuela Oficial, con el veterinario afecto a la Dirección General de Orden Público, hicieran un nuevo reconocimiento. La resolución final fue la de que el toro era tuerto del ojo izquierdo y que casi no veía con el derecho. Tras este dictamen se multó con 500 pesetas a cada uno de los veterinarios anteriores, a la vez que se les incapacitaba para ejercer nuevos reconocimientos durante el año en curso. El abogado de la Sociedad de matadores, Sr. Guitarte, que se hallaba presenciando el festejo, se encargó personalmente de que las peticiones de Juan Luis de la Rosa fuesen atendidas.

RAFAEL ORTEGA GOMEZ "GALLITO"


De rancia estirpe gitana y torera, Rafael Ortega Gómez «Galli­to» poseía dentro de su ser todo un ritual de gracia. Fue el último eslabón de aquella soberbia y mágica cadena dinásti­ca de los «Gallo», fecunda en torería. Había nacido el 22 de enero de 1917, en Sevilla. Nieto del señor Fernando «El Gallo», sobrino de Rafael, Fernando e hijo de Gabriela Gómez y de Enrique Ortega «Cuco», banderillero de José. Tiene una infancia incipiente en el toreo por el obligado ambiente familiar. Llega al toreo precedido de tan prestigio­so propagandista como su tío Rafael «El Gallo», del que no hereda la pro­digiosa genialidad, pero sí la misma desigualdad. Aunque «Gallito» pudo, en una tarde inspirada, acabar de un plumazo con todos los toreros que estuviesen a su vera, en vez de parecer como un torero menor. Cuando se estiró con las rojas percalinas, logró momentos de gitanísimo pellizco. Su toreo tuvo evidente voluntad de pureza y raigambre calé. Lástima que no resistió la inevitable comparación con su estirpe.
Muerto su padre, su tío Rafael «El Gallo» se va a vivir con ellos. Tiene ocho años cuando su tío Rafael le lleva a la ganadería de Murube. Esta­ban apartando los toros para la corrida que torearía «El Gallo», con Chi­cuelo y Cagancho, cuando el ganadero propuso soltar unas vaquillas para que las torease el «Divino Calvo».
También sugirió que torease su sobri­no. El niño Rafael no podía con el capote, entonces, se quita el abrigo y lo utiliza para torear, dando los primeros lances de su vida a una res. Antes de que abandonasen la placita de tientas, le coge en brazos su tío y dice a los presentes: «Ya a ser torero y bueno». Como alguien pregun­tara a «El Gallo» qué le había visto al chaval, sonriendo repuso: «Eso son cosas que no vemos más que nosotros».

El mozo de espadas, Juan Serrano, que había pertenecido a la cua­drilla de su tío Rafael, le lleva a torear a Marón de la Frontera cuando contaba 11 años, y tiene ocasión de matar su primer becerro. Después de unos pases, entra a matar y resulta revolcado, busca la espada por la arena, no la encuentra y un banderillero le advierte que la lleva dentro el becerro, que seguidamente rodó sin puntilla. Más tentaderos, festi­vales, y a los trece años viste por primera vez de luces. El exmatador de toros Manuel Mejías Rapela «Bienvenida», a quien José de la Loma «Don Modesto», crítico taurino de El Imparcial le puso el sobrenombre de «El Papa Negro»... del toreo, trataba de formar una pareja torera juvenil con su hijo Rafael y Rafael Ortega «Gallito». Asesinado Rafael Mejías «Bienvenida», el 17 de marzo de 1933, por quien se decía su apodera­do, Antonio Fernández Gallego, no pudo cuajar el proyecto. Solo ante los astados, con toreo clásico y vertebral en el cerebro, «Gallito» torea por plazas de Andalucía. Le llaman de Valencia para tomar parte en un festival organizado por el Club el «Gallinero», en honor de la dinastía de los «Gallo». Obtiene un buen éxito y gusta mucho su estilo torero por lo que es contratado para el domingo siguiente, cobrando siete mil pesetas, cuando en aquellos años las figuras del toreo cobraban doce mil. Rafael «El Gallo» regresa de América y «Gallito» continúa toreando sin picadores, teniendo de compañero de cartel a Juan Belmonte Cam­poy, hijo del «Pasmo» de Triana. Su presentación con picadores es en Barcelona, en septiembre de 1935, fiestas de la Merced, acompañado en el cartel por Mario Cabré y el mexicano Silverio Pérez, con novillos de don Argimiro Pérez Tabernero. Provoca elogiosos comentarios sobre su figura torera, apoyados en su aval familiar. Su dorada ilusión de tore­ar ante la afición hispalense en la Maestranza, se ve plasmada en la Feria de Abril de 1936, con concesión de orejas y paseo en hombros hasta su casa.
¡La Guerra Civil! Lejos del tronar de los cañones, torea festivales durante la contienda, junto con Pepe Luis Vázquez, quien entonces deja ya tarjeta de visita de su gran calidad de artista del toreo. ¡La guerra ha terminado! «Gallito» no hace esperar su presentación en Madrid. El 23 de julio de 1939 hace su primer paseíllo en el ruedo de las Ventas, con Ricar­do González y Pepe Luis Vázquez. Ángeles y duendes sueñan bulerías, mientras Rafael torea y el éxito es rotundo, resonando como el clarín en el orbe taurino.
Ángeles y duendes bordan soleares, ahora, para acompañar a «Galli­to» quien toma la alternativa en Barcelona, el 22 de septiembre de 1940, otorgada por Marcial Lalanda ante Domingo Ortega y Pepe Bienvenida, en una corrida de 8 toros, cuatro de don Alfonso Sánchez Fabrés y cua­tro del conde de la Corte. El 6 de octubre siguiente se la confirma en Madrid el mismo padrino, Marcial Lalanda, con toros de don Antonio Pérez de San Fernando, completando el cartel Curro Caro y Juan Bel­monte Campoy.
Tardes de estar muy cerca del testuz, con aquellos veinte años que resonaban a gloria, tardes en las que se heló el espinazo y se detuvieron pulsos. Otras, en distintos cosos, no fueron de igual suerte. En las prime­ras, fue juventud quemada que hizo arder con entusiasmo gradas y ten­didos, mientras desplegaba una teoría de pases clásicos llenos de arte y de salero.
Han pasado los años y es posible hacer serenamente balance para colocar cada cosa en su sitio. Fue una pena, prometía mucho, pero la hora bruja se le pasó pronto y se le fue el compás. Pena y lástima, pues atesoraba sapiencia, arte y mucho sentimiento. Después de la confirma­ción del doctorado, repite en Madrid, el domingo 20 de octubre, como testigo de la confirmación de alternativa de Pepe Luis Vázquez, concedi­da por Marcial Lalanda. En medio de un aguacero corta la oreja a un toro de Bernardo Escudero Bueno, que la llamaron «La oreja de la lluvia». El agua, el sonido del agua, aquel ruido dulce, lento y armonioso, inspiró al artista que había dentro de «Gallito» y despertó en sus entrañas un toreo enjoyado de belleza que asombró y quedó clavado en los ojos del aficionado, cuando la tarde se diluía bajo la carpa cárdena de la lluvia. En 1941, vive su mejor año de figura del toreo.
En 1980 publicó un libro autobiográfico titulado "Mi paso por el toreo" en el narra su vida artistica y hace referencia a otros toreros de su época.
MANUEL BELMONTE GARCIA
Matador de toros español, nacido en Sevilla en el mes de octubre de 1899, y fallecido en su ciudad natal el 5 de octubre de 1956. Era hermano del genial torero hispalense Juan Belmonte García ("El Pasmo de Triana") y del también matador de reses bravas José Belmonte García. En su saga familiar figuran, además, como lidiadores sus sobrinos Juan Belmonte Campoy (hijo de Juan) y José Belmonte y Fernández(vástago de su otro hermano).
Impulsado por los triunfos de su hermano mayor, desde su temprana niñez sintió el deseo de convertirse en una gran figura del toreo, disposición que chocó frontalmente con el parecer contrario de Juan Belmonte, quien, sabedor por experiencia propia de la dureza de esta profesión, tenía el empeño de que nadie más de su familia siguiera los mismos pasos por los que él había transitado. Así pues, el "Pasmo de Triana" obligó a sus hermanos menores a aplicarse en sus estudios primarios, con la intención de que la educación recibida en las aulas lograra borrarles de la cabeza el ansia que tenían por emularle; pero, una vez concluida esta formación elemental, se hizo evidente que la vocación taurina de Manuel no sólo no había desaparecido, sino que se había consolidado con firmeza.
Así las cosas, Juan Belmonte no tuvo más remedio que mudar de parecer y empezar a apoyar los primeros compases de la trayectoria de Manuel, quien, desde su asombrosa precocidad, ya se había ido curtiendo en el duro aprendizaje del oficio, acudiendo a tientas, capeas y cuantos festejos menores se celebraban por los alrededores de su domicilio hispalense. Pronto se hizo notar, por aquellos predios, como cabecilla de una de las célebres cuadrillas de niños toreros que tanto predicamento tuvieron en aquella época en el Sur de la Península. Junto al también jovencísimo José Blanco ("Blanquito") -el otro "jefe" de la cuadrilla infantil- triunfó en diversos cosos y, entre las campañas de 1913 y 1916, atrajo sobre su figura la atención de los aficionados cabales, siempre atentos al florecimiento de nuevos valores que puedan garantizar el sostenimiento futuro de la Fiesta Brava.
Ya con una notable experiencia a sus espaldas, comenzó a ir por libre en la temporada de 1917, en la que intervino en varias novilladas que contribuyeron a adiestrarle aún más en los pormenores del oficio. En la campaña siguiente consiguió hacer su presentación en la primera plaza del mundo, en la que compareció un 29 de junio de 1918 acompañado en los carteles por los novilleros Antonio Sánchez y Bernardo Muñoz ("Carnicerito"), para enfrentarse con reses procedentes de la vacada de Pérez de la Concha. El toreo exhibido aquella tarde por el joven Manuel Belmonte agradó en extremo a la exigente afición madrileña, circunstancia que propició los preparativos para acceder, por fin, al anhelado grado de doctor en Tauromaquia.

Tuvo lugar esta toma de alternativa en el redondel de la capital alicantina, donde, el día 2 de febrero de 1919, el genial "Pasmo de Triana" se vistió de luces para apadrinar a su hermano, al que cedió los trastos con los que había de muletear y estoquear a una res adornada con la divisa de don Gregorio Campos. En tan emotiva ceremonia, hizo las veces de testigo otro torero colosal, el coletudo sestaotarra Diego Mazquiarán Torrontegui ("Fortuna").
No fueron malos los primeros compases de la carrera de Manuel Belmonte como matador de toros, sobre todo durante aquella temporada de 1919. Sin embargo, pronto se echó de ver que la figura gigantesca de su hermano Juan eclipsaba cualquier triunfo de quien, para distinguirse de él con el deseo de afirmar su propia personalidad taurina, pero sin renunciar al influjo y la protección del "Pasmo de Triana", se anunciaba en los carteles bajo el nombre artístico de "Belmontito". Así las cosas, durante los primeros años de la década de los veinte comprobó con desilusión cómo menguaban las ofertas que llegaban al despacho de su apoderado, hasta que en 1925, consciente de su imparable declive, optó por cortarse definitivamente la coleta.
ABRIL 1916,Juan y Manuel Belmonte Garcia,tentadero en la ganaderia del marqués de Guadalest. 

Pasó, a partir de entonces, a desempeñar fructíferas actividades empresariales, sin llegar a desvincularse por completo del mundo del toro, al que seguía unido en su condición de administrador de los negocios de su hermano Juan, y de representante de éste en la sociedad que había formado "El Pasmo de Triana" con los empresarios Eduardo Pagés y Joaquín y Guillermo Gómez de Velasco, para gestionar la plaza de Sevilla. Plenamente adaptado a los círculos taurinos profesionales de su ámbito meridional, pronto relegó a un segundo plano esa etapa anterior de su vida en la que había soñado con llegar a convertirse en gran figura del toreo. A pesar de este olvido, el gran historiador y crítico taurino don José María de Cossíodejó escrita esta elogiosa semblanza de Manuel Belmonte: "Fue su toreo valentón, alegre, pinturero, gracioso; ésta es su distintiva en todo: la gracia, el donaire, virtud innata, natural en él. Ecléctico en las dos llamadas escuelas o maneras del toreo, paraba, en las suerte que debía hacerlo, y era movido y vistoso en los adornos, remates y desplantes"
UN CASO DE MALA SUERTE
Fermin Muñoz Gonzalez "Corchaito"nació en El Viso de los Pedroches(Córdoba), el 11-10-1882. Corneado al entrar a matar en la ingle y otra contra la barrera en el pecho hiriéndole el corazón, por el toro"Distinguido" de Félix Gómez, en Cartagena(Murcia) el 9-8-1914. Murió a los pocos minutos en la enfermería. Esa tarde toreaba con "Lagartijo Chico" y "Celita". Está enterrado en el Cementario de San Rafael de Córdoba.

El sentimiento popular se desbordó en su entierro. Vestía “Corchaíto” un traje terno azul y oro, había estoqueado con valentía a su primer toro, el segundo de la lidia, tras una breve faena pero decidida, entró a matar logrando una estocada delantera y atravesada. Se echó el animal a la querencia de las tablas, no satisfecho Fermín, mandó a sus peones levantarlo profiriéndole una nuevo pinchazo, del cual, se acostó de nuevo en la tablas. “Corchaíto” tercamente se negó a que el puntillero acabara con el astado levantándolo nuevamente, entró a matar innecesariamente y fue alcanzado en un arranque de "Distinguido", con la mala fortuna de recibir dos cornadas, una en la ingle y otra en el pecho. Trasladado a la enfermería diría: "¡ Me ha matado !". Los facultativos no pudieron hacer nada por la vida del diestro, pues del pecho manaba sangre a borbotones y en pocos minutos falleció.
ALFONSO CELA VILLEITO "CELITA"
Su temprana vocación taurina le obligó desde que era casi un niño a ir abriéndose camino por las terroríficas capeas de su Galicia natal, en desiguales enfrentamientos con reses bravas que, de puro corridas y hostigadas por los ferias de los pueblos del contorno, habían desarrollado un instinto asesino muy difícil de conjurar por un voluntarioso maletilla. A fuerza de ir probando su desmesurada valentía, en 1906 logró ser anunciado en la primera corrida que se verificó en la pequeña población soriana de Monteagudo, y un año después tuvo ocasión de vestir sus primeros alamares en una corrida-concurso celebrada en Segovia.
Se presentó en la plaza de toros Madrid el 2 de febrero de 1910, acompañado en el cartel por los novilleros "Dominguín" y Pacomio Peribáñez. Entre los tres lidiaron un encierro de don Eduardo Olea, una de cuyas reses bravas fue tumbada por una soberbia estocada de "Celita", que aquella tarde salió a hombros de la plaza. Con este feliz preámbulo, el 15 de septiembre de 1912 compareció ante la afición gallega de La Coruña, para tomar la alternativa de manos del matador pacense Manuel Mejías Rapela ("Bienvenida"). En un vistoso mano a mano, el padrino y el toricantano estoquearon seis toros bravos pertenecientes a la vacada de Flores. Alfonso Cela Villeito, que había sido cogido varias veces por su primer enemigo, mató a los otros dos toros de su lote recetándoles sendos estoconazos que levantaron grandes ovaciones entre sus paisanos.
Para confirmar las credenciales de este doctorado en tauromaquia, el día 22 de septiembre de aquel mismo año hizo el paseíllo en las arenas de la Villa y Corte, apadrinado por el espada madrileño Agustín García-Malla Díaz, quien le cedió los trastos con los que hubo de dar lidia y muerte a estoque al astado Primavera, perteneciente a la vacada de Surga. El toro murió también a consecuencia de la fabulosa estocada que le endilgó "Celita", lo que vino a corroborar ante la primera afición del mundo que su fama de estoqueador seguro y eficaz estaba plenamente justificada.
Alfonso Cela Villeito ("Celita") se cortó la coleta en las arenas de esta plaza madrileña, el día 25 de junio de 1922, acompañado en el cartel por el coletudo bilbilitano Ricardo Anlló Orrio ("Nacional") y por el espada madrileño Victoriano Roger Serrano ("Valencia II"). Se lidiaron entonces reses de la ganadería salmantina de don Antonio Pérez de San Fernando, que en conjunto ofrecieron uno de los encierros más cumplidos de esta histórica divisa. Murió el 26 de Febrero de 1932.

jueves, 13 de junio de 2013

                   GAONA Y SU ESPOSA. Granada 1917        

                     

El torero mexicano Rodolfo Gaona y Jiménez vivió en España una escandalosa relación amorosa con la actriz Carmen Ruiz Moragas con la que contrajo matrimonio, siendo esta amante oficial del Rey Alfonso XIII, relación cuyas secuelas le marcaron la vida para siempre.La actriz Carmen Ruiz Moragas, además de bella y hermosa, fue una mujer de una gran cultura. Actriz capaz de interpretar papeles en francés e inglés perfectamente, algo que pocas actrices de la época podían hacer.
Mujer de una gran personalidad que deslumbraba a los hombres, pues reunía en su persona no sólo belleza sino elegancia y talento escénico. Tanto, que pronto llamó la atención del propio Rey Alfonso XIII, que se enamoró de ella perdidamente al primer golpe de vista. Carmen Ruiz fue desde 1916 y durante toda la década de los años veinte el gran amor del Rey Alfonso XIII, que aunque trotaba de lecho en lecho, encontró en el de Carmen Ruiz Moragas la pasión que era incapaz de despertarle la propia reina Victoria Eugenia. Además, la transmisión de la hemofilia que ella trajo al matrimonio fue el pecado que el Rey jamás le perdonó a la Reina.para desgracia de Rodolfo Gaona, este matrimonio fue una farsa, una tapadera para ocultar los amores de la actriz con el Rey. Los padres de ella pensaron que este matrimonio ayudaría a su hija a convertirse en una señora respetable y no una entretenida... Pero la relación entre Gaona y Carmen iba desde el principio de mal en peor, ya que pronto surgieron los primeros roces a causa de haber sido ella amante del Rey y de estar el dicho en la calle. Los públicos en los ruedos ante alguna mala actuación del torero le gritaban sin piedad comentarios crueles y difíciles de sobrellevar para cualquier persona y menos para un torero que era la personificación del “macho” y el “héroe”.
Rodolfo Gaona se caso posteriormente con Josefa Cabrera LLamas con la que tuvo varios hijos ,en la foto Josefa  y sus hijos Rodolfo y Enrique, á bordo del vapor «Majestic», en el que embarcó con rumbo á España, en Mayo de 1925 cuando se retiró del toreo.

Gaona se percató pronto de que había una tercera persona en su relación con Carmen, y que el Rey era el verdadero amor de su mujer y no él. Los celos, más que justificados en este caso, hicieron presa del torero y convirtieron la convivencia de la pareja en un auténtico infierno. Lo que son las cosas, Gaona admirado igual que un héroe como torero, estaba en boca de todo el mundo y era víctima de los comentarios y cuchicheos en aquel Madrid de principios de siglo. Los “cuernos” eran más que evidentes y eso estaba en la calle. El torero no pudo soportar más aquella situación y se separó de la actriz a los dos meses de haber contraído matrimonio con ella. Tras la separación, Gaona se marchó a México con el corazón roto y absolutamente asqueado de España y los españoles, de hecho nunca más volvió a torear en España.

Sobre las cláusulas económicas de aquel divorcio, tan sensacional como el delGallo y Pastora, también se habló mucho; pero pocos lo saben a punto fijo. Lo cierto fue que, además de la pensión concertada, él depositó en un Banco veinte mil duros, que había de cobrar el que superviviese al otro. ¿Quién iba a decirle al hombre que se jugaba la vida a diario que al cabo del tiempo sería él quien recuperase aquella cantidad!
En la foto en los jardines de la Alhambra en 1917,contrajeron matrimonio en Granada el 18.11.1917.

AGUSTIN GARCIA MALLA "MALLITA"


Fué el torero más famoso de Vallecastorero clásico y gran estoqueador nacido en 1885 se dedicó primero a las tareas agrícolas,siemre mostró decidida afición por los toros,lo que hizo que algunos de sus paisanos organizasen una becerrada con reses de Ildefonso Gómez el 09 de Septiemre de 1905 en ella recibió su bautismo de sangre por que uno de los becerros le destrozó la boca,posteriormente estuvo dos años en capeas y becerradas hasta que vistió de nuevo el traje de luces en 1907 saliendo a torear en la plaza de Carabanchel, siendo muy aplaudido or el publico y animado a continuar su carrera.
En 1909 se presentó de nuevo en esa plaza alternando con "Limañana chico" y Eusebio Fuentes,tomando la alternativa en la Plaza de Carabanchel en 1910, de manos de "Lagartijillo Chico"y Joselito Moreno lo que dió lugar a un litigio con el empresario de la otra plaza de Madrid,con el que habia concertado previamente su aternativa,solventandolo "Mallita" con el pago de una indemnizacion
Confirmo la alternativa ,ya sí en esa plaza el 17 de Mayo de 1911 alternando con "Machaquito",Vicente Pastor y Rafael Gómez con toros de Miura. Trás un parentésis en los ruedos españoles Mallita hizo campaña americana a su regreso a España confirmó a "Celita".Hasta 1920 figuró en todos los carteles de abono de Madrid alternando con los mejores diestros de la época,haciendo campañas intensas y productivas en provincias.Al terminar la guerra europea embarcó para Venezuela,tenia siete corridas contratadas en Caracas y Panamá que toreó con "Limeño".

A su regreso toreó con Freg en Madrid cumplió unos compromisos en provincias y salió ara Nimes donde tomó parte en una corrida a beneficio de los invalidos de guerra.En esta corrida se lidiaron seis toros para seis cuadrillas diferentes y fue tal el éxito que obtuvo "Mallita" que fué contratado para torear en otras plazas francesas tales como Lunel,Marsella,Dax,Mont de Marsant y otras.
Tuvo un par de cogidas, hasta que el 4 de julio de 1920 toreando en Francia, en Lunel con "Limeño"una corrida benéfica para recaudar fondos y erigir un monumento a las victimas de la guerra, sufrió una percance fatal. Agustín García estoqueó a su primer toro con una corta y escuchó una ovación. El quinto era negro zaino,del hierro de Lescot, tomó cuatro varas codiciosamente y mató a dos caballos. Llegó reservón al ultimo tercio, brindó Malla y citó de rodillas. No acudió el animal, el diestro se acercó a él arrodillado temerariamente, y de repente, derrotó el bicho sobre el espada, Lo enganchó por el pecho y lo corneó bárbaramente. Expiró un momento después en la enfermería, ya que la cornada situada en el pecho, de abajo hacia arriba, interesaba el corazón. El cadáver fue trasladado a Vallecas, donde recibió sepultura.
MANUEL RODRIGUEZ SANCHEZ "MANOLETE"
                                            
Nace en Córdoba el 27 de septiembre de 1883, procedía de familia de toreros, su padre un modesto banderillero Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete", sobrino del malogrado espada José Dámaso Rodríguez Rodríguez "Pepete", hermano del torero, José Rodríguez Sánchez "Bebé Chico" y sobrino segundo de Rafael Molina Sánchez "Lagartijo" .
Comenzó en 1897 con la edad de trece años sus primeros pasos en el mundo taurino incorporándose en la “Cuadrilla de los Niños Cordobeses”, donde actúa como banderillero acompañando a la pareja de Rafael Molina Martínez "Lagartijo Chico" y Rafael González Madrid "Machaquito".
En 1899 formó pareja con Francisco Molina Martínez "El Frasqui" hijo de Juan Molina Sánchez. Se propusieron emular a la pareja de “Lagartijo Chico” y “Machaquito”, pero sólo llegaron a actuar en Córdoba y Barcelona.
Se presenta el 12 de julio de 1903 en Madrid como novillero con éxito desigual; fue en 1906 cuando remonta vuelos consiguiendo torear cuarenta cinco novilladas con éxito notable, destacando por su buen hacer en las diferentes suerte, aunque no era fino en la suerte suprema. Toma la alternativa 15 de septiembre de 1907 en Madrid, siendo su padrino el paisano Rafael González Madrid "Machaquito" cediénndole el toro “Yegüerizo”cardeno bragado de Esteban Hernández, actuando como testigo “Cocherito de Bilbao”, tan sólo tuvo éxito en su primer astado.

Fue en la temporada de 1910 cuando Manuel Rodríguez alcanza su máximo apogeo llegando a torear cuarenta y una corridas. Va perdiendo contratos paulatinamente hasta 1914, sin estar retirado de los toros, sólo alcanza algunas corridas en su tierra natal. Tuvo parte de esta decadencia la subida pujante de dos toreros que empezaron a revolucionar el arte de Cúchares, se llamaban "Joselito" y "Belmonte", y que,según algunos eruditos , fueron las figuras estelares de "la Edad de Oro del Toreo (1914-1920)".
Su toreo no era como de las grandes figuras, pero tenía elegancia varonil que daba un cierto dramatismo y valentía en las suerte que realizaba.
Hubo un hecho que lo distingue después de su muerte, al ser progenitor con su esposa Doña Angustia Sánchez del maestro de maestros Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete" .
Víctima de una rápida enfermedad falleció en Córdoba el 4 de marzo de 1923. FOTO: Abril 1917
RAFAEL RUBIO "RODALITO"
Rafael Rubio 'Rodalito', fue un torero muy famoso
en su época. Hizo el paseíllo en las plazas más importantes de España y América, y en una ocasión le brindó un toro a Lindbergh, el primer aviador que voló de Nueva York a París sin escalas, lo que aumentó su popularidad.

Era un matador atlético, de una vitalidad poderosa. Solía decir lo que desayunaba el día de la corrida: tortilla, bistec, fruta, café y una copa de coñac. Su primer traje de luces le costó quinientas pesetas y había pertenecido a Vicente Pastor. El matador albaceteño toreó ante cincuenta mil espectadores en cuatro corridas celebradas en el estadio Flaminio de Roma en 1924 a beneficio de los mutilados de guerra. En la Ciudad Eterna contrajo matrimonio con la aristócrata italiana Ana María Tedeschi, a la que conoció en un baile en el Corso Umberto.
figura del toreo en su época, sus éxitos en América -le llamaron el 'Rodolfo Gaona español'- y sobre todo el hecho extraordinario de haber llevado los toros al estadio Flaminio de Roma, su boda con una aristócrata italiana y otros pasajes de su vida. Ahora tenemos la oportunidad de recoger aspectos inéditos de una historia que recuerda su detención y encarcelamiento en Madrid al término de la guerra civil.
R
afael había colaborado con el Frente Popular al quedarse sin dinero tras organizar unas corridas en El Ferrol, y se trasladó a Madrid con el propósito de viajar a Italia con su esposa y sus hijos, aunque no había trenes ni estaban abiertas las fronteras. "Tuve que enrolarse a la fuerza, por no tener qué comer". Es lo que dijo en su declaración ante el juez militar que instruía el expediente de depuración al que se había sometido. Expuso que su participación fue estar al cuidado del Hospital-Asilo situado en el Paseo de Ronda, donde había niñas enfermas, salvando en dos ocasiones a las dieciocho religiosas, con el pretexto de que eran enfermeras, cuando individuos de la FAI exigieron su entrega. Contribuyó a que las monjas fueron trasladadas a Tarragona, mientras el Hospital era convertido en Cuartel de Milicias. Todos los que estaban allí -subrayó ante el juez- fueron incorporados a las filas del gobierno del Frente Popular. En distintas ocasiones le enviaban al frente para luchar, pero alegó la inutilidad de su pierna izquierda y le dejaron al cargo de la oficina de Mayoría. Estando allí le ascendieron a teniente y le mandaron a la 122 División, donde por ser amigo de uno de los jefes le confiaron la Compañía de Depósito siendo al mismo tiempo responsable de las compras, hasta que, cansado de ello, solicitó el ingreso en los batallones de retaguardia, para estar en Madrid. Más tarde enfermó; los doctores que le cuidaban, que eran de Falange, le ponían al corriente de las fases de la guerra, y allí, junto a ellos, esperó a que ésta terminara.
Esta declaración la firmó Rafael Rubio en el chalet de la calle Diego de León donde se instaló provisionalmente el juzgado. Quedó detenido hasta que saliera su juicio, siendo trasladado con otras personas, en camiones escoltados por la Guardia Civil, al Convento de las Trinitarias, transformado en prisión.Eran más de trescientos detenidos. Todos estaban incomunicados con sus familias, aunque Rodalito sobornó a un guardia para que se pusiera en contacto con su mujer y le pidiera una manta y comida, que le llegó días después. Allí comenzaba la peripecia carcelaria del torero.
Durante el tiempo de reclusión, relatado por el torero, queda al descubierto la sagacidad, el temple y el valor de un hombre que tantas veces había desafiado el peligro en las plazas, sorteando las dificultades de la vida. El cambio a la cárcel de Yeserías atenuó su humillante situación, pero la salida resultó traumática. En la puerta estaba su mujer, que había ido a retirar la cesta de la comida y que le vio subir al camión. Allí sufrió la vergüenza de la gente que los miraba y se tapó la cara con la gorra para que nadie lo reconociera. Otra vez, Rafael buscó un cómplice -ahora un italiano- y pudo reanudar el enlace con su casa y recibir comida y mudas. También tuvo una visita de su mujer, Ana María, que le dio la noticia de la muerte de su hermanastro Domingo, que estaba inválido, al derrumbarse su hospital. «Nunca traigas a nuestros hijos al locutorio, habla con el Cónsul y llévatelos a Italia», le pidió. En otra entrevista se enteró de la anulación de los billetes de banco que ellos tenían y que no servían para nada. A Ana María, su esposa, le ayudaron en el Consulado de su país unos días, y algún dinero recibido de Roma se agotó pronto. Entretanto, Rafael fue encargado del reparto de paquetes a los reclusos. Entretanto, había escrito Le había escrito dos cartas a casa y no tenía respuesta. Finalmente supo que estaba cerrada, que la señora se puso enferma y la llevaron a un hospital. Los niños los tenía su hermanastra Luisa; ésta misma lo confirmó en una visita varios días después.
Tras seis meses de cárcel, Rafael fue juzgado y condenado a quince años de prisión, que rebajaron a seis. Quince días después le trasladaron en tren a Segovia y desde allí al castillo de Cuéllar, donde coincidió con Rafael Sánchez Guerra, que fue secretario del presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora y presidente del Real Madrid. Allí le conmutaron la pena y salió en libertad. Era el verano de 1941.
Estas y otras circunstancias, marcaron una vida frenética y apasionante, como la de la puñalada que le asestó el novillero 'Chamorro' en Casablanca, que le ocasionó lesiones irreparables en una pierna apartándole de los ruedos. En Roma residió años después hasta su muerte.Sus restos reposan en el Panteón de los Españoles, en el Cementerio de Verano de la capital romana.
Quienes se acerquen a la necrópolis romana en la que se ubica, construida en tiempos de Napoleón, concretamente en 1812 y donde reposan figuras tan populares como el actor Marcello Mastroiani y el director Roberto Rosellini- y donde tuvo lugar recientemente una subasta de 34 tumbas y mausoleos, entre ellas una capilla de diez metros valorada en 312.000 euros- y tengan oportunidad de visitar el Panteón de los Españoles, podrán conocer la lápida que lleva el nombre de Rafael Rubio Oltra, 'Rodalito', torero que eligió esta tierra para vivir y para morir. Había nacido en la 'Posada del Sol' de La Roda en 1895 y falleció en Roma en junio de 1979.

miércoles, 12 de junio de 2013

GITANILLO DE RICLA
Braulio Lausín López Gitanillo de Ricla nació en Ricla el 20 de enero de 1.898 y falleció a los 69 años, el 4 de noviembre de 1.967.
El sobrenombre de Gitanillo lo adoptó un poco por gratitud a los calés. Porque cuando tenía once años entró al servicio de un tratante, dicen que gitano, y posteriormente, deducida de esa profesión de vender ganado, confraternizó con el mundo calé, donde llegó a tener muchos y muy buenos amigos.
Esta profesión fue también la que le hizo desembocar en la otra, la de torero. Su visita a campos y dehesas le fueron proporcionando, aún sin darse cuenta él inicialmente, una desmesurada afición a los toros. Y, prendida de verdad la vocación, ya no hubo forma de que le abandonara. Así en 1.918, deja lo primero y, decididamente, comienza a torear por campos salmantinos y extremeños, en cuyas tientas y herraderos hizo aprendizaje.

En Villavieja fué donde vistió su primer traje de luces y el 3 de agosto de 1.919 mata un novillo en la plaza de Zaragoza, alcanzando un gran éxito. En seguida cobró fama de valeroso, de hombre con gran pundonor en la plaza. En 1.920 hizo su presentación en Barcelona. Su nombre era cada vez más conocido y su cartel crecía. Debutó en Madrid en 1.921, alternando con Maera y Nacional II. Su gran valentía produjo gran entusiasmo en la afición madrileña. Fue entonces cuando se le comenzó a llamar «El león de Ricla».
El 2 de julio de 1.922 cuajó una gran tarde en la Santander. Este éxito le valió la organización, en la misma ciudad, de la corrida de su alternativa, que tuvo lugar el 10 de agosto de 1.922, de manos de Ignacio Sánchez Mejías, con el toro Tarifeño, de Surga. Completaron el cartel Maera y Marcial Lalanda. El doctorado lo confirmó en Madrid el 24 de
Gitanillo de Ricla era un valiente. Los toros le castigaron mucho y sufrió serios percances. En 1.924, el 16 de mayo, en Madrid, el toro "Rompelanzas", de Santa Coloma, le produjo un herida gravísima en la pierna izquierda.
En 1.927, el 15 de Mayo, en Madrid, el toro "Doradito", negro, de Argimiro Pérez Tabernero, le causó una gravísima cornada, que le obligaría posteriormente a retirarse de los toros, pese a su buena voluntad por seguir en la lucha. El toro lo enganchó por el costado y le infirió una terrible cornada. Fue trasladado a un sanatorio, después de haber sido intervenido, y el 25 de junio fue sometido a otra delicada operación. Luego fue trasladado al sanatorio de Busot (Alicante).

El 22 de Julio de 1.928, después de torear una corrida a su beneficio en Barcelona, se retiró de los ruedos.
El prestigioso crítico taurino "Don Indalecio", escribió de Gitanillo de Ricla lo siguiente:
«Es un torero que ocupa puesto estabilísimo entre las avanzadas de los matadores de toros. Y para ocuparlo no ha precisado se estilista ni esperó que saliera lo que los comodones llaman «su toro» ni cobra para dar cada corrida media docena de verónicas y un pase. Gitanillo ha destacado pronto entre la nube de aspirantes a toreros porque torea con el corazón. ¿Por qué ganan tanto los toreros?, se preguntan muchos. Lo ganan porque se juegan la vida con una fiera «pecho a pecho y cara a cara». Y Braulio Lausín, el torero de Ricla, no quiso desmentir jamás que la Fiesta española es la Fiesta del valor. Gitanillo no ha tenido suerte con los toros. A otros lidiadores les enganchan las reses todas la tardes y nada les ocurre. A Braulio le han cogido siempre para matarle. Una cogida de Gitanillo era un cornalón de caballo para su larga lista de percances. Y tras cada cornada, tras de cada resurrección, surgía un Gitanillo más bravo, que toreaba cada vez más cerca, como diciendo «los toros no pueden conmigo...»

lunes, 10 de junio de 2013



SUERTES OLVIDADAS


La suerte del "cap y pota" 
¡Ojo, eh- Esta denominación puramente catalana va estampada aquí solamente con objeto de que resulte mas gráfica la misma. En realidad no se trata de una suerte más. sino de la del quiebro, y como su ejecución en esta forma carece de nombre, por esto, es decir, por ponerle alguno he adoptado el que arriba se menciona. La suerte de poner las banderillas al quiebro se ha llevado a feliz término de muy diversos modos: teniendo los pies dentro de un aro o de un sombrero, situándose sobre un pañuelo y teniendo echado entre los pies del que clava a otro lidiador, con la cabeza dando frente a la cara del toro. Esto último es lo que ahora reclama nuestra atención y lo que el adjunto grabado representa.

 Lo han verificado muy contados lidiadores, y no durante el tercio correspondiente, sino a la salida del toro de los chiqueros, figurando el gran maestro Lagartijo entre los que lo han llevado a efecto, cuya hazaña fue reproducida con gran exactitud por el lápiz de Daniel Pérez en el antiguo periódico La Lidia-.  El 6 de junio de 1920, la realizó el diestro Rodalito, entonces novillero, en Barcelona en la plaza vieja, con un astado de Medina Garvey; pero el torero de La Roda no esperó al toro a la salida del chiquero, sino que clavó los palos con el hombre entre sus pies durante el tercio de banderillas. .Alternaron aquella tarde con Rodalito en la Barceloneta los diestros Checa y Correa Montes. Quedamos, pues, en que la suerte del cap y pota solo tiene de tal aquello que reclama el quiebro, porque practicando éste es como se clavan los rehiletes.