sábado, 12 de octubre de 2019

ESTEBAN SALAZAR

Novillero, matador de toros, representante de la Plaza Vieja de Madrid, secretario de la Asociación de Matadores y Novilleros, delegado de la Unión de Ganaderos del Sur de España, apoderado de varios matadores de toros y de novillos, tratante de ganado de lidia y empresario del coso de Tetuán de las Victorias Esteban Salazar había nacido en Santader en 1879. Salazar acudía a una tertulia taurina denominada “El Quines”, encargada de organizar cuantos festejos taurinos se daban en el ruedo de aquella capital. Cierto día, un amigo y contertulio suyo, por gastarle una broma afirmó que, de toda la peña, Esteban era el único que nunca sería capaz de ponerse ante un, becerro.. Como se caldeara la discusión, sin meditar lo que ofrecía, y sin otros conocimientos taurinos que los adquiridos como mero espectador, se comprometió a realizar en el ruedo cuanto pudiera hacer un profesional. Y lo que empezó en broma, concluyó en realidad. Vestido con un traje alquilado que le llevaron de Madrid y una coleta amarrada con el cordón de unas botas, saltó Esteban al ruedo de Ampuero, el 7 de abril de 1921, para lidiar, con Hipólito Zumel Infante unos novillos de don Cesáreo Martín. 

La impresión que produjo en el público, no pudo ser más halagadora. Animado por tan inesperado éxito, intervino en varios festejos celebrados en los pueblos de la Montaña e incluso firmó su nombre en carteles de la Plaza de Santander, entre les de Algabeño II, Curro Posada, «Vaquerito» y «Gabardito», entonces considerados como novilleros punteros. Pero el primer dinero —125 pesetas— no lo percibió en su provincia, sino por su trabajo en una novillada celebrada en la Plaza de Zaragoza, alternando con «El Aragonés» y «El Chico de Casetas». Considerándose en sazón para la alternativa, el 30 de mayo de 1926, en el ruedo turolense, Villalta le cedió los trastos ante la presencia del «Algabeño». Cuando se disponía a confirmarla en Madrid, le fue ofrecida la representación de la Empresa madrileña, aceptándola a cambio de renunciar a una carrera que, si bien estimable, no había alcanzado la fama. Y contando treinta y siete años cumplió su último contrato, en el ruedo de Talavera de la Reina, donde se lidiaron aquel día toros de la divisa de la Viuda de Ortega; alternó con “Torquito I” y Fuentes Bejarano. La cogida de mayor gravedad la sufrió en Madrid al dar un lance de capa. No obstante, continuó en pie, brindó por señas, sin poder pronunciar palabra, dio unos pases para fijar al buen mozo de Palha que tenía delante, y después de quitárselo de una buena estocada, pasó por su pie a la enfermería, en medio de una enorme ovación. 
Fue ocho años apoderado de Villalta, los más triunfales del torero de Cretas También representó a Fernando Domínguez, José Amorós, Luis Mata, «Valencia III», Cirujeda, Almagro y Eleuterio Fauró. Fallecio en 1949.

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