Luis Castro "El Soldado"
el 19 de abril de 1936, cuando la Monumental de Barcelona los espadas que estaban anunciados tuvieron que pedir perdón de rodillas al respetable. Sí; tal y como suena. Los matadores fueron Carnicerito de México, El Soldado y Ventura Núñez “Venturita”. El altercado comenzó después de la faena de El Soldado al segundo de la tarde, de Julián Fernández. Hubo palmas y pitos al salir el torero al tercio a saludar. (Eran tiempos de crispación taurina y social, pues en menos de un mes estallaría el llamado “pleito de los mexicanos” y eso sin contar la Guerra Civil). El desvergonzado Luis Castro correspondió a los pitos con un ademán procaz, agarrándose los genitales, que originó tal bronca del público que se saldó con el torero convocado en el palco presidencial para afearle su conducta. Tras la reconvención del Presidente, al reaparecer en el ruedo, se reprodujo el alboroto de modo tan imponente que el torero mexicano tuvo que hincarse de rodillas pidiendo indulgencia. Actitud que fue acompañada por su compatriota José González “Carnicerito de México”. Y por si fuera poco, Ventura también se unió a las súplicas en igual forma, pudiéndose ver a los tres espadas de rodillas solicitando clemencia mientras la repulsa, los insultos y los improperios fueron cesando hasta llegar al generoso perdón de los tres diestros.
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