viernes, 11 de abril de 2014

FERNANDO HERRERO GRANDE "CANTARITOS"



MANUEL Rodríguez, «Cantares», fue un notable picador de toros que perteneció a las cuadrillas del «Espartero» y de Antonio Fuentes, y tuvo un sobrino, llamado Fernando Herrero, nacido en Sevilla el 25 de noviembre de 1881, y que ya de mozalbete se enfrentó con los astados, aspirando a conquistar la fama soñada por todos los principiantes. Y considerando que la profesión de lidiador de reses bravas exige un apodo que preste brillo a la personalidad, no tuvo que torturarse el magín para salir del apuro, pues llevando su tío un «Cantares» por sobrenombre, lo más natural era que él se hiciera llamar «Cantaritos». Puesto por sus padres en el aprieto de dedicarse a un oficio, eligió el de carpinfero; pero un día, cansado de hacer virutas, y pcnrdándose de su mencionado tío, se plantó en Madrid donde éste residía, y al presentarse ante él se entabló entre los dos un diálogo que, mutatis mutandis, se desarrolló de esta manera: —Por qué te has ido de casa? —Porque quiero ser torero. —;,Que quieres ser torero? ¿Pero qué sabes tú de eso ? —Yo sé lo mismo que usted cuando empezó; pero tengo una ventaja: que usted no tuvo ninguna persona que le enseñara, y yo, sí. —; Y quién es esa persona, muchacho? — ¡Quién ha de ser! Usted. —Pero vamos a cuentas, ¿qué es lo que tú quieres ser? —Yo, matador. — ; Y cómo he de enseñarte yo a eso, si soy picador? —Ya lo sé; pero usted me protegerá, me aconsejará, me recomendará... —Y te daré de «jamar», ¿no es eso? —Precisamente. —Ea, lárgate y quítate de mi vista. ¡Ya te arreglaré yo, descarao! Y el arrecio fué que el 7 de agosto de 1898 salió en la Plaza de Madrid como banderillero agregado a la cuadrilla de «Alvaradilo». al celebrarse una novillada en la que éste.

Romero y "Cantaritos" de becerristas


Carrillo y Valentín despacharon reses de don Antonio Halcón, ganadería que en tal fecha se estrenó en el coso madrileño. (Hay quienes afirman que el 7 de agosto de 1898 torearon en Madrid «Corcito», «Llaverito» y «Vaquerito», pero esta novillada no se dió en tal fecha, sino el 24 de julio anterior.) Siguió trabajando «Cantaritos» como banderillero en las novilladas siguientes, y el 11 de diciembre del mismo año estoqueó un utrero en la Piaza de Madrid, en una novillada en la que un tal «Cirineo» (que. no era José Cineo) dió muerte a otro utrero, y Antonio Haro, «Malagueño », se las entendió con dos toros de Pérez de la Concha, al segundo de los cuales banderilleó también «Cantaritos» en unión de «Zurlni». La primera novillada seria que toreó en la Plaza de Madrid fué la del 13 de agosto de 1899; en ella se lidiaron novillos de Palha —mediada la lidia del quinto se suspendió la fiesta—, y figuraron como matadores, con mi biografiado, «Campitos», «Suarito», «Aransaíto ». García Mariscal y «Calerito»; se anunció que, a juicio de un jurado, se obsequiaría con un capote de lujo al matador que se portara más lucidamente; pero como, a causa de la lluvia, no pudieron actuar dos de los aspirantes, quedó el certamen anulado. Alternando con Juan Antonio Cervera y «Morito », estoqueó reses de González Naudin en la misma Plaza el domingo sigurente, día 20, y en esta ocasión juzgó así su labor «El Enano»: «"Cantaritos" no deja de tener cierta habilidad para estoquear, y aunque no estuvo al estoquear tan certero en buscar el sitio de la muerte como sus colegas, no ocupó mal lugar.» Con aquello había bastante para que su tío no le tuviera por un «chalao»; lejos de esto, fué asimilando el muchacho cuanto veía hacer a los buenos, hasta que su destreza le permitió codearse con los mejores novilleros de su época y alcanzar envidiable apogeo en el año 1904. En Sevilla, sobre todo, que fue donde toreó con mucha frecuencia —más que en ninguna otra Plaza—, alcanzó sólido prestigio, que consolidó el 3 de julio de tal año, al estoquear toros de Anastasio Martín con «Corchaíto» y «Pepete III» y presentarse éste ante sus paisanos. 

Sabido es que dicho «Pepete» sumó en seguida muchos partidarios en Sevilla, los cuales mantenían apasionadas polémicas con los que seguían a «Serranito»; pero si en tales discusiones nombraba alguien a «Cantaritos» deponían su actitud los dos bandos be1igerantes y reconocían la superioridad de Fernando Herrero. No hemos de sejruir sus pasos en aquellos primeros años del siglo, que fueron los que le dieron Tírestiírio y notoriedad; dos cornadas que sufrió en 1903, toreando en Cáceres y Barcelona, no entibiaron su aflc:ón. y al final del referido año 1904 escribió «Dulzuras», al ocuparse de él en su anuario «Toros y Toreros»: «"Cantaritos" estaba divorciado de la Empresa madrileña, no sabemos por qué causas; pero cuando el torero tiene algo, sobresale, a pesar de las malas voluntades que tan mal sientan a quienes las poseen. »Es éste uno de los jóvenes que más miran al morrillo al entrar a matar, y es, por tanto, muy bien visto por los aficionados. »Además, sabe lo que hace toreando, formando un excelente conjunto que le hace sobresalir entre las vulgaridades. »En Sevilla ha toreado mucho; algunos días con extraordinario éxito, y por efecto (lei bondad de su trabajo, fueron muchas las corridas que ajustó, levantándose su nombre mucho, a pesar de que la Empresa de Madrid ha procurado que se oscureciera. »No está muy bien de salud el muchacho desearía que encontrase alivio a sus dolencias, para que siga el camino de gloria que por condiciones puede seguir.» Juicio tan autorizado me releva del trabajo de tener que hacerlo yo. En una ojeada por el campo taurómaco de aquellos años aparece «Cantaritos» como una esperanza, como árbol joven prometedor d rico fruto; pero... Joven, con aptitudes nada vulgares y mucha vocación; cuando prometía tanto y había he cho brotar las aguas generosas de la simpatía; realizados los esfuerzos que le permitieron alcanzar la consideración de los aficionados, la fatalidad vino a entenebrecer y hacer tétrica su vida, porque la tuberculosis hizo presa en su organismo. 

En el año 1905 empieza a decaer; no podrá ahuyentar las sombras que van oscureciendo su figura torera y debilitando sus energías físicas; «Cantaritos» es ya un torero malogrado que ha dejado de formar en el concierto de los novilleros de tronío; poco a poco va sintiendo que  la muerte le llama para comunicarle su secreto  y brindarle su paz, y Fernando Herrén fallece en Sevilla el 12 de noviembre de 1907. Valiente, f:ino y garboso, parecía reunir todas las cualidades necesarias para lograr sus aspiraciones y haber sido uno de los toreros predilectos del público en cuanto tomara la alternativa; pero no llego a alcanzar ésta porque la  enfermedad contraída le cerró el paso cruelmente. Un excelente picador de toros apodado también «Cantaritos» (Pedro Navarrete) que actuaba en la misma época y mucho tiempo después que Fernando Herrero no guardo con éste ninguna relación.

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