jueves, 22 de mayo de 2014

JOSE GORDON PINO "GORDITO"



Nació este apreciable diestro en Córdoba, el 17 de Octubre de 1868, y fueron sus padres José Gordón y Paula Pino, acomodados vecinos de la referida capital, quienes procuraron darle una educación esmerada, tal y como correspondía a su clase. La afición al espectáculo taurino se desarrolló en el muchacho después de cursar con aprovechamiento el tercer año del bachillerato, tomando parte en algunas de las becerradas que organizaban jóvenes aficionados de la buena sociedad sevillana, y en las que desde luego se distinguió, por el arte que se daba para la ejecución de cuantas suertes intentaba. Los aplausos que en ellas le prodigaba el público, con razón, le decidieron más tarde á dedicarse de lleno a la arriesgada profesión, con ánimo decidido de conquistarse un buen puesto entre sus nuevos compañeros, y muy especialmente entre los matadores, puesto que el último tercio era el que llenaba sus aspiraciones, y era también en el que más se había distinguido en las citadas fiestas. No sin trabajo, consiguió un puesto de la empresa de la plaza de toros de Linares, como matador, en una corrida de competencia, celebrada el 30 de Septiembre de 1889, en la que tomaron parte los matadores Manchan, Ecijano, Meló, Villarillo y Silverio, lidiando reses de la ganadería de López Salas. No le arredró habérselas con toreros ya avezados a entendérselas con reses bravas, y procuró que su trabajo no desmereciera del de ellos, lo que consiguió, haciéndose aplaudir en la muerte del bicho que le correspondió, al que pasó de muleta con soltura, tranquilidad y elegancia, y le quitó de en medio entrando a matar con mucho estilo.El éxito obtenido en esta corrida, primera formal en que trabajara después de las becerradas que le sirvieron de aprendizaje, le prestó nuevos bríos y alientos para seguir la senda que se trazara, y  abrió nuevos horizontes, puesto que le  proporcionó algunos ajustes.  Los progresos del muchacho fueron en" aumento, y en aumento también cada año los contratos que ultimaba. El buen nombre adquirido en tan poco tiempo, hizo que la empresa de la plaza de Madrid contara con su cooperación, y le ajustase para la corrida de novillos que se celebró el día o de Julio de 1891, y en ella puso de manifiesto que era de los muchachos que, andando el tiempo, había de tener porvenir, corroborando estos pronósticos su trabajo en las corridas que toreó después en el mismo año. Pasó algún tiempo sin que volviera a Madrid el muchacho, toreando en este intervalo en gran número de plazas, siempre con buen éxito, y sin sufrir contratiempos de importancia. Volvió de nuevo a torear en la plaza de Madrid el pasado año, y aquel joven que en su debut había hecho concebir esperanzas a los aficionados,  se mostró hecho un torerito, muy completo en la ejecución de todas las suertes, que practicaba con arte y adornándose, como si llevara muchos años ejercitándose en las rudas faenas que son propias al arriesgado ejercicio de burlar las acometidas dé los astados brutos.

En dicha tarde (5 de Agosto) toreó muy regularmente a su primer toro, y le estoqueó, bien demostrando en toda su faena tranquilidad y conciencia de lo que hacía. En su segundo, su labor de muleta fue superior, no por lo vistosa, sino por el arte con que la ejecutó, dejando llegar al bicho en todos los pases, aguantándolo con el trapo, y dándole en regla la salida natural; es decir, que se nos presentó tal y como los aficionados habían previsto el día 5 de Julio de 1891: en disposición de competir, sin desmerecer, con la mayoría de los novilleros que hoy figuran en primera fila. Desde que vistió por primera vez el traje de luces, en la ya mencionada corrida de competencia que se celebré en Linares, hasta la fecha, ha estoqueado, entre otras muchas, en las plazas de Abarán, Baeza, Córdoba, Cartagena, Jaén, Linares, Málaga, Montoro, Pamplona, Priego, Tarazona, Tafalla, Valladolid y Zaragoza, y en todas ellas ha procurado dejar bien puesto su nombre. Y de tal modo lo ha conseguido, que en la mayoría de las plazas citadas ha trabajado varias corridas, en diferentes épocas, buscado por las empresas que le presentaran, ó las empresas que tomaran después los circos, noticiosas del excelente trabajo del Gordito en los mismos. Varias son las cogidas que ha sufrido en el tiempo que lleva toreando; pero la única de gravedad que ha tenido, fue la que le ocasionó en Abarán el 28 de Septiembre último, el último toro de la corrida, al tomar el estribo y no poder saltar, por la gente que había en la barrera, después de meter el capote para evitar que el bicho cogiera a uno de los que se habían echado al redondel. El Gordón resultó tener una herida extensa en la parte interna del muslo izquierdo, que le impidió trabajar en algún tiempo.Ni este ni los otros contratiempos sin importancia que sufrió, hicieron mella en sus aficiones, sirviéndole, mejor dicho, de poderoso estímulo para volver a la pelea con mayor decisión y nuevos alientos, y adiestrarlo para evitar otros percances. 

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