jueves, 5 de junio de 2014

FRANCISCO MARTIN GOMEZ "CURRO VAZQUEZ"


Curro Martín Vázquez o "Curro Vázquez" nació el 28 de marzo del 1882 en Alcalá de Guadaira, un pueblo situado a pocos kilómetros de Sevilla, y murió en Sevilla en el año 1946 en la casa número 11 de la calle Resolana, en donde residía y en donde sus seis hijos habían nacido.

Antes de continuar con su semblanza quiero aclarar algo sobre su nombre, pues también se aplica a sus hijos y ha creado a veces alguna confusión. Su nombre real era Francisco Martín Gómez, pero por alguna razón que desconozco en Alcalá le llamaban “el de Vázquez”, por lo que se anunció en los carteles como Curro Martín Vázquez o bien como Curro Vázquez. Luego sus hijos, aprovechando que el nombre era conocido, oficialmente se cambiaron el nombre a Martín Vázquez, que se debería escribir con guión, como primer apellido, manteniendo el Bazán, que es el apellido materno. En cambio, el nombre taurino de padre e hijos se escribe sin guión y sin el segundo apellido.

El señor Curro, como a menudo se referían a él, no tenía antecedentes taurinos. Por lo tanto es el fundador de la dinastía torera Martín Vázquez. Sus comienzos tuvieron lugar toreando como podía en las duras capeas y encerronas por Andalucía. A los 21 años hizo su presentación en público vestido de luces en Algeciras el 15 de agosto del 1903, para, después de una dura lucha durante tres años, hacer con considerable éxito su presentación como novillero en Sevilla el 20 de mayo del 1906 y en Madrid el 5 de agosto del mismo año. Continuó actuado como novillero durante el resto de esa temporada y en la del 1907 hasta que el 6 de octubre tomó la alternativa en Barcelona de manos de Antonio Fuentes. Dato curioso es que esa tarde el toricantano tuvo que matar cuatro toros, por el padrino haber sido herido gravemente. A la semana siguiente, el domingo 13, el diestro alcalareño confirmó la alternativa en Madrid, siendo el padrino Vicente Pastor.

La carrera como matador de Curro Vázquez se extiende desde el 1907 hasta el 1921, o sea que actuó durante 14 temporadas en España, Francia y Portugal e intermitentemente en algunas plazas de México y de otros países hispanoamericanos.

Según los datos que aparecen en LOS TOROS del Cossío, puede considerarse que su carrera de matador tuvo dos períodos, una primera etapa ascendente, desde la alternativa en el 1907 hasta el 1914. Durante este período actuó alternando con la flor y nata de la torería en 167 corridas, que no son muchas, pero sí un buen número, si se considera que el valiente maestro fue uno de los toreros más castigados por los toros en la historia del toreo, por lo que a menudo se encontraba en el dique seco. Tantos percances le hicieron perder un sinnúmero de festejos.

De las muchas cornadas que sufrió fue la más grave la recibida el 29 de agosto del 1909 en el Puerto de Santa María, la que lo tuvo al borde de la muerte. El pitón le penetró y destrozó el ano, dejándole secuelas que le afectaron durante el resto de su vida. La inmediata consecuencia fue que esa temporada tuvo que cortar su campaña, y que comenzó tardíamente la temporada del 1910 actuando solamente en cuatro festejos. Poco a poco volvió a recuperar su cartel, sumando 19 corridas en el 1911, 25 en el 1912 y 32 en 1913, y eso a pesar de haber sufrido otros varios percances más.

El valor fue uno de los más relevantes dotes toreros del maestro, ya que, según las referencias, a menudo reaparecía en los ruedos con las herida abiertas. Aun así actuaba con la misma determinación que antes de ser herido.

Durante esa primera etapa, sin ser una gran figura, mi tío desarrolló un papel muy notable en el toreo. Luego, desde el 1915 hasta su retirada en 1921, tuvo altos y bajos durante sus campañas y paulatinamente tanto su cartel como el número de actuaciones decayeron, aunque no su afición ni su determinación ante los toros.

El lento ocaso, tanto de este maestro como de otros muchos de sus correligionarios, tuvo que ver con el no acoplarse al cambiante gusto de los públicos, que después de la revolución belmontista, comenzaron a apreciar más la plasticidad del toreo que una buena dominante y valerosa lidia del astado como preparación para ejecutarle la suerte suprema con la más pureza posible.

Curro Vázquez, como Bombita, Machaquito o Vicente Pastor, pertenecía a la era pre-belmontista. Su fuerte era el valor para dominar al toro y el ser uno de los mejores ejecutores de la suerte suprema, a tal punto que en la prensa se referían a él como “El Rey del Volapié”. En cambio, aunque su persona tenía una elegancia natural que la mantuvo hasta su muerte, su toreo carecía de un refinado estilo.


Las ganancias obtenidas durante sus años en los ruedos y su buena administración, le permitieron a él y a su familia llevar una vida acomodada. Al retirarse, compró una finca de olivares en el término de Dos Hermanas, muy cerca de Sevilla y se dedicó a explotarla, siendo esa su ocupación hasta su muerte pues, a pesar de que sus hijos Manolo, Rafael y Pepín eligieron los pasos del padre, sus actividades taurinas cesaron, a tal punto que permitía a los apoderados de sus hijos dirigir las carreras sin él inmiscuirse en ellas.



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