sábado, 27 de abril de 2013

VICENTE,EL ELEFANTE Y EL TORO
¿Veis ese grabado ? Pues lo que el mismo representa no pasa de ser algo que con los ojos de su imaginación y con la vista dirigida a la taquilla ideó un empresario listo en las postrimerías del siglo Diecinueve. Para el día 13 de febrero del año 1898 se organizó en Madrid un espectáculo taurino que desde que fue anunciado embargó la atención de los habitantes de la entonces coronada villa. Figuraos que se trataba de la lucha de un elefante con un toro y que en los programas aparecía el dibujo que arriba reproducimos.
Pero de lo pintado a la realidad hay 'una distancia respetable; como la hubo en la ocasión de marras, según vera el que leyere. Proyectó la Empresa adquirir para el caso en el extranjero el elefante que había de enfrentarse con el toro; mas en vista de las dificultades con que tropezó, ocurriósele que podía representar dicho "papel" el animalucho de la misma familia perteneciente a la colección de fieras del Retiro. Y en efecto a él se recurrió, después de obtener el permiso del Conde de Romanones y la autorización del espectáculo por parte de don Alberto Aguilera, que eran a la sazón, respectivamente. alcalde y gobernador de los madriles. El toro de la lucha pertenecía a la ganadería de Bañuelos, tenía por nombre Sombrerito y era retinto albardado y bien puesto.
Además de este toro, se anunciaron para ser lidiados seis de la vacada de Bértolez, que habrían de ser muertos a estoque por Félix Velasco, Antonio Olmedo (Valentin) v Vicente Pastor (Chico de la blusa). La plaza se llenó completamente, que era lo que se trataba de demostrar, y arrastrado que fué el toro tercero dieron comienzo los preparativos para que tuviera efecto el suceso que había proporcionado tan pingües ganancias a la Empresa.
Dos servidores sacaron una larga cadena, que con alambres sujetaron a un zoquete enterrado en el centro de la plaza, y acto seguido fueron en busca del elefante, al que amarraron por una pata con unas fuertes correas que a la cadena estaban unidas. Inmediatamente se dio suelta al toro Sombrerito, el cual, en su carrera de salida, acometió a Nerón, que así se llamaba el paquidermo, y recibió éste con tanto disgusto. la caricia del astado, que. por huir, logró desasirse de la cadena a que estaba sujeto. Algunas señoras, al ver suelto a Nerón por el redondel trataron de huir de sus localidades, pero se les convenció pronto de que nada podría ocurrirles
Volvió a embestir el toro al elefante, sin hacerle daño, y como éste se aproximara a los tableros y algunos espectadores comenzaron a tirar naranjas, el animalito de la orden de los proboscídeos las iba recogiendo con la trompa y trasladándolas a su estómago insondable.
A todo esto, y como Sombrerito se colocara en el centro del ruedo a la defensiva, sin volver a embestir, y transcurridos los quince minutos señalados para la lucha, se dio orden de que aquel volviera al corral. Pero el público no quedó conforme, pues como cuando uno no quiere no hay riña posible y la anunciada lucha no se efectuó por declararse pacifista Nerón. llamáronse muchos a engaño y no hubo más remedio que aprisionar de nuevo al elefante al zoquete redoblando las amarras, como hacen con los barcos en días de temporal. Entonces salió del chiquero un toro de Bertólez. que acometió dos veces a Nerón sin empitonarle, y al volver a la carga en otras dos ocasiones más, el paquidermo, queriendo verse libre, volvió a romper los lazos que le sujetaban y se declaró en franca fuga, no sin que el toro le alcanzara una vez, en fuerte acometida, y le diera una cornada en la pata derecha. Aun le alcanzó tres veces más en su huida, y dándose el público por satisfecho, se puso término a la lucha, con la victoria del toro.
¿Habéis leído que El chico de la blusa fué uno de los matadores de dicha novillada? Pues sabed que aquella fué la presentación de Vicente Pastor como matador de novillos ante sus paisanos, ya que como becerrista lo hizo el 24 de marzo de 1895.
Naturalmente, el público no llenó la plaza aquella tarde por ver al que Y ya habéis visto lo que ocurrió. Aún recordamos que pocos dias después publicó el semanario ilustrado So! y Sombra una viñeta festiva cuvo texto decía así:
—"¿Y del elefante, qué? —“Pues ná; que se atracó de naranjas pa tó el año".

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