jueves, 2 de mayo de 2013

Bernardo Muñoz Marin "Carnicerito de Málaga"
 
Aseguran los que lo conocieron que fue uno de los españoles con más gracia de su tiempo, 1895-1969, si el Cossío no miente, que a veces la enciclopedia taurina pone más embustes que La Gaceta... Carnicerito, nacido en Málaga pero recriado en Jerez, a los pechos nutricios de la Casa Domecq, tuvo gran cartel como torero en España y América, desde su alternativa en 1920, que se la dio el mismísimo Rafael el Gallo, hasta su retirada como matador en vísperas de la guerra civil, cuando pasó de banderillero con los hijos de dos mitos, con José Ignacio Sánchez Mejías, Huevo Frito, y con Juanito Belmonte Campoy.
Siguió luego como fijo en la cuadrilla de Manolete, hasta la tarde trágica de Linares, tras lo cual Álvaro Domecq lo tomó como algo propio y querido, llevándolo de banderillero en su cuadrilla de rejoneador, yo creo que mayormente para partirse de risa con las ocurrencias y sentencias del bueno de Bernardo, con cuyas anécdotas ha llenado páginas y más páginas de sus tan bien plumeadas Memorias a caballo. Bernardo Muñoz era, por cierto, primo del recitador Guillermo Marín, que tanta fama tuvo en lo España de aquel tiempo. Y por no salir de sus parentescos, diremos que fue también Bernardo suegro de Rafael de Paula. El gitano de Jerez se casó con una hija de Carnicerito, la que motivó que pasara de ser personaje de Bergamín a protagonista de romance de García Lorca, con navajas de Albacete y prendimientos que no fueron precisamente el Cristo al que llaman El Prendi.

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